Partida Rol por web

Damian miró a Irania cuando encontraron la caja.

- Parece que esta es tuya, quizá sea un regalo de tu nueva admiradora - dijo y rió el mismo de su broma.

Se encontraban en un aula que parecía preparada para dar una clase teoría y no era muy grande, probablemente se habían fijado en esa caja más que en otras porque había pocas cosas que mirar en esa aula con respecto a otras.

La idea de Sandra le fascinó. Tan eufórica como acostumbraba aceptó al tiempo que tiraba de su amiga:

- ¡Pues vamos a gastar dinero!

¡Cinco millones! ¡Menuda barbaridad! ¿Qué clase de cosas habría? ¿Cuánto costarían? ¡Fijo que llegaba y quería comprarse todo lo que viera! Lo que sí tenía claro es a dónde Sandra querría ir primero. 

Destino: Trajes chulísimos.

- Pero ya sabes, nada de capas.

Ambas estaban eufóricas y aunque el discurso las había adormecido, la idea de ir de compras las había despertado por completo.

- Oye, ¡Que las capas pueden quedar bien! - replicó su amiga - todo depende del tipo de capa y como se lleve puesta, algunos chicos pueden estar realmente sexys con una capa - y tras añadir lo último le dio pequeños codazos en el costado mientras se reía y guiñaba un ojo.

Ambas salieron del lugar a investigar y ver si encontraban alguna tienda en el edificio.

Pasearon durante un tiempo por el lugar, viendo que estaba completamente equipado: Tenían para practicar el tiro, para practicar el combate desarmado o con distintas armas, tenían piscinas, tenían un comedor, había muchísimas cosas que hacer, aunque algunas puertas estaban cerradas y parecía que aún estaban colocando cosas pues, había unas cajas metálicas por algunos sitios.

Finalmente, encontraron lo que parecía ser algún tipo de tienda, con una extraña pareja en la puerta de esta que les cortaba el paso.

Parecían estar discutiendo sobre algún tipo de arma nueva que había llegado recientemente, pero al ver a las chicas fijarse en ese lugar, el extraño señor las miró y separándose de la puerta les hizo un gesto con el brazo para que entrasen.

- No se asusten chicas y entren, aquí encontraran muchas cosas que quizá les interese, desde poderes y armas a tecno-armaduras y trajes de pelea.

La chica sonrió y también se hizo a un lado antes de añadir.

- Pero tened cuidado, no vayáis a gastar todo vuestro dinero de golpe, hay que ser previsor.

Y les dedicó una sonrisa, mientras hacia el mismo gesto que su compañero con el brazo al otro lado de la puerta.

Aquello era un sitio asombroso: tenía todo cuanto podía imaginar. Me entraron muchísimas ganas de parar en el campo de tiro para ver qué armas había a nuestra disposición pero sabía que acabaría dejando pasar el tiempo y perdiéndome la primera clase.

-Esto es genial tío... ¿qué más habrá en esas puertas que no se abren?

Seguí mirando por aquí y por allá... estaba alucinando. 

Abrí mi libro y comencé a leer  “En la época en que era Otra plena, no me costaba nada pasarme cinco a seis días sin dormir. Bien pensado, tampoco ahora tenía necesidad de sueño. Más bien todo lo contrario, la sangre me hervía en las venas, Me sentía….”

Sentí una colleja, y cerré el libro, esperando encontrarme a mi prima, riñéndome por no intentar hacer amigos, no dar una vuelta o estar aquí leyendo sin más. Pero no fue ella.

Eric! Exclamé contento. Me encantaba ver a Eric, me recordaba tanto a mi hermano…

Ya habrá tiempo para el trabajo en equipo. Me excusé. Pues no tenía intenciones de acercarme a saludar a nadie. Las falsas sonrisas o fingir que me interesaba lo que me pudieran contar, no iba conmigo. Si….ella siempre ha sido más sociable. Le respondí a lo de Jade.

Tú? Profesor? jajajaja. Reí divertido por la idea, la verdad es que no lo veía de profesor, pero hubiera sido muy interesante de ser verdad.

Y que tienes que hacer ahora? Me enseñas todo esto? Así no estaré aquí sentado leyendo un libro…. Le piqué.

Al ver la zona de tiro con arco, la pelirroja se anima de buena manera. 

- Después podríamos entretenernos un rato.- Le dice a Damian señalando el lugar. Por mucho que exploraran, lo único que le pareció guay fue esa zona hasta que vieron la caja metálica. 

La chica se queda mirando con los ojos entrecerrados dicha caja. No tenía ni idea de qué se trataba... Pero la curiosidad le podía ¿Se podría acercar e intentar abrirla con sus huellas? Irania le echa una mirada de complicidad a Damian y poco a poco se acerca a la caja, ignorando el comentario de su amigo. Cuando esta a unos pocos centímetros de la caja, alarga su brazo poco a poco hasta que pone su dedo en el lector de huellas.  

Todo aquello parecía sacado de una película y Marcel estaba igual de sorprendido que su amigo.

- Pues… - dudó pensativo - quizá sean sitios de entrenamiento que solo se puede entrar con un profesor, todo esto se parece más a un gimnasio que a un colegio realmente.

Se quedó mirando el dojo, que estaba equipado.

- Oye, ¿Te apetece que lo estrenemos? Podríamos liberar tensiones y si está abierto no creo que pase nada porque lo usemos, ¿no crees?

Entró en el lugar, que era muy amplio y tenía 6 grandes círculos con arena dentro y en las paredes distintas armas de entrenamiento que estaban hechas de madera y algunas protecciones, aunque probablemente un buen golpe aunque no sería mortal podía doler un rato.

Con la mala escusa, Kyle se llevó otra colleja.

- En primero hay muchos que piensan así, en segundo hay menos y a partir de ahí es muy difícil encontrar a alguno que no sea bueno con el trabajo en equipo de uno u otro modo. Y no precisamente porque la gente vaya cambiando de opinión.

Suspiró preocupado, con suerte, tras un par de entrenamientos, se daría cuenta de que tan importante era.

- Puede sonar a broma pero no te creas que serán muy distintos tus profesores, los primeros meses serán muy duros y el primer examen… bueno, ya hablaremos de él cuando se vaya acercando.

Intentaba convencerle de que le enseñase el lugar, pero Eric se encontraba algo ocupado.

- Me encantaría, pero solo me he desviado de mi camino para ver que tal estáis, me tengo que ir a una misión importante y volveré… dentro de un par de semanas aproximadamente.

Le despeinó y comenzó a irse, no antes sin pararse a hablar con su hermana, en una conversación breve donde le preguntaba cómo estaba y se alegraba de que ya tuviese amigas.

-  Y cuida un poco de Kyle por mí, al menos lo suficiente para que esté de una pieza cuando vuelva.

Despeinó a su hermana y se fue.

Irania se fue acercando lentamente a la caja, ignorando a su amigo. Su dedo se acercaba lentamente al lector de huellas y justo cuando estaba a punto de poner el dedo un grito de alerta la desconcertó.

- ¡Cuidado! - había gritado Damian, y cuando Irania se había girado en acto reflejo este se empezó a reír.

- Lo siento, lo siento, no he podido evitarlo. - le dijo mientras se reía - ha sido superior a mis fuerzas no hacer nada.

Un pitido sonó, parece ser que a pesar del susto, había apoyado el dedo en el lector y en la pantallita de la caja aparecía el mensaje

- IDENTIFICACIÓN CORRECTA -

Y la caja comenzó a abrirse, dejando ver lo que había dentro:

Se trataba de lo que parecía un rifle y una porra eléctrica.

Una voz de pronto les habló desde la puerta del aula.

- Sí que sois rápidos ¿Eh? Aún quedan unos minutos para que empiece mi clase, y ya habéis resuelto el primer problema… ciertamente lo necesitarás y puedes recogerlo como recompensa por tu astucia pero, nada de usarlo hasta que se autorice.

La profesora se encontraba apoyada en el marco de la puerta, vestida con ropa cómoda, con un rifle como el de la caja colgando de su espalda y dos porras colgando de su cinturón, una a cada lado.

Nataly fulminó con la mirada a Sandra. ¡Siempre pensando en lo mismo! Seguro que se quedaba embobada por las noches si se transformaba sin querer en Nate. ¡Fijo!

- Sigue soñando.

¡¡WAAAAAAH...!! ¡Alucinaba en colores! No podía evitar mover la cabeza en todas direcciones con interés. ¡No quería perderse ni un solo detalle! Señalaba a un lado, a otro, comentaba cosas con Sandra, hasta que llegaron a la tienda.

Los tipos eran raros, todo fuera dicho, pero bueno, ella iba con ropas super anchas y era capaz de convertirse en tío. Tomó nota del consejo sobre ser previsoras y entró en la tienda junto a Sandra. ¿Lo primero? Los trajes, los trajes. 

Me quedé pensativo, dándole vueltas a lo que podrían esconder aquellas puertas ocultas. 

Quién sabe, quizá tienen armas secretas, o puede que monstruos para practicar, o salas de simulación... la verdad es que todo esto nos viene bastante grande. Lo mejor será ir asimilándolo poco a poco si no queremos que nos sobrepase.

La corriente de pensamientos que tenía dentro de mi cabeza se vio interrumpida por la idea de Marcel, que me hizo sonreír. Era una idea genial, perfecta para quitarnos los nervios de encima.

-Oh si, tu si que sabes. -sonreí mirándolo. -¿Quieres usar las protecciones o a pelo?

La voz repentina asustó a la muchacha, la cual estaba observando con fascinación las armas después del susto que su amigo le había dado. -Eres idiota.- Le dijo sin más echándole una mirada asesina. 

Cuando se volvió a la profesora le sonrió tímidamente. 

- ¿Entonces... Puede quedármelas?- le preguntó precavida, para asegurarse. Miró a Damian y le hizo una mueca burlona, riéndose de que él no tuviera armas.

Las chicas entraron ilusionadas y comenzaron a ver los trajes, todos parecían únicos y tenían delante una tarjeta de presentación que comentaba las características de este.

Marcel se puso a uno de los lados y buscó algún arma que fuese similar a una espada entonces se quedó mirando a las protecciones.

- Me sentiría mal si tienes que perder la primera clase porque te han partido varias costillas, así que mejor usemos protección.

Tras eso, Marcel se colocó su protección y se preparó para el combate.

La profesora asintió de nuevo

- Claro, claro, quizá haya sido simplemente casualidad o fruto de la casualidad, pero si esto fuese parte de una misión, que la resolvieses antes de que se te pidiese se te recompensaría igual. Por lo que es todo tuyo hasta que acabe mi clase, aunque aún no ha empezado.

Les dedicó una media risa y les dio una advertencia.

- Aunque ten cuidado con usarlas antes de tiempo como te he dicho, no transformes tu buena suerte en mala, y además, no vais a tener la suerte de poder ir a buscar la otra caja, aunque hayáis llegado antes de tiempo, había decidido usar esta aula para dar la clase e iba a cambiar de sitio ahora esa caja, que ya no hace falta por cierto, pero lo que quería decir, es que si he llegado al aula ya no podéis iros hasta que acabe mi clase, que empieza en cinco minutos.

Sin duda, la expectativas son peculiares. 

Varios de mis nuevos compañeros parecen moverse como en casa y más cuando parece que el director nos da dinero, y una cantidad nada despreciable. ¿Qué harán con tanto? 

Algunos de los presentes se ponen en marcha y desaparecen de la zona.

- Será mejor que nos pongamos en marcha.

Digo a mi amigo haciendo una lista mental de lo que podemos hacer.

De todas formas, espero a que me de su opinión y lo que piensa. Kyle (mi amigo) seguramente tenga ideas diferentes, por eso creo que es mejor que lo comparta conmigo.

El comentario de mi amigo me hizo empezar a reírme con ganas. Eso era bueno, las risas liberaban la tensión. Y por una razón o por otra estaba nervioso y ansioso.

-Vaya... tienes ganas de morder el polvo ¿eh?

Aún entre risas me coloqué la protección y cogí de entre las armas un bonito bo de madera que tenía un aspecto recio. Lo sujeté con ambas manos y luego lo pasé de una mano a la otra, sopesándolo para acostumbrarme a él.

-Uhmm esto me servirá.

Me puse en guardia y esperé que él hiciera el primer movimiento. Esperaría su primer ataque para desviarlo con uno de los lados del bo mientras contra-atacaría con el otro extremo. Si las cosas saliesen intentaría un golpe a las piernas buscando desestabilizarlo y hacerlo caer para así obtener mayor ventaja en el combate.