Partida Rol por web

Me apretujo contra Alex, cuando siento ese ruido. Mi estómago es un nudo, estamos en peligro. No es una película. No estamos más seguras aquí.

-Alex -digo bien bajito...

-Acá no estamos mejor, estamos arrinconadas... a la cuenta de 3 abrimos y salimos corriendo. Tenemos que buscar a un adulto. ¿Entiendes?

Le aprieto la mano para darle valor, aunque yo tampoco tengo mucho...

Niego con la cabeza ¿Quien nos dice que no nos encontremos con un adulto de ellos?¿Quien nos dice que nos crea o que se ponga de nuestro lado?. Me pongo un dedo ante los labios pidiendole silencio y susurro casi en su oido.- Aguanta un poquito, si se acerca al armario abriremos de golpe y salimos corriendo y gritando muy fuerte ¿vale?

Siempre en un susurro:

-Alex, si es demasiado grande no podremos salir. Si corremos ahora, podemos salir del gimnasio, ir a la puerta del colegio... no sé si nos deje una segunda oportunidad.

La miré con impaciencia, esperaría una respuesta más luego vería que hacer. Esto estaba mal... se como sea no iba a abandonar a mi amiga.

Mire a Mady sopesando la situacion un segundo. Me seguia pareciendo una mala idea salir pero ella parecia dispuesta. Respire ondo.- Vale, a la de tres corremos como nunca.- le susurro agarrando su mano con fuerza.

Sin soltar la mano de amiga, respiro hondo y...

-1...2...

A la tercera me dispongo a salir corriendo con ella, sin mirar lo que cayó o está allí y salir directamente por la puerta del gimnasio.

Los profes siguen discutiendo al pie de las escaleras, y seguimos sin ver ni rastro de Alex ni de Mady... Mi pequeño cuerpo tiembla ligeramente después del espectáculo que nos acaban de ofrecer esos chicos.

Miro a mis dos amiguitos, los tres parecemos asustados. Intentando dibujar una sonrisa para tranquilizar a Oscar, y buscando la manera de parecer fuerte y decidida les comento con un susurro...

Chicos, voy a intentar acercarme al aula de castigo. Como los profes están discutiendo, seguro que no se dan ni cuenta. Estoy convencida de que también han visto a los monstruos y por eso las han castigado. Vosotros quedaos aquí.

Termino diciendo con un hilillo de voz. Respirando profundamente, me vuelvo en dirección a la clase de castigo. Tendré que pasar por al lado de los profes, pero espero que con el follón que estan montando ni se den cuenta. Me acerco a la pared, intentando pasar desapercibida, y creyéndome miembro de un comando de guerra, bajo las escaleras dirigiéndome al aula... Por un momento me detengo a la altura de los profes, y empiezo a susurrar muy débilmente... No me veis... No me veis... No me veis... Y continúo camino del aula.

Erika traga saliva, pero no aparta la mirada de los chicos hasta que se han ido. Tampoco expresa muestras de miedo más allá de tener la garganta seca.

No tengas miedo... los malos siempre pierden.

Esa era una verdad universal. En la tele los malos siempre acababan en la cárcel o moridos. Y como todos sabian, la tele siempre decía la verdad. Asiente a las palabras de Georgie y se acerca tras ella, aunque se queda a cierta distancia, mirando el techo y silbando, disimulando.

Vamos Óscar... tenemos que distraer a los profes si vemos que van a pillar a Georgie.

¿Los malos siempre pierden? No sé. Yo he visto una pelicula que...

Vamos, Eri. Dijo despues Oscar cuando su mente volvió a la vida real. Pero tata, ¿cómo vamos a distraerles? ¿Quieres que salga corriendo como un loco como el otro día en casa?

¿Que les habrá pasado a los chicos? ¿Por qué hablaban raro como mi compi de clase? La verdad es que me da miedito, pero no pasa nada, tengo a mi hermanita para cuidarme.

Oscar continuó avanzando con Erika, prendido de su ropa.

Con un fuerte golpe abrís la puerta y con un pequeño vistazo a vuestro alrededor, en el que veis una sombra enorme agachada, todavía se le oye arañar el suelo, quizás con unas garras enormes dispuestas a despedazaros en cualquier momento, pero por ahora sigue rebuscando entre los trastos, decidis huir a toda velocidad hacía la puerta, consiguiendo saltar los cristales y demás cachivaches que la criatura ha dejado por en medio en su loca busqueda. La cosa se da cuenta de vuestra presencia y os persigue, pero le llevais ventaja y conseguis salir por piernas del almacen, aunque con la terrible sensación de que todavia no estais a salvo. Y ahora mismo estaís en el enorme gimnasio...

Erika se queda pensativa un momento, todavía escondida tras la esquina y vigilando.

Creo que necesitaremos algo más fuerte, Óscar. El plan de emergencia. Tenemos que montar una pelea entre nosotros. Pero tiene que parecer muy real y... habrá que tirarles algo mientras lo hacemos. Así que... nos ponemos a discutir, tú te pones delante de ellos, yo te tiro algo, tú lo esquivas, y va a parar a la cabeza de alguno de ellos mientras tú y yo llegamos a las manos... será como cuando jugamos a peleas de lucha libre.

Explica con una sonrisa de oreja a oreja. Espera la confirmación de su hermano y empieza a alzar la voz, mirándolo con cara de "perro enfadado".

¡Eres tonto, Óscar!

Empieza a gritarle mientras se coloca en su posición.

Corro con toda la rapidez de mis pequeñas piernas de niña. No suelto a Alex, apenas sí ví la cosa que estaba en el suelo pero fue lo suficiente. Por ahora lo dejamos atrás pero seguimos en el gimnasio, y no es seguro. No sé cuánto tiempo tenemos, pero sí sé, con seguridad, que no es mucho.

-Alex, a la puerta principal, y de ahí a los pasillos de la escuela. Donde haya un adulto paramos.

No paraba de correr mientras le hablaba a mi amiga, tenía esa sensación de que me ahogaba que sólo me daba cuando el miedo era demasiado fuerte. También estaba empezando a tartamudear así que me apuré a terminar la frase:

-Vamos, ni siquiera mires atrás. Vamos, vamos Alex.

¿Tonto? ¿Tonto? ¡¿TONTO?! Grité giñándole un ojo.

Más... más... ¡mas tonta eres tu, caquita de lombriz!

Después, tomé un poco de carrerilla y salí corriendo hacia ella, con la intención de tumbarla al suelo, sin lastimarla, claro. Después de todo, sigue siendo mi hermanita y lo que quiere es que jubemos.

Salir corriendo resulto ser la opcion mas acertada, no sabia que era esa cosa pero sin duda nos habria terminado por encontrar. Aferrada a la mano de mi amiga no me detengo ni para mirar atras.

- No mady, no te pares ni aunque veas adultos, pueden ser malos correremos hasta casa.- digo concentrandome en no tropezar con nada, sin soltarle la mano. Cuando salimos del amacen me paro un segundo para cerrar la puerta lo mejor que puedo, alomejor no sirve de nada pero tengo que intentarlo, luego vuelvo a correr con todas mis fuerzas.

Alex cierra la puerta y sigue a Mady que no ha parado de correr. Cuando ois como se abre de un portazo y pesados, pero rapidos pasos os siguen... Gracias a que la puerta del gimnasio esta abierta, y la abris de un empujón, correis por el pasillo hasta llegar a la puerta principal. Pero tiene un gran candado, cerrado obviamente para que ningún niño salga a la lluvia torrencial que golpea los cristales... Entonces ois una respiración grave, y pasos más delicados, andando despacio, y ois una voz suave e invitadora. La voz de vuestra amiga desaparecida que os llama por vuestro nombre:- Alex¡¡¡¡ Mady¡¡¡¡ Venid a jugar conmigo¡¡¡¡ No sabeis que grande se a echo el monstruo en mi interior¡¡¡¡- Mientrás que se acerca a vuestra posición desde el pasillo por el que habeis venido...

No me atrevo a mirar, seguro que si miro me da miedo y grito, yo no puedo gritar como una cobarde, no voy a quedarme gritando como mi mama, tengo que ser fuerte, tengo que sacar de aqui de Mady.

- Vale, vamos por juguetes tu quedate aqui. Ahora venimos.- le digo al monstruo aferrandome a la muñeca de Mady mientras tiro de ella con fuerza para echar a correr por el pasillo. Tal vez en algun aula tenga la ventana abierta. pienso intentando mantener la calmar mientras vuelvo a correr.- Esa cosa no es mi amiga, solo se hace pasar por ella para engañarnos.