Partida Rol por web

Mu´tamid se regaña a si mismo varias veces por no dejar al loco y a los nobles a su suerte, quien le mandaba a él juntarse con semejante pandilla. Poco tardó en quitarse de esos pensamientos al sentir la colleja.

-Pari quieto fantasmia, he traido dulse, aquí tiene. Dice dejando la miel en el suelo. Digiame donde istan mis amigios por fiavor.

Tras hacer esto, pone las manos alrrededor de su boca y grita:

-Don Diego, Vasco, Sixto!!!

No te contesta nadie.

Después de recibir la colleja miras por todos los sitios, pero sigues sin ver nada. Tras reclamar la presencia del fantasma y dejar la miel en el suelo ocurre algo inesperado. Ves que tras unas maderas que hay en el suelo asoma una cabecita, pequeña colorada y sobre todo horrible, al ver el tarro de miel comienza a llorar a lágrima viva.

El bicho sale de detrás de las maderas moviendose de manera muy rápida, de hecho parece que desaparece y aparece en otro lugar casi instantaneamente dejando tan solo una estela que desaparece rápidamente. Es muy bajito y sus cuernos y su cuerpo dan grima, se agacha, coge el tarro de miel y dice con voz cascada y rasposa.-¡Oh amable caballero con el rostro no muy agradable, gracias por la ofrenda, no sabes lo que me gusta el dulce sabor de la miel. El conde me encerró en esta casa pués le gustaba que les hiciera perrerías a sus visitantes, con la promesa de dejarme partir si le hacía caso, pero no lo hizo. Para evitar que escapara adiestró a un grupo de lobos para que rondaran la casa y me tuvieran vigilado sobre todo por la noche. LLevo tanto tiempo aquí que se me han quitado las ganas de escapar y además me encuentro a gusto. Por eso no quiero que entren visitantes pués alterais al pueblo, y esta vez a sido la peor, ahora quieren quemar la casa, cuando en la casa no está el espíritu del Conde.- Dice esto llorando mientras abre el tarro de miel, coge un puñado de miel con el puño y se lo mete en la boca poniéndose la cara y el cuerpo perdidos de miel.

Después levanta la cabeza tras oir el murmullo de las gentes que están fuera.-Hagamos un trato, sácame de aquí librándome de los lobos y te diré como acabar con el conde y además...-En ese momento sale corriendo, desaparece, lo ves de nuevo trasteando en las ascuas frías de una chimenea, coge un ascua, le sopla y se pone incandescente, sale corriendo, vuelve a desaparecer, aparece de nuevo como salido de la nada con una vara, coloca el ascua incandescente sobre ella que se mantiene como por arte de mágia.

-Te daré esto, esto es "la luz del hogar del conde" si me ayudas a salir de aquí y acabas con los lobos que me acechan. Uno de tus amigos acabó con dos pero al ver a las gentes venir salió corriendo y se perdio en la oscuridad. Además si me ayudas te diré donde se esconde el espíritu de conde y lo que ha sido de él, pués el espíritu de una hermosa mujer que se haya donde está el conde como "ayalga" me dice lo que ha sido de él y que es lo que hace. Ayúdame y te ayudaré.-

no lo paso.

Sixto se agacha para intentar coger la colmena con un saco, mientras se acerca algunas abejas ya se han dado cuenta de la presencia de Sixto y empiezan a picarle, Sixto intenta colocar el saco en su sitio pero no consigue manipularlo bien y le da un golpe a la colmena. En ese momento un montón de abejas salen dispuestas a defender su territorio y se lanzan a por Sixto. Sixto siente como las abejas se enzarzan con él y las picaduras son cada vez más.

Repito la operacion de embolsar la colmena.

Sixto vuelve a intentar coger la colmena pero está lleno de picaduras por todos los sitios y se le escapa el saco que cae al suelo, las abejas cada vez están mas enfurecidas. Sixto intenta sujetarse en la rama pero entre los nervios de las abejas picándole y las picaduras no consigue mantenerse, resbala  y no se puede sujetar en ningún sitio, cayendo al vacio desde 9 varas de altura.

Cae al suelo pero a pesar de la caida logra aterrizar correctamente retorciendose como un gato en el aire, cayendo con el brazo derecho consigue no matarse. Aunque se encuentra dolorido, magullado, y el brazo derecho le duele mucho. Las abejas, lo siguen en su caida y vuelven a dirigirse a toda prisa hacia él.

Vasco asiste asombrado al espectáculo y siente como las abejas lo han detectado también a él y se dirigen hacia él a toda velocidad para dar buena cuenta de sus aguijones.

paso de la abejas y me piro a toda leche de alli.

Rachid se tiró al suelo y se cubrió con las manos al ver aparecer al bicho, esperaba definitivamente su muerte, cuando este se le puso a hablar mucho mejor que la mayoría de personas que había conocido, y sin duda, mucho mejor de los que lo querían quemar vivo.

Cuando el hombrecillo terminó de hablar, Rachid se volvió a poner de pie:

-Soy moro no crio qui mi hagan caso, piro intentiaré que abrian la puerta, si tu puedies escondierte como hiciste conmigo, si no tindremos que salir por alguiuna ventania. Antes vi unia piquiñitaantis de entrar, quizá no lo hayan visto. Que idia prifieres?

Dicho esto, el moro esperó respuesta.

-¡Salir por la puerta, no puedo salir por la puerta las gentes del pueblo me machacarían!, prefiero por una ventana pero las únicas por las que podemos salir están en la planta de arriba, vamos entonces.-

La criatura comienza a subir por las escaleras a tal velocidad que cuando Mu´tamid pestañea la criatura ya está en lo alto de las mismas.

-¡Vamos por aqui!.

Rachid ni se lo piensa, prefiere fiarse de aquella extraña criatura antes que de los aldeanos que lo metieron en la casa para morir quemado.

-Vamos, ti sigo.

El pequeño personaje rojizo te lleva hasta una ventana. Te asomas por ellas y puedes ver que en esa zona está libre el terreno, las gentes del pueblo están al otro lado de la casa. -Vamos salta por aquí, yo te seguiré.- Te lo dice muy convencido pero puedes ver que hay una distancia de unas 4 varas entre la ventana y el suelo. Te fijas en las paredes y ves que no hay muchos agarraderos y los que hay no son muy fiables.

Escuchas a un hombre gritando, es uno de los vecinos que dice -¡¡Ha acabado el tiempo y no has salido. Que Dios o el diablo guarden tu alma, malditos seais todos los extranjeros. Quemad la casa!!-. Al cabo de unos segundos hueles a humo, la fogata ha comenzado.

Oyes a uno de los vecinos gritar a Mu´tamid que está en el interior de la casa -¡¡Ha acabado el tiempo y no has salido. Que Dios o el diablo guarden tu alma, malditos seais todos los extranjeros. Quemad la casa!!-

Ves como los vecinos empiezan a tirar antorchas por algunos huecos que había en los maderos que tapian las maderas de la parte baja, algunos huecos los han hecho ellos rompiéndolos con mazas. Las antorchas prenden rápidamente en el interior de la casa. La puerta la mantienen bloqueada con una tranca. Ves como empieza a salir humo y como se ve ve el tenue fulgor del fuego en el interior.

Mierda, probablemente acabe mal, pero no queda otra.

Con este pensamiento Mu´tamid miró al extraño ser, unos segundos, y luego, saltó.

Qui Dios mi guarde.

Al ver la que había liado Sixto, monté en el caballo y salí al galope, pero me demoré para que Sixto se montara en la grupa; de lo contrario, no podría escapar de aquellas abejas cabreadas.

Sixto y Vasco salen a galope tendido y dejan el zumbido horrible de las abejas atrás que en plena noche parecen no querer aventurarse demasiado y prefieren guardar su colmena.