Partida Rol por web

Como ya se te era costumbre, una vez mas te habías quedado despierta hasta tarde investigando, investigando sobre tantas cosas que incluso te costaba recordar con claridad todas. Pero algo que si podías recordar con claridad fue un libro de historia que trataba sobre la familia Ainsworth, un tal Elias Ainsworth fue el nombre que mas te llamaba la atención, casi que no podías esperar para tratar de entrar en comunión con ese héroe del pasado... Aunque ya hasta te habías olvidado del porque estabas tan emocionada, quizás mas tarde deberías de refrescar tu memoria.

El sol entró por tu ventana para darte la bienvenida a un nuevo día, uno mas del montón como esperabas. Incluso últimamente te estabas aburriendo ya que la academia estaba en periodo de descanso. Los pájaros cantaban y se posaban sobre tu ventana como acostumbraban.

-Knock Knock-

Escuchaste un golpeteo contra la puerta de tu habitación.

-Señorita Calaris ¿Está despierta?- escuchaste la voz mas que familiar de la maid al otro lado de la puerta, la mujer estuvo a tu lado desde que tenes memoria y no solo te servía a ti, sino que al director de la academia también. -Le traigo su desayuno y una carta que representante de los no-magos ordenó que se entregue a todos los magos menores a 30 años-

Calaris se dió vuelta en las sábanas, entre el mundo onírico en el que estaba, previo al toquido de la puerta.

-_{...aunque sea legal...no puedo casarme con ambos, ¿saben?...} -masculló algo que decía en sus sueños, y luego continuó respirando tranquilamente sin formular nada que tuviera sentido. Estaba en una posición ligeramente incómoda, porque de un lado dormía un gato negro hecho un ovillo, y desperdigados por la cama habían tres libros que había estado consultando antes de caer dormida. Sin embargo, el anuncio de desayuno le hizo abrir los ojos, perezosamente.

-Si, adelante...cuidado con algunas cosas en el suelo.

Su habitación no era la más ordenada, pero tenía orden en su desorden y siempre sabía donde encontrar lo que necesitaba. Libros apoyados en tal o cual lado para tenerlos a mano, notas sueltas, chucherías bonitas, juguetes de gato...A veces se detenía a ordenar, pero la velocidad para regresar el desorden al poder era demasiada.

Calaris se fue sentando en la cama, y el gato despertó también, dando un perfecto maullido casi musical como saludo. Se rascó un poco el cabello, y tomó al felino de su sitio, apoyando la frente en la de la mascota con afecto.

-Hola Kushu, gato bebé -susurró llena de cursilería procurando que no se le escuchara demasiado. El gato tenía un año y algo ya, pero para ella siempre sería un "gato bebé". Realmente era de la casa, pero el animal obstinadamente prefería dormir con ella, estar con ella, y en general hacerle más caso que al resto de los habitantes de la casa, además de que su habitación era su guarida predilecta para tomar siestas. Saludó a la persona entrante con un cálido "buenos días", mientras quitaba los libros de la periferia para facilitarle el trabajo.

El pequeño gato cierra los ojos y ronronea cuando recibe la muestra de afecto matutina. Ni bien te separas del pequeño felino, la puerta de tu habitación se abre y entra la sirvienta, sosteniendo una bandeja con un generoso desayuno compuesto por tostadas, varios tipos de jugo y snacks caseros recien salidos del horno. El olor no solo te hacia agua en la boca, sino que al gato también.

-Uno de estos días debe permitirme limpiar su habitación- dice la maid mientras deja la bandeja de con la comida y bebida delante tuyo en la cama -el desayuno de Kushu esta en la bandeja- había un pequeño platito con su nombre en el costado de la bandeja, mientras que en el otro costado, había una carta cerrada.

-Mientras dormía, un almirante de la marina llegó y solicitó audiencia con los tres gobernantes, su padre esta ahora mismo con el almirante discutiendo, esa carta fue echa por ordenes urgentes del representante de los no mago... Seguramente la marina trata de que Magnostad entre al gobierno mundial, pero no se el porque de la carta- la maid te hace una respetuosa reverencia.

-Si me disculpa, iré a limpiar la mansión-

-Si, gracias.

Asintió con sus palabras, y tomó el recipiente de Kushu, dejándolo a un lado de las sábanas. Debería bajarlo al piso, pero tampoco le molestaba que ocupara algo de lugar mascando su comida. Se sentía tranquila, con el canto de los pájaros mañaneros resonando en su oído y de fondo, el ronroneo conforme del gato de la casa.

Una carta para los magos...¿supongo que las habilidades de historiador me hacen entrar más o menos en esa categoría? Almirantes...¿estamos hablando de los de aquí o los de Tamriel?

Acercó el libro con información sobre Ainsworth, pero decidió dejarlo sobre su regazo y leer la carta primero. Tras abrir el sobre la sostuvo con una mano, mientras la otra mantenía entre sus dedos un bocadillo de jamón, queso y masa de pan fundida.

Sostuviste la carta y con la calma de la mañana decidiste leerla.

Por el presente medio, se informa que todos los magos y similares menores a 30 años de edad (o 300 en caso de elfos) deben de presentarse al medio día frente al puerto, en donde a quienes lo deseen se les podrá permitir entrar a la marina como nuevos reclutas. Gozaran de sueldo completo y todos los beneficios que vienen con ser miembros de la marina

Debajo de ese texto estaba el sello del representante de los no mago del país y un sello de un dragón dorado.

Ni bien terminaste de leer la corta carta, viste como el pequeño gato negro alza su cabeza, como si hubiese escuchado algo... Y así lo hizo, muy a lo lejos, desde tu habitación y mirando a la ciudad pudiste escuchar revuelto de multitud.

¿La marina? Si voy a estar ocupada con mi viaje, no se si debería...

Giró la cabeza en dirección a la ventana.

-¿No es un poco temprano...? No...no suena como el alboroto normal del paseo de compras. -pensó esto quitando con cuidado la bandeja que obstruía su salida. Calaris se levantó con mirada intrigada, llevándose otro de los bocadillos, y habló con suavidad- Tú ven aquí, ¿eh?

Levantó al gato con la otra mano, sencillamente porque tenía una revelación a futuro muy cercano, de Kushu metiendo el hocico en su taza o llevandose uno de los bocadillos para destriparlo cerca y desperdigar migajas por todos lados ahora que la bandeja estaba desprotegida. Abrió la ventana sosteniendo el alimento con la boca, y asomó a ver que sucedía.

Con comida en boca y gato en manos, te asomaste a ver que era el murmullo que se escuchaba...

Algo lejos, pudiste ver a un anciano mago tirado en el piso con sangre en su rostro, parado delante de el había un marine de rango de capitán con su puño cerrado y con sangre en el.

-No te pases conmigo viejo- escuchaste al marine pero no podías ver su rostro porque usaba la gorra, tampoco podías ver su tipo de cuerpo porque se lo tapaba con su tapado de capitán. -escupirme porque no soy mago? Quien demonios te crees que eres?!-

Era normal que hubiese algún que otro anciano que siga con esa forma de pensar... Pero escupir a un capitán de la marina, por mas que se lo tenga merecido por ser un moviemiento estupido, se notaba que las cosas solo iban a escalar de ahí.

Estás cosas no parece que vayan a terminar nunca...¿que hago? Las cosas podrían volverse más serias si me tardo en vestirme.

Evaluó el salto desde donde estaba hasta el suelo. Debería estar bien si cuidaba de reforzar las piernas en la caída. Se concentró un miembro, y recordó la moda de hacía unos días años. No había cambiado tanto, pero ahora usar algo así era reservado para ocasiones formales y gente mayor. Pero, era mejor que presentarse vistiendo ropa interior, medias largas y una bata semi translúcida.

Con este pensamiento, una camisa antigua (o formal dependiendo de quien la mirará) le vistió,al igual que un pantalón con múltiples bolsillos fijos, mayoritariamente inútiles excepto para llevar objetos muy aplanados y no demasiadas amplios.

-¡Hey! -dejo al gato en el suelo y el bocadillo sobre una de las mesas- ¡Creo que ya comprendido el mensaje, déjalo ser!

El marine iba a seguir golpeandolo hasta que escuchó tu grito. Al hacerlo, simplemente te mira y vuelve a mirar al anciano.

-Vive el resto de tu miserable vida sabiendo que un no mago te humilló- dice el joven capitán mirando al anciano en el piso. Se retira, no sin antes escupirlo de la misma forma que lo escupieron a el.

El anciano se pone de pie y se estaba preparando para lanzar un hechizo al capitán... Pero antes de que lo hiciera se da cuenta que es una idea estupida y murmurando groserias, se empieza a ir.

Ciertamente los marines no eran como el pueblo, ellos no dejarían que les falten el respeto... Lo que en cierta forma te hizo creer que la reunion con los tres gobernantes y el almirante de la marina, podía salir muy mal... Y muy rapido.

Calaris suspiró aliviada de actualmente no tener que salir vestida así, y se devolvió al interior cerrando la cortina y deshaciéndose de las ropas improvisadas.

Afortunadamente tengo entendido que los tres grandes son mucho menos tontos que los ancianos clasistas como ese. Ahora...

Volvió la vista a la carta que había quedado sobre la cama.

La marina, ¿eh? No sé...

Comenzó a pasear por el cuarto, pensativa, mientras iba vistiéndose de forma propia y comía a medias su desayuno mientras esto, casi de forma automática porque se había puesto a pensar con seriedad.

Siendo objetiva no sé donde está Dominik, y no tengo una forma concreta de buscarlo. Estaba pensando conseguir un trabajo y ganar dinero para poder viajar...¿debería? Estar en la marina, en cualquier barco debería darme movilidad y las destinaciones variadas me dejarían recolectar información en distintas locaciones. La paga debe ser buena al ser un oficio del estado...y siendo honestos, mis capacidades no son las más comunes, seguro que siendo un oficio escaso podría hacerme lugar. Quizá haya chance de explorar ruinas marinas y sitios con información sin descubrir.

-Hmm...hmm...hmm...

Pero, no se si sencillamente vayan a enlistar sin mas o si pidan demostraciones...si hacen alguna clase de prueba o piden una demostración de habilidad podría catapultárme a algo más que un barco estándar. La flota Ashran suena como demasiado para mí, pero no pierdo nada con apuntar alto...y en el otro extremo.

Este tipo Europa, supongo que es un logro ser el pez mas pequeño del gran estanque, sigue siendo renombre a nivel mundial después de todo. Hmm...cualquiera estaría bien realmente, sin ser la dama zombie y el elfo sadista, no creo que la pase demasiado bien con esa clase de compañía.

¿Cuanto tiempo tengo? Medio día...¡son unas pocas horas de diferencia! Necesito terminar de estudiar a Ainsworth y leer sobre alguien más si quiero estar medianamente preparada para destacar. ¡Vamos Hermeus, hoy necesito mucho conocimiento!...

Se olvidó del resto del desayuno, y despejó (más o menos) la cama para echarse sobre ella, con el libro que contenía esta información. Era la primera vez que iba a probar la comunión mayor después de todo, así que debería apresurarse.

Tomaste el libro y empezaste a leer sobre este tal Elias Ainsworth.

Al principio del libro, hubo otros dos nombres que te llamaron la atención: Zeno the Lightbringer y Aliza the Lightbringer "los lobos de la esperanza" era como eran llamados por el propio Elias, pero el libro no se trataba de ellos, por lo que solo estaban sus nombres.

Elias Ainsworth, se cree que fue este hombre que inició el linaje Ainsworth cuando junto con Zeno y Aliza ayudó a salvar el recién fundado país de Reim. Siendo un tutor para Zeno y una figura paterna para Aliza, Elias se expresó mas que feliz cuando supo que sus dos alumnos lo habían superado en poder... Es por mismo también que una tristeza sin igual lo invadió cuando se enteró de la muerte de los hermanos. Hasta hoy se cree que fue esta tristeza lo que lo mató.

Siendo un hombre alegre, era difícil creer que Elias tuviese tantos enemigos como los tenía, pero tener ideas radicales como oponerse a la esclavitud y educar a la prole, fue lo que le ganó tantos enemigos en el país que próximamente sería Reim, país cuyo nombre ya se perdió en la historia.

Un archimago de gran calibre, Elias en su juventud había recorrido Tamriel y el mundo que hoy se conoce como mar resplandeciente, aprendiendo todo tipo de magia y sus variantes, solo cuando conoció a la mujer que sería su esposa es cuando decide sentar cabeza en Tamriel.

Participante y uno de los dos supervivientes de lo que los historiadores llaman "La guerra de la araña", se sabía que junto con el otro superviviente cuyo nombre es desconocido, son los únicos que saben lo que de verdad sucedió ese día. La historia simplemente lo registra como el día que nació Reim... Si tan solo Elias pudiese contar lo que sucedió, un capitulo oscuro de la historia del mundo sería revelado.

En los últimos años de su vida, Elias expresó un claro odio hacia a las arañas... Es por eso que los pocos que lo conocían se sorprendieron cuando decidió que la araña sea el símbolo de su linaje. En la actualidad, se cree que el linaje de Elias esta extinto, pues no se sabe de ninguna familia con ese apellido en Reim o en ningún otro lado.

El libro te dio algunos detalles sobre Elias.

Si tratabas la comunión, podrías manejar algo de su poder, que según lo que leíste era bastante habilidoso... Aunque tambien te llamaba la atención los conocimientos que este hombre pudo haberse llevado a la tumba.

Suena como un hombre genial, pero lleno de misterios...

Se puso de pie, dejando el libro sobre la mesa. Extendió ambas manos a los costados, concentrándose en la información que conocía. Sentía su energía áurica oscular, como esperando su pequeño experimento, o quizá era sencillamente que Calaris estaba emocionada. Estuvo repasando los hechos relacionados buscando un "título" ideal para otorgarle. Realmente no es que fuera necesario, pero hey, todo estaba en la calidad de la presentación según Calaris.

-Salvador de Reim, ancestro de los Ainsworth, hombre de misterios...

Repasó estos puntos con ceremonia en voz alta, y permitió que esas memorias comenzaran a fluir por su ser, invocando sus ropajes con su habilidad de recrear objetos del pasado y heróicos.

¡Elias...Ainsworth!

Cerraste tus ojos y un leve calor empezó a recorrer tu cuerpo. Desde la nada misma ropas se empezaron a materializar, comenzando desde tus pies.

Unos elegantes y antiguos zapatos negros fueron lo primero en aparecer, seguido de un pantalón de seda negro, atuendo clasico de los hombres adinerados de la antiguedad. Llegado tu pecho, una fina camisa de seda blanca y en tu cuello, una cadena de plata.

En tu cintura, empezó a materializarse un cinturón capaz de sostener pequeños viales y dos finos objetos que pronto descubrirías que son varitas. Al usar tu habilidad de manifestar objetos heroicos, en el cinturón se materializaron dos varitas de extraños diseños. La primera en aparecer fue una varita azul con un lobo en su mango como diseño, la segunda, se trataba de una varita negra como la noche con una araña en su mango.

Todo estaba saliendo a la perfección, te sentías capaz de utilizar magia e incluso te sentiste mas fuerte físicamente, tus sentidos se agudizaron y en general te sentías muy bien... Lo único que no estaba llegando eran las memorias, no pudiste evitar preguntarte si hiciste algo mal, pero estabas segura que no lo habías echo.

-Un historiador-

Escuchaste una voz a tu espalda y al darte vuelta viste un sonriente hombre mirándote desde arriba.

El sujeto estaba vestido exactamente igual que vos, por lo que no tardaste en deducir de quien se trataba... ¿Pero como? Fue lo que te preguntaste, en teoría deberías de haber accedido a sus memorias, únicamente eso.

-Y una Starborn nada menos- el sujeto te hace una reverencia -no creo que sea necesario que me presente así que ¿Sería tan amable de decirme su nombre? ¿Y el porque un historiador esta interesado en un don nadie como yo?- parecería que ni el propio Elias sabía que luego de su muerte, su nombre pasó a la historia.

Te resultaba sumamente extraño, pero el pequeño felino seguía haciendo sus cosas... Lo que te demostró que vos y únicamente vos podías ver y escuchar a este hombre.

-¿Ah?

Calaris abrió los ojos y se cayó sentada de la impresión de tener a alguien más tan de repente en su habitación. Iba a preguntar lo más obvio que venía a su mente en ese momento, pero las ropas similares sencillamente le hicieron descartar el desperdicio de saliva.

-¡H-hola! -dijo poniendo sus pensamientos en orden...más o menos. Aún así saludó de forma animada.- Efectivamente soy una historiadora...pero hace relativamente poco que domino el poder entrar en comunión con figuras del pasado, y este es mi primer intento. ¿Esto es...normal? No que no me guste la compañía, pero no sabía que realmente la persona hacía acto de presencia.

Se puso de pie como un resorte, mirándole ahora intrigada.

-¡Es poco usual que la gente reconozca mi raza con una mirada, realmente eso solo le hace una persona intrigante! Mi nombre es Calaris...Amarantine -aún estaba pensando seriamente si comenzar a usar aquel apellido o no-Y, encontré información sobre usted en cierto tomo que tengo por aquí...pero en general sus datos son un tanto esquivos. Se llevó a la tumba unos cuantos secretos. Supongo que si eligió no decirlo no contestaría ahora lo que sucedió en la guerra de la Araña...¿verdad? Es muy conocido por ser el defensor de Reim, que actualmente es como que el mejor país del mundo, fuerte, rico, su "pobreza" es como vive la gente de forma estándar en la mayoría de los países aledaños...

Naturalmente no pudo esconder su curiosidad al respecto, y conforme avanzaba en sus dudas se descubrió sin mucho remordimiento como la nerd de la historia que era.

-¿Qué tal su causa de muerte? Ah, lo siento, debe ser un tema desagradable, es que nunca se establece por qué falleció realmente. Y por qué el símbolo de su casa es lo que más odia! ¡Q-quiero saberlo!

Frenó un momento, ya que se había quedado sin aire.

-Para responder a tus preguntas en orden- dice dejando salir una ligera risa.

-Esta primera comunión es tuya es normal pero no es normal porque soy yo quien la hizo anormal- con total confianza se sienta en la cama. -los historiadores pueden ver al espíritu heroico con el cual hacen comunión- se cruza de piernas y continua explicando -pero no puedes acceder a mis recuerdos porque parece que yo mismo los oculte antes de morir, para prevenir que sea lo que sea que supiese permaneciera oculto-

-Sobre como se que eres una Starborn- se ríe ligeramente -mi esposa y la madre de mis hijos también era una, tus ojos te delataron ya que son iguales a los de ella- cuando mencionas a Reim y como es uno de los mejores lugares para vivir, baja su cabeza y el rostro de Elias muestra una muy clara felicidad.

-Entonces me alegro saber que mis amigos y alumnos no murieron por nada- vuelve a mirarte una vez mas -mis recuerdos sobre la guerra de la araña son precisamente los que faltan-

-Mmmmm la causa de mi muerte...- se queda haciendo memoria -tampoco la recuerdo, pero conociendo como soy yo seguramente me atragante con comida o me resbale en la ducha- se empieza a reír fuertemente de su propio chiste... O al menos creíste que se trataba de uno.

-Hice que la araña sea el símbolo de mi casa porque en Reim hay una araña que es conocida por ser canibal... Únicamente come arañas, decir que la araña es el símbolo de mi casa es incorrecto, en realidad esa araña en especifico es el símbolo... Aunque tampoco recuerdo porque odio a las arañas-

Calaris cambió su mirada a una más suspicaz.

-Lo que puedo deducir es que, a pesar de la buena actitud que trae consigo... -levantó un dedo  de forma declarativa y una sonrisa- Evidentemente es una persona sospechosa.

Abrió la cortina nuevamente para dejar entrar más luz a la estancia.

-Llevarse secretos del pasado solo incita a cualquier historiador que se precie a continuar cavando, sin importar que se esconda o no por buenas intenciones. Sencillamente necesitamos saber, sea por curiosidad y egoísmo personal o por el bien de continuar armando el puzzle llamado "historia" que nos fascina a todos. Por eso, diría que la mejor forma de mantener algo así a seguro es ocultarlo si, pero dejar una historia creíble donde falta la información para que haya menos sospechas.

Camino a un libro cercano, de los de notas, y sacó una pluma del tintero.

-Me aseguraré de registrar el estatuto sobre el símbolo Aisnworth. Ahora, ahora, siendo un poderoso archimago que salvó básicamente a la nación más poderosa del mundo en sus inicios, dudo que haya muerto con un hueso de pollo.

Suspiró con suavidad.

-Ahora mismo lo único que se me ocurre es que quizá las memorias perdidas resurjan si entra en contacto con los sitios, seres o entidades con los que interactuó en vida. Presentandome un puzzle así, naturalmente estaré pendiente de investigar. Pero...intuyo que tuvo muy buenas razones para ocultar esas cosas. Sospecho que si llego a descubrirlas, elija mantener el secreto en lugar de registrarla en la historia. Todos somos diferentes en cuanto a nuestro aproche al oficio, pero no pienso revelar algo que podría resultar solo en consecuencias negativas para quienes viven en esta época.

Seguidamente, puso ambas manos en la cintura.

-¡Pero, suficiente de mí tratando de meterme en sus asuntos privados! Estoy contenta de contar con su presencia. Anteriormente había tratado de conectar con la Dama del Mar, pero hay aún menos datos de ella que de usted. Aún así pude rescatar una pieza de su arte, así que me doy por satisfecha de momento.

Se miró a sí misma, y descolgó una de las varitas del cinturón.

-¡Genial! Poco hay más icónico de los magos que sus varitas y bastones mágicos -lo giró en sus manos y apuntó a una pila de papeles que contenía sus notas del semestre pasado- ¿Qué hacen estas dos?

-Esa dama del mar, primera vez que la escucho nombrar- parecería que incluso la dama del mar era una figura rodeada de misterio, mas aun que el propio Elias.

Elias parecía una persona relajada, por lo que le costó seguir el ritmo de la conversación al principio. Finalmente cuando preguntaste por sus varitas, su vista se iluminó.

-¡Mis varitas!- dice con un brillo en sus ojos y mirando las varitas -esperanza y traición- dice mirando primero a la varita de lobo y luego a la varita de araña.

-Esperanza canalizaba mejor que ninguna los hechizos de tipo defensivos y de sanación mientras que traición hacia que los hechizos de ataque sean terriblemente poderosos- sonríe ligeramente -ambas están echas de materiales que ya no existen, esperanza esta echa de un fuego que se lo conoce como "Fuego de esperanza"- era la primera vez en tu vida que habías escuchado de ese tipo de elemento.

-Mas poderoso que las llamas solares de Dagón, este fuego azul era capaz de sanar todo... Y cuando digo todo me refiero a todo- mira la varita de araña -traición... Una mujer que solo conocí como "la araña" me la entrego años antes de que la guerra de la araña diciendo que se me iba a ser útil cuando el momento llegara- notaste en su rostro que trató de hacer memoria sobre la mujer conocida como "la araña" y sobre la guerra de la araña... Pero era inutil, por mas que tratara de recordar no podía hacerlo.

-Quizá en algún momento pueda mostrarle la danza y canción que aprendí de esa dama...la letra es apasionada y un tanto oscura, pero si lo hiciera aquí mi habitación terminaría empapada. Usaba agua para acompañar las visuales.

Tomó la barbilla un momento tras escucharle, inquisitiva.

-¿Quizá odiaba a la mujer y no al arácnido real? -esperaba algún día conocer la historia completa, pero ahora solo podía hacer conjeturas.

Calaris casi dejó caer la varita que tenía, que aparentemente era esperanza, y malabareo torpemente la misma entre las manos hasta asegurarla bien, cuando se le dijo algo de las especificaciones del material.

-¿Un fuego más poderoso que el de un dios? ¿¡Estaba usted bromeando cuando preguntó por qué pasó a la historia!? ¡La gente no sueña siquiera con algo así! -examinó el objeto con ojo crítico- ¿Desde un rasguño en la mejilla hasta un alma despedazada? ¿Incluso una muerte? Si, suena como algo de ese calibre...dudo que pudiera hacer algo así ahora por mi cuenta, no al menos sin hacerme muchísimo daño o quizá morir por el esfuerzo. Veo que tengo un largo camino hasta dar la talla para poder imitar algunas de sus proezas.

Luego tomó la segunda, pero su mirada cambió a cautela y sospecha.

-¿Que clase de historia oculta esta varita...? Si el odio era a la mujer realmente, puede que este objeto haya hecho algo horrible que provocó ese odio de su parte. Por ahora...necesitaría tips básicos en cómo usar ambas, usualmente la memoria conecta con uno para poder usar las habilidades de forma intuitiva, ¡pero veo que este es el comienzo de una relación compleja! Espero que no se sienta demasiado ofendido de ver a alguien como yo imitándole cada tanto.

-Bueno bueno, no es como si yo hubiese podido hacer esas cosas, la varita esta echa de un material que puede hacer esas cosas- se ríe ligeramente.

-Es verdad que podía hacer muchas cosas, pero no sanar almas o revivir a los muertos, porque de haber sido capaz de sanar almas almas hubiese sanado la mía- acababa de decir algo muy importante, algo que te dio una pista sobre su muerte, pero parecería que ni el propio Elias se dio cuenta de la profundidad de lo que acababa de decir.

-A esperanza la usaba con mi mano derecha y a traición con la izquierda- dice en respuesta tu pedido de tips.

-Mientras dure la comunión deberías de poder utilizar mis hechizos más básicos sin problemas- mira a todos lados de la alborotada habitación. -Aunque... Deberíamos de ir afuera para eso-

-Mejor, mi habitación tiene un balance muy delicado en cuanto a donde está todo...no creo que a mi padre le importe que use su campo de entrenamiento, siendo un gran mago debería estar equipado bien o al menos debería haber espacio para lanzar rayos o lo que sea que vaya a suceder.

Diciendo esto, abrió la puerta.

-Antes de ello pensé por un momento en invitarte algo de beber o comer pero...bueno, no necesitas eso, ¿verdad?

Hmm...¿que sucedió a esta persona? Algo en la escala de dañar el alma suena muy oscuro...