Partida Rol por web

La niña se quedó mirando a Nataly al verla entrar, aún en la cama, mientras esta abría las ventanas - ah, eres tu - dijo aún desde la cama sin levantarse. Agradecía que abriese las ventanas pues, aunque antes no le hubiese molestado, ahora el tabaco le resultaba muy molesto, probablemente por ese cuerpo infantil.

Se levantó de la cama y estiró un poco los músculos, tras eso se dirigió al baño mientras añadía - creo que voy a darme una ducha para quitarme el olor a tabaco de encima… os dejo hablar tranquilas - Tras eso, se dirigió al baño.

- ¡Joder! - masculló al verse cegada por la claridad exterior -. Oye, pecosa, que te la estás buscando, no juegues así con la sensibilidad de mi vista.

Se desperezó, espantando los rescoldos del sueño mientras andaba recogiendo la ropa que había cogido el día anterior y que pensaba ponerse aquel día.

- ¿Qué pasa? ¿Tiene algo malo mi cuerpo? Porque pensaba que según tú, estoy to buenorra - hizo un movimiento contoneante antes de soltar una carcajada -. Relájate, ni que fuera desnuda - fue entonces cuando se fijó en la mirada que le dirigía al pequeño pollo y dedujo, tal vez erróneamente, que había hablado con Sandra -. ¿Te lo ha contado la princesa? - preguntó por si acaso por corroborar -. Pequeño pollo mosca cojonera es su nombre completo pero se ha quedado con pequeño pollo para los amigos. ¿Y a qué has venido? ¿A ducharte conmigo? - le preguntó mientras observaba como el pequeño pollo le robaba el turno de la ducha-. Por mí encantada, ¿eh? Pero mejor en tu habitación, que ya ves que comparto ducha.

Eli avanzó a través del puente en medio de la tormenta… el agua y el aire les empujaba con fiereza, el puente temblaba y sonaba como si fuese a venirse abajo y por si eso fuese poco, el agua también arrastraba restos de madera, tierra y piedras, que saltaban por todos lados al chocar contra el puente y había que ir esquivando para que un mal golpe no los lanzase al rio… pues aquello seria su perdición entonces.

Tras unas agotadoras horas, llegaron al otro lado y viendo la ciudad tan cerca continuaron avanzando para poder ponerse bajo techo. Fue al anochecer cuando lograron llegar a las afueras de la ciudad… Allí forzaron la puerta de una casa abandonada y lograron entrar para tener un refugio de la fuerte tormenta.

- Aquí… podremos descansar… - decía Alexis, exhausta de aquel día de viaje tan agotador, pero aquel granizo dolía y ambos estaban llenos de magullones y pequeñas heridas, quedarse a descansar bajo aquello no sería buena idea.

- Mañana… mañana llegaremos… y a tiempo… - comentaba mientras miraba a Kyle, iban a conseguirlo y lo vería un médico.

Cof. La niña se fue y por sus palabras deducía que la conocía. ¡¿En serio aquella era Roxy?! La vio marchar mientras Brooke se quejaba. No pudo evitar mirar el cuerpo de la morena mientras recogía la ropa.

Y lo estás.

Entonces se pegó a sí misma mientras Brooke no podía verla. ¡Pero qué hacía! ¡¿Por qué pensaba eso?! Por suerte, fijo que Brooke seguía usando aquel humor para aparentar tranquilidad y confianza. ¡Pero tenía que hablar sobre lo ocurrido! ¿Es que acaso iba a quedarse con Roxy/Rose para siempre? ¡Era una gran responsabilidad! Y todo el mundo podía ver que ser responsable no era precisamente una virtud en Brooke...

- He venido a ver como estabas- le dijo antes de hacerle una mueca de burla- Tampoco te creas que estás tan buena como para que venga deseando ducharme contigo.- Ducha. De nuevo los colores se le subieron a las mejillas y apartó la mirada.- Así que...- dijo entonces, mostrando un lenguaje corporal algo ansioso y nerviosa. Dejó el peso de su cuerpo en su pierna izquierda y se apretó la coleta- ¿Cómo estás?

Nataly no le había respondido directamente así que se estaba girando para increparle sobre el asunto cuando le soltó la preguntita de "cómo estaba", lo que le hizo poner los ojos en blanco.

- Vale, has hablado con Nate, fijo. Qué manía. Que estoy bien. Ah, joder pecosa, qué decepción, yo pensaba que habías venido a cumplir con tu promesa pero está claro que te has rajado. Y no cuela - añadió cuando dijo lo de que no estaba tan buena - porque te has vuelto a poner rojísima. No te favorece, te seguiría echando un polvo, pero no te favorece - le comentó con malicia.

Traicionada. ¡Traicionada por sus propios pensamientos! Aquella rojez no estaba favoreciendo en nada su situación. Volvió a fruncir tanto el entrecejo que casi se formaba una sola línea con sus finas cejas.

- Yo no me rajo.- ¡qué manía con que se rajaba! ¡¿Es que no podía preocuparse por su amiga?!- Más bien eres tú la que se raja en hablar del tema que te tiene tan preocupada y te escudas en distraerme cuando las dos sabemos que en realidad estás deseando que me raje.- y exhibió una pequeña sonrisa, alzando ahora las cejas. ¡Pillada! - pero eso no pasará.

Algo le había dicho Nate, sí. 

- Así que no te hagas ilusiones. Acabarás contándome cómo estás en realidad.

Ni dijo nada, pero le gustaba más la Nataly mosqueada que ruborizada y tímida. Mantuvo una sonrisa ladeada mientras hablaba, acabando por sentarse en la cama mientras escuchaba el sonido del agua en el cuarto de baño.

- ¿Que yo deseo que te rajes? - obviamente, se centró en aquello. No iba a hacerlo en lo otro cuando era evidente que esquivaba el tema -. Ni hablar, pecosa, estoy deseando que te lances - alzó ambas cejas una sola vez, rápidamente, sin perder la sonrisa -. Estás muy segura de ti misma de que acabaré hablando en realidad. ¿Cómo vas a convencerme? - al acabar, se pasó la lengua levemente por los labios en un gesto provocativo.

Peligro. Entrecerró los ojos, cruzada de brazos. A Brooke le gustaba jugar. A Nataly no tanto. Le gustaban las cosas directas. Nada de rodeos ni medias tintas. ¿Por qué Brooke era tan cabezota de no hablar? Se sentiría muchísimo mejor y a saberse la de tiempo que pasaría hasta que volviera a tener la oportunidad de abrirse ahora que estaba Rose/Roxy en el baño.

- Pues si tanto lo deseas, no lo esperes. No me gusta poner las cosas fáciles.- ay... qué mentira... En cierto modo estaba algo recelosa. Estaba atemorizada y no paraba de darle vueltas a la cabeza.-Y veo que a ti tampoco. Supongo que no tenemos la confianza suficiente como para que me cuentes cómo te sientes.- Cobarde. Eso justo indicaba el tono en que había hablado aquella última oración.- Una lástima...

Había seguido sonriendo de forma mordaz pero al final Nataly había conseguido borrar su sonrisa y que le llegara el turno a ella de mirarla con las cejas casi juntas en una expresión más molesta de lo que desearía.

- No intentes manipularme, te aseguro que ya lo hicieron mucho hace unos años y no me gusta pero ni un poco - apretó los puños involuntariamente al recordar al idiota. Nada de lo que había descubierto en las última veinticuatro horas cambiaba su deseo de venganza sobre él -. No es confianza o no confianza, no te equivoques, pecosa. ¿Qué pasa? ¿Que tú lo hablas todo? ¿Afrontas todos tus sentimientos y los diseccionas como si se tratara de un bicho? Esa eres tú, no yo. Si me siento jodida, me siento jodida y prefiero no pensar en ello. ¿Qué tiene de malo no pensar en lo malo?

Pillada.

¿Afrontas todos tus sentimientos y los diseccionas como si se tratara de un bicho?

Aquella pregunta había dado totalmente en el clavo, sorprendiendo incluso a la propia aludida. Nataly bajó la mirada. No estaba molesta. De hecho se la pudo notar preocupada durante unos segundos. En realidad la pelirroja no estaba nada segura de si estaba afrontando o huyendo de sentimientos pero sí que intentaba diseccionarse a sí misma como un bicho con el fin de sacar algo en claro. Pero claro, aquello no iba a contárselo a Brooke. De hecho, se quedaría con su gran comedura de cabeza para sí misma.

- Está bien. Olvídalo entonces.- comentó en tono más bajo del habitual en ella. Continuó mirándose las uñas, como si fueran algo realmente interesante.- Supongo que tienes razón en eso de no pensar.

Estaba acostumbrada a ello. ¡A no pensar! ¡Lanzarse al océano de la imprudencia una y otra vez! Pero por alguna razón, en ese asunto no se sentía capaz de no pensar.

Se relajó en cuanto le dio la razón y dejó de insistirle, llegando incluso a sentirse un poco mal al verla de repente cabizbaja y casi triste. Tanto que se acercó a ella y le alzó el rostro con una mano.

- A todo el mundo le funcionan cosas diferentes, pecosa. Pero si en algún momento quiero hablar... - acarició la barbilla de Nataly con el pulgar antes de volver a sonreír -... Lo haré contigo y con una botella de whisky. ¿Trato?

Cerca. Brooke, haciendo alarde de su habitual actitud hagoloquequiero se había acercado bastante a Nataly que ciertamente no estaba acostumbrada a aquel tipo de trato con nadie que no fuera Sandra. La rojez luchó por volver a su cara, pero Nataly fue capaz de resistirse esta vez, mirando a los ojos a Brooke. Seguramente le había notado la incomodidad anterior. En algo estaban de acuerdo: ninguna de las dos quería preocupar a la otra con malos pensamientos. Así pues decidió dedicarle una sonrisa amable:

- Trato. Aunque...- miró hacia la derecha- Yo no estoy acostumbrada a beber...- chasqueó la lengua.- Espero que eso no fuera una graaaan problema.

La risa bailaba en los ojos de Brooke, como si no hubiera habido ningún momento de tensión, como si no tuviera ninguna preocupación en el horizonte. Como si no estuviera en ropa interior con pequeño pollo en la habitación de al lado mientras se planteaba sus posibilidades de meterle la lengua hasta la campanilla a Nataly y no ser rechazada en el intento. Algo le decía que la pelirroja, a pesar de su acuerdo, se sentía un tanto recelosa con todo aquello.

- Puedo beber por las dos - continuó con la broma mientras se acercaba todavía más a Nataly y elevaba el pulgar que había dejado sobre su barbilla para alcanzar la suavidad esponjosa de sus labios rosados -. O puedo enseñarte a beber. Puedo enseñarte muchas cosas... - dejó la frase en el aire, como una promesa.

Ayayay. Pero qué cerca... Brooke no era consciente de que Nataly era una impulsiva y de que ya había pasado por algo parecido. Parecido que no igual ni mucho menos. Pero qué chica más mala... desde cerca Brooke aún se presentaba aún más macarra. Con ese peinado, esos ojos medio rasgados y esa burlona sonrisa siempre en su cara. Claro que era mejor que su cara de mala leche. Así al menos daba otro tipo de miedo.

- Me gusta aprender. Aunque ya sabes que las clases teóricas me aburren.

No se atrevía a tocarla. Estaba semidesnuda y tenía pintas de chica mala. Desde luego acariciar a una chica mala no pegaba para nada. 

Rose... ¿cuándo piensas salir y pararle los pies?

Enarcó ambas cejas al escuchar el comentario de Nataly, aunque no sabía si calificarlo como provocación, como invitación o como orgullo. No descartaba que el negarse a echarse atrás fuera parte de lo que motivaba a la chica a seguir con aquel juego porque la verdad era que tampoco le parecía que estuviera especialmente deseosa. Bueno. Ella no iba a pensárselo demasiado.

- Vale, práctico, pues. Puedes empezar por esto... - cogió una de las manos de Nataly y la colocó en su propia cintura. Luego cogió la otra y, con una sonrisa pícara, la colocó sobre su culo. Ella, por su parte, siguió acariciándole el rostro con una mano -...y luego se sigue así - dicho lo cuál, eliminó la distancia entre ambas y besó a Nataly, un beso experimentado que pretendía encenderla y comprobar hasta qué punto la pelirroja deseaba aquello.

Estuvo a punto de decir: "Ya sé cómo se hace. Hace un día me he tirado a mi mejor amiga". Pero se contuvo, pues decir aquello en voz alta sí que haría realidad sus pensamientos. No sabía si quería o no enrollarse con Brooke. Era guapa, eso no se lo había inventado, y sí, tenía un cuerpo de infarto. Pero apenas Nataly acababa de descubrir algo acerca de su sexualidad. ¿Significaba que al sentirse atraída por Sandra y Brooke es que era lesbiana? ¿O era bisexual pero no había aparecido ningún chico que le llamara la atención? ¿Y si se había acostado con Sandra significaba aquello que le gustaba su mejor amiga?

Ya estás otra vez diseccionándote cual bicho, Nataly.

Y era cierto. Entonces Brooke la besó. Al principio mantuvo los ojos abiertos, aún pensativa. Después se dio cuenta de que una parte de ella sí que quería hacer eso. Quizás para demostrarse que no estaba enamorada de Sandra, sino que simplemente había sido un calentón con sensaciones nuevas. Que aquello no peligraría su amistad. O quizás porque necesitaba experimentar si aquellas sensaciones eran únicas o no. O a lo mejor porque Brooke podría enseñarle cosas nuevas de un mundo placentero y excitante.

¡Como fuera! El caso es que, siendo ella misma, la imprudente y lanzada Nataly Reckless, correspondió aquel beso. Lo que tuviera que venir, ya vendría después.

Sexy. La primera mirada que le echó cuando colocó su mano en la cintura de Brooke fue parecida a un "¿En serio? Hasta ahí llego bastante". La segunda, cuando la otra mano tocó su culo y un pequeño escalofrío recorrió su brazo, ya indicaba que no se esperaba tanta directa. Y la tercera al notar los labios de Brooke en los suyos, se difuminó al terminar por cerrar los ojos, correspondiendo aquel beso después de unos leves segundos. 

Mientras lo correspondía, fue empujando más y más a Brooke hasta chocar con la cama y hacerla caer, quedando ella por encima, aún continuando el beso. No era la primera vez que Nataly tiraba a alguien sobre la cama, y quizás con aquel movimiento calculado, pudiera sorprender levemente a Brooke.

- Déjame adivinar- estaba más cómoda de lo esperado. ¡Si hasta no se estaba poniendo roja! Aunque sí que estaba poniendo de otra manera...- ahora la mano va...- recorrió el abdomen de Brooke con una caricia hasta ascender por su pecho. Alzó ambas cejas y ahogó una sonrisa pícara.- Aquí.

La reacción de Nataly le gustó, le gustó mucho. Estaba claro que no lo hacía por orgullo. Sonrió mientras se besaban, notando como la pelirroja la guiaba hasta la cama y dejándose caer cuando llegaron allí. Puede que fuera virginal pero aquello prometía. Sus manos no tardaron en buscar también un sitio en el que afianzarse y ese fue el culo de Nataly, sólo que por dentro de sus pantalones, en contacto con su ropa interior. Lo hubiera hecho por debajo pero como sabía que aquel no era el momento de pasar a mayores, pues el pequeño pollo saldría en cualquier momento de la ducha, así que iba a tener que conformarse con eso.

Entonces la chica se separó y llevó la mano hasta su pecho. Aquello empezaba a dejar de ser un juego. Brooke esbozó una sonrisa depredadora mientras daba la vuelta con brusquedad y dejaba a Nataly tumbada sobre la cama.

- Muy bien, pecosa, pero prefiero estar yo arriba.

Y con aquel giro, subió las manos por dentro de la camiseta de la pelirroja hasta ser ella la que diera con sus pechos, con la diferencia de que coló el índice por la copa del sujetador y la bajó, acariciando el seno al descubierto.

Las dos chicas comenzaron a besarse pero… aquello comenzaba a írseles un poco de las manos pues acabaron tumbadas en la cama y yendo más lejos de lo que en un principio esperaban llegar, pero cuando la cosa estaba caliente, una toalla fría y mojada calló encima de las chicas.

- ¡Se puede saber que hacéis delante de una niña! Que aunque una parte de mi haya llegado a los veinte años, la otra tenía ocho, ¿Vale?

Y allí estaba Rose con cara de pocos amigos, echándoles en cara lo que estaban haciendo mientras ella estaba en la ducha.

- Que sepáis que sois… unas… ¡Guarrillas! ¡Eso! Mira que poneros a pensar en sexo en medio de un examen que os puede costar la vida… parecéis tios.

Alucinaba. ¡Pero Brooke era una desatada de la vida! ¡¿Y qué le decía a ella que a Nataly le gustara estar abajo?! Pero entonces llegó la toalla y la salvación. Sin duda aquello habría sido un error. Un error garrafal. ¡Así no se empezaban las cosas! ¿No?

Le dio un pequeño tortazo al brazo de Brooke para que lo apartara de debajo de su camiseta, mirando a Rose/Roxy sin saber muy bien qué decir. ¿No era lo que parecía? ¡Lo era!

- Ha empezado ella.- intentó culparla, percatándose de que aún tenía las manos donde no debía. Las apartó al instante- Escóndele el alcohol. ¡Corre!