Partida Rol por web

Viviana se lanza un conjuro de invisivilidad sobre si mientras discutis como entrar y proceder.

Oswald se agacha a ver unas marcas en el suelo.

- No hay duda, un dragon rojo, cronologicamente menos de cien años, más de cincuenta, en terminos humanos unos veinte años, más o menos.

¿Dónde está la bruja loca? Oh, por mis ancestros, seguro que ha empleado un hechizo para alejarse de mi se una vez por todas... no, seguro que no, no puede ser tan simple deshacerse de esa pesada hechicera. En ocasiones creo que nunca podré librarme de su estresante presencia... no es un pensamiento honorable, pero quizá el dragón sea capaz de hacerme un favor en ese aspecto - Bruja, no estaría mal que utilizar un conjuro para desaparecer sobre otro compañero cuando nosotros entrar en la guarida del dragón. Así el ser no verá cuantos somos nosotros, solo a un solitario pastor de muflones.

El enano se sobresaltó al ver tal muestra de artes arcanas:

- Joder, los usos que podría darle yo a eso ¡ya lo creo! Bah, vosotros los magos no sabéis lo que tenéis. Lo usáis todo para nobles fines místicos y demás patraña. Solo se vive una vez, eso es lo que yo digo, y si yo pudiera hacer eso queda claro para qué lo emplearía...

Y vaya que si queda claro

- Drokern,eso lo dices porque no has conocido a mi padre - comenta la voz de Viviana, todavia invisible- ¿Quien quiere ser invisible?

Supongo que emplear para hacer el bien, ¿no es así enano? Los más importantes valores son el valor y la lealtad, todos lo saben. Si yo tener magia en mi sangre siempre emplear para ayudar, no para bene... ¿beneficio?... beneficio mío... propio - Claro que dudo que el enano comparta mis valores, a pesar de que tanto el valor como sobretodo la lealtad están arraigados en su cultura... no en la mía claro está, pero he de admitir que no soy un bárbaro corriente. Me atrevo a suponer que él tampoco es un enano corriente, y fue expulsado de entre los suyos como yo de entre los míos... Si no fuera por ella nunca me plantearía volver... - Cierto es enano que solo vivir una vez, por eso tener que aprovechar el tiempo en actos valientes que ayuden a los demás, y que nos hagan mejores. Así nuestros ancestros recibirnos con los brazos abiertos en el mundo que sigue a este.

No se atrevia a hablar. Temia que en cualquier momento cayera a un lado del camino, desternillada de risa tanto por la ingenuidad del barbaro, como por las sarcasticas frases del enano. Dioses, como podian haber sobrevivido en el mundo exterior? Ella, que provenia de un cerrado claustro de estudio, se sentia mas consciente y realista que aquel par. 

Sus dedos acariciaron el muflon con que se cubria. Debia haber preparado algo para bloquear su propio olfato...bueno, no, mejor era no desperdiciar magia. Por eso acepto la invitacion de la bruja a ser invisible. De esa forma podria reservar mas de sus propios conjuros para mas tarde...

Miro hacia adelante. Una cueva con una bestia, por fortuna joven para los estandares de la raza, pero igualmente sin duda vigorosa, y por esa misma juventud quizas aun mas impetuosa... Ojala fuera tan ingenua como esperaba el barbaro.

Que le azotaran, dioses, a la muchachita le parecía divertido. A él, cuando era joven, le habían enseñado que toda mujer, por el hecho de serlo, era una doncella y una princesa en potencia. Esto, claro estaba, no se había sostenido mucho tiempo y había caído por su propio peso

Claro está, que si le hace gracia -reflexionó el enano-, es porque se trata de una de esas autodenominadas doncellas a las que le encantaría que se las espiase. De todo hay en el mundo...

Pero no dijo nada... no quería que le tomasen por un enano de moral laxa, algo que (no había que decirlo) él, Drokern Drakensong, no era... Él era un enano de moral muy laxa. Y eso marca una diferencia.

- Claro, claro, claro, claro, mi enorme amigo. Para hacer el bien. Ahora, ¿cuál bien? El bien es un valor muy personal, depende mucho de la perspectiva. Por ejemplo, para ti el bien puede ser, pongamos un ejemplo aleatorio, matar a un dragón para salvar a un pueblo de su secuestro. Para mi el bien está más cerca de matar un muflón y asarlo al espetón para salvar al estómago del secuestro del hambre. Como ves, son cosas parecidas pero no iguales. Y sí, estoy muy muy -repetía lo importante dos veces, así se quedaba seguro de que el idiota del bárbaro se enteraba de lo que decía- de acuerdo de acuerdo contigo en eso de que solo se vive una vez. Salvo los gatos, que esos viven siete veces. ¿Alguno de los presentes es un gato? -el enano, aunque tratase de evitarlo, era un enano y como tal era inconscientemente tozudo como una mula. Bajo la pregunta inocente quedaba muy clara la reflexión. Quizá convenía que fueran unos gatos los que matasen al dragón...

Pero lo de los ancestros le gustó menos:

- Dios mío, hablas tan honorablemente que casi pareces un enano. Por favor, amigo, khâlasarko-nu-î que dirían en mi lengua. No me hables de ancestros en este momento, el dragón también tendrá los suyos, ¿o a ti que te parece?

Puedes hacer el bien para los demás sin darte cuenta Drokem, aunque tu estés matando al dragon por dinero, por ejemplo.  ¿Nuestro plan es esperar aquí no?

En parte comprendia a la hechicera, el también pensaba que luchar contra un dragón era algo que se le antojaba terrorifico y emocionante al mismo tiempo.

Es un orgullo saber que tus compañeros piensan de la misma forma que tu. Siguen tus convicciones y les motivan tus ideales. Son buenos camaradas, solo necesitan un líder lo suficientemente valeroso... y han tenido suerte. He de actuar como el líder que se merecen, pues, acaso no fui yo quien ideó el plan y quien plantea introducirse el primero en la guarida del dragón disfrazado de pastor... Enano, me alegra ver que opinas como yo. Claro que tu tienes algunos... ¿cómo se dice? matices. Pero en... en... esen... esencia la opinión es la misma. En cuanto a lo de los gatos no puedo hablar con percepción... precisión, pues en mi tribu no tener... teníamos ese tipo de animal. Y los pocos gatos que obsequié... observé estaban todos en su séptima vida, pues ninguno se levantó después de morir...

Girando la cabeza hacia el señor riñón añade - Señor Kinder, no es ese el plan. El plan es discutirse... disfrazarse de pastores y entrar en la caverna. Una vez allí hablar con el dragón para que cuando esté depilado... despistado podamos atacar al universo... unión... unísono.

No es bueno ofender a un enano. Ni siquiera cuando ese enano pretende no ser un enano.

Drokern escupe al suelo ante las palabras de su compañero de grupo, pero sigue tranquilo.

- ¿Por dinero? Supongo que piensas que soy un maldito mercenario, un avaro o un rajabarbas de tres al cuarto. Supongo que en tu estereotipada imagen del mundo, del bien, del mal, de elfos y de enanos no puede ocurrírsete otra respuesta a que un enano haga una cosa que no sea por dinero. ¿Cómo hacer que dos enanos peleen a muerte? ¡Todo el mundo lo sabe!, tirando una moneda en medio, claro -Drokern ha dicho todo esto mientras reflexiona andando en círculos, pero al acabar, se pone de frente a Richard y le señala con un dedo.

Y aún te dire más, no recuerdo una sola vez que haya hecho el bien sin darme cuenta. Me he dado cuenta todas y cada una de las veces, y lo mismo cuando hacía el mal, qué palabras tan grandilocuentes... Y aquí estoy, aunque no queráis daros cuenta, velando por vosotros aunque os estéis lanzando como quinceañeros barbilampiños a una muerte segura, y todo por ha-cer-el-bien -dice con sorna. ¡Diantes! Y ni siquiera sé por qué lo hago. ¿Cómo os tengo que meter el sentido común en la cabeza? -el enano parece amenazar con golpear con su laúd-. Sois personas buenas, pero no matadragones. Si moris nadie cantará romances épicos sobre vosotros. No, no me miréis a mi, no se me dan bien, desde luego que no seré yo. ¿Y os jugáis el pescuezo a cambio de qué? ¿Por hacer el bien a unas pobres gentes?... ¡ja! A quien beneficiais es a un rey de tres al cuarto que es probablemente el verdadero problema de esas pobres gentes y a un hechicero que seguro que posee las mejores intenciones para con un libro de hechicería destructora.

No, a mi no me engañáis. Los que verdaderamente lo hacéis por el dinero sois vosotros, porque si de verdad lo hiciérais por aquello que llamáis el bien habríais lidiado con toda la gentuza reinante y mandante también. Pero os hace sentir mejor. Os llena el cuerpo de una sensación gloriosa, jugar a ser dios, a ser el benefactor de las pobres gentes desamparadas que con dragón vivo o dragón muerto seguirán estando igual...

- De seis personas que hay delante de mi casa -ois una voz poderosa y orgullosa, muy masculina, no sabeis de donde procede pero no cuesta mucho deducir quien esta hablando- Solo una de ellas tiene cerebro, harias bien en escuchar al enano, piensa mejor que todos vosotros juntos. Espero que tengais una buena excusa para molestarme acercando muflones apestosos a mi casa y discutiendo como verduleras, yo no recuerdo haber venido a vuestras respectivas casas a cagarme en ellas.

Vaya, por fin alguien me da la razón -piensa Drokern, satisfecho-, ya iba siendo h.....

Su pensamiento se interrumpe de improviso. Mira a sus compañeros, ninguno ha abierto la boca. Esa voz no es de Fairiel, claro, a no ser que en su vida anterior se llamase Ulrik o algo así. Las frases son demasiado complejas para el idiota del bárbaro, y Ricardo Riñón hubiera respondido a su provocación... Así que eso solo nos deja...

... a Dragonblade, claro... Peeero... Dragonpain jamás me daría la razón... Qué extraño...

Que uno más uno son dos acaba cayendo por su propio peso sobre la cabeza de todo enano distraído... De repente, los sistemas mentales de Drokern se pusieron en marcha, contrarrestando con sonoridad su falta de rapidez. ¡DRAGÓN, DRAGÓN, MUERTE, CALOR, ACHICHARRAMIENTO, DIENTES GRANDES, PANZA GORDA!

Sin embargo, en lo que tardó en procesarlo, a Drokern ya le había dado tiempo a decir una cosa. A veces la lengua es más rápida que la mente. Y más en un bardo.

- Vaya, qué dragón tan malhablado...

Bueno, realmente no habia pensado ni por un segundo que el plan fuera a funcionar, ahora solo quedaba apelar al ego del dragón para que viniera igualmente. Tubo serios problemas para no hacer una broma al respecto, así que decidió infantilizar todo un poco y hacer pensar al dragón que eran inutiles mercenarios con ansias de gloria, que por otro lado tal vez eran...

Somos servidores de la luz sagrada que hemos venido a matar a un malvado dragón que come virgenes puras... O algo así. Dijo encogiendose de hombros y mirando a Dragonbane.

Ciertamente el enano tenía un razonamiento sólido y más valía escucharle. La situación del enano era parecida a la mía... es posible que nunca se sintiese cómodo entre los suyos y se viese obligado a marcharse lejos de su casa. Nadie debería juzgar a un individuo basándose en estereotipos o en cómo debe actuar por pertenecer a una raza o etnia, es un error de bulto. Todos tenemos derecho a elegir nuestro camino, por muy particular que este sea... - en los últimos días el enano estaba abriendo la mente al bárbaro - quizá si no encajo entre los míos es que no debo volver, quizá deba encontrar otro sitio al que llamar hogar... no esta sociedad feudal que tanto detesto y tan carente de valores... pero quizá haya un sitio para mi en otra parte... Claro que, está ella. Ya casi ni recuerdo sus rasgos, ni la emoción que sentía al verla ¿puede que esté idealizándola? ¿puede que sea un reflejo de lo que quiero que sea?... - Enano, sabias son tus palabras...

De repente una voz interrumpe - Eh, ¿A quién estás llamando tonto? - ¡Es el dragón! Bien, parece que mi plan fue un fracaso... al menos era un plan por muchos defectos que tuviese, ¿qué han planteado ellos? Podíamos haber estado discutiendo un mes... Ahora, hay que matar al dragón. Espera, ¿por qué? ¿Por ser diferente?, ¿por ser malvado? o ¿por querer hacer el bien? Desde luego que las dos últimas opciones son válidas, pero quizá se le tiene por malvado solo por ser diferente... Oh! vamos Nanuk es un jodido dragón, no me vengas con remilgos a estas alturas - Eres un... Debes mori... - Las palabras no brotaban de la garganta del bárbaro, hasta ahora no había cuestionado los motivos de la misión, pero ahora... - Bárbaro tonto, bárbaro imbécil, seguramente el rey y todos sus señoritos tengan muchas más razones para morir que esta bestia... Pues solo por ser bestia no debería ser juzgado.

La valentía y el creerse justo hacen hablar a Nanuk - Hemos venido a matarte, se te acusa de asediar... asesinar doncellas y tener a otras caudillas... cautivas. El rey recela... reclama la devolución de su hija. No obstante, antes de nada, me gustaría escuchar tu verdad, tu versión de los hechos - Y así comienza el famoso relato enano llamado "el juicio del dragón rojo" un breve relato de mal gusto caracterizado por malsonantes palabras y burdas rimas...

- Bueno, si tan interesado estas en LA verdad te puedo decir que solo una doncella ha pisado este lugar desde hace 50 años, la princesa que ese mono con sombrero de oro, que porcierto, no se la voy a "devolver" como si fuera un florero, si ella quiere marcharse puede hacerlo, pero no esta en vuestras manos ni la de nadie reclamarla.

Bueno, a menos que sea mentira es una satisfacción saber que solo una doncella se encuentra en peligro... claro que no es conveniente fiarse de las palabras de un dragón - Está bien, vamos a aceptar que dices la verdad. ¿Nos estás dando a entender que la princesa no quiere irse? Podría salir y exprimirse ella misma... explicarse, quiero decir. Es una histérica que encantaría escuchar... ¡una historia! no pretendo insultar a la princesa. - Esto es indigno, hablando con un dragón cuando deberíamos de acabar con él... espera Nanuk, debe explicarse, es posible que sus actos estén justificados. Tan posible como que funcione una treta con muflones...

Drokern observa al dragón como si pretendiera grabar en su cabeza todos los detalles del mundo. No tantos han visto un dragón y eso es algo de un valor incalculable para un bardo.

- A mi la princesa se me da un ardite -comenta, despreocupado-. Las mujeres son verdaderamente incomprensibles para mí así que dudo que esta fuera a ser una excepción. De todas maneras Krys (¿te puedo llamar Krys?), aunque no estamos aquí para juzgar a nadie (los dragones quedan fuera de mi autoridad) a mi particularmente me gustaría oir tu opinión. Ya sabes, como bardo que soy, cantor excelso y artista incomprendido, siempre estoy sediento de historias y contrastes ¡Y nunca me ha contado una un dragón! Quizá tengáis un punto de vista diferente al de los meros mortales.

Además -Drokern cambia desde un tono melodioso a uno totalmente vulgar y arrastrado-, no me fío una calva* del rey y su cohorte.

- Evidentemente, bárbaro, si la princesa quisiera irse no estaria aquí. No es mi prisionera sino mi huesped. Entre las reglas más básicas de la hospitalidad esta en no permitir que ningún daño sea causada a una invitada. Si quereis hablar con ella tendreis que entrar en mi casa y bajo mi vigilancia, por supuesto. Cualquier daño sobre mi invitada os sera devuelto cien veces. En cuanto a mi opinión, soy un dragón más de hechos, y si te cuento los hechos no sería divertido, prefiero que averigueis la verdad por vosotros mismos, así tiene más gracia.

- ¡Ja! Hablar con la princesia bajo tu vigilancia, no va a tener valor para decir la verdad si tu estas presente.