Unas fiestas populares donde la tragedia hace acto de presencia.
Los bravidenses son un pueblo muy conocido en Musgoseco. Son famosos por su costumbre de capturar kobolds para usarlos como mascotas, sirvientes o mero divertimento. No es extraño ver kobolds haciendo pequeñas reparaciones o sacando el ganado.
En ocasiones, los mozos del pueblo los persiguen para hacer travesuras con ellos: quemarlos, darles de fumar hasta que caen redondos o colgarlos de una pierna para luego tirarles piedras.
El momento más importante del año para un bravidense son las fiestas de Nuestra Señora Filfa El colofón de las celebraciones es El Salto del Kobold, donde el párroco del pueblo concede la libertad a uno de los kobolds, y los mozos lo liberan dejándolo caer desde lo alto del campanario de la iglesia.
El pueblo está consternado. Cuando cuatro mozos llevaron a los quince kobolds ante el párroco para que determinara al elegido, éstos se rebelaron, atrincherándose en la iglesia y lanzando al párroco desde lo alto del campanario.
—Pobres muchachos.— se escucha entre la multitud agolpada frente a la iglesia— ¿Quién podrá liberarlos?