Partida Rol por web

Las amenazas de Lee, a pesar de ser objeto de vuestras burlas, eran bastante serias. Si el culpable no aparecía, estabais seguros de que los hombres os acribillarían en cualquier lugar y ni siquiera se molestarían en lanzar vuestros cuerpos al mar con una piedra. Todos vosotros teníais algo que ocultar... pero la prioridad era salvar el pellejo, y si para eso teníais que enterrar a otros... ningún problema con eso.

Nos quedamos en silencio mientras veía como la anfitriona se iba alejando de nuestra posición, cuando desapareció entre la gente, miré a mis compañeros y compañeras de mesa. - Bueno, la señorita Maloy ha conseguido engañarnos a todos y traernos aquí. No sé que la hace pensar que entre nosotros se esconde un ladrón y un asesino, pero no tenemos por qué ser marionetas en sus manos.

Cuando termino de hablar, me giro hacia aquellos que cargan con las armas y tienen la orden de no dejarnos salir, - Hey!, ustedes caballeros, no se cuanto dinero os habrá prometido la señorita Maloy, pero si es capaz de hacer todo esto por dinero... no creo que tenga demasiado y mucho menos para pagaros. Si nos dejáis salir y me escoltáis hasta un lugar seguro, os doy el doble de lo que os prometió ella.

El matón que llevaba la "tommy" esbozó una mueca divertida.

-Eso es. Sigue hablando, "Millón", pero cada minuto que pierdes estás mucho más cerca de conocer a mi amiguita -dijo, tocando varias veces su Thompson.

El matón no tarda en contestarme... me giro con decepción hacia la mesa. - en fin, ¿que se puede esperar de gente como esta?, les dan un arma y se creen dioses... y luego tienen menos cerebro que las armas que tan orgullosamente portan.

Me quedo mirando a mis acompañantes mientras me enciendo un puro. - Bueno, la opción más evidente no ha funcionado, ahora solo nos queda hacer lo que la señorita Maloy nos ha dicho y empezar a despellejarnos unos a otros. Yo al menos no estoy dispuesto a ser el primero en caer en su juego,, por lo que, ¿algún voluntario o voluntaria para empezar? - dije mientras trataba de pensar quién de los presentes podía tener alguna razón para llevar a cabo semejantes actos. 

Pues puedo empezar yo -comentó Molly, que movía excesivamente su enésima copa de champán de un lado a otro, vertiendo el líquido por todas partes y sobre todos los que estaban allí.

Estoy segura de que si hay alguien que puede haberse quedado con ese dinero es nuestro joven deportista. Estoy cansada de ver a Billy cada noche en los clubs y restaurantes, siempre de fiesta, y siempre regalando dinero. Además, me he fijado en que tiene un coche nuevo.

Molly bebió otro sorbo de champán.

Mmmm. Cada día lleva a una chica nueva a su lado, y estas no son de las que se quedan con los pobres. Y que yo sepa, el propietario del equipo, Riggles, es una auténtica alimaña y paga menos que a las ratas. Así que, yo voto por él -dijo, elevando su copa en un brindis imaginario.

Mientras dejo la copa ya caliente por mis manos sobre la mesa.
-La verdad, es que yo también he oído rumores sobre Billy y sus"amigas".Derroches, juergas y muchas mujeres despampanantes. El glamour es caro supongo. - me siento como un robot mientras digo esto. No me puedo creer que estemos en esta situación. - Pero eso no sé si tiene que ver algo con el robo y asesinato de Hal. ¿No os dais cuenta que estamos haciendo una cacería de brujas y jugando al juego que quiere Lee? Me da que por aquí ninguno en un santo ,y la primera que acusa, es la primera que puede tener cosas que callar ¿verdad Molly? - digo mientras miro penetrantemente a esa mujer que esta bastante borracha .-¿Por qué no dejas un ratito el alchocol y te seneras?

Molly miró divertida a Scoop.

-"Scoop", querida. Me serenaré cuando tú hables de lo que hacías en Nueva York. ¿Te acuerdas de "Cat" Lingun? Te conoció cuando tu profesión no era tan elegante, sino que te dedicabas a robarle las carteras a los "caballeros elegantes".

Molly se echó a reír histriónicamente.

-De ahí le viene el apodo de "Scoop", de "sacar" todas las carteras de sus trajes jajajajaja. ¿Acaso vas a negar que tu propio padre vivía de lo que tú y el resto de tus hermanos y hermanas sacabais?

Molly dejó su copa encima de la mesa y adoptó gesto serio.

Fue Hal Coppone quien se la trajo a Chicago y le dio el trabajo que tiene ahora y como está bajo su "protección", puede escribir lo que quiera. De hecho, ¿no lllenó de plomo a uno que te reconoció de cuando vivías en N.Y, "querida"? Al menos, eso es lo que se dice.

Molly se encogió de hombros y volvió a llenar su copa con más champán.

Viendo como desapareció Maloy haciendo oídos sordos a mis improperios, me senté llena de rabia. Mi cabreó era monumental. Pensaba salir de allí como fuera y hacérselo pagar. Nadie se metía con Silky Adam.

Terminé mi vodka de un sólo trago y me llevé la mano al entrecejo, apretando la parte alta de la nariz, entre los ojos, con éstos cerrados. No podía creer la de sandeces que estaba oyendo. Esos idiotas habían aceptado el juego, maldita sea.

-Buen intento, Ambler. -Dije en esa postura, sin mirarlo ni siquiera. -O son idiotas, o Lee Maloy tiene más contactos de los que pensamos. Maldita bastarda... No pienso seguirle el juego. -Hago una pausa, cruzando los brazos.

-Y, por favor, no seáis hipócritas. Que "el niño" tenga dinero no significa que provenga de Hal. Todos aquí tenemos más dinero del que merecemos. -Ésto último lo dije mirando a Molly. -Y quien más quien menos tenemos nuestros negocios... Lo de que el apodo de Scoop viene de Nueva York, de antes de que fuera periodista, también lo había oído. Aunque, sinceramente, por muy ladrona que fueras y sin ánimo de ofender, querida, no pareces tan lista. -Dije ahora a la periodista. 

-Sin embargo, tú, mosquita muerta, tienes por dónde callar. -Continué, volviendo a Molly. -¿Ese tal "Gat" Lingun no era tu novio?, si hasta te enseñó a disparar. Ese Lingun ahora se encuentra fuera de Estados Unidos muerto de hambre después de hacer "fechorías varias" y le pillaran, y tú, mira por dónde, sigues en Chicago conduciendo coches de contrabando y ostentando como si fueras la reina de Saba. -Saqué un cigarrillo con filtro largo, lo encendí. -Ojo, no me malinterpretes, guapa, a mí me da igual lo que hagas con tu vida, pero por favor, ten un poco de clase. -Expulsé el humo de la manera más elegante que pude. 

-A nadie le resulta peculiar que Ambler este tan desesperado por salir de aquí? Estaba plenamente ofendido cuando lo tacharon de ladrón, y ahora intenta sobornar a los guardias, escondes algo Earnest? - pregunté con una falsa nota de dulzura. -Nadie se fija en los que tienen dinero, aunque todos sepamos que no eres tan buen jugador como quieres pensar, y que pierdes sumas tan grandes que harían tambalear la mitad de los clubes de Chicago

Di otro trago a la bebida sin molestarme siquiera en mirar al hombre del que hablaba. Ese era un buen buen whisky y mis ojos no se apartaban del mismo mientras pensaba.

-O intentas que nadie se entere de que perdiste una suma que no puedes pagar sin quedarte en la ruina?

Me cruce de piernas volteando hacia todos.

- Parece que estás empeñada en que soy culpable, sin embargo no podrías estar más equivocada. Juego mucho, y cantidades de dinero que a algunas personas les puede parecer insultantes, pero nunca he estado cerca de arruinarme. Hablas y hablas, pero sin tener ni idea de nada. Solo eres una charlatana envidiosa. - Trataba de recordar todas las aportaciones de la cantante en la conversación, y me di cuenta de que prácticamente todas eran contra mi...

- ¿Necesitas que defienda cada uno de mis actos en lo que llevamos de noche?, muy bien, claro que me cabrea que insinúen que soy un ladrón porque no lo soy, de una manera u otra siempre he luchado por cada cosa que hoy poseo, aunque algunas de esas cosas fueran a través de cartas y azar. Y sí, he tratado de sobornar a esos dos matones porque además de tener un dinero que tu crees que no tengo, me incomoda tener a dos hombres dispuestos a disparar a mi espalda. Pero claro que eso tu no lo puedes comprender, cada una de tus actuaciones conlleva el riesgo de que atenten contra tu vida por el poco talento del que dispones, así que ya estás acostumbrada.

Nada más terminar de hablar, fui consciente de lo erróneas que habían sido mis palabras. Gran parte de mis palabras eran ciertas, no me gustaba que me llamaran ladrón sin serlo, que hablaran sin saber sobre mi patrimonio, o que me apuntaran con un arma a mi espalda, aunque eso último, no creo que le gustara a nadie. Pero lo que menos me gustaba era que inventaran historias acerca de mí, y lo cierto es que el ataque de la cantante me pilló en un mal momento. Siempre me había jactado de ser una persona afable, pero había sido muy cruel con la pobre mujer, y además había hablado sin saber, dado que ni siquiera la había oído cantar.

- La pido mis más sinceras disculpas, señorita. He hablado sin pensar. - dije tras dar un suspiro y dejando un leve instante para tranquilizarme. - Toda esta situación me está empezando a sobrepasar. Las mentiras que nos han traído hasta aquí, la mentira de uno de los presentes que nos obliga a los demás a quedarnos, la incertidumbre de que esos dos de gatillo fácil se descuiden y se pongan a disparar como locos... He pagado con usted lo que debería pagar con otros y por eso me disculpo. No obstante, hay cosas que sí son ciertas de lo que he dicho, no estoy arruinado y a pesar de haber ganado unas cantidades de dinero a través del juego, soy una persona honrada. - Sabía que la cantante no perdonaría mi falta de respeto, y que probablemente lo usaría para poner sobre mí el foco de atención, pero aún a riesgo de todo aquello, debía disculparme.

Me puse roja de ira al escuchar lo que decía Molly.
-Oh querida Molly,parece que el alcohol te sienta muy mal. Pero yo también he oído cosas. Si hablemos de "Gat" Lingun.Ya que sacas el tema....- Dije inclinándome hacía ella sin perderle de vista.
-¿cómo está? Matar a dos agentes del FBI es algo muy grave. Y ya de paso...¿que tal su negocio de contrabandista? ¿es rentable? Debe ser complicado Molly llevar un negocio así, Pero lo más importante de todo ¿quién es tu nuevo socio? Estamos entre amigos. Cuéntanos.

Ahora paso a mirar de reojo a Adam.
- Usted, señorita Adam. Tampoco tiene muchos amigos por aquí me da. Yo que usted no iría insultando a la gente, y más si no la han atacado.- me vuelvo a apoyar contra el respaldo de la silla.
Respiro un par de de veces profundamente y me intento calmar.

Oigo como dos personas más se pelean. Aquí viene...todos contra todos... Lee lo está consiguiendo a ver como nos sacamos los ojos.

-Al contrario señor Ambler, es muy cierto que la gente atenta contra mi vida a diario, pero la razón de ello es que soy mujer y soy negra, y no dejo que nadie me use de alfombra de piso, cosa que parece ser algo esperado por la mayoría de los hombres blancos y con dinero. - Replique sin perder la sonrisa. -Y no he tomado ofensa, si cosas semejantes me afectaran pasaría la vida llorando. Lo que ha dicho habla más de usted que de mí

-Si quiere dar explicaciones para que no haya más malos pensamientos sobre su persona, puede explicar la naturaleza de la sociedad que sostiene con Molly, puesto que se anda comentando que lo que le interesa de la misma son sus dotes para el contrabandismo algo que dificilmente va de la mano con un negocio honesto, pero quizás pueda iluminarme al respecto - Me levanté y fuí hasta la barra pero me limite a pedirle la botella entera del mejor whisky, y regresar con la misma a mi asiento. O ibamos a morir o ibamos a tener mucho dinero, como fuera, había que disfrutar.

-En lo que si coincidimos Earnest, es que hay un cabrón aquí dentro que prefiere dejar que nos maten a todos en lugar de compartir su fortuna, y por tanto, ese cabrón tiene que haber pensando en alguna forma de salir de aquí.

Molly se echó a reír de nuevo.

-Si eso es todo lo que tienes que decirme estás perdiendo facultades, querida. Yo solo soy una chica de fiesta. Quizás ese es tu problema, que no sales tanto como deberías. ¿Es que últimamente pasas "hambre"?

Tras volver a reírse, miró a Erny.

En cuanto a mi... asociación con el señor Ambler, hummm, creo que es muy buena idea. Deberíamos hacer negocios juntos, señor Ambler. ¿Qué le parece? Así podríamos darle una buena exclusiva a esta carterista.

Después de escuchar a Molly me reí a carcajadas limpias. Esta chica esta mal de la cabeza.

-Una chica de fiesta contrabandista y gangster. Debe ser un negocio lucrativo pero con mucha competencia. Y eso suena a un móvil para matar a Hal y llevarse el dinero. ¿no os parece a todos? - me vuelvo a reír mirando a todos lentamente.
- Además parece que están insinuando quien es tu nuevo socio.- vuelvo a mirar a Molly mientras me sonrió y me vuelvo adelantar en la silla.
Sigue bebiendo, ya sabes lo de los borrachos, se les escapan cosas- me levanto de la silla, y me acerco por dos copas de champán. Una se la ofrezco a Molly. -Un brindis - levantando mi copa.

Hasta ese momento había permanecido callado, dejando que el resto de los presentes sacaran la artillería, en estas situaciones, la información vale más que el propio dinero, y para gestionar tanta en tan poco tiempo, se necesita tranquilidad y no tener que andar a la gresca con nadie.

¿así que, los dos fiambres del FBI son achacables a Molly Awbsterr? ¿ésta tiene una... "sociedad" con Earnest? ¿la señorita Scoop, la intachable periodista, antigua carterista y protegida de Coppone? ... que interesante... - pensé

Señorita Awbsterr, Molly, antes han mencionado que conduce coches de contrabando. Me pregunto... ¿sabe usted conducir vehículo de mayor capacidad? Digamos, cierto camión cisterna usado para el transporte de algo más que gas-oil. ¿No recuerda cierto incidente con una patrulla en un control? Desde luego, ese dato, de ser correcto, sumado a la información sobre esa posible asociación con el señor Ambler, les permitiría la infraestructura necesaria para dar el gran salto a la dirección del crimen organizado aquí, en Chicago, y quien sabe si controlar en un futuro Atlantic City.

No tenía demasiada información, tan solo la existencia de cierta señorita, bien parecida, capaz de conducir un camión como si fuese un vehículo de carreras. Tan solo quería ver como esa breve información calaba en la dama y en el resto de los presentes. Debía provocar algunas reacciones para tratar de que el asesino cometiera algún fallo y poder resolver esta situación lo antes posible.

¡Por supuesto! -dijo Molly, dando un golpe encima de la mesa y poniéndose en pie medio tambaleándose, con la sempiterna copa en la mano -. Yo soy la asesina del mayor gangster de todos los tiempos. Señor fiscal del distrito: deténgame, por favor.

Al decir esto, juntó ambas muñecas en dirección a Harrow, por supuesto, derramando parte del champán sobre sus pantalones. Claro que al mirar a la cara a Harrow, su rostro cambió y se volvió mucho más serio, como si de repente, fuesen dos personas en una: una atolondrada y otra astuta.

Dudo mucho que usted, señor fiscal-del-distrito-harrow, sea el más indicado para hablar de mis proyectos de futuro, cuando estoy cansada de oír como siempre se refieren a usted como "el mejor Procurador del Distrito que se puede comprar con dinero". De hecho, hace poco cogieron a una amiga mía en una redada, en un lugar como este, y nada más verla, el sargent dijo:  "lleva a esta señora a ver a Harrow y encierra a los demás" -comentó Molly, simulando la voz de un hombre.

Molly volvió a sentarse.

Mi amiga estaba fuera de la cárcel veinte minutos más tarde y 1.000 dólares más pobre y fue usted en persona quien la dejó en libertad.

Molly bebió otro sorbo del champán... pero con tranquilidad.

Yo no tengo que responder ante nadie pero usted... usted podría perder mucho si alguien se fuese de la lengua, como por ejemplo, Hal.

Estábamos todos hablando unos con otros, lanzando ataques sin control, al final la anfitriona había conseguido lo que se propuso, que nos enfrentáramos. Una nube de incertidumbre, rumores, secretos y mentiras se cernía sobre nosotros.

No pude dejar pasar el comentario de la cantante. Me sentía algo culpable de haberla hablado como la hablé, pero parecía que no la había molestado demasiado, añadiendo el tema del color de piel, lo cual a mí no me importaba en demasía.

- Señorita Sassine, puedo comprender que no se fíe de la gente como yo, dado que no solemos dar un trato ejemplar a gente como tú, no obstante eso no es algo que comparta yo. Yo siempre he dicho que "si se tiene cartas y voluntad, cualquiera puede echar una partida conmigo". El color de piel para mí es lo de menos, aunque te suene raro y no te lo creas.

- Una vez dicho esto, diré que no tengo ninguna relación ni profesional, ni personal con la señorita Awbsterr. Todos los rumores relacionados con ellos son pura demagogia. No es alguien con la que me uniría a la hora de emprender un negocio ni nada por el estilo.

- Lo que sí me parece curioso, es lo digna que se ha puesto la señorita Adam. Soy un habitual en su club, y no es ningún secreto que es Hal Coppone quien la suministra el alcohol. No obstante, permita que la haga una pregunta, ¿la dice algo el nombre de "L. Gawten Gaynes"?, una de las noches no pude evitar darme cuenta de que en su almacén, usted tenía un cajón embalado y marcado con ese nombre, cuando descubrió que lo había visto, se puso nerviosa, defendiéndose diciendo que era una broma de Coppone... ¿una broma?... tal vez deberías explicar algunas cosas.

Iba a comentar otra cosa, por pura diversión. Pero el millonario Ambler insinuó algo sobre un cajón y un nombre estúpido. Así me giré hacia él.

-Ambler, querido, no sé a dónde quieres ir a parar con esa estúpida anécdota. Lo que refleja es la buena relación que había entre Hal y yo. No sólo profesional, también personal. Sería una idiota si negara que el alcohol de mi local era suministrado por Hal, y que, ahora, voy a tener que aumentar mis tarifas si quiero mantener mi estilo de vida y el de mis chicas, puesto que el alcohol me costará más caro. -Negué con la cabeza, echando mi cuerpo hacia adelante para sacudir la ceniza del cigarrillo de filtro largo sobre el cenicero. 

-Siempre lo diré. Los que manejáis dinero sin que os demande esfuerzo, hacéis estupideces. Lo perdéis rápido, lo ganáis rápido, lo invertís de mala manera, y no sabéis el sacrificio que supone conseguirlo de la nada, con un trabajo diario. Eso, Earny, Molly, y quien más se dé por aludido, es lo que nos diferencia en ésta sala. Nosotros, los que nos trabajamos el dinero, lo valoramos más, hacemos menos estupideces y estamos un paso por encima de vosotros en calidad humana. -Hice una pausa y miré a mi antigua (y breve) empleada, Torchy.

-Por otro lado hay gente que no está conforme con lo que gana y pretende obtener dinero de manera fácil. Se pone nerviosa con los clientes, los trata de forma desagradable y no respeta el orden natural de las cosas. ¿Verdad, Torchy?, ¿eso por qué lo hiciste, a caso te enteraste de un plan maestro de robo a Coppone y quisiste participar...?

No pude por menos que sonreir ante el comentario de Molly sobre mi habilidad para evitar ciertos malos tragos a determinadas personas que se habían alejado de la delgada línea entre el mal y el muy mal... alcé mi agua tónica hacia Molly y dije: touché, señorita Awbsterr.

Acto seguido añadí - No obstante, querida Molly, quería añadir algo. No pretendo dármelas de honrado, faltaría más. Ninguno de los aquí presentes puede decir que lo sea. Tratar de convencernos sería un absurdo ejercicio de hipocresía. No estamos ante ningún jurado, y dudo mucho que si salimos vivos de aquí, nadie acuda a la policía a arreglar sus ... asuntos - lancé una mirada hacia todos mis compañeros, carraspeé y concluí - Todos ustedes tenían, todos teníamos, perdón, en mayor o menor medida, una relación con Coppone. Y todos sabemos que el departamento de justicia es corrupto. Agentes, personal administrativo, inspectores, jueces... y por supuesto fiscales, están en nómina. No se si soy una excepción, pero sigo manteniendo cierta autonomía y yo decido quién o quienes deben penar y quienes no. Ya dije antes que pretendo mantener un cierto equilibrio entre lo legal y lo ilegal, y si de camino, mejoro mis condiciones económicas, pues bienvenido. No soy ningún santo, y no lo pretendo.

Con Coppone muerto, se abre un periodo de incertidumbre, pero ya estábamos dentro de él. Era vox populi que se avecinaba una lucha por el poder en Chicago, tan solo los más íntimos de Coppone mantenían el status quo, y ya sabemos que ni ellos. Y el FBI comenzaba a meter demasiado las narices, y mi influencia para "limpiar" cierto asuntos tenía sus límites. Era un periodo con fecha de caducidad, y lamentablemente, ésta ha llegado. Ahora solo resta encontrar al asesino, y luego lidiar con Maloy. No tiene por qué cambiar la situación para el resto. Ahora, el tipo que liquidó a Hal, lo tiene bien jodido.

Estuve callada durante un largo rato escuchando todo lo que decían. Aunque no me sorprendió la acusación que hicieron contra el Fiscal, algo ya había oído años atrás.
Cogí el bolso que tenía en la silla,lentamente metí la mano en él. Saqué un papel que releí varias veces absorta. No sabía si sacar a luz la información que tenía. Con el último comentario del Fiscal ya quedaba claro sus "asuntos" pero....

-Ahora entiendo el boceto de un artículo de mi ex compañero Jake Attler. La historia nunca se publico porque desapareció. Pero le dio tiempo a dármelo a mi . Quizás pueda ayudarnos o quizá no. Al fin y al cabo es más información.

Me levanto y pongo el papel que he sacado del bolso en medio de la mesa, para que todo aquel que quiera lo pueda leer. Luego me vuelvo a sentar.