Partida Rol por web

El librero asiente con la cabeza a la vez que esboza una leve sonrisa. -Ya me parecía que no era usted de por aquí. Ese acento... pero no conocer Castronegro... Verá, Castronegro es un pueblo que está a cincuanta o sesenta kilometros hacia el norte. Es un ejemplo pintoresco de la América Hispana. Creo que salen uno o dos autobuses a la semana desde Silver City.

-La verdad es que me ha pillado. -Reconoció con una sonrisa. -¿Y Silver City? ¿Tiene algo que ver con Castronegro?

-Bueno-dijo dándose por vencido Allan tras seguir buscando un rato- no podemos pasarnos aquí metidos el día entero. No hay nada que nos sirva asi que será mejor que se nos ocurra algo pronto o se enfriarán las pistas-el periodista, poco acostumbrado a que las cosas no salieran como esperaba, se mostraba desanimado.

En otro artículo se habla de la desaparición de un hombre de un pueblo llamado Castronegro que visitaba Alburquerque en 1892, un caso similar al de Joaquín Villeira-Pereira. Hay otros articulos que datan de los años 1890, 1898, 1902 y 1918. En el de 1898 se menciona que a un habitante de Castronegro llamado Bernardo Díaz como principal sospechoso, pero no existe información alguna de si llegó a ser arrestado. 

 Andaba el señor Caster enredando entre recortes y periodicos, cuando descubrió esos dos nuevos nombres. :

Joaquín Villeira-Pereira. y Bernardo Díaz. Aunque por causas diferentes, más bien opuestas, parecia que tenian alguna relación con la desapariciones. No costaba mucho, buscar algo sobre esos personajes en esta  hemereoteca. Por las mismas, se le apareció en la memoria, otros nombres del recorte original de prensa, que le habia hecho meterse en esta aventura: David Lane. al parecer otro desaparecido. Tambien se hablaba algo del camino de Silver city, y de Castronegro

Temiose Caster, que hubiera más información para buscar que tiempo , al menos si deseaban dejarlo todo rematado hoy.

-Castronegro... si el princial sospechoso es de allí quizás deberíamos investigar-se aventuró a decir el periodista- aquí no parece que vayamos a conseguir nada-dijo algo desesperado ya que no habían conseguido nada en todo su periplo y estaba claro que la historia empezaba a enfriarse.

-Si no os parece mal, señor Parker, prefiero rematar las opciones de este periodico, y luego conseguir alojamiento y descanso. No podria hoy con más viajes.

-Claro, por supuesto-asintió- no me refería a que cogieramos en primer auto pero no sería mala idea que mañana empezaramos a pensar opciones ya que algo me dice que hemos perdido demasiado tiempo con la infructuosa visita a la universidad...-dijo Alla mientras continuaba tomando notas de los datos que tenían.

El señor Caster, decide que todo ha acabado por hoy. asi que deseoso anda de buscar alojamiento, y hacia eso se dirige.

Allan hizo lo propio y también se retiró. Quizás un nuevo día les trajera nuevas ideas.

se iba el señor Carter hacia su descanso en el hotel, enredando y dandole vueltas, al listado de nombres que habia sugerido buscar y que aun no habia encontrado. ¿ acaso habré buscado mal? ¿ habrá otros sitios, registros, ayuntamientos...en lo que perseverar en la busqueda con esos nombres?

Otra tarea que se apuntó mentalmente para el dia siguiente, o sucesivos, era ir a la casa de su desaparecido amigo, e intentar ver sus papeles y objetos.

otra duda en su cabeza: ¿ seria conveniente ir a la policia a pedir papeles sobre los desaparecidos, hablar con los detectives de los casos, recabar su opinión...., y por supuesto, ¿les convenia darse a conocer tan evidentemente,?.

Tal vez esa seria opción desesperada y última.

No obstante eso será mañana, no hoy.

Al llegar al hotel en el que os hospedáis os despedís para ir cada uno a su habitación con la promesa de volver a veros a la mañana siguiente.

El hotel no es una maravilla pero conseguís descansar apaciblemente gracias a una cama bien hecha y su cómodo colchón.

A la mañana siguiente, os levantáis y os aseáis como mandan las normas de costumbres y bajáis al comedor para desayunar.

Busco a Allan, y lo saludo cordialmente.

Un descanso ayuda a despejar la mente, ¿ que opina sr Parker?.

Creo que iré a la casa del desaparecido. Me encantaria que me acompañase.¿ qué me dice?

Dicho lo cual se prepará un copioso desayuno.

Ahora todo encajaba. El destino final de su colega siempre fue Castronegro, el billete a Silver City era sólo un lugar de paso... Era lo único que tenía, la única esperanza de encontrar alguna noticia que llevar de vuelta residía en un ticket de una librería la cual parecía situarse en un pueblo más allá de Silver City.

-Muchas gracias. -Se despidió con la mejor de sus sonrisas mientras se encaminaba al exterior. Era lo más parecido a un triunfo en aquel día.

Allan todavía estaba medio dormido y sorbía su café lentamente.

-No se como vivía la gente de la antiguedad sin café-mascullo esbozando una sonrisa- le acompañaré gustoso, tampoco sería mala idea ir al periódico local. Quizás algún compañero de profesión tenga alguna idea de lo que puede haber ocurrido-dijo encogiendose de hombros ya que no tenía mucha esperanza de que eso funcionase.

Con la impresión de que todo lo que podías encontrar en Alburquerque implantada en tu cabeza decidiste que lo mejor era seguir el rastro que te llevaba a Silver City y, de allí, al pequeño poblado de Castronegro. Preparaste tus pocas pertenencias en tu maleta y bajaste al comedor para desayunar.

Nada más entrar en el comedor te encontraste con los dos hombres que te habían acompañada en el viaje desde Boston hasta Alburquerque, el periodista Allan Parker y el parapsicólogo Matthew Caster.

Cierto era que vuestra despedida no había sido la mejor posible pero la cortesía te obligaba a saludar. Pasaste a su lado e hiciste un leve saludo con la cabeza. Después te sentaste a desayunar en una mesa cercana a la suya.

El desayuno transcurría con naturalidad y charlabais animadamente de cosas sin ningún interés para la investigación pero que hacían relajaros del estrés de la poca información que estabais pudiendo recopilar en vuestras pesquisas.

Cuando os encontráis, más o menos, hacia la mitad del desayuno aparece en el comedor el profesor Hammond. Es el viajero que os acompañó en el largo viaje que os trajo desde Boston hasta Alburquerque y que perseguía vuestros mismos asuntos. Cierto era que vuestra despedida no había sido la mejor posible pero no perdíais nada por tratar de hablar con él. Quizá supiese algo que vosotros no hubieseis llegado a descubrir.

El profesor Hammond pasó a vuestro lado con sus maletas y, al veros, os saludó con un leve gesto de su cabeza. Después se sentó a desayunar en una mesa cercana a la vuestra.

Sr Hammond tanga la bondad de acompañarnos, ya lo dice la Biblia, no es bueno que el hombre este solo.

 y dicho lo cual, siguió con su magno desayuno