Partida Rol por web

tras terminar mis palabras, el deva toma la palabra y en lo personal me dejo sorprendido cuando solicita al alcalde que se nos proporciones suministros... MMMmmm... no estaria de mas pienso mientras doy paso atras para dar espacio a mis demas compañeros por si desean tomar la palabra tambien...

El alcalde se os queda mirando, quieto y rígido, con la luz del candil iluminando su atuendo blanco, dando la impresión de ser mas un alma en pena que un humano.

-"Primero de todo", no se de que druidas me estáis hablando ¡Hablad con quien queráis, cuanto y como os plazca! No me interesa como queráis solucionar el problema, simplemente HACEDLO. No se que diantres causa esto, para eso contraté los servicios del gremio, maldita sea.
Segundo, con el dinero de la recompensa que previamente le pagué a lord Kennegan que os consiga el dormitorio en al posada que queráis, por mi parte no volváis a molestarme hasta que quede resuelto el problema. -Dice severa y autoritariamente.

-¡Muy buenas noches, caballeros! -Sentencia el final de la conversación mas que despide, cerrando con un fuerte portazo.

- Maldito gordo chupatintas...- farfulló el enano con tintes de enfado en su rostro. Sacudiendo la  cabeza  para  aclarar las ideas que se atropellaban en su calva, miró al resto y expuso: - Camaradas,  ya hemos tenido bastante "burocracia" por semanas... volvamos al río y que Aramil y su bestia nos guíen para encontrar mas pistas sobre los druidas...quizás sean mas "racionales" que los  de esta ciudad.- miró al cielo estrellado y suspiró : - Moradin , dame fuerzas.-

Por primera vez el Deva no tenía nada que decir... así que se dió la vuelta y comenzó a caminar con aire cansado al pueblo pestilente otra vez.
Él no lo decía y lo disimulaba cortesmente.. pero sus piernas comenzaban a agotar las últimas gotas de energía del cuerpo.

Pensando que mis compañeros tenían mucha más experiencia que yo en el trato con personas en general y, más concretamente, con el alcalde de una ciudad, decidí mantenerme al margen y limitarme a aumentar el ritmo de la marcha de camino a la casa del alcalde... para ahorrar tiempo. Sin embargo, en el momento en el que el alcalde apareció con su vestimenta de dormir (especialmente el gorrito) y con aspecto malhumorado, supe que no habíamos tomado la decisión más acertada.

Durante toda la conversación me mantuve detrás de mis compañeros, escuchando y evitando reirme cuando el alcalde, que había perdido totalmente los nervios, comenzaba a gritar y gesticular, lo que provocaba que el gorrito se le moviera de un lado a otro.

Me alegra oir a Tordek dar instrucciones para volver al río, al fin y al cabo, ese era mi elemento; sin embargo, apenas hemos avanzado un par de calles me detengo, dejo caer la cabeza hacia delante con gesto de impotencia y me vuelvo a mis compañeros para darles la fatal noticia.

-Por muy urgente que sea la misión, y por mucha prisa que tengamos, el guardia dijo que las puertas no se abrían hasta el amanecer... y, no se vosotros, pero a mi no me apetece volver para pedirle al alcalde que nos las abran antes- digo con un poco de humor para eliminar tensiones y subir la moral del grupo- Tengo tantas ganas de acabar con la maldita misión como vosotros, pero en este instante no podemos hacer nada... asi que propongo buscar una posada para descansar y poder empezar mañana con la mente despejada.

Esta vez no comienzo a andar, sino que espero la opinión de mis compañeros.

Ciertamente sería correcto hallar un lugar para pasar la noche y remover la fatiga de nuestras articulaciones.
Veo que Aramil anda un poco perdido buscando un hostal... Intento encontrar un guardia para pedirle indicaciones

Después de la amable respuesta del Alcalde y la intervención de mis compañeros, asiento a las palabras y agrego:

 - "Quizás el Guardia esté dispuesto a dejarnos salir ahora, pero sería mejor no abusar de la voluntad de estas personas e ir a pernoctar a alguna posada, para partir mañana a primera hora hacía el río. Creo que eso sería lo más apropiado."

Miro a mis compañeros y me dispongo a ir a la posada del pueblo, sin tener ni idea en realidad de donde queda.