Partida Rol por web

Laern se gira con una expresión iracunda.

- ¡Le hablas a un superior! ¡No me obligues a disciplinarte por insubordinación!

Pero, en un segundo, se lleva la mano al cogote, como rascándose la cabeza (todo y que va con casco, lo que produce un suave siseo metálico). Sonríe ante la expresión de la elfa, sabiendo que esta vez se había quedado con ella, y la pelota estaba en su tejado. Deja escapar una de sus risas honestas.

- ¡Pues sí! ¡Pero, si no saliera beodo, es que no había nada que celebrar! ¡Y pobre es la gran ciudad que no me despide feliz y contento!

Pone una cara de falsa culpabilidad. Como si se arrepintiera, aunque está más que claro que no.

Sonrío bobaliconamente. Es porque estoy conteniéndome exitosamente. No he dicho palabra pese al intenso intercambio de mis compañeros. Esto va bien, puedo controlar mi lengua durante un rato, seguiré intentando aguantar un poco más.

Lo que no aguanta es mi tripa que ruge sonoramente: gggGhhGGGHRRRRRRRRRrrrrhgrrr

Se acabó el silencio por mi parte. Laern, estamos llegando al límite de mis posibilidades, ya lo has oído, estoy a punto de sufrir una rebelión interna.

Laern se rasca la cabeza un tanto, hace avanzar y retroceder y, al final, da con lo que buscaba:

Un cartel que cuelga de dos bisagras reza: "El Comer es un Placer". No es el típico tugurio de cerveza barata, está bastante bien cuidado e invita a entrar. El establecimiento y Tidarion, que se baja del caballo, ata las riendas y hace una reverencia a sus compañeros mientras olfatea el aire y se masajea circularmente la barrigacon la mano izquerda, extendiendo la derecha hacia la puerta.

- ¡Mmmmmmm! Huele que alimenta, ¿eh?

Laern abre la robusta puerta de la taberna, al hacerlo el olor del local invade vuestros olfatos aumentando considerablemente vuestro apetito, olía muy bien.

La taberna, al contrario de lo normal, parecía estar muy organizada. Habían diversas mesas, algunas de hasta diez personas, y otras para una sola. Había mucha separación entre ellas, y no por ello eran pocas pues el local es bastante grande.

Una gran lámpara en el techo, junto varios cuadros, son los adornos que se pueden observar, y las mesas están cubiertas por telas de varios colores, cuando lo normal es comer sobre la madera.

La gente que estaba comiendo no ocupaba ni la mitad de las mesas, por lo que rápidamente os atiende una elfa, iba vestida con ropa normal, y con normal quiero referirme a ropa típica humana.

Muy buenos días, acompáñenme, ¿les gusta aquella mesa de allí? - os dice señalando una que estaba algo apartada del resto de comensales. Cuando ya estáis de camino a la mesa sigue hablando. - Hoy tenemos un estofado de conejo buenísimo, de las llanuras de Olutar. También tenemos cerveza de Talona y Albia, y por supuesto vino de aquí. Les puedo ofrecer además platos variados de verduras de la zona, se lo recomiendo encarecidamente. - En todo momento la elfa giraba la cara y os sonreía, mientras os hablaba llegasteis a la mesa y os dio tiempo de sobra a sentaros -

Yo quiero dos de todo lo que has dicho. Bueno, no. De vino no, siempre he oído que no es bueno mezclar licores así que serán dos de conejo y dos de cerveza. Para no discriminar trae una de Albia y otra de Talona. ¡Ah! No esperes al conejo si se retrasa, trae primero la cerveza.

Muy satisfecho me acomodo en un asiento dispuesto a dar buena cuenta de la comida.

Si sabe como huele prepara la bolsa Laern, hoy disfrutaremos la comida ¿eh, compañeros?

Laern golpetea con los dedos en la mesa.

- Estofado, y trae las verduras, que has picado mi curiosidad. Prepararé la bolsa -girándose hacia Görg- para pagar una comida a cada uno. Tu otro banquete te lo pagas tú, amigo -lanza una carcajada-. Cerveza de Talona, por cierto -volviendo a sonreír a la camarera-.

Al terminar lanza una mirada al resto, a ver qué piden.

La elfa se sintió a gusto ni bien entró. El lugar estaba limpio y cuidado y la gente que allí se encontraba parecía civilizada.

Siguió a la muchacha hasta la mesa que les indicó y tomó asiento luego de dejar sus cosas en forma ordenada a un costado de la silla.

-Yo quiero un cuenco de estofado y algunas verduras también. A diferencia de mis compañeros, voy a tomar vino. Que sea especiado por favor.

La elfa se acomodó en la silla sin perder su donaire.

-Ahhhh, Mariscal- la palabra realmente se oyó con mayúsculas -esta vez te has lucido con el lugar- agregó de muy buen humor.

Laern estaba contemplando el local, como juzgando cuánto había cambiado. Al oír las palabras de la elfa, pone cara de falsa sorpresa y de estar compungido.

- Vamos, elfa... ¿Cuándo os he llevado yo a un mal sitio para comer? -pero se contesta rápidamente. alzando el dedo frente a su propio rostro. para que no le debatan- ¡Y no cuentan los altos del camino! ¡Ni cuando no hay nada mejor! ¡Ni... ni la compañía!

Dice eso último mirando al entrometido hobbit y se recuesta de un suspiro en su silla, victorioso.

Morz se sentó algo enfadado al lado de Laern. - Este sitio no me gusta, es demasiado... demasiado. - Se quedó mirando a la elfa (camarera) durante unos segundos y termino por decirle - Tráigame una sopa caliente y... y agua. -

-Vamos Morz, anímate. Es un buen lugar, la comida huele bien y no hay ánimo de pelea. ¿Qué más puedes pedir?- Ireth estaba disfrutando la estancia. Pronto tendrían un buen plato enfrente y una buena bebida para rociarlo. Por ahora no necesitaba más.

A mí póngame un plato de estofado, algo de verdura y agua para beber, gracias. - Anioz fue el último en sentarse, esta vez no le apetecía estar al lado de Morz -

Miro con mucha atención a la camarera, fijándome bien en sus movimientos, sus ropas, sus facciones, el color de su pelo y de su piel. Luego miro a Ireth alternativamente. Primero a una, luego a otra.

Mientras lo hago tamborileo con cierta impaciencia sobre la mesa con los dedos.

Disculpe señor, - le dice la elfa a Zarek - ¿usted no desea nada?

-Camarera, traigale el estofado y una buena ración de verduras. También una jarra grande de cerveza de Talona- Ireth no esperó a que su compañero, que estaba absorto, pensando en vaya una a saber qué, volviera a poner los pies sobre la tierra e hiciera su pedido. Ya hacía un rato que estaban allí y el olor que provenía de las cocinas había exacerbado su apetito.

-Lo siento mago, si teníamos que esperar a que termines de soñar la camarera nos iba a traer el pedido mañana- le sonrió para establecer la paz. No quería que el humano se enojara por su actitud, a pesar de haber sido un tanto ruda.

Luego lo miró a Görg, levantando una ceja en muda señal de interrogación. No se le había pasado por alto la mirada que le había echado a ambas elfas. -Bien Görg... ¿hemos aprobado el examen?

Laern lanza una sonora carcajada. Se recuesta sobre el respaldo y mira intencionadamente a Zarek y a Ireth, a Ireth y a Zarek.

- ¡Vaya! Mi broma sobre el matrimonio parece devenir realidad. ¿Ya pide tu mujer por tí, hechicero?

Y suelta otra risotada que resuena entre las paredes de la taberna, golpeando la mesa con la palma de la mano un par de veces mientras se troncha. Al terminar, con algunos accesos de risa que no puede contener, hace como si se quitara las lágrimas de reír con los dedos enguantados. Una sonrisa de oreja a se ha instalado en su rostro y parece difícil que la pierda este día.

Ireth comienzó a reir junto con Laern, a pesar de ser ella el objeto de la broma.

-Ay Laern, como se nota que te haces viejo. ¡Lo único que faltaba! ¡Un mariscal casamentero! ¿No escuchaste al mago por el camino? No está listo para ese baile aún- agregó con picardía. -Ni yo tampoco. Espero que la camarera no se demore demasiado, mi garganta está seca de tanto reír. Y Görg, aún me debes una respuesta, no creas que con esta distracción te vas a salvar de dármela- con un dedo apuntándole, su tono intentó ser amenazador, pero aún conservaba parte de la risa del momento anterior así que resultó un gesto muy cómico.

La camarera se ríe disimuladamente mientras se va hacia la cocina a pedir. Pero no tarda ni un minuto en volver con una bandeja repleta de bebidas.

Mientras seguís charlando van trayendo la comida, la cual os resulta muy deliciosa. Bueno... a Morz parece no gustarle demasiado, vete tú a saber por qué.

Pasó una hora y media de diversión, además de las bromas continuas a Zarek e Ireth, también se recordaron historias pasadas del grupo, como las misiones de los orcos y el mago.

Para finalizar la comida la camarera os invitó a unos licores de la zona, que especialmente gustaron a Laern y Görg, aunque no lo dijeron abiertamente y los criticaron porque eran, según ellos, muy flojos.

Laern se tomó con mucho humor las respuestas de la elfa y siguó bromeando sobre lo extraña que sería la pareja.

- ¡Elfa y hechicero! ¡La gente pagaría por verlo! Yo no, por supuesto...

Y en esa tónica devoró lo que le tocaba y pidió a los que no podían más. Estaba de mucho mejor humor que el día anterior.

Al terminar, se llevó la mano a la bolsa del grupo y pagó gustosamente la comida mientras se limpiaba la barba con las servilletas, si había, o el mantel.

La excelente comida y exquisita bebida han mantenido ocupado a Görg que apenas ha introducido algún comentario en la alegre conversación. Las continuas bromas sobre el emparejamiento entre la elfa y el hechicero amenazan con provocar una mala digestión.

Nunca había visto una elfa camarera. Así vestida como una camarera. Y tomando nota como una camarera. Es novedad para mi. Me sorprendería igual ver un enano florista. O casamentero.