Partida Rol por web

Estaba aun de pie y escuchaba a la mercenaria cuando el muchacho interrumpió. Agarró fuertemente su hacha levantandola en clara señal de que estaba listo para la batalla.

Un serio - ¡Vamos!, fue lo único que pronunció saliendo detrás de sus compañeros guiados por el muchacho. Esta noche parecía que no les dejarían descansar.

El muchacho no contesta a vuestras desganadas respuestas, aunque al ver que todos al final queréis marchar junto a él, parece menos preocupado y os dice:- ¡Seguidme, creemos haber encontrado el rastro de quien los asesinaron! Por eso os hemos molestado...- Parece decir esto último como una especie de reproche ante la actitud casi generalizada.  Poco después dejáis la caliente cabaña de Thyra para llegar hasta la última cabaña destruida que es la más cercana a la cabaña de la Völva. Allí se han reunido varios hombres y adolescentes ateridos de frío con sus armas preparadas, os parece reconocer a Vagn, uno de los consejeros del Thing con sus armas y su gente alrededor, al veros se acerca con el casco puesto y os dice:- Parece que tenemos asaltantes, no hay viento y las huellas son claras, por lo que podremos terminar con ellos, hemos dejado al resto de hombres dentro, por lo que no debería haber ningún problema. ¿Estáis listos?-

Herdis agarro un puñado de nieve ensangrentada y se la metio en la boca. Despues cerro los ojos, levanto el rostro hacia las estrellas y entro en trance. Inconsciente, su cuerpo se movio solo al ser poseido por los dioses y se quito la ropa, que cayo sobre la fria nieve. 

La volva iba y venia a la deriva sobre la nieve, bailando como una peonza a camara lenta y pronunciando palabras de poder. Los dioses le estaban mostrando algo que nadie mas veia y su rostro cada vez mas frio expresaba lo que sus ojos contemplaban. Algo que se adivinaba desagradable.

Audun se ajusta sus armas y acariciando las cuerdas de su instrumento, como si de un amuleto se tratara se adentró en la nieve.  Entonces se detiene ante la actitud de la volva. A ver si nos dice algo, me temo que ésta sea otra estratagema del enemigo.

- Esperad - hace un gesto con la mano a sus valientes compañeros- ¿cómo podemos estar seguro de qué no es una trampa o un intento de alejarnos por parte del invisible enemigo? Esperemos a ver que dice la volva.

Al llegar a las cabañas destruidas miró las cenizas y escombros, las hueyas dejadas en la nieve, olio el aire e intentó imaginar y descubrir lo que allí habia pasado y quienes lo habian hecho, buscando alguna pista que hubieran podido dejar. No queria precipitarse a caer de nuevo en otra trampa, como bien dijo el scalda

Después la völva empezo a hacer un ritual de lo más curioso para él y le distrajo de lo que hacia. Solo pudo mirar hacia ella hipnotizado por los movimientos extraños que hacia su cuerpo y los ruidos y palabras que emanaban de ella.

Se arrebujó en sus pieles al salir al gélido aire del exterior. No fueron los primeros en llegar a la granja, varios hombres ya se encontraban allí dispuestos a encontrar a los responsables de aquella matanza. Las huellas aún eran bien visibles y la mercenaria estaba dispuesta a buscar cualquier indicio que les llevara hasta los culpables. Pero el extraño ritual de la völva la dejó clavada al suelo. Aquella danza, con su piel desnuda bajo aquel frío, era hipnótica y a la vez terrible.

- Sería bueno que los dioses nos ayudaran, a ver qué le dicen a nuestra querida völva. Pero mientras tanto quisiera echar un vistazo por aquí.

La adivinación de la Völva no parece surtir efecto, es un ritual que no ha utilizado nunca y por eso le ha dado más problemas de lo que pensaba, por lo que guarda silencio  y no comenta nada. Pero sus compañeros si que han tenido más suerte, tanto Bjondir como Thyra, han decidido buscar alguna pista que delate a quien ha atacado a las cabañas, para darse cuenta de que los ataques no parecen pensados racionalmente, hay muchas marcas de hacha y espada a tontas y a locas, como si los atacantes estuvieran bajo el influjo de la locura, no la divina como Bjondir, sino una debilitadora y animal, tambien encuentran trozos de ropa, del tono que suelen utilizar los mineros del poblado. Vagn nervioso al ver humo en la lejanía informa:- Nos vamos ya, tenemos que pararlos antes de que destruyan todas las granjas.- Herdis mira hacía el fuego y comprende que es su cabaña la que se esta quemando...

Herdis abandona su trance y se vuelve consciente del frio y de su desnudez. La muchacha recige sus ropas y se tapa hasta arriba en su capa de pelo de foca. Con la capucha echada solo se ven sus ojos y sus dientes, blancos , cuando dice:

-los dioses guardan silencio. Estamos solos en esto.

Entonces ve el fuego salir de su cabaña. Lo unico que le queda de su madre, y echa a correr como una loca.

-MI CABAÑA! NOO!

Aquello no tenía ningún sentido para la mercenaria, los ataques no parecían tener más fin que el de destruir por destruir, no se veían organizados ni parecía que buscaran algo en concreto, sólo matar y arrasar con las cabañas. Los trozos de ropa, igual que la que usaban los mineros, le dio una idea de quién estaba detrás de aquello.

- Hay que ir a las minas, ahí debe estar la clave de todo el mal que nos aflige. Algo ha influido en los mineros para que ataquen de esta manera y con tanta crueldad. Tenemos que averigüar qué está pasando y sin perder ni un solo instante.

Iba a animar a sus compañeros para que la siguiesen cuando el humo a lo lejos y el grito de la völva le hicieron comprender que un nuevo ataque había sido cometido y esta vez era la cabaña de Herdis.

- Vamos. -Y sin esperar al resto echó a correr en aquella dirección.

El scalda detiene a la mujer dedicándole una mirada severa. Hace un gesto de negativa y añade:

- Tu cabaña ya está perdida - dice con expresión grave - estoy de acuerdo con la mujer mercenaria, tenemos que ir a las minas no podemos luchar contra lo que no vemos.

La Herdis que se vuelve cuando el Skalda la agarra del brazo ya no es aquella mujer que habla con los dioses, que exhibe una sabiduria sobrenatural y una madurez que no acompaña a su edad.

Su rostro es el de una muchacha de 15 años arrasada por las lágrimas. Una niña que lo ha perdido todo. Todo lo que alguna vez amó y que ya no puede esconder mas su pena.

-No...Mama...no pude salvarla, Audun. No pude hacer nada... y ahora...no me queda nada de ella. Todo lo que me quedaba estaba ahi dentro. ¿Que voy a hacer? ¿Que voy a hacer?

Audun agarra por los hombros a aquella joven muchacha cuyo legado había desaparecido en un abrir y cerrar los ojos. Abrazó a aquella sabia mujer, ahora parecía una figura insignificante.

-Sé fuerte, Herdis - le dice abrazándola con fuerza - ahora sólo nos queda seguir hacia adelante, quien quiera que esté detrás merece una muerte deshonrosa y sólo resta decir una sola palabra: ¡Venganza!

A Bjondir todo le parecío que pasó muy rápido antes de ser consciente de lo que ocurría a su alrededor.

La hipnosis creada por la visión del cuerpo danzando de la joven völva lo había dejado descolocado.

Lo dicho por la mercenaria sobre las pistas que encontró en las cabañas destrozadas, le sirvió a Bjondir para ver lo mismo, dandose cuenta que lo había visto antes pero no había reaccionado ante ello.

Después, el humo en la lejanía y los gritos de la niña consiguierón porfin despertarle justo para escuchar lo que decía la mercenaria. Miró al scalda como intentaba consolar a la völva y sabiendose poco ducho en esas artes, prefirió seguir a la mercenaria hacia la batalla.

-Venganza! -digo la Volva entre mechones de pelo humedos por las lagrimas.

-Si, Audun, eso es lo unico que nos queda.

Poco a poco, la muchacha parecio recuperar la compostur y encamino sus pasos tras los de Thyra. Aun asi, no pudo reprimir una ultima mirada a su choza en llamas.

Vagn al ver como os marcháis hacía otra dirección se acerca y os dice:- Por Odin ¿Que os ha dado, a donde marcháis? ¿Que es eso de la mina...? Os he llamado para que me ayudéis con los ataques, no podemos dejar que terminen quemando y arrasando a nuestros vecinos que llevan las tierras que son los que nos dan de comer al resto.- Los hombres están nerviosos, al ver como el humo se incrementa, uno de los hombres informa:- Si seguimos así les perderemos la pista.- Vagn os dice:- Espero que vuestras suposiciones estén lo cierto...- Y tras dar un grito todos los hombres se marchan hacía la cabaña de Herdis. Vosotros avanzáis hasta la entrada de la mina, un impresionante agujero natural que ayudo que los mineros pudieran hacer las primeras prospecciones, hasta cada vez entrar más a sus profundidades, os dais cuenta de que hay muchas huellas que han entrado y salido hace poco, al parecer Thyra estaba en lo cierto, es de ahí de donde han salido los atacantes... aunque puede que haya más dentro.

Herdis, ya recuperada,agarro la antorcha de la mochila de Bjondir y la encendio con la yesca y el pedernal. Despues, se hizo a un lado y fue dejando que sus compañeros pasaran hacia dentro dandole palmaditas en la espalda a medida que entraban.

Dadme la antorcha a mi. Soy la que menos contara si hay que luchar.

El sexto sentido de la mercenaria había funcionado en aquella ocasión. El foco de todo aquel mal que se había cebado con el pueblo parecía proceder del interior de aquella mina.

Cuando llegaron, y alumbrados por la antorcha que portaba la pequeña völva, se adentraron por aquellas cavernas que parecían excavadas hacia un inframundo desconocido. Thyra, atenta a cualquier sonido que pudiera delatar la presencia de más mineros, caminaba de avanzadilla con la mano reposando sobre el pomo de la espada.

Las huellas que había en la mina hacían notar que está se veía muy transitada últimamente.

Cuando la niña saco la antorcha y la encendió, Bjondir afirmó con la cabeza y siguió a Thyra, esa mujer que tenia más valor que muchos hombres.

Iba atento a todo lo que había alrededor suyo, con la manos fuertemente aferradas a su gran hacha, dispuesto a la batalla.

Un olor acre y animal os llega cuando entráis al interior, escucháis el ruido de la humedad cayendo al suelo, pequeños crujidos y el más alarmante de pasos lejanos, ¿Puede que hayan enloquecido todos los mineros y estén en el interior de la mina rondando sin luz? Sabéis que vosotros mismos responderéis pronto a la pregunta, avanzáis iluminados por el haz de luz de la antorcha que porta Herdis,  Audun se ha quedado sin palabras y lleva consigo su espada como si fuera un talismán, de poco sirve tener un arco en un sitio tan angosto, que solo permite que vayáis dos y dos, aun así os estáis molestando de vez en cuando para avanzar, llegáis hasta una encrucijada con dos caminos, donde hay unas runas indicando "hierro" y "plata"... Aunque que sepáis nunca se ha dicho que había plata en la mina.