Partida Rol por web

El dia habia sido tranquilo, Beremode no habia podido despedirse y se habia disculpado por ello usando a un sirviente. Todos fueron conducidos a una zona del palacio, a un embarcadero donde una nave voladora de Lodoss les esperaba:

La embarcacion parecia robusta y algo al mismo tiempo ligera las velas son de color rojas, no parecia muy lujosa, pero si daba la sensacion de ser muy rapida y descansaba a unos pocos milimetros del suelo suavemente, el sirviente que les acompaña dice:

- Señores esta sera la embarcacion que les llevara al reino de Drasenloft, esta completamente controlada por golems por lo que no necesitaran mas servicios que esos, asi que no deberian de tener problemas. Les llevara a la capital y tras eso volvera aqui, por favor disfruten del viaje, en su interior tendran provisiones para su viaje

El hombre indica que pueden subir por la pasarela que estaba dispuesta

Le enseñé el billete al chico sin acercárselo demasiado. Con tanta guardia y esos gollems no creía que hubiesen demasiados maleantes, aún así, era mi billete a casa y tenía cierto reparo en tendérselo a cualquier desconocido que me lo solicitara.

- A Farais, vamos a Farais. A casa.

Sin cruzar más palabras con el chico empecé a subir por la pasarela esperando que no pusiera ninguna pega.

La verdad es que el tiempo había pasado volando. Su estancia en la capital se había hecho corta pero intensa, lástima que no tuvieran más tiempo para estar en esa ciudad, el podría a ver ido a la Arena alguna vez y Yui, a las biblioteca, pero tenían otras necesidades que servir. Si podía, volveria a esa ciudad e intentaria ser el rey de la Arena, aunque para eso le faltaba mucho. Ese golem le había dado una buena paliza, pensaba que estaba más preparado... que errado estaba. Eso le había hecho reflexionar por la noche. Había sido indulgente y había relajado la disciplina. Tenía que recuperar los entrenamientos, aquello había sido un aviso... pero tendría todo el viaje para corregirlo y pensar más a fondo.

Por la noche, no es que hubiera dicho o hecho gran cosas... solo había intentado hablar con Yui y con Elenaide. Con la primera, para decirle que le gustaría pasar más tiempo en la travesía, para ponerse al dia... disfrutaba con ella, y quizás, ella que era más intruida, le podría ayudar un poco con su educación... que la tenía oxidada. Con la segunda, pues a ver si había una posibilidad real de que le entrenara un poco más, pues despues del combate, había descubierto nuevas limitaciones y no podía pasarlo por alto...

Pero aquella mañana, queria estar un rato en el barco, mirando el mar un rato, contemplar esa belleza.  Si alguien quería hablarle, alli estaría, receptivo pero meditabundo.... pensando en lo pasado ayer en lo acaecido por la tarde, en la Arena, ¿que había hecho mal?¿se había confiado en exceso?

Hoy, he despertado temprano. Quería observar la primera luz. He estado meditando un poco acerca de las palabras de la historiadora...Sin duda esos cristales me serán útiles. Pero, ¿cómo conseguir que miles de vivos reunan poder para un único conjuro? Necesitaría algo que los uniese, una causa común.

Quizás debería fundar una religión, o una secta...pero tendría que expandirla muy muy rápido. Lo pensaré.

Ahora es el momento del viaje. De la espera. Entro al barco seguido de mi muerto sirviente, y rápidamente busco un lugar privilegiado para observar el mar de nubes. Por el momento, será suficiente.

Scire agradeció el descanso en un buen sitio profundamente, la vida errante de hacer campamentos a la intemperie y buscar provisiones no era algo a lo que fuera a tomarle gusto nunca probablemente. Aunque no le gustara admitirlo, estaba mas amanerada y consentida en ese aspecto de lo que le gustaría.

El viaje en barco, por otro lado, le entusiasmaba bastante. Ver las aguas mientras los barcos estaban en movimiento era algo que pocas veces había podido experimentar acostumbrada a viajar con la magia, pero siempre era agradable se dispuso a posicionarse para ver la tierra alejarse, y encontró a Katsumot también en la barandilla. Pero a diferencia suya, el estar serio y callado era algo que le parecía antinatural en él.

-¿Sigues dándole vueltas a lo de la arena? -preguntó con tono cauteloso, no fuera que tocara algún orgullo sensible.

Scire le sacó de sus ensoñaciones y elucubraciones. Ella era joven, algo más mayor que él... unos años, pero ¿que diferencias habia entre ellos a parte de las obvias? Se giro a la chica. Como buen ser masculino, no podía negar que a la chica no le faltaba belleza y buen gusto... pero ese sitio, ya estaba ocupado en el corazon del chico. ¿Que era Scire para el?¿una amiga? Apenas hacía poco que se conocían pero se habia mostrado más comunicativa que el elfo... y se lo agradecia.

El chico se quedo apoyado con sus gluteus maximus en el saliente del barco, dando la espalda al mar:

-Bueno, si... es solo que ese Golem me arrollo... pensaba que estaba más preparado, que podía controlarlo... pero me equivoque... es solo que... no me gusta perder

No quería decirle a Yui aquello, la chica ya cargaba con sus cosas, no debía cargarle con sus problemas. Había más cosas detrás ¿le había contado a Scire su historia? Creia que no...

-¿Y que estabas esperando? -levantó una ceja, poniendo los brazos en jarras- Es un Golem hecho con magia en una de las capitales de la magia. Usar una espada para tratar de dañar magia y roca no es lo mas conveniente, aunque se que usas esas cosas de Ki y todo eso -se notaba que no entendía (ni quería entender) sobre temas de otra clase de energías que pudieran hacer maravillas que no tuvieran relación con la magia. Era algo que simplemente no conseguía comprender, así que trataba de dejarlo ser.

Miró hacia atrás, para chequear donde estaba Elisa.

-Primero tienes que aprender a correr antes de querer salir volando.

Vaya. Menudo jarro de agua fria le echaba Scire. No es que no le faltara razón o tacto, pero un poco de "molestia" si que le causo. Tenía demasiada hubris. Tenía que ser más humilde, no por él sino por Yui.  A veces, quizás demasiado a menudo, era muy volatil. Estaba algo serio y un poco afligido:

-Yo... es solo que hace poco derrote a un guerrero muy poderoso y pense que "solo era un golem"... pero bueno, supongo que me esta bien empleado por ser tan altanero... si lo pienso friamente, no es la primera vez que me pasa... cuando hago algun progreso, se me sube a la cabeza y luego pasa lo que pasa... 

¿Y porque le contaba a Scire todo aquello? Una vez le dijeron, que su perdicion, su punto debil, eran la bellas y jovenes chicas, pues le recordaban a su hermana y bajaba las defensas. Aquel tipo de cosas, sincerarse con Yui, pues le hubiera costado más:

-No importa, pensare en lo que paso, lo meditare e intentare sacar una conclusion... me dijeron que tenía que ser más analitico una vez... por eso estuve hablando con Elenaide-dono, ella es muy buena maestra y creo que necesito un buen repaso...

El barco volador pronto comienza a ascender con un pequeño tintineo, el interior es como un barco normal,si no fuera por los cristales y los golems de navegacion que hay en el. Al principio el vuelo es extraño, tranquilo y agradable salvo para aquellos que se mareen con facilidad, pero cuando abandonan la zona de la ciudad la embarcacion gana una gran velocidad, y altura colocandose sobre las nubes, en esos momentos parece que navegan por un manto blanco de nubes a una velocidad mucho mayor que la de cualquier barco que hayan tomado nunca.

En el interior del barco Eliza esta en la barandilla mirando muy contenta y alucinada el paisaje parece bastante feliz de ver como las aves van de un lado a otro, y de mirar abajo, donde bastantes metros mas abajo puede verse todo, las montañas que habrian tardado dias en atrevsar lo hacen en poco tiempo, los caminos apenas se ven y los rios serpentean en su camino hacia el mar, al igual que ellos que pueden ver a lo lejos el mar, pero ya pueden notar su fuerte olor a sal.

En la cubierta del barco Yui esta leyendo un libro mientras sus cabellos son mecidos por el viento,la joven parece estar disfrutando del aire libre y estar bastante tranquila, tras un rato leyendo se acerca a Sycnus:

- Habeis podido aprovechar bien el tiempo en la ciudad? sin duda es un lugar realmnete maravilloso y donde se pueden obtener muchos conocimientos

Mira al no muerto y añade:

- Tal vez en Drasenloft a donde nos dirigimos pueda causaros problemas vuestro acompañante, la gente del desierto es menos abierta a la magia que los Shanjim

Elenaide por su parte estaba en la parte delantera de la embarcacion,la elfa miraba al horizonte sumida en sus pensamientos, tras algunos minutos llegan al mar y decide dirigirse a una de las partes mas altas de la embarcacion, alli se sienta y comienza a concentrarse,parece que esta meditando

Mientras comenzaban el viaje, el chico miraba a la gente alli presente, a la par hablaba con Scire. El tiempo que había pasado desde que conociera a las chicas y hubiera salido de Arisu, era grande. Tanta gente que habia conocido, y tanta gente que ya no estaba, le apenaba aquello. De vez en cuando, tenía esas cabalas, y se había juntado un poco su combate en la Arena con aquellos recuerdos aciagos, pero ver que estaba cerca de Yui y de Elenaide, siempre le motivaba a sacar lo mejor de si mismo. Tardaría un poco por eso. Seguro que Scire le había cazado cuando estaba mirando a Yui, que hablaba con el mago que apenas conocia:

-Aunque es un buen consejo que intentare recordar... andar antes que volar...que curioso, había escuchado algo parecido pero en arisiano... bueno, tendre que resignarme de momento...¿y tu que Scire?¿que esperas de este viaje?

Estoy disfrutando del aire fresco en mi rostro cuando la dama Yui se me acerca. Otro tendría algún prejuicio, por como se manifestó su personalidad menos amable cuando nos conocimos, pero yo sé que la magia y la memoria son dos misteriosas damas, y que en ocasiones, se entrelazan y se devoran a partes iguales. Por eso no me desagrada la presencia de la muchacha.-Dama Yui...-saludo inclinando ligéramente la cabeza, pero sin dejar de mirarla. Entonces, suspiro.-Sí, mi señora, he aprovechado el tiempo sin ninguna duda. ¡Y ojalá hubiese tenido más! Es la ciudad más magnífica en la que he apoyado mi bastón, y lo he apoyado en muchas, no os quepa la menor duda...-ante el comentario del muerto, me froto la barba un momento, pensando.-Mmm, quizás tengáis razón...bueno, siempre puedo dejarlo patrullando cerca del barco, escondido con alguna túnica, para que parezca un leproso a ojos poco observadores.-prosiguiendo la conversación, digo, sin ningún afán más allá que el ser amable.-Por cierto, ¿cómo os encontráis? ¿Ha mejorado ya vuestra memoria?-sigo observando el mar mientras hablo con la muchacha.

Yui asiente y dice:

- Si, la he recuperado por completo, aunque en cierta forma no me gustan algunas cosas que he recordado, aun asi...bueno siempre es mejor conocer que desconocer. Por eso en parte queria hablar con vos, deseaba pediros disculpas por mi comportamiento cuando nos conocimos, mejor dicho, el comportamiento de mi otro yo.

La chica parecia realmente arrepentida y avergonzada por su comportamiento, se notaba que era una chica amable y tranquila, aunque una mirada inteligente estaba perpetuamente en su rostro:

- Yo ahora que lo recuerdo he viajado mucho tambien, y es cierto es la ciudad mas impresionante que he conocido, unicamente dos ciudades pueden rivalizar con ella, tres si contamos la propia capital Shanjim en su epoca de mayor esplendor hace unos 300 años. Las otras dos ciudades son la ciudad de los Astroch por...bueno, a vos que sois nigromante a lo mejor os puede resultar atractiva, para mi era demasiado extraña y la ciudad de la gente de Marlock, os aseguro que nunca vereis nada como eso.

Sonrie levemente y añade:

- Pero si lo que quereis es conocimiento la mas impresionante de las construcciones es el templo de la tierra, como explicarlo, podriais pasaros 20 vidas en su interior y no seriais capaz de leer unicamente el titulo de un tercio de sus libros

-¿Realmente? A corto plazo y poco pensar conseguir el objeto que necesito pronto. A largo, para mi misma...no se.

Se cruzó de brazos con suavidad, mirándole.

-A grandes rasgos podría decir que espero que mientras me ocupo de vigilar cosas en lo que transcurre la travesía, mis habilidades como usuaria de magia mejoren.

La respuesta le gusto. Quien lo iba a decir, tenia algo en comun con un mago. No era una cosa mala para nada.Realmente, Scire le sacaba unos años, unos pocos años pero ¿realmente esos pocos años eran una diferencia tan grande en ser más maduro o no? En los ultimos dias, la chica y el elfo, le habian echado en cara su excesiva energia e impetu. ¿Madurar queria decir que perderia ese impetu? A veces, podia ser más visceral que capaz:

-Vaya, entonces nos parecemos un poco... cada uno quiere mejorar en sus respectivos campos...quien lo iba a decir. A veces, me cuesta un poco centrarme y dejar algunas cosas de lado... pero me hubiera gustado estar un poco mas en esa Arena...me gustaria volver dentro de un tiempo... hay muchos sitios que me gustaria ir, tambien me gustaria volver a mi pais natal... Arisu... 

El viaje duro varios dias en los que el barco navego con suavidad por el oceano, ademas pronto el Drow pudo comprobar como los tripulantes todos humanos eran bastante amigables, el barco estaba cargado con mercancias que venderian en Farais y que esperaban les dieran buenos beneficios como para poder mantener a sus familias duante una buena temporada. El chico que le atendio con los billetes era un grumete que se dedicaba principalmente a la limpieza del barco y realmente lo hacia muy bien ya que lo mantenia muy limpio.

Finalmente el barco atraco en el puerto de una ciudad de tamaño medio, segun le dijeron al drow la capital estaba a un dia andando por el camino principal si seguia por ese camino el cual le habian dicho era muy seguro podria llegar sin problemas a la capital, tambien tendria posadas donde poder descansar. Por otra parte tenia otro camino que le llevaba hacia el sur y otro hacia el norte. La ciudad contaba con tres posadas y un mercado central el cual a esa hora (la de la comida) empezaba a estar bastante tranquilo

Celebré que el viaje transcurriera sin incidentes. Había tenido tiempo para hablar con el resto de pasajeros y dado que me sentía cómodo entre comerciantes retomé viejas costumbres: analizar minuciosamente la mercancía, preguntar por precios en tierras lejanas, o saber qué se importaba últimamente. Aquello me mantuvo entretenido los primeros días, pero a su vez me recordaba de forma incesante el motivo de mi viaje, recuperar aquello que me había sido arrebatado, o más bien, una cruel venganza.

Cada mañana dedicaba un rato a dar gracias a Miyu y, tumbado aún en la cama, desenfundaba el arma que me había dado y la blandía en el aire ansioso por ver qué haría con el cuerpo de mis enemigos. Si bien es cierto que aquel tal Katsu, cuyo nombre ya empezaba a olvidar, me había advertido de las tretas habituales de Miyu, las cosas hasta ahora me habían ido de fábula. Y tenía la corazonada de que seguirían así.

Cuando el barco atracó y finalmente puse los pies en tierra me sentí más cerca que nunca de mi objetivo, hacía años que soñaba con tener aquella sensación. Solo de pensar que un sucio tirano iba a morir en breve y que ni siquiera sabía que su asesino acababa de llegar me producía un cosquilleo en la espalda y una sonrisa en la cara.

Paseé brevemente por el pueblo, más para orientarme que por otra cosa. Me planteé parar a comer algo, pero diablos: ¡Si puedo llegar a la capital en menos de un día de camino podría llegar allí mañana a la madrugada! No era tanto el hecho de que no necesitase dormir, más bien algo estaba cambiando dentro de mi. Como más cerca me sentía de mi fin más ofuscado estaba, era como si nada importase tener que andar toda la noche, solo quería terminar con aquello, hundir la hoja negra de Miyu en un cuello seboso,  que ahora, en mi mente, borbotaba sangre y recubría toda la espada mientras unos ojos blancos y apagados me miraban fijamente.

Cambié la sonrisa por una expresión de ira, puede que hasta me cambiase el brillo de la mirada. Desenvolví la espada de Miyu que había cuidado celosamente y me la pasé al cinto, dejando la hoja bien a la vista y empecé a andar hacia la capital.

-¡Por favor dama Yui, sobran las disculpas!-digo a la muchacha mientras le lanzo una mirada bondadosa.-¡Jamás se me ocurriría culparos por lo que ocurrió! Eso es algo de lo que no tenéis que tener miedo de olvidar.-hablo con total sinceridad, pues no guardo rencor alguno hacia ella. En esa situación, ella fue tan víctima como lo habría podido ser yo.

En cuanto al comentario de las ciudades, digo-Los Marlock nunca me han interesado en demasía...quizás he sentido cierta fascinación por sus logros, pero nunca tanta como para viajar hasta sus ciudades.-pues el tiempo nunca sobra.-En cuanto a los Astroch...sí su ciudad ha estado largo tiempo en mi calendario de viaje.-de hecho, antes de todos estos incidentes era la próxima parada en mi camino. Supongo que igualmente tendré que ir allí...tantos nigromantes serán una ayuda inestimable para conseguir mis objetivos.-Pero nunca había oído hablar de ese templo de la tierra. ¿Debería avergonzarme? ¿Dónde se encuentra tal lugar, mi señora?-más libros, más fuentes de poder que podré usar. Esta búsqueda será agotadora, sin duda, pero fructífera...El mundo entero verá sus frutos.

Me encuentro en la parte delantera del barco. ¿Es la proa, la popa? No lo se, he vivido siempre demasiado lejos de la costa como para gozar de cultura marina. Pero descansar en este extremo de la embarcación voladora, con un pie en la borda y una mano sujeta firmemente a los aparejos de cuerda, es espectacular. Observo el paisaje ante mí, la grandeza de un mundo inmenso que me veo forzado a recorrer.

En efecto, la melancolía se apodera de mí.

Un mundo inmenso, y el único lugar al que no puedo regresar es a mi propio hogar. Un mundo inmenso, en que mi pueblo no es tan exageradamente superior como siempre me habían enseñado a pensar. He tenido que aprender demasiado en muy poco tiempo, todo demasiado brusco como para asimilarlo completamente. La dama Elenaide, una elfa gris, una raza despreciada entre los míos, por burda y más emparentada con los enanos que con los verdaderos elfos, y sin embargo una mujer llena de grandeza, espadachina sin igual, una mujer de honor y comportamiento exquisitos.

¿Y cuantos más habrá ahí fuera como ella? La soberbia que siempre me ha acompañado se vuelve ahora contra mí. Me doy cuenta de que soy un don nadie en el orden de las cosas, que tengo mucho, demasiado por aprender. Y, sobre todo, que estoy muy lejos de poder convertirme en el gran hombre que pueda regresar a mi tierra y restaurar el honor perdido de mi Casa.

Si es que alguna vez alcanzo a convertirme en ese hombre.

La embarcacion seguia su camino por el aire, aquello estaba tranquilo muy tranquilo, durante el viaje Yui informo a Sycnus que el templo era el lugar al que se dirigian, que descenderian en las afueras de la capital y desde alli caminarian hasta el templo. Y asi sucedio, tras un par de dias mas de viaje la embarcacion por fin empezo a descender, se notaba una temperatura muy alta y la explicacion llego pronto, habian llegado al desierto y frente a ellos se eregia una gran ciudad, una ciudad rodeada de murallas y desierto, pero que en sus parte central tenia un gran oasis, este oasis tenia en el centro un gran castillo, el castillo real del poderoso reino comercial del desierto.

Era al medio dia y la temperatura era realmente alta, todos estaban sudando y les costaba simplemente respirar ya que ninguno estaba acostumbrado a esas temperaturas tan altas. Las grandes puertas de la muralla de la ciudad estaban abiertas y un incesante gorgoteo de caravanas y personas iban de un lado para otro, ademas podia verse como en el interior de la ciudad la actividad era bastante alta.

La embarcacion llega al suelo en una zona tranquila de las afueras, alli les indican que pueden bajar, para una vez hecho eso retomar el vuelo con gran velocidad, se notaba que tenian prisa. Elenaide habla entonces.

- Esta es la ciudad capital, tenemos que tomar un sendero por el que tardaremos casi dos dias andando para llegar al templo, Scire y Sallyrion, el sendero pasa por una zona cercana a un nido de gusanos de arena por lo que podreis cazar uno alli para lo que necesitais. Deberiamos vernos aqui cuando el sol empiece a caer ya que ahora mismo hace demasiado calor como para aventurarse en el desierto sin el equipo adecuado. Yo ire a comprar un medio de transporte y agua, sobretodo agua, si considerais que necesitamos algo mas por favor no tardeis mucho en llegar.

Yui se adelanta entonces y dice:

- En esta ciudad es donde se encuentra la famosa adivina, no recuerdo quien me pregunto, pero es una mujer muy poderosa que es capaz de ver lo que sea, si quereis verla podeis aprovechar, solo se que sus pagos no son normales y nunca es dinero

El camino a la capital fue tranquilo, tal vez demasiado tranquilo para lo que se esperaba, pero era cierto que ese reino era el mas seguro de todos, o al menos el que tenia los caminos mas seguros, solo habia que caminar por ellos para poder verlo, patrullas de guardias por los caminos cada cierto tiempo y un gran movimiento eran las señas de identidad de los bien conservados y transitables caminos y las posadas comodas.

Pero finalmente el destino, por fin logro llegar a la capital, ante el drow se extendia la amplia muralla de color blanco, una gran puerta donde unos guardias comprobaban las mercancias de los carromatos y se aseguraban que todas eran legales, lo mismo sucedia con las personas que deseaban entrar en la ciudad. En el interior de la ciudad a varios niveles de altura y tras unas murallas interiores podia verse el gran palacio de color blanco