Partida Rol por web

Sara vió como los arqueros salían corriendo cuando vieron que el combate se volvía contra ellos. unos pocos no pudieron debido a las limitaciones por el hechizo del gigante, por lo que la embaucadora aprovechó para disparar con su pequeño arco contra uno de ellos.

Sara falla su tiro pese a que sus enemigos estan inmovilizados debido a que sus flechas rebotan contra la coraza de mithril de los arqueros.El troll enmarañado trata de desgarrar a Ilhuicatzin, sin exito debido a que esta luchando contra las enredaderas.

El fervor del combate me ciega, dejo mi espíritu tranquilo albergado en lo más hondo de mi ser para dejar salir una ira efervecente en contra de mis enemigos, tan rápido como mi tamaño me lo permite comienzo a recoger rocas del suelo y a arrojarlas contra todos los enemigos que tengo a la vista.

Luego del primer lanzamiento contra el troll me deslizo hacia mi derecha para poder atacar al resto de mis enemigos.
 

Ilhuicatzin derriba al troll de una pedrada y lapida brutalmente a los arqueros antes de ser enmarañado por su propio conjuro, solo queda un enemigo en pie, incapaz de librarse de sus ataduras.

Eliminada la terrible amenaza del garra sangrienta, Sebastos se dirige algo renqueante por sus heridas hacia Rashesh y los elfos, interesándose por su estado. No deja igualmente de echar miradas hacia la espesura por si aparecen nuevos enemigos. Como en el campo de batalla solamente queda uno, y consciente de que algunos de sus nuevos compañeros entran en un frenesí difícil de parar una vez en combate, grita a pleno pulmón:

- Solamente queda uno! Reducidle y cogedle preso, puede darnos información muy valiosa!

Me quedo junto a Sebastos, también ignoro al único superviviente y le doy una palmada en el hombro del semidragón y asiento satisfecho.

-Que buen combate, Rashesh está contento- le miro interrogante las heridas- ¿estás bien?- mientras planto mi lanza en el suelo, dejándola clavada.

- Subestimé al garra sangrienta. Pero ha sido un buen entrenamiento para lo que nos espera! Y también ha sido una gran alegría veros luchar a todos, juntos somos una fuerza formidable. Cuando acabe el combate, y ayudemos a los elfos supervivientes, creo que deberemos alejarnos todos de aquí. Ahora conocen esta ubicación y la zona ya no es segura.

Aunque hubieramos vencido si no conseguiamos información andariamos a ciegas, asi que me lanzo hacia el arquero que queda para agarrarlo y capturarlo:

- Aaarrrrjjjj!!!
 

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Graatz consigue apresar al último enemigo, ahora solo queda ver que hacer con los trolls caidos, pronto despertarán, quizas haya que averiguar una forma segura de quitarles el collar.

A vuestro alrededor veis que no queda un solo elfo vivo aparte del lider del campamento y la sanadora, ha sido una autentica masacre.

Mientras espera que los supervivientes se reúnan en el centro del campamento, Sebastos se dirige a uno de los trolls con collar para echarle un vistazo rápido. Con un leve gesto de su mano y el susurro de unas palabras mágicas, lanza un conjuro de detectar magia para tratar de averiguar el tipo y la fuerza de la magia de los collares, y luego compartirá esa información con el grupo para decidir entre todos cómo proceder para anularlos.

A la vez que Sebastos va a los trolls, yo me acerco al líder para ver si tiene algún artefacto de control encima o los objetos se hicieron en otro lugar. Tendría que tener muchísimo poder para crear objetos tan poderosos en la distancia, me asombraría mucho ese hecho.

Me acuclillo sobre el cuerpo destrozado y lo reviso. Busco manualmente primero para ver si veo algo que me llame la atención, mis prolongados estudios en magia podrían hacer que lo reconociera nada más verlo. Todos suelen tener un patrón fijo.

Aún con una roca levantada sobre mi cabeza miro hacia mi alrededor buscando algún enemigo cuando caigo en la cuenta de que ya todos cayeron en combate. Lentamente bajo mis brazos y vuelvo a colocar la roca en el suelo, esto suele ocurrirme cuando me ciega la furia de la batalla, me transformo en un ser de rabia incontrolada, pero se cómo calmar mi espíritu.

Me acerco a mis compañeros de batalla, estoy orgulloso por su desempeño pero aún no se los diré, no quisiera que alguno comience a confiarse, esto sólo fue un calentamiento, las verdaderas batallas aún no comenzaron. Noto que estan observando los collares que atan a los trolls. 

- Posiblemente estas criaturas no sean culpables de ningún crimen, es una pena ver cómo los manipulan para sus propios beneficios, sugiero que los liberemos e intentemos averiguar con qué clase de poder los controlan, eso nos será muy útil si volvemos a cruzarnos con más de estos trolls.

Todo terminó. Tan rápido como había empezado. Algunos de sus nuevos compañeros estaban heridos, unos más que otros, y Sara se sentía un poco abochornada ya que ella no había recibido ni un rasguño. De los elfos no quería ni pensar. Solo quedaban dos en pie, el resto...

Se concentró unos segundos para eliminar la ilusión que había creado, y poco a poco, desaparecieron 7 de las réplicas de Sara para quedar solo la original. Sus compañeros estaban intentando averiguar como quitarles el collar a los trolls antes de que despierten de nuevo, y Sara no sería menos.

Inspeccionó los collares para intentar averiguar algo sobre ellos.