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El Regente de Jade I: El Legado de Muro de Salmuera.

Regente de Jade: 2- Bosquecillo de Muro de Salmuera.

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14/11/2017, 19:29
"El Espíritu Kami".

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

A MEDIA TARDE.

Koya, Kelsier, Giorgino, Serveris, Hattori, Kromdal, y Vankor se disponen a dejar atrás el campamento en el bosquecillo, para cruzar el mismo y dirigirse al pueblo cuando escuchan un gemido de Ameiko procedente del carromato de la adivina.

¿Acaso ha dicho algo?

Bevelek y Shalelu ocupan posiciones de vigilancia, mientras los tres carreteros y las dos cocineras están ocupados en sus quehaceres y Sandru permanece, pensativo, junto al fuego.

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14/11/2017, 19:32
Caravana: Carretero Sil Cascais.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

POR LA TARDE DESPUÉS DE COMER.

Los carreteros habían estado jugando a los dados sobre una mesa improvisada con un barril, cerca de la carroza de Ameiko, y cuando escuchan al grupo discutir sobre quién se va al castillo y quién se queda para cuidar a la inconsciente mujer, ambos se acercan.

- Nosotros nos quedamos. Vigilaremos la caravana y a Ameiko.

Como prueba de que cumplirán lo que dicen, acercan el barril-mesa a un lugar donde pueden vigilar la carroza de la mujer y reanudan su partida de dados.

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14/11/2017, 21:34
Vankor Dalmuvian.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

POR LA TARDE DESPUÉS DE COMER.

-Adiós, hermano -dijo despidiéndose de Bevelek-. Cuida de Ameiko y de Sandru y cuídate tú también.

Se encaminó entonces hacia el grupo expedicionario y se plantó ante Koya.

-Kelsier, parece que tú encabezarás la marcha abriendo camino. Si quieres que alguien te acompañe, dilo. Koya, esperamos tus órdenes -dijo con una sonrisa que apenas disimulaba su gesto protector para con ella. Quedaba claro que no iba a permitir que nada le ocurriera a la anciana si él podía evitarlo.

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14/11/2017, 21:45
Serveris.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

POR LA TARDE DESPUÉS DE COMER.

Finalmente queda decidido quienes iremos a la excursión y me parece un grupo muy bueno y competente. Seguro que faltarán varias ayudas pero estoy seguro de que podremos arreglárnoslas solos. Agradezco las palabras de Giorgino y Koya, feliz de que mi idea no fuese tan mala como pensé en un principio.

Los caravaneros nos indican que también ayudarán a cuidar de Ameiko, lo que no me deja realmente más tranquilo pero es un gesto a agradecer. No me involucro en el asunto de la carta del conejo pues no entiendo nada de magia y no quiero entretenerme con ello de más.

Me despido con un gesto de todos los que atrás se quedan y me dispongo a partir junto con el resto de mis compañeros, todos quienes iremos al castillo en busca de la cura para Ameiko.

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14/11/2017, 22:40
Kelsier Deznad.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

POR LA TARDE DESPUÉS DE COMER.

Se despidió afectivamente de su madre, algo inédito en años.

- Volveré - le afirmó con convicción antes de girarse no al grupo de compañeros que lo esperaban, si no a un carromato específico. Se acercó y trepó a él. Al poco salió portando una buena cuerda que guardaba dentro, junto a otros muchos de sus enseres que no necesitaba en todo momento durante una batida. Ahora sería distinto: una incursión a una fortaleza bien podría necesitar herramientas para escalar y trepar.

- Equipaos adecuadamente antes de que partamos - aconsejó mientras se reunía con el grupo. Asintió a Vankor ante sus palabras y se puso en cabeza de la comitiva. También aceptó la idea de que alguien estuviera a su lado, para apoyarle si se veía demasiado adelantado y aislado ante cualquier eventualidad. Miró a los presentes y su mirada se detuvo en uno.

- ¿Kromdal? - le preguntó esperando su reacción. También miró a Koya, la anciana experimentada que con su sabiduría les guiaría al interior de aquel baluarte. Lo que ella fuera a decir, invariablemente a lo que opinara el resto, supondría casi una orden para el resto.

- Sra. Mvashti, cuando usted diga - comentó el joven explorador, esperando su venia.

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15/11/2017, 12:08
Kromdal.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

POR LA TARDE DESPUÉS DE COMER.


Propiedad Transitiva había tomado sus bienes, y tomó su hacha con las manos. No era la forma más educada de ir si no había enemigos, era cierto. Pero no había animales en el bosque, magia perversa había herido a Ameiko y, sinceramente, estaba deseando partir la cabeza a alguien como medio de disipar la frustración. Quizás, por eso, asintió a las palabras de Kelsier, adelantándose hasta ponerse a su lado.

- Buscamos una cajita- dijo con tono de sorna en el que no se excluía la diversión- Jodidas locuras mágicas. Con lo fácil que es buscar tesoros y matar enemigos. En fin... sí, Kelsier. Estoy a tu lado. Y sí, Giorgino, me queda claro. Y sí, adivina, ordena y mientras no me parezca una soberana estupidez, haré lo que pidas. Anda... a salvar el día. Y a Ameiko.

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15/11/2017, 16:50
Ameiko Kaijitsu.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

MEDIA TARDE.

Hace poco se ha escuchado un gemido de Ameiko procedente del carromato de la adivina. Repentinamente, un extraño viento sobrenatural parece surgir de su boca y formar palabras con una voz ultraterrena:

- "Cuidado con los pájaros que querrían volar, pero no pueden..." -

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15/11/2017, 17:01
Koya Mvashti.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

POR LA TARDE DESPUÉS DE COMER.

- Haced caso a Kelsier y preparad vuestro equipo para partir.- Acabó diciendo Koya cuando el grupo que iría al castillo quedó conformado. Ella misma tendría que hacer lo propio y no tenía pocas cosas. Si por ella fuera sería como un caracol siempre con la casa a cuestas pero ya estaba demasiado encorvada su columna para soportar demasiado peso. Pensativa se metió en su carruaje para recoger su equipo y despedirse de Ameiko. Una vez elegido lo imprescindible y acostumbrada a la vida nómada no tardó demasiado en hacer un hatillo para la incursión en el castillo. Pasó la mano por el filo de su cuchillo estrella. El filo estaba frío y afilado pero de pronto se sintió joven al volver a empuñarlo. Se acercó al cuerpo inerme de Ameiko y le plantó un cariñoso beso en la frente, como solía hacer cuando estaba más animada.

- Más te vale conservarla bien hasta mi vuelta, sea quien seas, o te perseguiré en este mundo o en el siguiente, tras mi muerte.- Se giró sobre sus talones y se dirigió a la puerta. Justo antes de salir miró atrás e hizo con la mano el gesto de la higa antes de cerrar la puerta y proseguir.

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15/11/2017, 18:30
Ameiko Kaijitsu.

Mitad del invierno del año 4708 RA.
Día del Fuego, décimo quinto de Calistril.
Bosque adyacente a la Aldea de Muro de Salmuera.
Media tarde.
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Se sentía como un barco desesperado por vislumbrar en la tormentosa noche el refugio de un faro. Aunque era más complejo, pues la incertidumbre y la angustia eran una mezcla extenuante que desgastaba de manera casi imperceptible a la joven tien. Desear que la misión a la que se habían encomendado de buena fe resultara exitosa era lo esperado. Había tomado los ánimos de Sandru como si fuera la vara en la que un cansado viajero se apoya, aunque en el fondo era sabedora de que tal vez no encontraran un faro que los guiara a la seguridad esperada.

Su alma ya estaba marcada, imprudente en su inocente rebeldía. Y ahora, milla a milla, persistía su miedo a repetirse el pasado. Cierto que eran más, decididos aunque pronto puestos a prueba entre muros malditos y criaturas desconocidas.

A medida que se acercaban se acentuaba la tenacidad de las voces, aunque ni siquiera en ese momento era consciente de lo reales que eran. Pensaba que era el resultado del miedo ante otra muerte en su haber, aunque ahora esa voz hablaba entre la prudencia y la alegría desmedida por encontrarse al fin con sangre de su sangre.

En la lejanía se distinguió, entre las copas del bosque adyacente, las cúspides de piedra de la fortaleza. Su corazón comenzó a latir con fuerza, con la garganta seca y pensamientos desbocados. Llegó un punto donde la maleza impedía el avance de los carromatos, pero tras un breve trayecto fueron testigos de la estructura imponente en su desolación.

Y entonces, sin aviso alguno, se desvaneció.

Los acontecimientos posteriores son confusos, y las decisiones que han de tomarse importantes. Nada aseguraba que el interior estuviera plagado de peligros, pero la posibilidad estaba ahí, imponente en su estructura desértica. Así que, mientras se debate quién acudirá al encuentro Ameiko gime en su estado de sopor, parece que quiere recobrar el sentido. Sin embargo...

Repentinamente, un extraño viento sobrenatural parece surgir de su boca y formar palabras con una voz ultraterrenal:

- "Cuidado con los pájaros que querrían volar, pero no pueden..."

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15/11/2017, 18:58
Giorgino Vhiski.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

MEDIA TARDE.

Giorgino no tardó en prepararse. Sus armas eran pequeñas y solía llevarlas siempre encima, sobre todo su fular de cuchillas que además era una prenda muy elegante. Añadió a eso el pequeño camisote de mallas que su tío le había regalado y el muchacho estaba listo para la incursión.

-Si Bevelek, cuídate mucho y sobre todo déjanos algo de cenar, seguro que volvemos hambrientos.

Entonces algo se escuchó desde el carro de la señorita Ameiko, al principio solo un gemido y después una extraña frase con una voz que helaba la sangre.

-¡Joder! ¿Qué ha sido eso? Menudo cague... -Una cosa era que la Señorita Ameiko estuviera inconsciente y otra bien distinta que hiciera esas cosas. Por fortuna su abuela fue a ver que pasaba.- ¿Que fue eso Abuela? ¿Qué es eso de cuidado con los pájaros que querrían volar pero no pueden? ¡Eso es una tontería! ¿No os parece?

Si hubiera sido solamente la voz de Ameiko quizás el chico hubiera pensado que deliraba, pero con aquella voz... Algo asustado se acercó a su tío y le puso una mano sobre su hombro.

-No te preocupes tío Sandru, encontraremos esa caja y salvaremos a la Señorita Ameiko.

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15/11/2017, 23:40
Kelsier Deznad.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

MEDIA TARDE.

Una pequeña caja oculta en todo ese enorme baluarte. Tal vez fuera buscar una aguja en un pajar, mas si hiciera falta hacerlo removerían piedra tras piedra para dar con ella. Sin duda la capacidad adivinatoria de Koya les ayudaría con ello.

Mientras así meditaba el muchacho el objetivo último de la incursión, escuchó el audible susurro eólico que transportaba la voz de Ameiko y les prevenía. Se sobresaltó al igual que el resto y parpadeó perplejo, aunque no tan excitado y nervioso como el hiperactivo, al menos verbalmente, de Giorgino.

¿Cuidado con los pájaros que querrían volar y no pueden?, se preguntó respecto a algo parecido a un acertijo. ¿Se referirá a pollos y gallinas? No las veo temibles, aunque vete a saber qué tipo de animales pueden morar ahí dentro, pensó con cierta inseguridad el muchacho.

Volvió a mirar a sus compañeros y esperó que todos estuvieran preparados para partir de una vez y así él pudiera abrir camino. A pesar de los pollos.

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16/11/2017, 09:46
El Regente de Jade.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

MEDIA TARDE.

Los siete aventureros se despiden y finalmente avanzan a través del bosquecillo en dirección a Muro de Salmuera.

Notas de juego

// Salen de escena: Giorgino, Kelsier, Koya, Kromdal, Serveris, Vankor, Hattori. - Siguen en: Aldea de Muro de Salmuera.

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16/11/2017, 10:56
Viejo Hattori.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

MEDIA TARDE.

Hattori tenía poco equipo que coger y en seguida estuvo listo con su arco en el linde del bosque. Mientras esperaba que el resto de componentes se equipase, se arrodilló, cogió un puñado de tierra y la dejó escurrirse y caer poco a poco mirándola contemplativo. El castillo de los antepasados de Ameiko Kaijitsu-sama. El origen y el destino. Nadie escapa a su destino.

En la quietud de aquel bosque mudo, la voz de Ameiko fue transportada por el viento como un eco distante. - Cuidado con los pájaros que no pueden volar. -

En su cautiverio, el espíritu de su señora había encontrado fuerzas para emerger por un instante y prevenirles. Tan grande era su voluntad como para sobrepasar por un instante la del kami que la oprimía.

Y sin embargo, ¿a qué se referían esos pájaros?

En la palma ahora abierta de Hattori apenas quedabaN unas piedrecillas. Hattori trató de recordar si había gárgolas en el castillo. Las gárgolas son de piedra y no pueden volar. Tampoco pueden las almas de los malditos subir a los cielos. La advertencia de Ameiko podía ser cualquier cosa, pero Hattori estaba convencido que había supuesto un esfuerzo titánico y un alto coste para ella tomar el control de su cuerpo para advertirles. Por lo que la advertencia debía ser vital.

Kelsier se puso en cabeza e inició la marcha. Hattori siguió al resto un tanto absorto en el camino, centrándose en dar sentido a la advertencia.

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23/11/2017, 12:45
Caravana: Cocinera Saray Mara.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

MEDIA TARDE.

La cocinera observa al grupo marchar, negando con la cabeza y con cara de preocupación, aunque cuando vuelve el rostro al grupo, y en especial a Yukiya, lo disimula.

- Bien, chica, creo que deberíamos ir pensando en la cena. Ya sabes, un fuego, un caldero...

Mira a los carreteros que siguen jugando con la palabra "holgazanes" escrita en el gesto.

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26/11/2017, 20:22
Bevelek Dalmuvian.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

MEDIA TARDE.

No dijo mucho desde que se fue el grupo de siete hacia el Castillo del Muro de Salmuera. Bevelek se quedó mirando la zona por la que sus compañeros se marcharon mientras sujetaba su ballesta en las manos por si escuchaba las palabras de alguno de ellos pidiendo auxilio o clamando por algún peligro. En su cabeza no dejaba de cruzarse la idea de si había hecho lo correcto al no haber ido y como quedaría su imagen de resentida respecto al resto de compañeros. Bajó la cabeza y suspiró tratando de no pensar más en aquello, lo hecho ya estaba hecho y en aquel momento únicamente quedaba esperar y confiar en que todo les fuera a salir bien en su aventura.

Sumido en aquellos pensamientos una única palabra consiguió aliviar a Bevelek, la cena. Al fin alguien decía algo con sentido en todo aquello, una buena noticia en un complicado día para los miembros de la caravana. Con las mismas preocupaciones que había tenido desde el principio, pero con un poco de esperanza para un futuro cercano. Si había comida, las cosas no podían ir tan mal.

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26/11/2017, 22:31
Sandru Vhiski.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

MEDIA TARDE.

La sensación de vacío que se había instalado en su interior al partir la compañía de siete esforzados exploradores no le abandonaba del todo. Había decidido que lo mejor era quedarse con Ameiko en su estado de debilidad y no se arrepentía de ello en absoluto. Pero en la otra cara de la moneda estaban su madre y su sobrino que afrontaban los desconocido sin su ayuda. Suspiró sacudiendo la cabeza a las voces de la cocinera principal de la caravana. Si había algo que pudiera templarle era una buena cena junto al fuego. No tenía mucha hambre pero el mero hecho de la compañía del resto sería un bálsamos para el social varisio.

Observó a Bevelek en mudo reproche mientras se aprestaba a echar una mano con las perolas y el fuego. Hubiera jurado que el joven debía acompañar al resto, pero él había tomado su decisión como hombre que era y a Sandru sólo le restaba respetarla. Las palabras de Ameiko en el viento le habían puesto la carne de gallina, pero esos temas se los dejaba a Koya y su segunda visión. Si era algo importante, ella lo desentrañaría. Dedicó unos segundos a observar a Shalelu. La elfa no era muy comunicativa y Sandru tampoco pensaba llamar a su puerta. Simplemente si ella no dormía en el carromato de Koya, él mismo lo haría para tener a Ameiko cerca y observar cualquier cambio en su estado.

Por último se quedó sentado cerca del fuego con aspecto concentrado. Escuchaba los ruidos del bosque por si alguno revelaba evoluciones en el camino de los que partieron hacia el castillo. Rezó una silenciosa plegaria a Desna por ellos así mismo.

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27/11/2017, 07:54
El Regente de Jade.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

MEDIA TARDE.

​No ha pasado mucho tiempo desde que los demás, liderados por la adivina Koya, marcharan hacia el norte. Shalelu calcula que ya habrán llegado sobradamente a la aldea de Muro de Salmuera propiamente dicha; aunque dependiendo de si avanzan cautelosamente o no, puede que ya hayan empezado a explorar el castillo en sí, o puede que no. Si se entretienen con los alrededores, probablemente aún queden horas para saber de ellos.

Bevelek ayuda en las labores de centinela, pues no confía demasiado en las habilidades de los carreteros Sczarni contratados por Sandru. Y no son tan malos como inicialmente se habían temido, simplemente es que no son demasiado perceptivos y parecen bastante despreocupados ante la magnitud del peligro que el grupo seguramente afronta.

Shalelu no siente ningún peligro inmediato en este bosque, aunque Varisia no siempre es una tierra tan pacífica como lo ha parecido en las últimas semanas. Bandas errantes de Goblins y Gnolls son algo frecuente, y toda clase de monstruosidades sin nombre acechan desde tiempos antiguos en los lugares densos y agrestes, camuflados en la oscuridad, cerca de criptas y ancestrales ruinas de civilizaciones perdidas. Le inquieta que esté todo tan pacífico, y lo achaca a la presencia cercana de lo sobrenatural, esa sería la explicación de la huida de todos los animales y aves en tan amplio radio.

Sandru visita a menudo a la febril Ameiko, limpiándole la frente con un paño húmedo, sufriendo mientras ella sufre y se estremece en sueños. En un momento dado, le toma la mano a la noble Tien y casi siente como si ella tirara de su conciencia, tratándole de arrastrar hacia la pesadilla onírica en la que ella se encuentra atrapada.

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27/11/2017, 20:20
Shalelu Andosana.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

MEDIA TARDE.

Shalelu se encontró mirando inconscientemente hacia donde se adivinaba el Castillo, ¿habrían llegado ya a la aldea? ¿Qué peligros se habrían encontrado? Pero cuando pensaba en ello volvía a centrarse en sus alrededores. No le gustaba el silencio de ese bosque… No era normal. Además que conocía Varisia, y aunque un lugar tan cercano a lo sobrenatural explicara el silencio en los ruidos normales de un bosque, no podía ser pacífico durante mucho tiempo.

Le costaba separarse del carromato donde descansaba Ameiko, y más tras las palabras pronunciadas justo antes de que el grupo se alejara. ¿Qué sueños o pesadillas tendría la muchacha en ese desdichado desvanecimiento? ¿Sería eso un síntoma de su extraño coma? ¿Qué maldición sería la causante? Solo le quedaba cuidar que el cuerpo de la joven no empeorara, pero le preocupaba su mente.

Inspiró profundamente al notar la mirada de Sandru. Se separó del carromato de Koya y se acercó al fuego. – Haré la primera guardia – dijo con el ceño fruncido, - El bosque es demasiado silencioso. – añadió como explicación. No dijo que esperaba que él vigilara a Ameiko mientras ella no podía, simplemente lo presuponía.

Dicho esto se dio la vuelta y volvió al carromato de Koya, entrando para poder revisar el estado de la joven y asegurarse que no había habido ningún cambio en éste. Quería asegurarse que nada pudiera pasarle mientras ella comprobaba que no había ningún peligro acechándoles.

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27/11/2017, 22:33
Sandru Vhiski.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

MEDIA TARDE.

El varisio asintió a las palabras de la mujer Elfa sintiendo un escalofrío en su interior. Si ella no se encontraba a gusto en el ambiente del bosque, es que algo realmente extraño y sobrenatural ocurría por allí. Bromeó con los carreteros con sus chanzas habituales, mientras amenazaba con pellizcar las faldas de Saray Mara en un intento de quitar hierro al ambiente.

Finalmente se dirigió al carromato de Koya, donde tras atender y acomodar a Ameiko como mejor supo, tomó su mano en un intento de transmitirle su calor y confianza. Se mareó por un instante ya que sintió un torbellino de imágenes y pensamientos que amenazaban con arrastrarle al mismo estado febril que la tien sufría. No la soltó sin embargo, decidido a compartir sus penurias, ya que compartidas parecían menores.

El momento pasó y Sandru salió del carromato para coger una manta y un saco de dormir. Él también haría guardia pero primero debía descansar.

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28/11/2017, 20:17
Caravana: Carretero Osbert Blazky.

MITAD DEL INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DEL FUEGO, DÉCIMO QUINTO DE CALISTRIL.

BOSQUE ADYACENTE A LA ALDEA DE MURO DE SALMUERA.

MEDIA TARDE.

Los carreteros mataban el tiempo ayudando a las cocineras, revisando las carretas, o jugando a los dados entre ellos o con quien se quisiera unir. 

Osbert entre ellos era el que parecía más preocupado por la situación.

- Yo también haré guardia. - Se ofreció justo antes de darle un codazo a Sil, que sirvió para que tanto él como Narlo asintieran, ofreciéndose en silencio.