El grupo había decidido seguir, y ya habían pasado un par de minutos cuando...
Tirada oculta
Tirada: 1d100
Motivo: Percepción Ireth
Dificultad: 47-
Resultado: 9 (Exito)
Seguías totalmente concentrada en los alrededores en busca de algo y entonces el ruido de una pequeña rama rompiéndose fue suficiente para descubrir al vigilante. Estaba a vuestra izquierda, a unos diez metros, escondido entre la maleza.
Ireth escuchó las anécdotas del enano, pero en verdad le estaba prestando poca atención. Su mente y sus sentidos seguían alerta, en busca de algún indicio que delatara la posición del espía.
¡Ahí está! La actitud de la elfa no varió ni un ápice. Apenas tensó un poco más las bridas pero por lo demás, cualquier observador casual no habría notado ningún cambio en la escena. Sin embargo, unos segundos más tarde, ella desmontó a toda velocidad y se lanzó sin dudarlo hacia el lado izquierdo del camino, directo a la maleza que rodeaba el lugar.
Bueno, he detectado al vigía!
Quiero capturarlo, ¿contra qué debo tirar?
Algo descentrado por los últimos sucesos, se queda pensativo en vez de responder a la anécdota de Görg: ya lo hará en el futuro.
Al poco tiempo, ve saltar a Ireth del grupo e intentando no repetir la escena anterior, dirige la mirada hacia sus compañeros esperando una acción de respuesta, para complementar el movimiento de los demás.
Primero tira agilidad para alcanzarlo. Y todo aquel que quiera salir corriendo detrás de la elfa que haga una tirada de agilidad también.
Tirada: 1d100
Motivo: agilidad
Dificultad: 51-
Resultado: 27 (Exito)
No sé si debo sumarle alguno de los bonificadores que tengo en la ficha o si ya están considerados en el valor que figura en la habilidad. Ya me dirás :)
La longitud de mis piernas no es apropiada para correr como la elfa pero ahora mismo no dependo de mis piernas así que he de aprovechar tal ventaja.
Busco algún camino entre la maleza que me permita cortar el paso al discreto espía. Espoleo al caballo para ponerme por delante y actúar como yunque mientras Ireth será el martillo.
Por favor postead todos con vuestra reacción.
El mariscal, lejos de salir corriendo hacia el desconocido, redobla su vigilancia. Si fuera un explorador, puede que el resto estuviera cerca y nos atacara por la espalda. Incluso podría ser una trampa. Para evitar dejar al grupo en una posición desventajosa, se gira al capitán y el hechicero.
-¿Veis algo? -señala a su alrededor-. Puede que haya más observadores o que quieran conducirnos a una emboscada.
Hacía un rato que no hablaba, demasiado... pero esta situación de búsqueda me tenía ensimismado...
No veo nada -dije. Es posible que estemos accionando una trampa... o puede que no... La dama elfa ha notado una presencia. Sin esa habilidad no creo que descubriéramos lo que rayos sea ese titubeo... Creo que deberíamos seguir raudos al galope tras el enano.
La situación había cambiado de un segundo a otro, el segundo en cuestión fue cuando la elfa detectó al espía del grupo.
Los elfos y el enano habían sido los primeros en salir a por el enemigo, mientras que el resto permanecían atentos a una posible emboscada.
En los diez segundos posteriores a toda la acción tan sólo se escuchó un gemido de dolor.
¡Aghh!
Los elfos habían capturado a un hombre que vestía con ropas oscuras y portaba varias dagas escondidas, su estatura rondaba el metro setenta y su piel era algo más oscura de lo normal, pero su rasgo más distintivo era un tatuaje en el antebrazo izquierdo.
Ahora estaba todo el grupo rodeando al miserable que se encontraba arrodillado, la situación recordaba a una no muy lejana en el tiempo.
He adelantado toda la escena para dar un empujoncito a la partida. Espero que a nadie le moleste.
¡Habla insensato! -grité desde mi montura. ¡Qué pretendes sino caer en desgracia acusandonos con tu mirada tras matorrales y rocas! ¡Habla, por tu vida! o te ensartaremos con una lanza y daremos festín a los buitres en tu honor...
Mientras Zarek lo interroga, Elladan le registra a fondo y le quita las dagas (y cualquier otro material potencialmente peligroso) para evitar cualquier tentación. A continuación, mientras sigue sujetándolo, mira hacia Laern, esperando cualquier orden.
Laern se acerca lentamente observando con intensidad al sujeto. Cuando llega a unos metros, detiene su montura.
-¿Kaem? -dice al fin con un aire confuso-.
¿Es Kaem?
Aún estoy llegando tras los elfos, guiando mi caballo hacia el grupo cuando veo a Laern como se acerca con mirada entre asombrada y curiosa al desconocido. O quizá no tan desconocido, ¿qué nombre ha dicho?
¿Le conoces?
Sería más que sorprendente que este hombre fuera alguien conocido y lo halláramos en la persecución de un grupo de asesinos despiadados. Resultaría incluso sospechoso de algún modo. Tal idea me induce a permanecer atento a cuanto nos rodea aunque dudo que pueda ver algo antes que nuestros amigos elfos.
De ser Kaem, Görg también lo conocería. El caso es que, aunque el director no haya especificado que sea él, me suena muchísimo su descripción a nuestro inútil espía. Y, a juzgar por el hecho de que ha sido pillado, debería ser él.
Laern se acerca al hombre y le quita la túnica que le cubría, revelando así su identidad... pero no se trataba de Kaëm sino de un total desconocido.
Tu dirás Laern, -dije al líder sarcásticament para acongojar al supuesto espía en pos de que hablara-, ¿empalamos a este tipo con cautela o lo echamos directamente a los cuervos?
¿Alguien conoce a este tipo o le suena de algo? -pregunté.
Laern lo mira con la cabeza ladeada hacia un lado. Luego sacude los hombros.
-¡Nah! Lo había confundido con cierto rufián al que no quiero ver en la vida... Voto por cortarle las orejas antes, para que no escuche más conversaciones que no le incumben. Luego, sacarle los ojos, para que no merodee a unos buenos agentes de Talona.
Laern desenfunda de su bota su vieja daga, añadiendo peso a sus palabras.
Una pequeña sonrisa se dibuja en el rostro del hombre, pero rápidamente cambia el gesto y vuelve a tener el mismo semblante de hombre serio.
Creo que no sabe con quién está tratando, no soy un cualquiera señor mariscal, llevo ya mucho tiempo siguiéndoles y no se han percatado de nada, ¡ha!
De pronto calla sin decir nada más.