Partida Rol por web

 Antes de abandonar el palacio, la joven del desierto desapareció por una de los módulos más cercanos a la entrada del palaco, dirigiéndose a los jardines, diciendo que llegaría en unos momentos.

 Tras una espera más bien corta, reapareció acompañada de un exótico y espectacular depredador.

 Un felino de grandes dimensiones, de movimientos hechizadores, avanzaba junto a la mujer mostrándose atento a los aventureros que aguardaban impacientes por partir.

 - Ya podemos partir. Para el grupo que vamos a buscar información acerca del crimen sugiero ir directamente al lugar de la muerte, tal vez algún comerciante viera algo.

Conoces a un guardia de la zona. Por alguna razón le has caído simpático, y aunque te ha perseguido y hasta metido una tunda tiene una especie de relación paternal contigo.

Nada más aparecer el felino, la mano del enano se dirigió a su cimitarra.

Al ver que estaba amaestrado por la mujer, decidió que podría ser de gran ayuda en combate y sonrió, relajando los músculos de su cuerpo.

Creo que lo mejor será que el pequeñajo diga por dónde quiere empezar, él parece conocer esta ciudad mejor que ninguno de nosotros. indicó.

 La muchacha asintió mientras paseaba distraída la mano izquierda por la gran cabeza del felino, deslizándose sobre el pelaje de la bestia. Miró a Raffius.

 - Vayamos pues.

El elfo algo impresionado por el enorme felino ha estado algo callado. Bien podría decirse que se le ha comido la lengua el gato. Pero las palabras del enano le devuelven a la realidad y a la tarea que tienen pendiente.

- Estoy de acuerdo, yo soy más de moverme por los alrededores de la ciudad, así que Raffius tu dirás -

Clint "Manoymedia" es uno de los muchos guardias de la ciudad de Katapesh que se dedican casi exclusivamente a la custodia de los barrios más bajos de la ciudad: el bazar. **(introduzca aquí el master lo que le parezca sobre zonas y demás cosas de la ciudad que no me incumben xD)

Se trata de un individuo peculiar, con el pelo corto y enhiesto, casi de punta, de un color marrón casi rojizo, algo muy extraño en estos lares y que seguramente se deba a la dispar procedencia de sus padres, a los que no conoció. Del mismo color es su barba, que se extiende en forma de U de una oreja a la otra en una fina línea, pasando por la barbilla, y que contrasta fuertemente con el azul de sus ojos.

El origen de su apodo es causa de controversia. Hay quien dice que se debe a que le faltan 3 dedos de la mano derecha, corazón anular y meñique, que seguramente le amputaron como castigo de un robo. Hay otros que dicen que se debe a la espada que cuelga a la espalda, una espada de las conocidas como bastardas o espadas de mano y media, que antaño usó con ambas manos pero que ha aprendido a manejar sólamente con la zurda (a pesar de ser diestro) desde su castigo.

Clint es de caracter bonachón y suele reírse siempre que puede, pues es de esas personas que piensa que la vida es corta y hay que disfrutarla. Siempre tiene un rato para unas cervezas con los colegas y es bastante apreciado entre la gente de su zona, por ser un guardia bastante eficaz a la vez que no excesivamente estricto. Esto se puede deber a su pasado como ladrón callejero (como tantos otros), y lo desproporcionado de su castigo. Además, por este motivo, Clint es especialmente agradable y desenfadado con los chicos que se ganan la vida hurtando para sobrevivir, a los que rara vez da más allá de una reprimenda y a los que trata, si bien no como hijos, tal vez como sobrinos, pues no ve maldad alguna en sus actos. Este es el motivo de su amistad, o al menos relación con Raffius, a quien considera un rapaz divertido e inofensivo, y con el que mantiene largas y dispares (temáticamente) conversaciones varias veces por semana, según disponibilidad

El grupo sigue al pequeño Raffius por el mercado sin fin que ocupa la parte baja de la ciudad, avanzan de tienda en tienda, como si buscaran a alguien, un montón de personas saludan al joven: vendedores de Pesh, de alfombras, ladronzuelos e incluso tipos con cicatrices de dudosa catadura.

Lo que nadie esperaba es que el ladronzuelo se fuera directamente hacia un Guarda Zephir. Y más extraño aún es que los ojos del guardia, lo único visible tras su casco parezcan divertidos:

- ¿En que lio te has metido esta vez Raffius? - pregunta en tono paternal el soldado.

Raffius parece alegrarse perceptiblemente al encontrar al guardia, al que saluda con una sonrisa y agitando una mano, con su natural jovialidad:

- Hola Clint. ¿Qué tal tu día? ¿Has apaleado ya a un par de comerciantes de esos timadores? ¡No me he metido en ningún lío! ¡Qué opinión tienes de mi! -se finge indignado, pero al momento continúa, divertido- He estado haciendo amigos en el palacio del emir, ya sabes que se me da muy bien. Te presentaría a estas entrañables personitas, pero no estoy seguro de saberme sus nombres, así que supongo que ellos mismos pueden darte los detalles. Estábamos dando un agradable paseo por el bazar... como siempre, ya sabes. Pero esta vez estamos buscando hombres lobo o... -mira a sus "compañeros", como si no recordase y esperase una ayudita- ...o algo parecido. Bichos feos, malos, peludos... cosas de esas. Estoy seguro de que hay alguno escondido por el bazar. ¿Tú has visto alguno? Tú siempre ves cosas, así que muy probablemente lo hayas visto, aunque no te hayas fijado. Dicen que parecen personas normales, pero que uno puede descubrirlos porque el aliento les huele a cabra. A los hombres lobo les encantan las cabras, naturalmente... -afirma convencido- Y porque les da miedo la luna llena, pero claro -pone cara de preocupación, pensativo- ahora es de día...

- No, hoy solo he metido en la cárcel a dos o tres ladronzuelos. Quizá no sea mala idea meter a un cuarto - comenta mientras echa un vistazo al grupo detenidamente - Si hablas del Emir de Ibeq, no creo que su palacio sea un lugar donde debas ir - el guardia riñe en voz baja al joven, mientras le hace gestos con una mano con solo tres dedos - La gente que lo habita podría aprovecharse de ti - dice mientras mira ceñudo al resto del grupo.

Clint, saluda uno a uno a cada miembro del grupo, con algo de frialdad.

- Lo que más me preocupa es que en la última luna llena, murió un hombre relacionado con esa casa, asesinado de forma brutal. - comenta algo más relajado tras las presentaciones - Es muy posible que fuera un hombre lobo. Lo recuerdo bien porque algunos de mis compañeros tuvieron la suerte de encargarse de la investigación. ¿En que estas metido? - pregunta.

Dorwas da un paso adelante y apoya una mano en el hombro de Raffius. Dorwas, del Clan Skars. se presenta. Y el pequeñajo está trabajando con nosotros para el Emir y, de momento, nadie ha intentado aprovecharse de él.

De hecho, se acerca levemente al guardia, al ver el tono paternal con el que trata al pequeñajo, y le susurra ya ha sido recompensado por su labor por el mismísimo Mahir Nashi, el consejero del Emir.

Mira entonces la casa que ha señalado. Buscamos información sobre el asesinato aquí ocurrido, por lo visto era un buen amigo del sobrino del Emir. Quizá dentro encontremos información sobre lo que ocurrió...

Bethel algo sorprendido de la relación de Ruffus con el guardia deja que el enano tome la iniciativa. Parece que sabe desenvolverse con un compañero de armas. Sin embargo, no puede evitar hacer su propia pregunta - ¿Alguna persona vio u oyo algo raro el día del crimen?