Partida Rol por web

La luz comienza a aumentar en la zona, poco a poco entre la bruma puede verse la extension de la sala, el lugar es bastante grande, mas de lo que parecia en un primer momento, la sala debia ser antes alguna gran entrada, en los costados pueden verse lo que antes debian haber sido decoraciones de figuras humanoides, practicamente ninguna conserva la cabeza y solo dos tienen restos de estas, pero no mas alla de los rostros.

Al fondo de la sala puede verse una puerta de dos metros de ancho, la puerta tiene los restos de lo que parecian ser un rastrillo metalico, pero que el oxido y el tiempo ha hecho que no sea mas que unos pocos restos que mas que impedir el paso al interior lo que hacen es molestar a la hora de entrar.

Aparentemente tras la puerta hay un largo pasillo lleno de lo que parecian restos de estatuas similares a las que hay en la sala en la que se encuentra Belyye

Arween dice:

- Vale, nos vemos aqui demtro de un rato no? ten cuidado porque mi abuela me dijo que los humanos y la gente grande es muy peligrosa

Se acerca a la puerta volando y dice:

- Voy yo delante voy a la parte de arriba y tu a la de abajo?

Belyye tardo unos segundos en comenzar a ver con mas nitidez através de la niebla con la ayuda de un poco de magia, finalmente tras ver que parecía ser que el lugar aun no era peligroso comenzó a avanzar siempre manteniéndose atento, su intención era investigar hasta que se hiciera de noche pero si por algún motivo quedaba encerrado dentro seria un verdadero quebradero de cabeza y teniendo en cuenta el estado de las ruinas, que hubiera un desprendimiento inesperado si tocaba algo que no debía era mas que probable.

El joven comenzó entonces a contemplar las estatuas que aparecían poco a poco ante el, realmente aquellas ruinas parecían raras, pensando con un poco de lógica, normalmente las estatuas se construyan como algún tipo de simbolismo hacia algo. En la cultura actual construir estatuas normalmente servia para rememorar personas del pasado en cambio allí había demasiadas estatuas, lo que tal vez tenia algún otro significado ¿Tal vez intimidar o vigilar a los que quisieran entrar?

Belyye no gasto mas esfuerzos en intentar pensar exactamente aquello, siempre esperando que su intuición de “Esperemos que las estatuas no estén para vigilar que algo que había aquí dentro no saliera, en tal caso es muy posible que abandonara este lugar hace mucho tiempo” se hiciera realidad, tampoco era algo que fuera raro de pensar para el demonio que hasta cierto punto había desarrollado grandes rasgos de Paranoia a causa de su manera de vivir, inmerso en sus pensamientos, en su gran mayoría negativos o de poca importancia, continuo avanzando através de lo que en antaño era una puerta de metal y continuar hacia las profundidades de la oscuridad solo acompañado por un par de luces tintineantes.

Tema espinoso, pero si queria ayudar e informacion, tenia que no ser discreto. A veces, era mas facil contra segun que cosas a ciertos desconocidos que no a conocidos. Pero bueno, no veia porque no podia contarles de donde venia... seguramente le tomarian por un pobre loco, pero la verdad, sea dicha, Katsu no era de mentir, y cuando lo hacia, se le notaba a una legua. Aun asi, era bastante transparente y aquella pregunta le molesto un poco, no por la intencion, sino porque tenia que contestar. Miro a Fineas y le contesto lo que necesitaba saber, aunque eso no evito un leve suspiro, un poco de resignacion:

-Bueno, realmente hace un par de dias que no las veo... y eso fue.. en, ejem, en el Templo del Viento... en Vermas... y bueno, puede que te suene, se la suele considerar la mejor espadachina de Gaia...

La suerte era caprichosa, o quizas la voluntad de los Dioses.  No sabia que pensar, habia vivido y visto muchas cosas en los ultimos tiempos, cosas increibles...muchas personas. En fin, no queria aburrir a sus contertulios con sus historia y divagaciones. El queria seguir hacia el pueblo:

-Bueno, Rufus, guianos hacia ese pueblo, hace tiempo que no estoy en una taberna, y parece que en este reino no tendre que preocuparme por salteadores...

Y comenzo a caminar... siguiendo a Rufus, en el pueblo dejaria a los elfos tranquilos. De mientras, su mente empezo a pensar que mal karma tenia para tener que estar siempre solo... las personas nunca se quedaban mucho tiempo a su lado...

- Me parece bien Arween. - Entonces salimos volando hacia direcciones opuesta. ¿Qué me encontraría? Eso solo lo podría descubrir investigando.

El tabernero observa al elfo oscuro, se trata de un humano de piel oscura, sin duda no es occidentail ni se ha criado en esa zona, sin embargo viste de una forma bastante normal y comun a la mayoria de las personas que pueden verse por la ciudad, el tabernero tiene en la mano un par de jarras de cerveza y al escuchar a Ducky se gira y dice:

- Umm pues bueno tienes la guardia muchacho pero no creo que te hagas rico alli, por tu aspecto seguro que quieres algo con mas peligro y beneficios verdad

Coloca una de las jarras delante de Ducky y con una amplia sonrisa dice:

- Pero hombre bebe hombre, son 5 gaians seguro que por aqui hay alguien a quien pueda interesarle contratar a alguien que, bueno, que sabes hacer exactamente

Al escuchar la voz del hombre la mujer levanta la vista del libro y mira con una amable sonrisa, para responder de la misma forma con una leve inclinacion de cabeza y decir:

- Saludos, no debeis de tratarme como alguien noble, pues no lo soy realmente.

Syxnus se puede dar cuenta como el hombre que esta cerca de ellos mira de reojo a los dos, sin duda ese hombre debe de tratarse de algun tipo de guardian. La mujer cierra el libro pero mantiene un dedo entre las paginas, sin duda para no perder la pagina que estaba leyendo.

Sycnus puede notar ahora que esta mucho mas cerca de la mujer como debe conocer la magia ya que nota energia magica a su alrededor, no esta totalmente seguro, pero si que nota algo familiar, la sensacion familiar de encontrarse ante un usuario de la magia

Ducky aparta la jarra con el dorso de la mano.

- Si tuviera 5 gains no estaría tan desesperado. -Dice esperando que el tabernero no se tome su rechazo como una ofensa. -Conozco los caminos, y soy un excelente tirador. Seguro que se te ocurre alguien que necesite justamente eso. Y añade una sonrisa.

El pasillo parecia eterno, aparentemente no habia nada mas que oscurida y restos de estatuas en el lugar, ninguna de ellas tenia la cabeza completa, hasta llegar casi al final de la sala, alli hay una gran estatua que represneta a una humana con alas de angel en la cabeza lo cual indica sin duda que se tratan de restos Shanjim, esto indica que son muy antiguos ya que deben pertenecer a la epoca en la que estos habian dominado toda Gaia, hace unos 250 años tiempo tras el cual se les creyeron extinguidos hasta hace apenas 1 año que han reaparecido como una floreciente y poderosa civilizacion.

Que las ruinas fueran Shanjim solo podia significar que habia objetos muy poderosos pero tambien habia poderosas defensas magicas ya que estos son conocidos como los creadores de las actuales escuelas y tendencias de la magia, ademas de los mayores golemantes de la historia, cuyos golems aun no han sido ni siquiera igualados.

La puerta se encuentra entre las piernas de la gran estatua, tras su umbral puede verse una sala cuadrada con inscripciones en todas las paredes, pero lo realmente llamativo no es eso, sino una figura que hay justo en el centro, en un pedestal hay una niña de pelo negro, ropas negras que parece incosciente, en sus manos tiene un libro bastante grande

El barco humano es muy grande, realmente grandisimo para lo que esta acostumbrada Torween, por fortuna el camarote en el que se habian metido estaba cerca de las escaleras que le llevaba a la bodega, el lugar es oscuro y huele bastante mal, en este puede ver toda clase de alimentos e incluso algunos animales, pero no ve a ningun humano. Algo descorazonada comienza a volver a la planta superior cuando escucha unas voces bastante fuertes, no puede ver a los humanos, pero al parecer ellos a ella tampoco, las voces dicen:

- Si, por fin vamos a tomar tierra dentro de poco, si menos mal que no hemos tenido problemas con los piratas ni con las sirenas, porque no me gustan nada esas islas llenas de seres magicos

La otra voz dice:

- Si, bueno, alli cogeremos carga no? y menos mal que nos deshicimos de ese tio tan raro, daba escalofrios

Saryllion habia sido conducido hacia la frontera, frente a el estaban las tierras de los humanos, la realidad es que nunca habia salido del reino elfico de Rasteld, pero ahora no podria volver en mucho tiempo, o quizas nunca, sin embargo, podria decirse que tenia una motivacion, tal vez ahora no lo entendiera asi pero su hermano mayor le habia dado un gran regalo, un motivo para continuar, para mejorar y seguir adelante. Casi sin darse cuenta comenzo a andar por el sendero, la roca que formaba el camino pronto se convirtio en tierra cada vez menos regular y mas dificil de seguir, sin duda por alli no pasaba mucha gente.

Para bien o para mal el bosque dio paso a una gran extension de pradera, el camino habia comenzado a mejorar desde que salio del bosque, y a lo lejos podia verse como el sendero por el que caminaba se unia a un camino mucho mayor, un camino de tierra pero mucho mas ancho, y asentado, un camino mucho mas transitado.

No muy lejos podia verse como comenzaban algunos campos sembrados, por lo que el elfo sabia los humanos construian granjas en practicamente todos los reinos, y siempre en las afueras de las ciudades y pueblos, por lo que no deberia estar a mas de uno o dos dias de alguna poblacion.

El hombre mira fijamente al mercenario y dice:

- Muy bien, 4 ceros

Coge un papel y escribe la cifra 1 000 000, le da el papel al mercenario y dice:

- En cuanto me traiga a mi hija le dare esta cantidad, pero debe estar sao y salvo, ahora entraremos en algunos detalles ya que hemos conseguido algo de informacion y al parecer han llevado a nuestra hija fuera del reino a algun reino humano

Mira a su mujer y esta asiente y añade:

- Creemos pero no estamos seguros que es el reino de Drasenloft, pero podria realmente ser cualquiera y como comprendera por eso necesitamos a alguien que pueda ser tan versatil como para poder ir a esos reinos barbaricos

Belyye continuo avanzando entre las sombras de aquel lugar mientras las escasas luces de su magia iluminaban a unos escasos metros como si la propia oscuridad quisiera deborar todo aquello dejandolo en un olvido perpetuo, decorado aquel pasillo que parecia alargarse hasta el mas alla, solo quedaban los restos de antiguos guardianos que en antaño habian sido tal vez esplendorosos centinelas, ahora reducidos a piedras erosionadas por el tiempo y cuyos rostros ya habia mucho que se habian perdido en el mas amargo olvido.

El demonio blanco sentia la tension del lugar, pero aun asi algo le empujaba a seguir en silencio, solo escuchando el ruido de sus pasos y sus pensamientos, tal vez los unicos compañeros que le habian acompañado desde que habia comenzado aquel viaje sin retorno hacia la oscuridad del mundo años atras, muchas veces se habia preguntado que sucedia realmente, pero por mucho que lo pensara, nunca conseguia la respuesta y solo mas ansiedad y paranoia invadia su corazon o aquello que tenia de humano en su interior.

Finalmente aquel pasillo amenazo con terminar y tras unos segundos las luces alumbraron lo que parecia una sala, Belyye alzo la cabeza en silencio para contemplar la estatua que se presentaba delante suyo, en ese momento el joven entendio exactamente donde se habia metido y en el instante comprendio que tal vez el sitio podia resultar mucho mas peligroso de lo que habia imaginado en un principio... Pero tampoco sintio miedo, tal vez mereciera la pena.

Bajo entonces la mirada y sus ojos rapidamente se postraron sobre lo que parecia la silueta de un humanoide que no parecia ser una estatua, con un simple gesto Belyye mando a una de sus pequeñas luces acercarse un poco mas a la joven inconsciente mientras con cuidado comenzo a avanzar por la sala, sintiendo que su paranoia volvia ligeramente y su instinto le decia que no podia bajar la guardia, unas ruinas llenas de estatuas de una civilizacion especializada en Golems... Todo tenia su logica, el problema era que aun quedara algun golem guardian activo o alguna trampa aun peor.

Aun asi el demonio no podia dejar a aquella persona alli, si es que realmente esta viva o no era una estatua demasiado realista, algo que dudaba sinceramente.

Sonrió de lado al ver que el hombre aceptaba sin mayor problema, podía notar la desesperación del sujeto, aunque rápidamente se lamentó el no haber pedido una suma mayor, que de seguro se la habrían dado.

-Muy bien, señor Perklins, tenemos un trato - 

La información que decía haber conseguido el político parecía poco confiable, aunque se lo debía mas que nada a la mala calidad de los detectives en la actualidad. Sin embargo, no dejaba de desconfiar. ¿Por qué habrían llevado a la chica a las tierras del desierto? ¿Para venderla como esclava, tal vez? Todo parecía extraño, no era un rapto normal, o al menos, no lo parecía.

- Siento que me esta ocultando cierta información, señor Perklins, la información que dice poseer no es para nada concluyente. Necesito que me de toda la información que posea respecto a la situación, y descuide, no diré nada a nadie, puede confiar en mi... La suma que veo en el papel parece bastante generosa... Y ese par de ceros que añadió de más compran mi silencio.

Mantuvo su sonrisa, para añadir una corta pausa.

- Ademas de la información, necesitare un favor más. Debe de mover sus influencias para que pueda sacar la tecnología que necesite de las islas. Como sabrá, nuestra "orgullosa" nación no es muy permisiva con esto de sacar al exterior su preciada tecnología, y necesito mi equipo para llevar a cabo bien el trabajo. Se que puede conseguir aquello esta misma noche, y si es así, partiré mañana mismo hacía Drasenloft.

Tras haber explicado las condiciones en las que podría realizar el trabajo, se acomodó en el sillon, y esperó la respuesta.

Camino por el sendero mirándolo de cuando en cuando con cierto desdén. Las zonas de tierra se mezclan con charcos y barrizales, y debo esforzarme por evitar que mis botas se manchen con el baro y el polvo. En ocasiones incluso debo salir del propio camino y transitar sobre la hierba. Los humanos no se molestan ni tan siquiera en adoquinar sus caminos como se debe. ¡¡Bárbaros!!

Al menos tengo un motivo para caminar, una fuerza para seguir adelante. El dinero de mi hermano no fue su regalo, su confesión lo fue. Podría haberme dejado marchar con la duda, la culpa y la incertidumbre, pero tuvo el honor -o cometió el error- de dejarme clara su jugada. Ahora se que hay algo que puede guiar mis pasos en medio de la desesperanza. Algún día, puedo decirlo, algún día limpiaré mi nombre y regresaré para ofrecerle yo también un obsequio.

Falta mucho para eso, no obstante, y estoy solo en este mundo. Deberé relacionarme con las razas inferiores, bárbaras, torpes y salvajes, puesto que incluso los elfos que encuentre fuera de nuestros reinos podrán ver mi mancha. Repudiarán mi compañía, seguramente.

Toco mi colgante para asegurarme que sigue en su lugar y recordarme que está ahí para darme ánimos. Uno de sus signos grabados representa a Ishtar, diosa del bien. Madre era devota de ella, -Lo sigue siendo ¿Por qué hablo ahora en pasado de mi propia familia? Porque los he perdido, seguramente- aunque padre creía más en Zaibacher. Ambos están representados en el colgante, y ambos han formado parte de mis oraciones. El Bien y el Equilibrio, buscar el bien aceptando como natural la existencia e importancia del mal. Como el fuego: puede consumir, pero también dar calor. Nunca he terminado de creer en el bien absoluto. Lo que es bueno para uno puede ser malo para otro. Pero si todos aceptamos males menores puede obtenerse un bien común mucho mayor. Bien y equilibrio trabajando juntos, así lo veo yo, y a esos dioses destino mis oraciones.

Cuando el camino entre praderas da paso a los campos sembrados, siento por primera vez cierto calor en mi corazón. Debe haber una población cerca. Acelero un poco el ritmo, pensando en los manjares que degustaré en sus casas del paladar, en la suavidad de sus camas con sábanas de seda y colchones de plumas de cisne, en sus templos donde rogar ayuda a los dioses y consejo a sus sabios sacerdotes...

Fineas no pudo evitar arquear la ceja al escuchar eso sobre la elfa gris que lo acompañó, pensaba que de existir alguien así, no solo habría escuchado bastante más de ella, sino que al oir el nombre rápidamente habría asociado a alguien de semejante calibre.

- Entre los miembros de mi raza hay gente muy notable y que ha hecho historia, pero "creo" que si tu compañera era tan notable, no solo me sonaría su nombre, no obstante trataré de recordar algo más. - dijo Fineas tras escuchar tan fantástico relato, no es que no creyese al muchacho, el propio Fineas había vivido demasiadas experiencias como para creer imposibles ciertas cosas, pero estaba convencido de que alguien tan popular entre su raza, no se le habría escapado el saber algo más.

Lo del nombre lo dicho, y sobre el reino de Vernass sabes que existe y que esta en otro continente nada mas alla de eso. El templo sabes que a los templos principales del dios Zaibacher les suelen llamar por los elementos

Aun tengo algo de tiempo antes de cenar, y ya no recuerdo cuando fué la última vez que usé mi flauta. Era un buen momento como otro cualquiera. Además, no vendría mal que la gente me fuese conociendo por algo. No estaría de mas que me reconociesen con facilidad si necesito encontrar algo de trabajo.

(Cojo la flauta y me pongo a tocar algo suave y melódico no muy alto.)

Melissent sigue al grupo con bastante curiosidad, y algo preocupada por el chico nuevo y la reacción de Fineas. ¿Quién sería esa elfa gris de la que hablan ese par? En un determinado momento le da un toquecito en la espalda a su acompañante y le susurra: Creo que luego vendría bien que me contases algo sobre ti.

Y luego se gira de manera teatral hacia Katsu, de manera que sin querer hace que se le levante algo más el vestido pero sin llegar a revelar nada importante: Oye, perdona... Es que antes dijiste que venías de Vernass y ¿eso no está muy lejos?

Todo esto lo decía mirando fijamente a los ojos del chico, con una sonrisa confiada y curiosidad en la mirada.