Partida Rol por web

No parecía que si había alguien en el segundo los hubiera oido, así que entro tras Tandey y tras uno segundo se puso a rebuscar alrededor del motor. Y examinar tratando de averiguar que podría ser aquello y opr que lo habían subido hasta ahi arriba.

Bradford examinaba aquel motor intentando comprender para qué podía valer. No sabía demasiado de mecánica más allá de alguna reparación casera pero se fijó en los tubos que había en ciertas zonas que le recordaba a unos mecanismos que había visto en una fábrica de cervezas de su pueblo. Concretamente en la zona de refrigeración. Acercó la nariz para oler, efectivamente, restos de amoníaco. ¿Qué hacía un aparato de refrigeración allí? ¿Y que dimensiones tendría viendo aquella pieza?¹

Tandey revisaba los papeles. Había notas de vectores de números. Muchas. Grupos de coordenadas que no tenía demasiado claro para que podían valer. Aún así se dio cuenta de que algunas coordenadas parecían haber sido pasadas a limpio y estaban más ordenadas que otras notas sueltas. Decidió guardar aquellos papeles con la esperanza de que tuvieran alguna utilidad para el Alto Mando².

Abajo Lapham y Butler metían el polvo de nuevo en la caja con cuidado extremo. No dejaba de ser morbosamente fascinante ver como reaccionaba aquella substancia a los empujones del cuchillo. Ninguno de los dos soldados quería que aquello les tocase, por lo cual extremaron las precauciones hasta que la caja estuvo llena y no quedó rastro del extraño polvo en el exterior. Luego la cerraron con cuidado³.

Se acercó a Bradford, quien acababa de terminar de estudiar el extraño motor, e intercambió con él los resultados de sus respectivas investigaciones. No era gran cosa, o no sabían como interpretarlo. Al menos de momento.

– ¡Sigamos! Aún tenemos muchas habitaciones que inspeccionar.

No se sentía a gusto en aquella mansión y prefería terminar cuanto antes y salir de allí.

Tandey salió al pasillo con la intención de ir a la siguiente puerta mientras Butler y Lapham subían las escaleras. Se encontraron, de hecho, en la intersección de subida cuando escucharon el ruido de un motor en el exterior. Un vehículo, probablemente una moto, se aproximaba a la casa. Ahora mismo, atendiendo al ruido, debía estar subiendo por la cuesta más allá del muro exterior.

Lapham hizo una seña como para indicar el ruido del motor que venía de fuera. Después, sin decir nada se apresuró a buscar un punto desde el cual controlar al vehículo que venía de fuera, intentando no delatarse.

 - Esto parece sacado de un motor de refrigeración - Murmuró Bradford - Parte de algo más grande, quizá, pero tiene que ser enorme el motor que esto pudiera refrigerar.... - Meditó en voz alta.

Asintió a Tandey cuando le indicó que había acabado.

- En movimiento.

Bradford caminó con Tandey hacia el pasillo y el resto de las habitaciones, al salir al pasillo lo hizo alerta, por si hubiera cambiado la situación en el pasillo desde que entrara.
Entonces sus compañeros aparecieron al tiempo que el sonido de un motor vino desde afuera.
- Busquemos un punto de observación.
Comenzó a moverse por el pasillo buscando una puerta que diera una habitación con una ventana en la fachada delantera. Mientras avanzaba una tabla suerta le hizo tropezar y para evitar caer  tuvo que dar dos pasos precipitados hacia adelante que se tradujeron en un ruido escandaloso.

Tras llegar arriba, el sonido de una motocicleta les llega claramente. Bradford se tropieza, pero Walter no cree que con el estruendo que hace el vehículo el conductor haya oído nada.

Aunque su compañero decide entrar en otra de las habitaciones que dan delante, aún cerradas, Butler mira por la que ya está abierta, situándose en la ventana, detrás del escritorio. Procura que no se le vea, pero prepara su rifle por si acaso.

-Alguien debería bajar y esperar al tipo detrás de la puerta, no esperará a nadie, imagino, y podríamos emboscarle y desarmarlo. Quizá sepa de qué va todo esto...

Era evidente que Bradford no había sido todo lo silencioso que esperaba pero también que el vehículo todavía no había llegado a la casa. Se cruzó con Butler mientras éste entraba en la sala de radio, donde Tandey se había apostado en la ventana. Abajo Lapham había hecho lo mismo dirigiéndose a la ventana que había al final del pasillo, junto a la puerta principal.

Bradford se fue por la puerta de la izquierda abriéndose paso en una gran habitación. No tenía mucho tiempo de fijarse en el mobiliario pero parecía el dormitorio principal. Se dirigió a la ventana para apartar ligeramente las pesadas cortinas.

Lo que vieron todos era como una moto alcanzaba la entrada de la mansión conducida por un hombre vestido con uniforme de oficial alemán. El sidecar que llevaba anexo iba vacío. El hombre detuvo el vehículo a pocos metros de la puerta. Era un individuo alto, de pelo moreno y mostacho atusado. Apagó la moto y soltó el manillar sin bajarse de ella, quedándose inmóvil con la mirada fija hacia el frente como si estuviera preguntándose que hacía allí.

Mientras observaba desde un lado de la ventana al soldado que se acercaba en el sidecar, Butler se acercó a él. Tandey miró tras su compañero, buscando con la mirada al resto.

– ¿Y Lapham? ¿Dónde está James?

La respuesta de su compañero, indicándole que no estaba seguro y que suponía que se había quedado abajo, preocupó a Henry.

– ¡Mierda! No debemos dejar a ninguno solo. Tenemos que cubrirnos las espaldas.

Sopesó la situación. Allí arriba estaban menos expuestos a un posible ataque del alemán. Sin embargo, en la planta baja, dónde suponían que estaba James, podía iniciarse un tiroteo y su compañero podría encontrarse en dificultades. De momento el oficial alemán parecía estar entretenido afuera, aún no se había bajado de su moto.

– Voy a bajar. Si el Fritz trata de abandonar la casa rápidamente, no dudes. ¡Dispara! –dijo a Butler y, sin esperar respuesta, salió de la habitación.

Se acercó hasta las escaleras y observó desde el hueco de estas la entrada. Desde allí tendría buen tiro y estaba algo protegido. Buscó con la mirada a Lapham.

James pensó en abatir al soldado de inmediato, pero se le ocurrió que observar la conducta del soldado les podría ofrecer una información interesante sobre lo que estaba sucediendo. Tanto más, si lo sabía, podrían capturarle e interrogarle. Así que se quedó atento a ver lo que hacía el alemán, escondido y con el rifle apuntando al alemán, listo para abrir fuego en caso de necesidad.

Se colocó en la ventana, en el lugar que Tandey acababa de dejar para situarse en la escalera. Descansó el cañón de su fusil en el alféizar, y apuntó al hombre que se había quedado inmóvil mirando la Mansión como embobado. 

Se quedó muy quieto, observando. ¿Qué demonios estaba haciendo? ¿Por qué parecía dudar? Tampoco es que pareciera lógico que hubiera llegado solo, pero, efectivamente, nadie más apareció, por lo menos de momento. Eso era un punto a favor del pequeño equipo, porque quizá podrían capturarle con vida e interrogarle. No es que eso le preocupara demasiado a Butler, estaba dispuesto a pegarle un tiro en la cabeza a poco que supusiera un peligro real para alguno de los cuatro, pero bien, cabía la posibilidad.

Y con lo que habían encontrado allí dentro, tener alguna pista más de lo que fuera que se estaba cociendo seguramente ayudaría al Alto Mando si conseguían enviar otra paloma antes de irse.

¿Entonces querían emboscar a quien venía? Podía ser el mejor modo de obtener respuestas, asintió.
-Controlo desde la ventana si trata de huir , tengo corredor mas que suficientNo puede marcharse de aquí si nos ve, eso es evidente.- Les dijo a sus compañeros en susurros. Cogiendo el fusil en una mano y se asomó con cuidado de que no le viera para poder observar a quién venía y estaba apunto de entrar en la casa.           

Los compañeros de Bradford ni siquiera podían escucharlo mientras susurraba al otro lado de las gruesas paredes de piedra de la casa¹. Los que estaban apostados en las ventanas seguían cada movimiento del oficial de la moto, mientas que Tandey se había situado en una posición privilegiada para emboscarlo de un disparo si entraba por la puerta aunque ahora mismo no lo viera. Desde donde estaba cubría perfectamente a su compañero de la planta baja.

El oficial todavía permaneció casi un minuto inmóvil. Por un momento pensaron que podría haber notado algo extraño en la casa que delatase al pequeño grupo de soldados pero su inmovilidad era extraña, como si de pronto se hubiera olvidado de por qué estaba allí. Finalmente se bajó de la moto y recogió algo de una alforja de cuero en parte trasera. Cuando se volvió de nuevo hacia la casa vieron que se trataba de un aparatoso tubo metálico de poco menos de medio metro de alto y unos cuarenta centímetros de diámetro. Lo sostenía con su mano derecha verticalmente apoyado en su pecho dejando libre la zurda. Vieron que llevaba una pistola en el cinturón pero estaba dentro de su cartuchera, cerrada. El tipo avanzaba hacia la puerta de entrada arrastrando los pies con cierta torpeza, como si tuviera que pensar en los movimientos que realizaba.

James permaneció oculto. Dejó el fusil y recurrió a su pistola. Intentaría esperar a que entrase para emboscarlo por detrás y apuntarle a la nuca con intención de capturarlo vivo. 

El oficial se acercó a la puerta, en la fachada de su ventana, y por tanto dejó de verle. Butler dudó si abandonar su puesto allí arriba y bajar a ayudar, o mantenerse por si el tipo no era más que el primero en llegar y otros le seguían. 

Pero todo estaba muy tranquilo, así que, sin dejar la ventana y su misión de oteador, aguzó el oído para captar lo que fuera que ocurriera en cuanto entrara, y bajar enseguida. Porque era muy raro todo aquello, y aún tenía la piel de gallina de haber visto la cosa de dentro de la caja, o a los caníbales. Y la actitud del alemán no tranquilizaba en absoluto, parecía ido, o drogado hasta las cejas...

Bradford no se dio cuenta de que sus compañeros no se habían acercado a la ventana cuando murmuró aquellas palabras. Bradford seguía oculto listo para abatir a aquel cabrón si notaba algo y echaba a correr.

Lapham estaba preparado. En cuanto el oficial entró cerró la puerta tras él y apoyó el cañón de su pistola en su nuca. El recién llegado permaneció inmóvil unos segundos, como si no entendiese que sucedía, para luego aferrar con más fuerza el tubo de metal que sostenía en las manos, manteniéndose en silencio e inmóvil. Desde arriba Tandey observaba el rostro del alemán y le sorprendía que no se dibujase ni sorpresa ni furia por hacer sido capturado. Simplemente se mantenía mirando al frente, como si esperase a que fuera Lapham quien iniciase un posible diálogo.

Los dos soldados que estaban arriba seguían atentos al exterior previniendo la posibilidad de que vinieran refuerzos imprevistos.

En cuanto vio que el plan de Lapham había salido bien y su compañero tenía al soldado alemán encañonado, Tandey se levantó y comenzó a bajar las escaleras, con la pistola apuntando al enemigo.

– ¡No hagas tonterias y no te pasará nada! ¡Ponte de rodillas! ¡Lentamente! –Se dirigió al recién llegado.

Henry le observó de arriba abajo, buscando bultos en la chaqueta o el pantalón que indicaran posibles armas ocultas.

– Nuestros prisioneros no tienen nada que temer, pero tenemos muchas cosas de las que hablar.

James no dijo nada, dejando esa tarea a Tandey, pero apretó el cañón de su pistola sobre la nunca del soldado a la vez que echaba la mano al tubo de metal que sujetaba y tiraba de él para quitárselo. En caso de que opusiese resistencia, le golpearía con la culata.