Partida Rol por web

El Primer Encargo

La mina

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15/09/2019, 17:54
Mundo

Sigref miró a sus enemigos con desprecio, pues no cesaban en su intención de matarle. Una flecha se clavo en el hombro de Sigref, el cual aunque dolorido, no dejó entrever ninguna reacción.

- Jajaja vais a morir tod...- Sigref no pudo ni terminar la frase cuando en un impresionantemente veloz movimiento esquivó el golpe de Arago. Cuando nuestros héroes se fijaron mejor, no había esquivado ningún golpe, había sido brutalmente arrollado por por Q'Kar. Lleno de polvo y arañazos, Sigref se levantó, serio. Y sin mediar palabra, se lanzó contra Udo. 

-Tu vas a ser el primero. Y luego moriréis los demás.- Dijo en un tono extremadamente calmado mientras sus movimientos eran casi imperceptibles.

 

- Tiradas (4)

Motivo: Esquiva Q'Kar

Tirada: 1d100

Dificultad: 114+

Resultado: 50(+50)=100 (Fracaso)

Motivo: Esquiva Agwins

Tirada: 1d100

Dificultad: 123+

Resultado: 32(+50)=82 (Fracaso)

Motivo: Esquiva Arago

Tirada: 1d100

Dificultad: 91+

Resultado: 78(+50)=128 (Exito)

Motivo: Ataque Udo

Tirada: 1d100

Resultado: 46(+50)=96

Notas de juego

- Sigref 31/40

- Arago 9/9

- Q'Kar 5/8

- Udo 3/9

- Agwins 14/15

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16/09/2019, 12:33
Agwins de Wetland

Agwins maldice su disparo, tentada estaba de arrojar su arco al suelo y pisotearlo. Sus disparos no causaban el suficiente daño a Sigref. Solo tenía otra forma de atacar, miró su bolsa de monedas de oro y se dispuso a actuar.

No podía dejar que terminara con Udo, así que sin esperar mucho corrió todo lo que pudo hasta alcanzar a aquel ser del demonio y situarse a su espalda, utilizo toda su fuerza que tenía para alzar la bolsa y apuntar a la cabeza de Sigref. Rezando para no errar.-- ¿Quieres poder? yo te doy el de mis monedas.--

- Tiradas (1)

Motivo: Golpe de hatillo

Tirada: 1d100

Resultado: 98(+10)=108

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17/09/2019, 13:41
Udo

Viendo como Sigref se dirige hacia mí me lanzo hacia mi derecha tirándome al suelo e intentando dar una voltereta para alejarme de su ataque.

- Tiradas (1)

Motivo: Agilidad

Tirada: 1d100

Resultado: 31(+20)=51

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18/09/2019, 17:11
Q'Kar Hacha

Con los ojos llorosos por el polvo levantado tras la embestida y aún recuperando el sentido del equilibrio debido al golpe, pude entrever como el rival ya se había puesto de pie y, ignorándome completamente, seguía con su plan de acabar con Udo.

- Huevos no te faltan - dije en alto mientras escupía saliva mezclada con tierra - pero este desprecio lo vas a pagar caro - finalicé mientras me levantaba de nuevo y recogía el hacha.

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19/09/2019, 09:16
Arago

Debido a la inercia de mi ataque seguí hacia delante una vez Sigref lo había esquivado por lo que rodé por el suelo y recorrí unos metros deslizandome con una rodilla en el suelo:-Parece que la cosa se está poniendo interesante.-dije al levantarme y apuntar mi espada contra Sigref:-Esta vez no lo esquivarás.-y volví a lanzarme a la carrera par golpear a Sigref.

Esta vez cambié la táctica y el primer golpe fue después de un giro que hice para colocarme en su punto ciego y lanzar un tajo horizontal de derecha a izquierda, seguido de otro horizontal en sentido inverso. Dos tajos descendente y ascendente, respectivamente y el golpe final se trata de una estocada llevando toda la inercia del movimiento. 

- Tiradas (1)

Motivo: Técnica de Espada: Ira del Infierno

Tirada: 1d100

Resultado: 35(+35)=70

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23/09/2019, 09:29
Sigref el Inglés

Arago no se contentó con la esquiva de Sigref, esto le cabreó más y se lanzó con todas sus fuerzas contra su enemigo. Sigref en cambio no se sintió amenazado, todo lo contrario. Esquivó de nuevo el ataque, e ignorando a Arago, se centró en otro de nuestros héroes. No sin antes echar una mirada rápida de desprecio por Arago…

 

- Huevos dice…Los que te van a faltar a ti en cuanto te los arranque con mis propias manos. Nada más acabar la frase se lanzó con una fuerza sobrehumana hacía Q’Kar, imitando su embestida, como burlándose de él.

 

[B]-…a ver si así aprendes…-

 

Nada mas acabar con su furiosa embestida, una extraña y absurda bolsa de monedas golpeó la cabeza de Sigref, haciéndole caer de rodillas ante sus enemigos.

 

- ¿Qué ha sido eso? Nunca había notado un golpe así de raro…-

 

Sigref no parecía nada contento, de hecho ese golpe le había hecho mella en el orgullo. Habrá sido ese grande y fuerte que esta medio muerto, pensó.

 

- No me he olvidado de ti. Serás el próximo en morir. Tenlo por seguro- Dijo dirigiéndose a Udo.

- Tiradas (3)

Motivo: Esquiva Agwins

Tirada: 1d100

Dificultad: 108+

Resultado: 42(+50)=92 (Fracaso)

Motivo: Esquiva Arago

Tirada: 1d100

Dificultad: 70+

Resultado: 47(+50)=97 (Exito)

Motivo: Ataque a Q'Kar

Tirada: 1d100

Resultado: 93(+50)=143

Notas de juego

- Sigref 31/40

- Arago 9/9

- Q'Kar 5/8

- Udo 1/9

- Agwins 14/15

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24/09/2019, 21:29
Q'Kar Hacha

Estaba levantando con la mirada cuando Sigref me arrolló de imprevisto y al igual que había echo con él, me estampó de lleno contra una pared, aunque el dolor de ser arrollado era mucho peor que al arrollar.

Por un momento me pareció perder el conocimiento... todo se veía borroso y notaba el sabor metálico de la sangre en la boca, los oídos me pitaban y me pareció escuchar alguien hablando pero no sabía decir ni quien ni donde se encontraba.

Pasaron unos eternos segundos antes de recomponerme de nuevo y, aunque me parecía recibir un puñetazo en el estomago con cada bocanada de aire y como si un mamut se me hubiese sentado encima en cada paso que daba, allí estaba, de pie y sorprendentemente con el hacha en la mano... si algo diferenciaba a los guerreros del clan Hacha es que morían luchando hasta su último aliento y yo, el gran Q'Kar no iba a ser menos.

- Aún no he acabado contigo - solté mientras me encaminaba hacía la figura que me pareció mi enemigo y descargándole un hachazo.

- Tiradas (2)

Motivo: Esquiva imposible

Tirada: 1d100

Dificultad: 143+

Resultado: 81(+20)=101 (Fracaso)

Motivo: Hachazo va!!

Tirada: 1d100

Resultado: 58(+45)=103

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26/09/2019, 12:42
Agwins de Wetland

El golpe certero sobre la cabeza de Sigref fue seguido por el tintineante sonido de las monedas al caer sobre el piso de piedra. Este son tan familiar y en ocasiones tan ansiado, cuando la pecunia escaseaba en la bolsa de la arquera, impactó en Agwins como si hubiera recibido un golpe en la mandíbula del mismísimo Q´Kar.

Su inusual ataque a Sigref había producido en la bolsa un agujero por donde se escapaba toda la motivación de Agwins además de la mayoría de las monedas. En ese momento perder su recompensa fue lo peor que le podía pasar.

Con el oro desparramado por el suelo y sin saber que hacer, Agwins se retira de la lucha. Necesita unos instantes para reaccionar, mira a sus compañeros y repara en Udo, en un rincón y a primera vista inconsciente, era un blanco seguro para Sigref.

Su primera intención era recuperar todas su monedas aunque para eso tuviera que pasar a gatas entre los participantes de esta lucha. Pero no podía dejar que hablaran mal de ella, también tenía una reputación que guardar, así que corrió hacia Udo,y arrastrándolo por los pies, lo llevó a un lugar más seguro para los dos con la intención de poder curar sus heridas.

- Tiradas (1)

Motivo: Primeros auxilios

Tirada: 1d100

Resultado: 17(+35)=52

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02/10/2019, 19:47
Udo

Mientras estoy semi-incosciente en el suelo notó como mi cuerpo, arrastrado por los pies comienza a ser apartado del fragor de la batalla y, como si fuera un ángel venido a la tierra vislumbro a Agwins inclinándose sobre mí...

Notas de juego

Creo que ya estoy reincorporado sin secuelas... espero que Udo pueda decir lo mismo...

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02/10/2019, 22:14
Arago

Viendo que seguía esquivando mis ataques yo me estaba alterando cada vez más y la ira empezaba a verse en mi rostro, hinchando las venas de mi cara y mis ojos se tornaban rojos. La sangre demoníaca de mi interior se estaba haciendo con el control de mi cuerpo y mi mente y eso podría llevar a una conclusión, mi muerte o la muerte de Sigref. 

Aún seguía siendo dueño de mi cuerpo y podía seguir ejecutando las técnicas que había aprendido a lo largo de los años de combates y batallas:-Serás desgraciado!-y volvía a lanzarme al ataque con una técnica que había realizado hace escasos momentos. 

- Tiradas (1)

Motivo: Técnica de Espada:

Tirada: 1d100

Resultado: 17(+35)=52

Notas de juego

Técnica de Espada: Caída de los Cielos. no repito el movimiento por que lo he explicado un par de post atrás

Otro ataque que va a esquivar seguro. 

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04/03/2020, 16:25
Q'Kar Hacha

Aunque el grupo de aventureros se había librado con facilidad del pequeño grupo de rebeldes y pese a superar en número a su cabecilla, las cosas no iban bien. Sin entender muy bien como, aunque parecía tener cierta similitud con el brazo demoníaco de Arago, Sigref había conseguido aumentar su tamaño y capacidades por lo que se había convertido en el enemigo más duro, rápido y letal que cualquiera de ellos se había encontrado hasta el momento.

La caverna, que en algún momento había servido como sala de reuniones de ese grupo de rebeldes, se encontraba llena de escombros y cadáveres. Algunos de los aldeanos habían intentado huir mientras aún les quedaba aliento, dejando un rastro de sangre que se dirigía hacia la salida. El alcalde, que misteriosamente había pasado desapercibido des de que pelea empezó, se encontraba acurrucado sobre su propia orina en un rincón mientras repetía entre casi inaudibles sollozos – no quiero morir, no quiero morir-.

En ese momento, el campo de batalla parecía estar dividido. En el centro se encontraba un imponente Sigref que debía medir algo más de dos metros, un Sigref con un tono de piel algo más claro de lo normal, casi grisáceo y con cara de pocos amigos que se dirigía hacia donde se encontraban Udo y Agwins mientras ignoraba y esquivaba de una forma completamente inhumana los ataques que Arago y Q’Kar intentaban asestarle des de su retaguardia. Los primeros se encontraban prácticamente a merced de su enemigo, con un herrero que luchaba por mantenerse consciente dentro de un cuerpo tan malherido por los diferentes golpes y cortes que se había llevado, que cualquiera diría que estaba al borde de la muerte al contrario que su compañera que, ignorando con gran esfuerzo el brillo de las monedas que se habían desparramado por el suelo, se esforzaba al máximo para alejar el moribundo cuerpo de Udo del campo de batalla.

Notas de juego

Post para resumir un poco la situación actual

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05/03/2020, 16:35
Q'Kar Hacha

El bárbaro y el músico, viendo sus infructuosos actos, rodearon al imparable Sigref y se plantaron entre él y su presa, intentando ganar el tiempo suficiente para que su compañera acabase de arrastrar a Udo hacía la salida - ¿Aún no os habéis dado cuenta de que no me podéis vencer? – preguntó con aires de superioridad su enemigo al mismo tiempo que encorvaba un poco la espalda preparándose para atacar de frente.

- Rápido Agwins, sácalo de aquí, nosotros nos ocupamos – jadeó Q’Kar sin mucho convencimiento. La envestida que le había propinado Sigref había sido suficiente para darse cuenta que no iba a salir de ahí con vida. – Vámos imbéciles, ayudadla – ordenaba Arago al alcalde y el resto de moribundos que aún se encontraban por ahí. Sin embargo, la ayuda fue nula, o bien estaban demasiado heridos incluso para irse por su propio pie o demasiado aterrados como para moverse.

Finalmente el hacha y la espada silbaron cortando el aire. Ambos guerreros coordinaban con eficacia sus ataques, cualquiera diría que llevaban toda una vida luchando codo con codo, pero para ellos que estaban acostumbrados al fragor de la batalla, los poco momentos que habían compartido fueron suficiente para entenderse y adaptar el ritmo de los ataques como si fuesen un único torbellino de muerte. Sin embargo, ninguno de los ataques alcanzó al inglés, que parecía disfrutar de la situación mientras una malvada sonrisa se dibujaba en su rostro – antes solo estaba jugando con vosotros – dijo esquivando un hachazo – quería ver de qué erais capaces – comentó haciendo una finta para engañar a Arago – jugar un rato antes de aplastaros como si fueseis simples insectos – continuó hablando, pero de repente su movimiento cambió, aprovechó el lento movimiento del hacha para adelantarse hacía Q’Kar y asestarle un rodillazo en todo el torso al mismo tiempo que había cogido su cabeza con las enormes manos para propulsarse todavía más. Aragó aprovechó el momento para asestarle una nueva estocada, pero solo consiguió arañar la dura piel de su enemigo.

El bárbaro cayó de rodillas, con la cara pálida y la boca abierta como si intentase gritar, pero emitía sonido alguno. En realidad Q’Kar se había quedado sin aire en los pulmones a causa del duro golpe y esos pocos segundos que a él le parecieron toda una eternidad fueron suficientes para acabar de derrumbarle la moral – no podemos hacer nada – susurro con un hilo de voz – vamos Q’Kar, ayudamé! – gritaba Agwins desde atrás, sudada a causa del esfuerzo aunque solo había conseguido mover unos pocos metros el enorme cuerpo del herrero.

- Ya lo has oído medio-demonio… no tenéis ninguna oportunidad. Os mataré a todos y gracias al poder del Orichalc me serviréis como no-muertos – dijo antes de soltar una risotada digna de cualquier malvado, pero Aragó no se achantó, cogió aliento y se impulsó de nuevo hacía Sigref – Aquí el único que va a morir vas a ser tú – gritó descargando toda su fuerza en cada espadaño.

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09/03/2020, 16:44
Agwins de Wetland

La tarea que se había propuesto ella misma y que alentó Q´Kar se le estaba complicando. Nunca hubiese imaginado que el cuerpo de alguien inconsciente pesara tanto, jamás había ayudado a alguien en aquellas condiciones. Como mucho le guardaba todos los vienes que tuvieran algún valor con la intención de devolverlos en el caso de que se volvieran a encontrar, cosa que no solía pasar muy a menudo. Agwins tenia una premisa; ella por encima de todo.. nunca había entrado en sus planes ayudar a algún individuo con ese tipo de problemas, pero esa aventura sacaba lo peor de ella.. No había sido buena idea, no tenía la fuerza suficiente para mover aquella mole y para colmo había perdido todas sus monedas. Paró unos segundos para tomar aire, echar un vistazo y comprobar si algunos de los presentes se unía al esfuerzo de poner a salvo a su compañero. Pero no, estaba sola , así que se tiró al suelo y zarandeó como pudo a Udo para intentar despertarlo y que fuera él el que le ayudara a ella y a si mismo a salir de esta.--- Udo! Despierta o te dejaré aquí!!--

A sus espaldas la lucha se estaba complicando – espero que no te estés haciendo el muerto-- se levantó y le dio con el pie en el costado en un último intento de despabilarlo.

No sintió ningún remordimiento en dejarlo tirado en el suelo a su suerte. Así era la vida. Tenía que salir de allí y no lo iban a conseguir con una carga a cuesta.

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10/03/2020, 15:28
Arago

Q'Kar se había quedado sin aire, Agwins se había largado dejando a Udo tirado en el suelo. el resto de los presentes en la sala estaba aterrado y demasiado herido como para poder moverse y en ese momento Arago sacó toda su fuerza para lanzar un ataque contra Sigref que lo mandó a volar contra la pared. 

Encarado contra Sigref y esperando un contra-ataque, gritó:-Q'Kar!! mueve ese pedazo de culo tuyo y saca a todos de aquí!!!-el grito tuvo el efecto deseado. Q'kar se recuperó y enseguida empezó a sacar a todos de allí. Cogió a los heridos y los empezó a lanzar uno a uno por la entrada de la cueva mientras les gritaba que corrieran como si les fuera la vida en ello. Por último cogió el cuerpo de Udo y con un esfuerzo lo levantó del suelo:-Ya esta Arago! Salgamos de aquí!-pero para cuando se dio la vuelta para ver a su compañero, Sigref le había atravesado con su brazo el abdomen. 

El enemigo fue a retirar su brazo, para proseguir con su matanza, y algo le retuvo:-Creí haberte dicho que te largaras.

Ahora verás de lo que soy capaz.-dijo antes de arrancar el brazo de Sigref de su cuerpo y lanzar al gigantesco enemigo de vuelta al extremo de la sala:-Q'Kar. Largo de aquí.-y se lanzó hacia Sigref con la espada ejecutando los ataques con una fuerza mayor de la que había demostrado con anterioridad. El bárbaro estaba atónito al ver aquél despliegue de poder pero sabría que interferiría con lo que estaba haciendo Arago así que cogió y sacó a Udo y al resto de allí dentro. 

Arago estaba a solas con Sigref ambos estaba combatiendo con una intensidad abrumadora pero parecía que Sigref le costaba repeler los ataques de Arago. La esencia demoníaca de Arago empezaba a florecer y a sacar esa parte de dentro de él. Durante un instante Sigref alcanzó a ver al demonio que habitaba dentro de Arago y palideció: Azazel.-fue lo que dijo.

En ese momento Arago se detuvo:-De qué conoces ese nombre?-dijo Arago sin dejar de mirar al enemigo:-Qué parentesco tienes con él.-Preguntó Sigref:-Era mi padre. Un demonio le asesinó a él y a mi madre.-explicó Arago sin entrar demasiado en detalles:-Ahora responde: de qué conoces el nombre de mi padre.-

Sigref sonrió:-La última vez que lo vi estaba debajo de mi pie, antes de que le aplastara el pecho y muriera.-eso descolocó a Arago y lo aprovechó Sigref para embestir a Arago y estamparlo contra unas cajas que había al otro lado de la sala:-Y en cuanto a tu sucia madre, fui yo también el que dio la orden para matarla. Supongo que murió dado que tú estas aquí frente a mi.-Tras escuchar eso los enrojecidos de Arago estallaron en luz y toda la energía demoníaca de su interior salió e impactó contra Sigref que lo derribó como un árbol.

La estancia se iluminó y no se podía ver nada pero entonces se fue atenuando la claridad hasta que tan solo quedó un fulgor azul alrededor de Arago. Éste levantó la vista hacia Sigref, se acercó y le propinó tal patada en la cara que salió volando.

Arago estaba lleno de ira por lo que acababa de decirle Sigref, éste se levantó del suelo y se encaró hacia Arago, intentando golpearle con el puño pero falló. Arago tenía los reflejos y la fuerza aumentados gracias a su despertar y clavó las garras en el pecho de Sigref para hacerle un simple derribo hacia el suelo pero con toda la fuerza del mundo dejó sin aliento al enemigo en cuanto éste impacto contra el suelo. Sin retirar la mano de su pecho, Arago apretó, apretó y apretó, Sigref estaba gritando de dolor ante aquella fuerza y, entonces, Arago arrancó parte del pecho de su enemigo a medida que se levantaba y se alejaba unos pasos hacia atrás.

.-AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAARRRRRRRRRRRRGGGGGGGGHHHHHHHH!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!.-

Sigref se retorció de dolor y se llevó las manos al pecho. entonces se miró y Arago había dejado al descubierto el corazón de Sigref. A medida que éste de ponía en pie, con oleadas de dolor recorriendo su cuerpo, el demonio Arago había recogido su espada y se volvió a Sigref. Extendió la espada y pasó su mano por la hoja negra, entonando un cántico en lengua demoníaca para imbuir la hoja en llamas azules. Con una filigrana, agarró la espada con ambas manos y apuntó hacia Sigref:-Esto es por mi familia-dijo antes de que unas alas mágicas se extendieran y con un aleteo aceleró y embistió a Sigref.

Éste aún no sabía lo que acababa de ocurrir y para cuando se dio cuenta, giró la cabeza y vio a Arago a su espalda, éste se giró, mostrando en la punta de su espada el corazón de Sigref. El gigantesco cuerpo del Sigref colapsó y cayó al suelo. Entonces el cuerpo de Sigref empezó a empequeñecer y volver a la normalidad. Las llamas azules de la espada de Arago hicieron arder el Corazón de Sigref y, a su vez, el cuerpo tendido en el suelo. Con dos balanceos de la espada las llamas se apagaron y Arago salió fuera de la cueva.

Una vez fuera, y aun en su forma demoníaca, asustó a todos pero Q'Kar reconoció a Arago y calmó a todo el mundo. Arago se dio cuenta y unas llamas azules envolvieron el cuerpo de Arago y a medida que desaparecían volvía a aparecer el cuerpo humano de Arago:-Y Sigref?.-preguntó el bárbaro:-Muerto. Se acabó y he conseguido mi venganza.-dijo Arago antes de que sacara de su bolsillo el Oricalch. Extendió la mano y se concentró. un instante después su mano y el Oricalch se cubrieron en llamas y destruyeron el maldito artefacto:-Volvamos al pueblo, necesitamos un descanso.-dijo a continuación. 

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19/03/2020, 23:46
Agwins de Wetland

Agwins miró hacia atrás antes de salir de la mina. No le sorprendía lo que estaba sucediendo allí, alguien como Arago era el único que podía terminar con Sigref, poder demoníaco contra el poder del Orichal. La arquera sabía que sus flechas no podían hacer nada contra eso. Así que siguió a Q´Kar y a todos los que se encontraba en la mina. Buscó un lugar en el exterior que le otorgara alguna ventaja, siempre elegía un lugar estratégico que le permitiera escapar del lugar rápidamente.

Y mientras se libraba la lucha en el interior de la mina, se dedicó a mirar entre las plantas silvestres que había a su alrededor y busco un brote de vinagrillo para llevárselo a la boca. En ese momento notó la falta de alimento en su estomago, se dio cuenta que no habían tomado alimento alguno en mucho tiempo. Suspiró. Tenía un revoltijo de sentimientos encontrados pero los que más le atormentaban eran la falta de comida y el duelo por la perdida de su bolsa de oro en el fragor de la batalla. En ese momento no sabía que le dolía más si su estomago o su bolsillo. En este discurrir de pensamiento dejó pasar su tiempo mientras esperaba a que todo terminara de la mejor forma para ella.

Como si fueran rayos de una tormenta extraña aparecían reflejos azules por el umbral que tomaron como salida, los reflejos teñían las caras de espanto de los allí presentes.

--Eh!! Q´Kar!! mi bolsa de oro por tus pensamientos,-- no pudo evitar sonreír al aquel grandullón, su cara reflejaba la decepción de no poder terminar con Sigref y por consiguiente de no ser digno de pertenecer al clan Hacha. El tono azulón de su piel que reflejaba la magia que se estaba liberando en el interior de la mina, podía confundirse con algún mal de taberna, de esos que se producen por beber en exceso o tomar alimentos de dudosa procedencia.

--Calla mujer!! Q´Kar no necesita tu oro. La taberna será nuestra, gracias a Q´Kar. Arago terminará con ese ser al que tanto teme este pueblo. Y por el Clan Hacha que nos tendrán que servir como mínimo un puerco asado y un barril de su mejor licor.!!--

La calma llegó sin avisar y Aragón con su trofeo en la mano lo enseñó orgulloso de su victoria. Pero lo que no imagino Agwins ni por un instante fue que utilizara su poder demoníaco parar terminar con aquel artilugio.

--Noooo!!-- maldijo mil veces a Arago por deshacerse del Orichalc.

 

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20/03/2020, 16:12
Q'Kar Hacha

- ¿Qué ha pasado? – preguntó Udo al mismo tiempo que empezaba a abrir los ojos. Sentía nauseas y mareos, tenía el cuerpo lleno de arañazos, moratones, cortes y sangre reseca pero con la ayuda de Agwins, consiguió incorporarse. – Ya se ha acabado – comentó la arquera con un ligero resentimiento – Sigref, el Oricalch, el oro… - dijo acabando la frase con un suspiro. Sus miradas se cruzaron por un momento y ya no hicieron falta más palabras.

Ese día iba a quedar grabado en sus memorias durante mucho tiempo. Alguno, quizás, porqué al fin se habían vengado del asesino de sus padres, otro había ganado una segunda oportunidad en la vida después de estar bailando con la muerte, alguno se marchaba con la sensación de haber sido derrotado, de no haber cumplido con las expectativas que se esperaban de él y otro puede que solo se arrepintiese de no haber cogido la bolsa de oro en el momento oportuno.

El pequeño grupo de héroes miró un momento al cielo y respiraron profundamente agradeciendo el aire fresco del exterior. El sol empezaba a ocultarse por el horizonte y teniendo en cuenta la distancia que les separaba del poblado y que Udo aún no podía andar con normalidad debido a sus múltiples heridas, seguramente llegarían a la taberna ya entrada la noche. Aún así, ya nada había que hacer allí. Durante la noche los lobos y otros carroñeros se darían un festín en la mina. – Vamos – dijo Arago iniciando la marcha, ayudando a Agwins a cargar con el pesado cuerpo del herrero y seguidos por un taciturno Q’Kar.

El viaje fue silencioso, todos estaban agotados y su llegada al poblado fue igual de callada. Con todo el revuelo que se había montado esos días, las calles estaban completamente vacías, pero en ese momento les daba igual, tenían claro su destino: la taberna.

El edificio estaba cerrado, pero ninguna puerta era rival para los potentes brazos del bárbaro y en pocos minutos se adueñaron completamente del local. Dejaron a Udo sentado cerca del fuego para que se encargase de encenderlo y avivarlo. Q’Kar saltó con una agilidad difícil de creer para un cuerpo de su envergadura la barra y empezó a llenar jarras de cerveza con bastante mejor humor que el que había demostrado por el camino, como si aquel líquido espumoso fuese la mejor recompensa del mundo – Una para Q’Kar – decía mientras llenaba una jarra y se la bebía al instante – otra para el hombre demonio – dijo esta vez dejando la jarra llena en la barra – una para Q’kar – prosiguió repitiendo el proceso de llenar y beber de un trago – otra para la mujer – dijo continuando con el mismo bucle hasta que preparó jarras para todos. Arago, por su lado, se había recorrido la estancia y aprovechando sus llamas demoníacas para darle el mundano uso de encender las múltiples antorchas que iluminaban el local – Seguro que no suena tan bien como el mío, pero servirá – comentó mientras alzaba un violín que se había encontrado cerca de una estructura de madera que servía como escenario para bardos y trovadores que amenizaban las noches de jolgorio. Rasgó cada una de las cuerdas para afinarlo de oído y empezó a tocar una melodía – amigos míos, se escribirán cantares sobre nuestras hazañas – entonaba a ritmo de música – de como un variopinto grupo de héroes libró a este pueblo de su maldición – siguió cantando mientras paseaba entre las mesas en dirección al fuego donde el bárbaro ya había dejado las bebidas – venciendo a todo lo que se les puso por delante, hasta acabar con el malvado Sigref, que ni usando magia oscura logró acabar con ellos – dijo antes de hacer una pausa, levantar la jarra y tomar un largo trago. Finalmente, y no menos importante, apareció Agwins cargando una amplia bandeja repleta de carnes y hogazas de pan, que fue recibida entre aplausos y bramidos. No paso mucho tiempo entre su llegada y el primer bocado, pero sí que hubo algún que otro viaje para rellenar los vasos de los comensales. Los cuatro héroes brindaron y comieron, cantaron y brindaron, se contaron historias hasta altas horas de la madrugada y brindaron de nuevo.

                                                       

Aquella noche, si alguien hubiese pasado cerca de aquella taberna, juraría que por lo menos había una docena de persona por todo el ruido que hacían.