Partida Rol por web

El grupo después de la confusión inicial os recoge con grán alegría y os lleva con ellos al campamento principal que se encuentra instalado a 1 hora de camino en la zona de bosque más densa que hay en los bosques de Arumbia; allí os dán de comer y un jovencísimo clérigo que acompaña al grupo os cura las heridas y os reconforta con algúna pócima que ha preparado en una marmita. Cuando le llega el turno a Uriel, el joven clérigo le hecha una mirada aguda como examinándole, tuerce un poco la boca, y después sigue con su labor. Además os preparan un pequeño espacio con lechos para cada uno hechos a base de helechos, para que podais descansar a gusto. Antes de iros a dormir os reunís alrededor del fuego y contais vuestras experiencias durante el viaje y en las cuevas. Contais como Rhanko partio una araña por la mitad de un solo tajo, el incidente de Uriel que casi lo perdeis por el camino, el problema con los muertos vivientes, y todo lo relacionado con vuestra aventura. Sejot después de escucharos asintiendo a todo lo que decís comienza a hablar.-No se como os aventurasteis a meteros por el paso bajo la montaña, es un paso muy peligroso, muchos hombres murieros allí. Es un paso plagado de peligros, ladrones, contrabandistas, rateros, y grandes tesoros también, pero eso es otro tema. Ahora las cosas están mucho peor en el paso como habeis comprobado vosotros mismos.-Sejot hace una pausa y continua.-Hace poco tiempo, supongo que después de partir vos- le dice a Mindeb, -recibimos un aviso diciendonos que un gran enclave de ladrones y contrabandistas se reuniría en las cuevas para juntar sus fuerzas y luchar al lado de Marlack para ayudar en la conquista del valle de Riverwind. Sabiendo esto se reunió a 70 soldados, que somos nosotros. El mago de la corte, Doluvick, se prestó a ayudarnos, él conocía las cuevas perfectamente y nos llevaría al sitio exacto donde se reunirían todos los contrabandistas. El plan era perfecto, 20 soldados de la compañia se metió con Doluvick, el resto nos quedamos fuera. Doluvick insistió mucho en que entráramos todos, pero me pareció mejor dividir las fuerzas, no creí que hicieran falta más hombres, el resto nos quedaríamos fuera esperando por si algún ladrón escapaba. Esperamos mucho tiempo, y al cabo de un tiempo viendo que no era normal quisimos entrar pero un poderoso hechizo, que tenía la firma de Doluvick, nos impidió el paso, cada vez que intentábamos entrar una podesora pared de energía nos lanzaba para el otro lado. Al cabo de 3 días de intentar entrar, el hechizo se desvaneció y entramos. Al abrir una cueva nos encontramos a todos nuestros hombres dentro, que se lanzaron contra nosotros con una rabia indescriptible, nos pillaron por sorpresa y mordieron a algunos hombres, matamos a los que pudimos y muchos dejaron también la vida allí, fué una masacre. Pudimos salir la mayoría de los que entramos, pero dejamos las cuevas plagadas de muertos vivientes. Pocos días después llegó al campamento uno de los soldados que entró con Doluvick. Llegó totalmente destrozado, pero sin rastro de mordeduras. Nos explicó que Doluvick los metío en una gruta donde había muertos vivientes y los encerró allí  "nos pillaron por sorpresa", nos dijo el soldado, "Doluvick el muy canalla nos traicionó". Así averiguamos que Doluvik también está de parte de Marlack. Esto se desmorona Mindeb. Y ahora vamos a dormir, estoy cansado de hablar, yo también necesito descansar; si teneis alguna pregunta que hacerme mañana os la responderé gustoso-. Después Mindeb y Sejot se quedaron hablando un rato más y vosotros os fuísteis a dormir.

La mañana apareció de nuevo soleada y fresca. Los hombres de la guardia serios pero muy amables, os preparan el desayuno. Después de desayunar recogeis todas vuestras cosas y os preparais para partir. Sejot dispone para vosotros una patrulla de 15 soldados que os escoltarán durante el camino, él mismo también os acompará ya que hace pocos días llegaron refuerzos para sustituir a los soldados que llevaban tiempo en campaña. Sejot es un de ellos y tiene ganas de volver a ver a su mujer e hijos. Después de 2 horas atravesando bosques llegais al camino real, un ancho camino de tierra que os llevará directamente a Neylimb. Vais todos juntos en el centro de la marcha, estais junto a Sejot, Mindeb y Molo, y vais cada uno en un caballo.

Tras el incidente del día anterior que los nervios me llevaron ha realizar sin más cuidado y sin pensar demasiado en las consecuencias, me mantengo un poco cabizbajo por haber provocado el ataque contra mis compañeros por intentar sacar partido de la ocasión y envolver a los atacantes y realizar algo que les dejase fuera de combate.

Cuando estamos desayunando y tras estudiar mi libro me dirijo a mis compañeros:- Siento que os disparasen ayer por mi culpa, sólo intentaba ayudar por si nos emboscaban, pero debía avisaros antes para que os pusierais a cubierto. No volverá a pasar.- Acto seguido me dirijo a recoger mis cosas para iniciar la marcha.

Tras el extraño gesto del clerigo, no dejo de observarle en secreto para ver si me observa. Despues de esto me marcho a dormir bastante cansado. A la mañana siguiente me cuesta levantarme, me siento agotado todavia, asi que con la ayuda de algunos soldados camino en silencio y  al final de la cola.

Acaricio el lomo de mi caballo para agradecerle su buena disposición al llevarme. A veces las bestias parecen más civilizadas y bondadosas que los propios hombres y elfos. Tenemos mucho que aprender de ellos.

Tras mis rezos matutinos, más rutinarios y breves esta vez -parecería que Ponterwin da por buenas y abundantes mis últimas meditaciones- emprendo de nuevo la marcha junto al pelotón que nos escolta y junto a mis, por qué no decirlo, entrañables compañeros.

Les observo pausadamente uno a uno mientras caminamos, y comprendo que cada cual tiene una buena parte de nobleza que echa raíces en lo más profundo de su corazón. Incluso Rhanko, tan brusco y hosco en un principio, y pese a sus despectivas observaciones en torno a mí y a mi culto, posee un poso de auténtica nobleza, como se comprueba tras observar sus reacciones junto a Uriel y Azshara, por no hablar del buen puerto al que llevó nuestro inesperado encuentro con los aqueros.

Cabalgando, escuchando los sonidos de la naturaleza, saco en un momento dado mi pequeño artefacto de oración, el cual hago girar sobre la palma de mi mano al tiempo que emite su cálida y acogedora luz brillante. Tan lejos del hogar, es reconfortante contemplar un pequeño pedazo del mismo.

Tras guardar mi pequeño instrumento de meditación y, por qué no, de cierta sana nostalgia, me acerco hacia Uriel y, con una leve sonrisa, le pregunto:

-¿Cómo va el camino pequeño? Y esa herida, ¿cicatriza bien?

Emprendemos la marcha hacia Neylimb, despacio y en compañía. La noche ha sido un renovado descanso para todos, que ya lo necesitabamos, y nos despertamos con nuevas energías y de buen humor. Nos han facilitado a cada uno un caballo, aunque yo añoro a mi fiel compañero, al que dejé atrás.

Escucho los golpes de las patas del animal en el suelo como una bella melodía que nos lle va a salvo a nuestro destino. Disfruto de la brisa en lo alto del caballo, mientras le acaricio suavemente y le susurro. Nai sílë findelyo caluva tienyanna oialë...

Pongo el hermoso animal al trote hasta que llego al lado de Rhanko. Cuando estoy a su altura disminuyo el paso, y me acerco un poco. Le miro un rato fijamente sin que apensa lo note.

- ¿cómo estás? - le digo sonriendo - ¿qué tal va esa herida? Gracias por lo que hiciste ayer... nos salvaste la vida a todos Ilrahtala...

Había decidido que ese era su nombre... si quería saber lo que significaba estaría dispuesta a decirselo, se lo había ganado y cariñosamente me salía llamarle de esa forma.

No dejo de escuchar por un solo segundo lo interesante del cuento de Sejot. Atento escucho todas y cada una de las palabras que salen de la boca del sargento como canciones gloriosas para mis oidos. Mi mente comienza a hacerse un festín con imágenes de violentas batallas. Ya me imagino. Yendo a la carga degollando a todo ser vivo que se ose cruzar entre mi espada y mi destino. Esto cada vez se pone mejor. Bandidos, bestias, ladrones, contrabandistas. Todos ellos sentirán el frío, duro y filoso metal de mi espada. Eso lo puedo asegurar. Sé que no va a ser fácil, pero en caso de morir me llevaré conmigo a muchos de ellos. Todas mis sensaciones se traducen en impaciencia. Deseo llegar cuanto antes y acabar con todas las bestias. Mi espada lo pide a gritos.

La noche pasa sin ningún sobresalto y se hace de día en un abrir y cerrar de ojos. Estábamos muy cansados. Todos hemos descansado en paz. Desayuno cual bestia que no había comido en días. Sin modales. No me importa nada. Solo comer y reservar fuerzas para lo que vendrá. Escucho las disculpas de Antares. En ese momento no emito palabra pero lanzo una mirada profunda y amenazante que se dirige justo a los ojos del elfo. Sus palabras parecieran ser nobles pero aún no logro adivinar sus intenciones. Recojo mis cosas con ansias y emprendemos camino junto a los soldados y arqueros del rey.

Andando sobre mi caballo ahora por el camino principal voy mirando a Antares y observo cada uno de sus movimientos. Su poder pareciera ser grande. Sin duda es muy solitario y no le gusta que lo perturben. Pero aún no comprendo su verdadero legado. No puedo ver mas allá de su mirada oscura y reservada. No puedo confiar en él todavía. Espero que algún día lo pueda hacer. No existe ningún poder mas impresionante que el de dos grandes guerreros luchando por la misma causa. Eso es sin duda imbatible. Espero que...mis pensamientos se alejan rápidamente al ser interrumpidos otra vez por esta hermosa energía que se acerca a mi lentamente...

...otra vez esa energía que emana del cuerpo de Azshara. Intento pensar pero es una energía tan dulce como poderosa que hace que mi mente se bloquee y se mantenga ocupada disfrutando de tal sensación de libertad. Veo a la elfo acercándose en su caballo. Estoy soñando despierto. Entre esos sueños escucho su fina y dulce voz que me habla y capta rápidamente mi atención. Vuelvo en mi. Oigo sus palabras. Hago un esfuerzo considerable para responderle - E Eeestoy mejor gracias. Y más aún que tú te encontráis bien. Estuve preocupado y temí por tu vida. En todo momento supe que la única esperanza de salir vivos del calvero era de la forma que ha pasado. Aunque de estar solo el final no hubiese sido el mismo. Tú bien lo sabes - lanzo una tímida sonrisa - Tu coraje y valentía son admirables. De donde has aprendido estas cosas? - También deja escapar una última palabra en un extraño lenguaje como el que ella sabe utilizar en momentos de alegría. No entiendo lo que intenta decirme. Será momento de preguntarle que significa eso último que ha dicho. Con la mirada apuntándole justo a sus ojos le susurro a través de una sonrisa - Repite eso último que has dicho que no he podido entender. En que idioma es? Tu sueles expresarte en un idioma totalmente desconocido para mi. Siempre he querido preguntarte que significan esas cosas tan lindas que dices -  intento despegar mi mirada de la suya pero no me es fácil. 

Tras las frías reacciones de mis compañeros a mis disculpas me mantengo un poco alejado del resto cabizbajo y sin mirar ni hablar con nadie, pensando en que mi acción fue la mejor en aquel momento pero debería haberlo hecho con la cooperación de los demás y escondiéndome de los "enemigos".

--Creo que si, ya estoy bastante mejor y voy recuperando fuerzas rapidamente- digo- creo que cuando lleguemos a la ciudad me habré  recuperado completamente.

Cuando veo pasar a Mindeb lo paro  para hablar con él.

---Mindeb, podrias hablarnos un poco de la ciudad que vamos a visitar? Economia, lugares de interes, gremios, templos de diversos dioses y sus cultos...¿hay algun  lugar donde podamos pedir los servivcios de algun....alquimista, por ejemplo?

Me acerco a Mindeb junto con Uriel y escucho atento las respuestas que le de.

-Sí Mindeb, ¿sabéis también si hay alguna hermandad de clérigos que tenga nexos comunes con mi Orden?

Sonrío ampliamente a rhanko cuando nota mi presencia, por fin, y contesta suavemente a mis palabras. El temperamental guerrero que saca su caracter en batalla tiene una pizca de dulzura y gran bondad en su corazón, lo ha demostrado con creces Me siento bien a su lado, parece dificil de domar, sólo recordando su forma de comer en el desayuno no puedo evitar sonreir antes tal bestia, pero en el fondo sé que es más dócil de lo que parece en un primer momento y eso despierta mi curiosidad, me hace acercarme a él y tener deseos de conocer más...

- No temas por mi vida, sé cuidarme bien... aun asi, te lo agradezco. Aun puedo enseñarte muchas cosas de mi que desconoces. Y además, después de salvarnos la vida no puedo nergarte nada, Rhankko. - pronuncio su nmbre con respeto y solemnidad. Me acerco todo lo que puedo a él, inclinando mi cuerpo sobre su caballo y le susurro - Lo que te he llamado en mi idioma se traduce como "Inalcanzable"... espero que no hagas mucho honor a ese nombre que te he puesto y dejes que me acerque un poco a ti y te conozca más... tu protección es valiosa y despiertas mi curiosidad... - Esto último se lo digo con cierto tono misterioso, y vuelvo a sonreirle. Más vale tener a un guerrero capaz de partir una araña por la mitad de tu lado en el campo de batalla...

Sigo al trote con mi caballo, descubriendo mil y un colores diferentes en el camino. huelo la brisa, que trae diferentes perfumes, flores silvestre, hierbas... Miro a Antares y trato de comprender lo que hizo. seguramente pensó que era lo mejor para todos. Un elfo no hace las cosas si no cree que esán bien hechas, por encima de cualqueir motivo egoista y banal... asi que deíó tener ss motivos. Cuando paremos y pueda hablar con él tranquilamente, lo haré. ya debe sentirse suficientemente mal por las heridas de nuestros compañeros, demosle un respiro...

Sonrío a Uriel, -mi ciudad es un crisol de culturas. Fundada por antiguos colonos de la marca, durante muchos años fué uno de los vergeles más importantes que hubo en todo Valión, grandes huertas frutales cubren nuestros campos y grandes extensiones de bosques, con una vida en el interior de cada uno que ni os podríais imaginar; además de esto Neylimb es también conocida por sus grandes reservas de oro. Cerca de la cordillera Tybac en las montañas Kinley, se encuentran una de los mayores yacimientos de Oro que existen en Valion, con ese oro se compra, se financian ejercitos, armas, comida, útiles de labranza, para cosechas, plantación de árboles para la obtención de maderas, etc.

Neylimb  vivio una época de esplendor, donde había trabajo para todos, nuestras fronteras estaban protegidas y no tenían demasiado que temer gracias al flanqueo del reino por parte de nuestras dos cordilleras Tybac en el oeste y Etybac en el este. Después el reino de Pasadawnt sufrió el acoso del imperio Kang y estuvieron asediados durate mucho tiempo. En cuanto al culto religioso que se sigue, todo el mundo rendimos culto a Valion, creador de todo lo que nos rodea. Aunque como os he dicho muchas son las culturas que allí conviven y no suele haber problemas entre los seguidores de un culto u otro. En cualquier caso aquí mismo tenemos a un joven clérigo se llama Bortan, es joven pero muy sabio, ha sido el que os ha curado las heridas. Pero debeis tener cuidado con él ya que es muy brusco en el trato, no es muy sociable que digamos-.Miro en dirección a Bortan, al que sorprendo mirando fíjamente a Uriel, y le lanzo un saludo con la mano. Bortan levanta su mano con desgana y me devuelve el saludo, segúramente por mi rango, no porque realmente sienta aprecio por mi.-Pronto llegaremos a Neylimb y a su fastuoso palácio.

Pasais dos días de marcha, y llegais al rio Ladanain, uno de los principales afluentes del Riverwind, un enorme puente pasa sobre el rio, construido con el fin de facilitar el comercio con el exterior de Pasadawnt. Después de pasar el puente y trás un par de horas de marcha podeis ver a lo lejos la ciudad de Nyelimb con su precioso palacio, mezcla de elementos arquitectónicos occidentales y del breve periodo de asedio y ocupación del imperio Kang.

-Aquí teneis Neylimb, espero que el periodo de tiempo que esteis aquí sea grato y provechoso para vosotros.- Os digo a vosotros.

Al llegar a la ciudad, veis como está rodeada por una enorme muralla, tremendamente vigilada. Hay muchos soldados en las afueras, y en la entrada de la ciudad observando a la gente que entra y sale, los controles parecen que son muy fuertes y que no se puede obviar nada, cualquiera podría ser un espia de Marlack, o podría querer atentar contra Zaredir. La ciudad se encuentra sobre una loma, lo que le dá un gran valor defensivo y estratégico, a la hora de vigilar o defender sus fronteras.

Atravesais la ciudad, llena de algarabía, entre saludos y vítores, la gente se nota alegre cuando ve que llegan nuevos refuerzos, y cuando sus soldados regresan trás algún tiempo de campaña.

Por fin teneis delante el castillo de Neylimb y trás muchos controles y gracias a las misivas que cada uno portábais de Zaredir, podeis entrar en el castillo. Una vez dentro un grupo de sirvientes se acercan a vosotros y os indican que los sigais.

-Bueno amigos aquí se separan nuestros caminos, espero que os vaya bien en vuestro nuevo periplo. Seguramente nos veamos pero ya no será en calidad de guia del camino, sino en calidad de capitán de la guardia real, que es el título que me corresponde en este lugar. De cualquier forma...-les digo  juntándome un poco más a vosotros,-si necesitais algo preguntad por mi, e intentaré ayudaros en la medida de lo posible. Os habeis portado muy bien conmigo y con mi hermano Molo, no todo el mundo lo acepta por su aspecto y a menudo es rechazado, y eso no se me olvidará facilmente-. Después me acerco a cada uno de vosotros, a Rhanko, Delián y Antares y les saludo con la mano, a Uriel le doy un abrazo y le digo -casi te perdemos amigo, procura cuidarte más la próxima vez y no subestimes jamás al peligro-. Después me acerco a Azshara y le doy otro abrazo, -espero que tu coraje, al igual que tu belleza, no merme con el paso de los años-.

Sonrio y le correnpondo al abrazo, al tiempo que le susurro unas palabras a la oreja, me quedo unos segundos asi y luego  me separo.

---Gracias, habeis sido muy amables conmigo, espero  volver a trabajar contigo. ¿debemos ir a ver a alguien?- pregunto mirandole.