Partida Rol por web

Le hago un amago de sonrisa a la presentación del agente, una sonrisa formal. Qué fuerte Cris, ni en mil años hubiese podido pensar que… Se acabó. Al trabajo. Encantada agente Blackmore. Paso al salón cuando el hombre se hace a un lado. Gracias. Entro y veo que hay otra mujer, supongo que será otro agente. Buenos días, soy la agente Felton. me dirijo a donde se encuentra, suelto la maleta y le tiendo la mano. ¿Quién está al mando? El tono de voz sigue siendo seguro. Que no sea Andrew…..

¿Me he equivocado?, su glacial mirada me sorprende, es raro, quizás no me recuerde de la misma forma que yo a ella, uff, se gira hacia el hombre que ha abierto la puerta, joder Andy, que ya hace tiempo de todo aquello, si, pero estar tan cerca me despierta los instintos, ¿qué tiene esta mujer?, a pesar de encontrarla tan cambiada, no sé si es peor eso.

Observo su espalda mientras entra, tengo que reprimir el impulso de acariciarla con mi dedo, me rasco la cabeza intentando apartar estos pensamientos, escuchando al hombre, Tiene razón agente, nos quitan la personalidad en la academia, por lo menos a los hombres, intercambio una mirada divertida con aquel hombre, Bonita corbata, como esas no he visto en Los Ángeles, tiene mas bien un aire estilo Chicago, llámame Andy mientras hablo entro en el anodino apartamento.

Otra mujer, también con ese aire de ser segura y autosuficiente, Cris toma la iniciativa y se presenta, bueno, la agente Felton, y la sonrisa no desaparece de mi cara, puta casualidad, me encanta.

Camiseta azul de manga corta, vaqueros desgastados con algún roto, y zapatillas de color marrón claro con algunas rayas blancas, unas gafas de sol enganchadas al cuello de la camiseta, piel bronceada, pelo rubio y ojos azules, una vieja mochila en el hombro y una media sonrisa al aparecer en aquel salón tan poco acogedor, no me gusta este lugar.

Elisa ve como el agente la deja con la palabra en la boca y antes de presentarse él mismo se vuelve y abre de nuevo la puerta.

Genial... aprovecho para mirarle de arriba abajo, zapatos negros, pantalón de traje, camisa blanca, pelo corto, peinado con la raya un lado y una horrenda corbata... Puff... que suerte... un listillo...

Me acerco al escuchar voces para ver como una mujer joven y hermosa entra con una sonrisa legal y la mente en otra parte... después un... pero de donde se han sacado a este tipo... de un picnic en la playa????

Agente Brennan, encantada. Le tiendo la mano a la mujer. odio presentarme como agente... por favor tengo dos doctorados y tengo que presentarme como agente... ags... sin embargo, sonrie algo esceptica.

No soy yo. contesto seca a la pregunta de quien está al mando. y miro al listillo. Si tuviera que apostar sería por la corbata ganadora... dice haciendo una mueca divertida.

Perdería.
Replica muy serio a Brennan, sin asomo de humor a los ojos. Inmediatamente vuelve la mirada hacia el hombre que viste de forma completamente informal.
Exacto... Andy, estilo de Chicago, tiene buen ojo para calar a la gente, compañero. Por lo que veo a usted no han logrado alienarle en la academia.
Blackmore no había pisado Chicago en su vida, pero no estaba de más tener contenta a la gente. Al fin y al cabo no se iba a ir de copas con esos tipos, solo a compartir un trabajo. Y no uno cualquiera. Quizá el mas importante de toda su carrera. ¿Que criterio habían seguido en el FBI para seleccionar a semejante grupo?
Esta bien... Si nuestro agente al mando aún no ha llegado, tiene que ser por un buen motivo.
Cierra la puerta una vez todos han cruzado la entrada y corre la cadena tras asomarse una última vez por la mirilla.
Propongo que vayamos conociéndonos un poco. Vamos a trabajar durante un buen tiempo juntos y me gustaría saber cuales son sus campos de experiencia.

Los Ángeles, su ropa, las bromas continuas.... Esto va a ser duro….. disimulo bien, una sonrisa acude a mis labios en el momento de la mención a la corbata ganadora. Va dirigida a la mujer. Que bueno. Mucha gracia no le ha hecho al hombre, o ninguna.

Me giro para mirar a Blackmore, a ver si dice si él lo es, hay un azul intenso en el camino pero lo esquivo. Pongámonos ya a trabajar joder, que ocupe mi mente por completo. No es, tendremos que seguir esperando para funcionar en condiciones.

Empezaré yo si me lo permiten. Como he comentado antes, vengo de Atlanta. Me dedico a la investigación de las operaciones de las empresas a nivel internacional, descubrir cuales están relacionadas con la financiación de actividades ilegales como terrorismo o el blanqueo de dinero. Voz tranquila y clara.

Miro alrededor, ni una silla para sentarnos, ¿pretenden que trabajemos sentados en un sofá? en fin. Haber dicho esto delante suya me parece surrealista.

Agente Breanan, saludo formal, apretón de manos que no extiende hasta mi posición, contestación brusca y comentario ingenioso pero ligeramente desacertado, una curiosa combinación, es inteligente y quiere que lo sepamos.

La contestación de Blackmore es la que esperaba, no parece el superior al mando, no, no va ser tan sencillo, ¿Si?, ¿en serio?, pues verá, le diré en confianza que la mayoría de las veces no acierto a adivinar nada de las personas miro por unos momentos a la agente Felton, ¿qué hubiera pasado de haberlo sabido?, probablemente nada habría cambiado, pero aún así, no podía evitar sentir cierta curiosidad, Y con respecto a lo de la alienación, no se crea que estoy muy alejado del típico agente de las ciudades con playa lo cual tampoco es que fuera demasiado cierto, pero bueno, no tiene demasiada importancia.

Se les nota impacientes por recibir órdenes, y por empezar a trabajar, me adentro en el salón y tiendo la mano a Breanan, Soy Andy, le será fácil de recordar le digo mientras vuelvo a sonreír, tras lo cual deslizo mi mano de entre la suya con suavidad, suelto la mochila en el suelo junto a la mesa donde reposa el mando y me siento en el sillón echando un vistazo de reojo a la tele.

La voz de Cris irrumpe de nuevo en mi cabeza y mis ojos la buscan mientras habla, le sienta bien el traje, para que negarlo, y ese ligero acento al pronunciar algunas palabras, con la mano apoyada en la pierna sosteniéndome la barbilla la observo como haría un adolescente con la nueva y exuberante profesora de matemáticas, con interés, pero no centrado del todo en lo que dice.

Luego tomo la palabra, Pues…uhm…me dedico a perseguir a los malos, ¿no es eso lo que se supone que debemos hacer?, digo recostándome en el sillón abriendo ambos brazos sobre el respaldo del mismo, río de mi estúpida broma sin gracia, corrupción de los peces gordos, digo sin perder el aire divertido y desviando la mirada hacia Cris, esos que cuestan tanto de atrapar

Parece que poco a poco os váis presentando, nada mas terminar de hablar Andrew, escucháis un fuerte golpe fuera del piso... suena como si... se hubiera caído algo fuera... O mierda... aceráis a escuchar como un susurro...

TOC TOC de nuevo y unos segundos después del fuerte sonido la puerte suena de nuevo...

Genial... ¿Que he hecho yo para merecer esto? Una agente financiera -demos gracias al señor que toca el terrorismo- y un caza-peces gordos...
Un fuerte golpe. Alguien susurra. Llaman a la puerta. Otro fuerte golpe.
Y como un engranaje mas de una gran maquinaria preparada para responder ante situaciones de peligro, tras la acción llega la reacción. Con un movimiento fluido, Blackmore desenfunda su arma, sosteniéndola con las dos manos, y en cuatro cortas zancadas llega hasta la puerta de entrada.
No hace ningún gesto a sus compañeros para darles indicación alguna, lo que evidencia que está acostumbrado a trabajar completamente solo... y que realmente no espera nada de los desconocidos.
Escucha con atención, manteniéndose en completo silencio, preparado para cualquier sorpresa. El arma apuntando hacia abajo, sostenida con firmeza. Parece un hombre cauto... pero toda esa imagen se viene al suelo cuando se asoma por la mirilla sin mas precaución.

Ante ti puedes ver a un hombre de unos 40 años, vestido con traje negro y camisa blanca, parece llevar un maletín y con la mano libre se rasca el hombro mientras en su rostro hay una mueca entre dolor y queja... el hombre permanece a la espera...

Blackmore suspira desde su lado de la puerta y niega un par de veces con la cabeza. Coge el pomo de la puerta sin soltar el arma, llevándosela a la espalda para cubrirla de la nueva visita.
A la próxima se asegurará de pedir nombres y descripciones de sus compañeros y se dejará los juegos para los bares en noches de borrachera.
Gira el picaporte lentamente y abre dándo un paso hacia atrás, lo justo para que ambos hombres puedan verse las caras a una distancia prudencial y la hoja de madera de la puerta le haga de escudo en caso de que áquel curioso personaje llevara intenciones violentas.
Buenos días... ¿Se encuentra bien?
Y esas simples e inocentes palabras consiguieron convertirse en una amenaza velada al salir de boca del agente Blackmore.

Asomo un poco la cabeza por la rendija que parece dejar abierta aquel hombre.

Bue, buenos días mi nombre es Stanley Peetcher, me han enviado a esta, si creo que a esta dirección para una reunión. Soy agente federal.

Visto con una americana negra, una camisa blanca con el primer botón desabrochado y un pantalón a juego con la americana. Zapatos del mismo color del traje y sin corbata. En mi mano derecha un maletín, y un rostro sonriente para el hombre que me abre la puerta.

Parece que mi chiste no es del agrado del agente. Cosa que no me incomoda en absoluto.

Buff... digo al mirar la felicidad y tranquilidad con la que Andy se presenta y se acomoda en el sofá. Se queda embobado mirando a la hermosa mujer.

Ambos se presentan. Y cuando iba yo a hacer lo propio un golpe y una nueva presentación.

Parece que ha llegado el agente al mando... aunque espero que no sea él... no sabría si confiar mi vida a alguien que... sonríe de esa forma...

¿Está usted al mando?, Agente... Peetcher. porque si es que no, todavia falta gente. Odio la impuntualidad... nos retrasa a todos en todo.

Digo mientras me acerco al recién llegado y le tiendo mi mano. Agente Brennan, doctora en Antropología y Biología forense. Y a menos que hay huesos o bichos por aquí... no entiendo muy bien que necesiten de mis conocimientos. Retira la mano tras el apretón y se queda expectante a que responda.

….la mayoría de las veces no acierto a adivinar nada de las personas…. no fastidies Andrew, deja de jugar…… y de mirarme así. Mierda.

El ruido de la puerta me alegra, por fin vamos a hacer algo productivo. Bueno, por lo menos eso creía, dudo un poco al verlo entrar con tan poca…. ¿presencia es la palabra?..... me aguanto el suspiro que quería escapar entre mis labios. La agente Brennan se presenta y me dispongo a hacer lo propio…. ¿Antropología?... ¿que trabajo podemos tener en común? Soy la agente Felton, encantada agente Peetcher.

Los golpes en la puerta hacen separe mi espalda del sillón, quedando en una posición más óptima en caso de que haya que levantarse con rapidez, pero me quedo mirando con cara de sorpresa a Blackmore cuando este saca la pistola y se coloca poco más o menos como si estuviéramos en mitad de un asalto, creo que ha visto demasiadas películas, o que vive en un estado de constante paranoia, estoy seguro de que si le digo algo, me contestará que eso es lo que le ha mantenido con vida en remotos parajes de la selva o algo por estilo, supongo que hará falta un tipo como él, seamos pacientes.

Oh, otro agente, que sorpresa, ¿Quién coño iba a ser Blackmore?, ¿un asesino que llama a la puerta?, si usarás la cabeza en vez de la pistola, en fin, no es cuestión de decirlo, mejor mantenemos la cordialidad, el hombre que entra tiene pinta de cualquier cosa menos de jefe, que desesperación por encontrarlo, los que tienen en sus oficinas deben ser la ostia.

Me levanto del sillón para completar la ronda de presentaciones, antropología y biología forense, supongo que el chiste de que conozco un bicho que estaría deseoso de ser examinado esta demasiado trillado, así que me lo guardaré para mejor ocasión, digo a Breanan mientras le tiendo la mano al recién llegado, parece un tipo nervioso, Andy Goer, bienvenido a la reunión de agentes federales anónimos, bueno, algunos no tan anónimos, pienso mientras vuelvo a dejarme caer en el sillón, clavando mi mirada una vez más en la agente Felton, imaginándome por un momento como sería el ser detenido por ella, pero a mi memoria viene cierta mañana, un despertar, la realidad supera a la ficción, con creces.

Supongo que ninguno tiene ni idea de porque estamos aquí, ¿verdad? pregunto sin mucha esperanza de ser respondido satisfactoriamente.

Después de la broma poco graciosa que suelta miro a Goer con cara de "Dios dame paciencia"... y a su pregunta respondo directa y secamente...

Parece que algunos saben más que otros... como siempre... lo que me hace desviar la mirada y observar con más detenimiento el lugar.

Entro ya en el cuarto y me acerco uno por uno a todos, dando la mano a cada agente.

¿Al, al mando? No me, me temo que no. ¿No hay nadie al mando?

Miro la habitación, durante unos segundos, Vaya, casi todos los muebles cubiertos por plásticos, no hay objetos personales, no debe de vivir nadie aquí, será un mero punto de reunión.

No sé si estoy más aliviada por el hecho de que este tipo despistado y buenazo no sea el agente al mando, o decepcionada porque eso implica que aún no estamos todos los que deberíamos...

De momento no hay nadie al mando. Digo mientras me doy una vuelta por el piso.

…. la expresión de la mujer…. si supieses lo que te pierdes…. Ya vale Cris, no es propio de ti.

Esto es un desastre, nadie sabe nada, mirándonos los unos a los otros. Alguien ha organizado la reunión muy mal, me quejaré en un informe. En fin. Agente Peetcher, para ir situándonos un poco mientras llega la persona que deberá informarnos, estamos diciendo cada uno a que área de investigación nos dedicamos. Él señalando al que se ha identificado como Andy Goer a la corrupción política, yo al de la investigación de empresas, y a la agente Brennan, la ha oído usted. Sigan los que faltan, por favor.

Me dirijo a la mesa y suelto los dos periódicos que llevo en la mano izquierda, el New York Times y el Wall Street Journal. Una única mesa, pequeña, que sitio para trabajar. El bolso me lo dejo en el hombro izquierdo. Vuelvo a la zona con el resto de agentes.

Ya no hay mas agentes, se me olvidó ponerlo en el informe, pero tienes asignados a 4 agentes, los cuatro que ya estaban. Por otro lado este mensaje solo es para ti, igual que el informe que leíste ;)