La criatura está encima tuyo intenta separar tus dientes o arrancar tus ojos de las cuencas. Pero dentro de tu cuerpo de académico sedentario debe quedar un instinto animal de supervivencia bien guardado, porque consigues desembarazarte de él
Motivo: Pelea
Tirada: 1d100
Dificultad: 90-
Resultado: 91 (Fracaso) [91]
Motivo: Pelea O'Leary
Tirada: 1d100
Dificultad: 30-
Resultado: 32 (Fracaso) [32]
Como tardas un poco en responder, me permito la libertad de hacer tiradas y quitarte dos puntos de suerte, con lo cual ganas esta ronda de Pelea y e desembarazas momentáneamente de tu ectoplásmico asaltante.
Tirada oculta
Motivo: escuchar: oculta
Tirada: 1d100
Resultado: 74 [74]
No veo escuchar en mi ficha. Tiro oculta y ya me dirás si escucho algo o no.
Lo menos que se esperaba el profesor al salir al pasillo era encontrarse con un ente sobrenatural. Pensaba que algún sicario de carne y hueso de su enemigo se había planteado atacarles, pero en su lugar, el profesor Harold se encontró con un horror.
Incapaz de moverse o de reaccionar, no pudo evitar que la criatura se abalanzara sobre él. Recurriendo a algún instinto atávico, logró repeler en primera instancia el ataque del ser. Pero sabía que no iba a tener suerte dos veces.
El profesor no era rival para algo de esa magnitud, así que hizo lo primero que se le vino a la cabeza: gritar.
-¡Socorro, fuego, fuego! ¡Alerta, alerta! ¡Fuego!
Sí, perdón, tuve lío en el curro esta semana :(
Ale, a despertar a gritos a todo el mundo.
Los durmientes tienen el alivio de despertar en oír los gritos de socorro que lanza desde el pasillo el profesor O'Leary.
Una figura sale al pasillo desde uno de los compartimentos. El conde Von Hofler, en batín y con sus plateados cabellos despeinados. El espectáculo lo sorprende, pero reacciona rápidamente:
- Schau mich an, Brut des Abgrunds!
La sombra se gira hacia él. Las manos del conde ondean rápidamente dejando un rastro rojo carmesí que flota unos instantes en el aire trazando un dibujo arcano. La sombra retrocede huyendo y desaparece volando hacia el fondo del vagón.
- ¿está bien, mein freund?
-Sí, ahora sí -el profesor toma aire apoyando en un lateral del vagón- ¿Qué demonios era eso?
Tomó lo primero que encontró como arma improvisada y, en camisón y gorro de dormir, salió hacia el pasillo hacia donde estaba el profesor.
Pongamos que puedo haber encontrado, por ejemplo, un cenicero de esos de cristal, pesadote y tal. :)
El primer instinto del Dr. Saroch fue el de salir a ayudar a la mujer, pero se acordó de que en el camarote había 3 feces por lo que dijo al resto de sus compañeros que él se quedaría haciendo guardia para que no aprovecharan para robárselos.
Amelia se despierta sobresaltada. No tiene muy seguro qué ha escuchado todavía, pero agarra con fuerza su revólver después de ponerse una bata sobre el camisón.
Con audacia recorre el pasillo, su cabello oscuro recogido en una larga trenza que se mueve a su espalda. Le ha parecido escuchar gritar al profesor, así que va hacia dónde supone que está.
Motivo: Escuchar
Tirada: 1d100
Dificultad: 35-
Resultado: 5 (Exito) [5]
Salís todos al pasillo (y algún huésped más, alarmado por los gritos) para encontrar al profesor O'Leary herido por por varios arañazos profundos y algo conmocionado. El conde Von Holfner lo está atendiendo. Aparte en el pasillo se encuentra la gran duquesa Irina Razumosk, inconsciente. El joven primo de su marido es de los primeros en salir y auxiliarla.
Pronto se presenta un empleado de la compañía con una linterna preguntando qué ha pasado. Reanimada la gran duquesa con unas sales del doctor Saroch, dice que salió al pasillo para tomar el aire sin despertar a su marido (que por cierto sigue roncando) cuando de repente su vista se nublo por una súbita oscuridad y perdió los sentidos.
Motivo: Mitos de Cthulhu
Tirada: 1d100
Resultado: 11 [11]
Una mujer inconsciente y un hombre arañado dan para mucho malpensar, y el señor primo de los duques mira de malos modos preguntando (en un francés muy correcto) si ha tenido que ver con el desmayo y cómo se ha hecho esas heridas.
- Sospecho que el incidente ha tenido que ver con el fez rojo y con sus manifestaciones. Por lo que me han contado de ese pobre Matthew Pook... Luego le cuento.
La tirada de Mitos era de Von Hofler.
-¿¡Cómo se atreve!? -pregunta el profesor indignado mirando a Pyotr- ¿Acaso insinúa que yo ataqué a esta mujer? La oí gritar y cuando salí al pasillo a ver qué ocurría también fui atacado ¡Esto es indignante!
- ¿Atacado por quien, monsieur? ¡¡Aquí no había nadie más!! - el joven eslavo se toma a muy a pecho ese ataque contra la gran duquesa.
-¡Pues claro que lo había! -los ánimos se iban caldeando y los tonos de voces subían cada vez más ¿Cómo explicarle a ese joven pretencioso lo que había visto? Lo que había sentido cuando aquella aparición cayó sobre él-. Había... algo... Salió huyendo cuando el conde apareció en el pasillo ¿¡Cómo cree que me he hecho esto!? -pregunta enfadado enseñando sus propias heridas.
Con un blanquísimo camisón, un gorro de dormir con borla, sus babuchas de estar por casa y blandiendo un enorme cenicero de cristal, Polat intervino tranquilizador, aunque un poco asustado: —por favor, señores, lo primero es atender a los heridos, a la señora y al profesor. Esos arañazos podrían infectarse con la rabia o el tétanos si no se lavan. ¿Nadie sabe si hay un médico en el vagón? ¿Dónde está el encargado?
- Damas y caballeros, les ruego calma... Henri está aquí. Es muy tarde y la situación, como es natural, ha excitado los ánimos. Les ruego que vuelvan a sus aposentos y cierren con llave. Un empleado de la compañía vigilará toda la noche que nada perturbe la tranquilidad del vagón. Mañana esclareceremos los hechos y daremos parte a la policía de Budapest.
Entre vuestros compañeros está el doctor SAROCH que perfectamente puede atender al profesor O'Leary.
El Dr. Saroch está en el vagón vigilando los 3 feces, pero si lo lleváis al vagón, le puede revisar por supuesto.
—Por favor, claro que si, mi querido Henri, claro que si. Quizá deba considerar si no desea otorgar la máxima autoridad al Doctor Saroch. Él es médico, lo acabo de recordar. Ah, todos hemos tenido malos sueños, me temo. Si le parece le voy a buscar. Al menos debería atender esos arañazos tan feos, y quizá recetar un ligero calmante a su alteza, la señora Duquesa, ¿no es así?
Polat iría a "buscar" al doctor y se quedaría de guardia con los feces y su peligroso cenicero de cristal :)
Como casi todos los presentes, el joven noble de Krakowia tenía en su rostro los inconfundibles signos de estar transcurriendo una mala noche. Quizás no todo lo terrible que se necesitaba para quitarle del todo aquel aire aventurero, tan propio de la juventud (acomodada). Pero lo suficiente como para oscurecer las zonas que rodeaban su siempre atenta mirada y agregar alguna arruga aquí y allá.
En realidad, Woytek no podía recordar casi nada de aquella pesadilla que lo había asaltado desde el momento mismo en que pusiera su cabeza sobre la almohada. Pero intuía que era mejor así, de modo que intentó centrar su atención en preocupaciones más mundanas.
En el caso, proteger esos ridículos sombreros…
Viendo que ya no quedaba mucho por hacer en el pasillo, y que el tal Trubosky parecía tener todas las intenciones de seguir aferrado a la Duquesa como una sanguijuela, Woytek se encaminó de nuevo a su camarote.
Aunque antes de internarse en él, acompañó al profesor Polat y montó guardia junto a él hasta que el Dr. Saroch regresó de atener a los heridos.