Partida Rol por web

—Puede irse amigo. Pero tenga cuidado.

Desde luego las maneras del padre Elías recordaban más a un barriobajero que a un sacerdote. Mientras el arqueólogo recogía su sombrero y bastón el cura le dio una explicación a Hughes:

—Hace unos meses el padre Saúl y yo dimos, de forma casual, con una situación extraña en el East End. Resulto ser una especie de ritual blasfemo. Lo desbaratamos con la ayuda de unos chicos con los cuales estábamos...— se dio cuenta de que Clive aún no se había marchado — haciendo negocios. El asunto es que uno de los adoradores de satán estaba terriblemente deformado: tenía rasgos de hombre y de rana. Huyeron antes de que pudiéramos apresarlos. Los días siguientes el padre Saúl hizo algunas investigaciones y descubrió ciertas cosas... había una secta operando en el East End, en las calles de los McCormack, pero todos tenían miedo de hablar. Los McCormack mismos parecían de pronto tener muchos asuntos que ocupaban su tiempo y no podían quedar con nosotros. Pero Saúl buscó información en otros sitios. Un antiguo compañero suyo del ejército, un profesor de Oxford, había escrito un libro sobre el tema. Habló con él y vino con más información. Descubrimos la existencia de deidades prehumanas que, al parecer, no figuraban en ningún libro de historia. Incluso se describía a criaturas como la que habíamos visto en aquel ritual, una raza abominable de hombres anfibios conocidos como los Profundos. Sí, yo también habría pensado que aquello era una locura si no hubiera visto con mis propios ojos a aquella abominación y lo que estaba haciendo. Luego empezaron a desaparecer los muchachos. Sé que el padre Saúl está tirando de hilos para encontrar a quienes estén detrás de todo esto, pero cuando hoy el joven Stu nos describió las huellas que había visto no tuvimos duda alguna: aquellas criaturas blasfemas estaban detrás de lo que le había pasado al señor Hobston. Y esa piedra se mencionaba en uno de los libros. Demasiadas casualidades.

Mientras hablaban Donovan estaba ya a punto de salir del almacén.

Donovan contemplo que cierto alivio como la tension que habia en el ambiente desaparecían la par que el arma dejaba de apuntarle, y llegaban las explicaciones que nunca habia solicitado. El sacerdote, si de verdadera uno y no un matón con sotana, comenzó a explicar su verdad a los presentes.

Clive escucho con atencion,no solo las palabras que decia el hombre, sino las que obviaba mientras leia su lenguaje corporal y recolocaba su sombrero. Ya habia visto esto antes, el cerebro humano es muy astuto y cuando un hombre se topa con algo inexplicable y si cree que ese nuevo hecho v a tirar por tierra su percepción de la realidad inventa monstruos  fantasmas y lo que sea necesario, antes que buscar una conclusión lógica. Bajo el criterio del anciano, el padre estaba para ser tratado en una institución mental.

Estaba a punto de marcharse cuando lo vio. Palideció por unos segundos y le costo reaccionar un tiempo preciado en el que se quedo anodado ante la figura que negaba tras el mostrador de la tienda. Cuando parpadeo esta desapareció. Tras carraspear se dirigio al sacerdote y al joven.

-Una vez aclarado el malentendido, y escuchado los los motivos que le han llevado a esta situacion de tensión, me veo en la obligación de ofrecerles mis servicios, y dicho sea de paso, mis conocimientos en civilizaciones antiguas, en pos de poner fin a las desaparicones que comentan. Para empezar, -se dirigio al joven- ¿Podrias desplegar el mapa mundi aqui? Quizá las marcas que tiene tenga algun sentido arqueológico o historico -se dirigio al Padre Elias- Ese profesor de Oxford que menciona... ¿No sera Percibal Mossley? Catedrático de Oxford y autor del Faraon Negro, ¿o quizas se refiere a Oswald Ferris?

Pregunto mientras revisaba el mapa si se lo mostraban...

Algo había cambiado en la actitud de Clive tras las explicaciones del padre Elías. El propio sacerdote relajó también su gesto mientras Stu se apresuraba a pedirle el mapamundi al policía para desplegarlo en el suelo aprovechando aquel leve momento de cordura¹.

Cuando el muchacho hubo repartido una serie de chinchetas de colores por la superficie Donovan lo examinó con curiosidad. Había varios puntos cuyo significado no comprendía pero las seis chinchetas rojas que más le llamaban la atención indicaban puntos donde había diversas excavaciones de cierta importancia y renombre en el mundo: El Cairo, México, India, China... aunque había posicionada en Inglaterra que le sorprendió. Luego se dio cuenta de que probablemente estaba en la zona de Stonenghe. ¿Qué significaría aquello?

—Oswald Ferris, efectivamente ¿le conoce usted?— preguntó el padre Elías más calmado mientras miraba con curiosidad el mapa —¿Tiene algún significado para usted ese laberinto de chinchetas?

Stu se levanto y miró el mapa, seguía sin saber que podía decirles el mapa, para el parecían puestos de forma aleatoria, miro al resto esperando un comentario, una reacción.

- ¿Puede alguien haber estado en tantos sitios? Sería el de viajando en globo 80 días - Dijo Stu

—¿Y qué hay de ese punto en las alcantarillas? —preguntó Freddy mientras el arqueólogo examinaba el mapa—. Creo que sería prioritario examinar ese lugar y sacar conclusiones. Yo mismo podría ir a echar un vistazo si nadie más quiere venir.

Freddy observa por encima del hombro de Donovan aquel gran mapa. Para él todos esos puntos no tenían demasiado sentido pero parecía que a ojos de aquel hombre, todo ese enjambre de chinchetas pudiera tener algún sentido.

—¿Puedo hablar con Saúl? —le preguntó a Elías en un tono más bajo—. Todo eso que cuentas y esas teorías de los hombres rana... son inverosímiles, lo se, pero después de lo que hemos visto no puedo negar que las pistas son evidentes.

- Si que lo tiene, padre, déjenme que les explique...

Donovan utilizo el libro del Faraón e intento explicarle junto con el mapa la situacion que el veia, arroja do toda la información posible sobre los puntos alli marcados, llegando a la conclusión de que al parecer los de color rojo indicaban yacimientos Arqueológicos importantes, haciendo hincapié en la mas cercana Stonenghe,pues a dia de hoy, no se habia encontrado nada en aquel lugar salvo los propios Chromlems sin sentido.

- No joven Stu... no creo que tenga que ver nada con la novela de Lord Verne... para haber estado en todos esos lugares... deben llevar viajando y recabando información desde la Gran Guerra...

Se giro hacia el detective y se reacomodo sobre su bastón.

- Lamento decirles que apenas llevo unos dias en Londres y es mi primera vez no se que pueden significar... aunque visto lo visto... -entre cerro los ojos con picardia- Joven Stu, ¿podría ir por el cochero y decirle que reclamo su presencia? Por favor.

Clive sospechaba del servicial Rajhnat, aquella discusión en el parque por la mañana habia venido como un relámpago, y su instinto le decía que no lo dejase pasar

Donovan iba uniendo relaciones. Excavaciones sí, pero ¿por qué le sonaban tanto? Entonces se dio cuenta del motivo. Había más puntos que probablemente se relacionasen con otros yacimientos menores. Apostaba lo que fuera a que los puntos de otros colores, si podía comprobarlo, señalarían lugares donde se estaban llevando a cabo investigaciones de diverso índole: España, Francia, Sudamérica, incluso Australia. Pero las cinco principales tenían un denominador común: todas estaban financiadas por la Universidad de Miskatonic. Donovan había leído mucho sobre aquella institución y solía seguir con interés sus diversas expediciones. Algunas eran extrañas como las que enviaban a la Antártida, pero otras eran sumamente interesantes y lograban avances en varios campos. Claro que también tenían una extraña tendencia al misticismo.

Stu fue a por el chofer, tras una mirada a Donovan que trataba de medir si aquello era una petición o una orden, prefirió no revolver el avispero nuevamente.

- Disculpe caballero, el señor Clive quiere que pase dentro. - Se limitó a decirle al acercarse.

Pero al salir a la calle no perdió la oportunidad de ver si algo le parecía sospechoso, de hecho de la que volvía a entrar se quedó un instante en la puerta suspicaz.

Donovan Clive eclipsaba toda la atención. Tanto que Freddy se sentía completamente ignorado por los presentes. Se incorporó y se fijó nuevamente en ese pequeño mapa. Rumió la información durante unos instantes, mientras que Clive soltaba su discurso.

—¿Qué creen que puede haber ahí abajo? —insistió ladeando el mentón justo cuando el muchacho salía en busca del cochero—. ¿Qué relación tiene con su cochero, señor Clive? ¿Es su amigo? ¿Otros servicios además de cochero?

- Señor Hughes, desconozco completamente que puede haber aqui abajo, de verdad. Si ustedes que viven en esta ciudad no tienen ni idea, ¿como un recien llegado como yo puede saber algo?... pero quizas mi cochero, que trabaja directamente para el señor Abbendor, pueda decirles algo. Por eso mande buscarle. Ademas tuvo un desagradable encuentro esta mañana en el parque con un paisano suyo y quiero comprobar una cosa.... prepárense para su reacción al ver el mapa, la figura y el opalo, me sospecho lo peor...

El padre Elías fue quien contestó a Freddy:

—Si quiere hablar con el padre Saúl lo encontrará en la iglesia ahora mismo, aunque yo optaría por ir precisamente a ese lugar que menciona. Si estos dementes han formado un culto en Londres no se me ocurre mejor lugar que bajo su superficie, en las alcantarillas.

En este momento Rajhnat entró en la tienda.

—¿Mandó llamarme sahib?— le preguntó solícito a Clive.

El hombre contemplaba el mapamundi desplegado con las chinchetas con una curiosidad sorprendida, como si no acabase de entender que estaba pasando en aquella estancia. Tampoco pareció prestar atención al mapa de las alcantarillado londinense. Más bien parecía estar expectante a las órdenes de su jefe.

Fue Stuart quien notó algo raro en la calle. El chico tenía un mal presentimiento desde que había sentido aquel extraño viento y la mención de los hombres sapo no era algo que pudiera tranquilizarlo. Por eso cuando escuchó un chapoteo en un callejón cercano, el que llevaba a la parte trasera de la tienda/vivienda sintió que se le erizaba el vello de la nuca. Era el mismo chapoteo que haría alguien calado hasta los huesos moviéndose de forma torpe hacia la parte de atrás del callejón.

Aquella sensación le hizo mirar suspicaz. El chico desde la puerta echó mano a su navaja y  desde la puerta dijo a los de dentro, antes de haber entrado si quiera.

- Creo escuchar algo o alguien en el callejón. - Dijo sin sacar la navaja de debajo de la chaqueta, todavía, pero cerrando su mano sobre ella y listo para usarla. - La puerta de atrás estaba cerrada con llave, así que si entran por ahi escucharemos el escándalo. - Recordó a Fredy

Donovan observo la reaccion de Rajhnat ante la visión de la Figura,el Opalo y el Mapa, buscando algun atisvo de que algo le resultara conocido o le sorprendiera, vinculandolo de algun modo con la gente que perseguía Freddy. Al no lograr percibir nada, busco al detective con la mirada, por di a el se le estaba escapando algo en el lenguaje corporal del cochero.

- y bien Rajhnat, ¿Podría explicarle al detective el pequeño encontronazo con su paisano la mañana de ayer en el parque? Es importante.

Freddy ladeó la cabeza por la coincidencia. Querría estar en ambos sitios a la vez pero no podía dividirse.

—Echa un vistazo muchacho, pero no te alejes demasiado. Ahora voy contigo —dijo cambiando la atención sobre el cochero de Clive. Abrió los ojos como urgiendo la palabras del cochero.

Ahora sí que el sirviente pareció genuínamente sorprendido, diríase incluso que algo enfadado. Por un momento enrojeció de furia pero pronto se tranquilizó para responder con más cuidado, aunque su voz se notaba temblorosa por la ofensa:

—Los asuntos que pueda tener con mis familiares, señor, son asuntos privados. No quisiera importunar con ellos a sahib pero mucho menos molestar a la policía de Londres. Me cuidaré de que mi tío no vuelva a molestarme cuando esté trabajando. Pido disculpas si eso ha incomodado a su señoría.

Estaba claro que el muchacho intentaba ocultar su indignación¹, pero Freddy era perro viejo y notó algo más debajo de aquella tranquilidad mal autoimpuesta. Estaba intranquilo, casi se diría que asustado. Había algo que no quería sacar a relucir².

Donovan creía ciegamente en la versión de su cochero, para el no habia motivo algun de sospecha, tan solo quería evitar futuos malentendidos. Habia algo que le generaba dudas, aun asi no tenia motivo alguno de sospecha.

- Rajhnat, no es molestia alguna. La investigacion del detective le ha llevado hasta la figurilla y por ende hasta nosotros. Cualquier información que le pueda proporcionar al señor Hughes, por banal que le parezca, puede serle de mucha ayuda... ¿Le importaría colaborar?

Sus formas eran impecables y su tono conciliador. De verdad creía en lo que estaba argumentando.