Partida Rol por web

El Segundo Advenimiento.

3. El Monasterio de Caedus - Adrenalina.

Cargando editor
11/12/2012, 00:20
Aclamado Director

Pero Resha no pareció percatarse de que había sido Elohim. Lo sintió, por supuesto, pero el chico fue lo bastante rápido. Lo bastante para ella, pero no para los demás. Todos parecieron ver, aún sin pretenderlo, el cauto gesto de Elohim, que no dejaba, pese a todo, de ser un niño. Inteligente y devoto, pero un jovencito con dientes de leche al fin y al cabo.

Curiosamente, ninguno de los adjuntos pareció notarlo. Bernadette no le devolvió la mirada a Elohim, pues no pareció verla, del mismo modo que no prestó atención al gesto del muchacho. Los dos hombres, mentalista y guerrero respectivamente, estaban enfrascados mirando a sus pequeños. En el fondo, por muy excepcionales que fuesen, no dejaban de ser humanos, y su percepción no era perfecta. En aquel momento, de hecho, más imperfecta que la de los críos. O eso, o sabían hacerse los despistados, aunque no hubiese casado mucho, pues el gesto era propio de un niño.

Cargando editor
11/12/2012, 11:08
Richard Wivernfall

Las palmadas que resonaron el el aire acallaron todas las conversaciones centrando toda la atención de los críos hacia las figuras de autoridad que se aproximaron a ellos. Una imagen ciertamente imponente sin duda. Y los rumores de ser separados se confirmaron en cuanto la primera mujer que se dirigió a ellos habló, escogiendo como aquél que elige un cachorro en una perrera, a el ángel y las dos muchachas con el Don. Por un lado se alegró de no estar bajo el cuidado de esa mujer, pues si era la mitad de severa que Evangeline, lo habría pasado bastante mal. 

Lo que le dejó atónito fueron los otros dos grupos. ¿Kael y Gilbe con el mentalista y Juliette con el representante de Maestro? ¿Qué sentido tenía eso? Tarde o temprano lo averiguaría, de momento estaba fascinado viendo a ese portento de hombre que los tutelaría por el momento, con una espada más grande de lo que un ser humano debería ser capaz de empuñar. Imitando la disciplina marcial de Ace, respondió con una afirmación a su nombre y se unió al Sr. Valiant despidiéndose de sus otros compañeros con una mirada de angustia. Notaría la falta de la energía de Resha, la serenidad de Elohim o la sana rivalidad que había nacido entre él y Kael. Si bien solo les iban a separar en grupos, no de por vida, le fue duro, puesto que ahora eran su "familia". Y la misma angustia pero más fuerte aún pudo ver reflejada en los ojos de Juliette hacia su hermana. No les quedaba otra opción en cuanto salieran por los portones.

-Trata de ser fuerte. Kael y Gilbe cuidarán de ella. Y nosotros de ti.- Susurró entre sus cabellos rosados para ella.

La cantidad de inquisidores de la institución parecía infinita, pues cada dos por tres conocían nuevas caras. El monasterio guardaba entre sus muros un auténtico ejército de seres capaces de superar los límites humanos en cualquier ámbito. Eso... daba un poco de miedo, si pensaba en ello.

Cargando editor
11/12/2012, 11:48
Richard Wivernfall
Sólo para el director

En el reparto de pupilos, había muchas tutores. Pero le interesaba en especial uno. Aquél que se hiciera cargo del niño con la salamandra alada que siempre le acompañaba a hombros. Buscó con sus ojos al crío y cualquiera que fuese su cuidador por ahora. Saber quiénes eran su monitor y sus compañeros de grupo podría darle algo de información sobre el chiquillo o su mascota. 

En este mes y medio no había conseguido saber mucho más de él y se sentía obligado a indagar.

- Tiradas (1)
Cargando editor
11/12/2012, 16:01
Aclamado Director

Fuese cual fuese, Richard, por desgracia, no pudo reconocerlo. Sus sentidos eran fuertes y despiertos, pero no fue capaz de ver a ninguna salamandra alada en los alrededores. En cierto modo tenía sentido, pues si iban a salir del monasterio era mejor dejar a ese tipo de criaturas dentro de los muros, aunque no sólo fuese por el pueblo llano y su ignorancia. Por otro lado, el chiquillo probablemente estuviese de espaldas, o en un grupo tapado por otro, o, sencillamente, fuera de vista. El caso es que tampoco lo reconoció, y, por tanto, no supo identificar cual era su maestro. Una lástima, sí, pues al chico le hubiese venido como anillo al dedo averiguar más sobre esa clase de criaturas. Si es que, por supuesto, aquella salamandra guardaba algún tipo de parentesco con el motivo de sus fobias.

Cargando editor
11/12/2012, 17:41
Aenea Hollen

 

Al final los rumores estaban en lo cierto, e iban a ser separados en grupos de tres. Aenea no tenía mucho problema con ello. Era cierto que se llevaba mejor con Resha y Elohim que con los otros niños, pero eso no quería decir que no quisiera mejorar la relación que mantenía con el resto. Le tocara con quien le tocara, iba a ser divertido.

Cuando sonaron las palmadas Aenea empezó a forzar a su impaciencia a mantenerse dentro. No era propio de una dama el mostrarse tan nerviosa.  Aquella mujer, Bernadette, pareció mencionar a Aenea y Resha como si fueran dos fardos que estaba obligada a llevar. A la niña le chocó un poco, pero supuso que comparándose con el pequeño ángel si que era bastante menos relevante. De todas formas, la espinita se mantenía clavada. Aenea debía destacar y demostrar que valía. Ser relegada a un "fardo" no entraba dentro de sus planes.

De cualquier forma, estaba mucho más interesada en la diversión que seguro estaba por venir que por nimiedades como aquella. Resha le cogió de la mano y le arrastró hasta Elohim, que al principio parecía algo abatido pero enseguida empezó a jugar con las coletas de la peliturquesa.

Al final el grupo se formó con las dos personas con las que tenía más trato, así que no tenía nada de qué quejarse en ese sentido... A excepción de la profesora y la razón por la cual estaban juntos.

Evangeline decía que eran "sus" alumnos. La manía que tenía Aenea con aquella mujer, en parte por el hecho de que era una Santa, en parte por la prepotencia con la que hablaba, y tambien por el hecho de que su intención última era convencer a Aenea de que su forma de practicar la religión era mejor que la de la niña y su padre.

Esta "adjunta" tenía el mismo título, el mismo aire de superioridad y por lo que parecía, seguro que también intentaría forzar sus creencias. La totalmente amigable Aenea no era capaz de mirar sin prejuicios a aquella mujer. Sabía que estaba mal, pero ni podía ni quería hacer nada para evitarlo.

Cargando editor
11/12/2012, 19:08
Gilbe Klimb

Al parecer a Gilbe le había tocado de tutor al adjunto de los mentalistas. Parecía un hombre, o tal vez joven, agradable. Le hubiera gustado más que fuera con ellos el adjunto de MJ pero para dar un paseo por la ciudad bien podría haber ido solo.

Lo cierto es que le extrañaba que le pusieran con él... Lo lógico era que pusieran a los tres que podían hacer cosas con la mente juntos, y a Richard, Kael y a sí mismo por otro lado... Pero de nuevo, le daba un poco igual. Le extrañaba, sin duda, y sabía que habría motivos para esa decisión, pero una cosa es que le interesaran los motivos y otra que le importara con quién ir.

Fuera como fuese, Kael y Charlotte eran buenos compañeros, seguro que lo pasarían bien juntos, en eso estaba de acuerdo con el chaval de la voz cansada. Apoyó su comentario para que Charlotte no se sintiera demasiado mal por ir sin su hermana.

- Seguro que será interesante, ya casi puedo oír la ciudad desde aquí... Parece que hay buen ambiente. 

Altaír miró a Gilbe landeando la cabeza, como preguntando, y después se restregó su hocico con la rodilla de su dueño. Lo cierto es que no oía nada, pero, ¿qué mas daba?

Cargando editor
11/12/2012, 20:15
Resha

-¿Pawaa~an?-Resha miró hacia la coleta que el niño alado había rozado y vio que ésta se balanceaba. ¿Cómo se había movido su coleta? Qué misterioso todo...Seguro que era el aura frígidoexigente de la Santa que estaba ahí en "espíritu" para acabar con sus preciosas y cuidadas coletas. Ese pensamiento le aterrorizó asíque se recogió la otra coleta y miró a su alrededor y se  las enroscó alrededor del cuello como una bufanda calentita dejando que los mechones que sobraban cayeran sobre el pecho, apresurándose a meterlos bajo la ropa. Ahora estaban a salvo. Elohim le había mirado con una expresión de curiosa inocencia y ella le respondió con una sonrisa acompañada de un alegre rubor en las mejillas.

-¿Jugamos al veo veo mientras?-dijo mirando a Elohim y a Aenea de hito en hito acurrucándose entre las coletas enrolladas.

Cargando editor
11/12/2012, 20:32
Elohim

Resha no se había dado cuenta, y ahora tenía las coletas enrolladas en su cuello. Así que no podría volver a hacerlo sin llamar demasiado la atención... o sin darle un golpe con el ala en la cara. Relajó su mirada inocente y la cambió por una pensativa, llevándose su enfundada mano derecha al mentón.

-mmmm... vale. Empieza tú, ya que has propuesto el juego.-miró a Aenea-¿te unes?

Empezó a mirar a su alrededor, observando todo lo que había. Sus pequeños ojitos se movían por las cuencas como animales enjaulados, tratando de escapar. 

 

Cargando editor
13/12/2012, 20:56
Juliette Bourgeois

Con unas palmadas se daba la señal para que los niños se acercaran a los que serían sus “profesores asignados”. Juliette estaba emocionada por la salida y nerviosa por saber con quién les iba a tocar en el grupo... estaba claro que Charlotte estaría con ella, porque los profesores no querrían nada malo para las gemelas, no querrían separarlas porque era evidente que les haría daño estar lejos de nuevo.

Empezaron a emparejar...

Los magos en un grupo, era bastante evidente... esa señora da el mismo mal rollo que la profe Evangeline y siendo su segunda... es normal.- Pensó la niña al mismo tiempo que hablaba la nueva Santa que había entrado en escena-. Ala, a este lo conozco yo... estoy segura de haberlo visto antes.- Por detrás de la Santa aparecía Dóminar

El joven empezó a nombrar...

El pelirrojo, ese debe ser Kael...- Caviló la jovencita -. el ciego, ese es Gilbe, seguro. ¿Charlotte? Cómo que Charlotte?.- Los esquemas de la niña se hicieron pedazos, no podía ser... no de nuevo -. ¿El profesor Alexander nos quiere separadas? ¿Porqué nos odia? ¿Qué le hemos hecho?.

La niña abrazó a su gemela, no quería soltarla, no quería separarse de ella de nuevo, no quería separarse de ella jamás.

Cargando editor
13/12/2012, 21:29
Charlotte Bourgeois

La incertidumbre rondaba a sus anchas por el jardín, susurrando ideas locas a los inocentes chiquillos que se agrupaban en torno a los profesores.

Poco a poco, cada uno fue nombrando a los tres alumnos que les acompañarían y a medida que se acercaba el turno de las gemelas éstas se iban poniendo cada vez más nerviosas, pues querían saber con qué compañero las pondrían.

Para sorpresa de ambas todo fue al contrario de lo que esperaban, las habían separado. Cuando el joven adjunto del señor Alexander nombró a Charlotte ambas se estremecieron. Ninguna de ellas pronunció palabra alguna, Juliette había enmudecido.

Toda la ilusión y el interés que albergaba la pequeña por aquella excursión fuera del monasterio se desvaneció, obligándola a pensar en una salida de emergencia; su hermana la había empezado a abrazar fuertemente mientras ella intentaba mantener la mente fría.

Con la duda invadiendo su expresión, Charlotte miró fijamente a Dóminar a la par que aflojaba el abrazo de su hermana para agarrarla firmemente de la mano, empezaba a costarle respirar.

...

...No...podéis...obligarnos...

Las pupilas de la pequeña empezaron a dilatarse muy lentamente y Charlotte no apartaba la mirada del joven esperando que algo sucediese.

Cargando editor
13/12/2012, 21:31
Resha

Resha, que había girado la cabeza hacia todas partes buscando algo realmente difícil para que sus dos compañeros acertaran   se quedó mirando sobrecogida el espectáculo de las gemelas. Entre asustada y entristecida por la  actitud de las niñas retrocedió un par de pasos agarrando la capita de Elohim y sujetando a Aenea, por si a ellos también les daba por negarse a compartir grupo.

¿Por qué las gemelas no nos quieren?

Bueno, no era exactamente eso lo que pretendía pensar, pero la niña no sabía expresarlo mejor ni para los demás ni para ella misma. El resto de niños no se merecía el feo que estaban haciendo y eso,creaba una sensación que rozaba peligrosamente la ira por la injusticia de la situación. Inconscientemente apretó un poco las manitas, sin hacer daño a Aenea ni tirar de la capa de Elohim.

Cargando editor
13/12/2012, 21:39
Elohim

El pequeño ángel se dio la vuelta al notar la presión de Resha y movió un poco las alas. Sin pararse a pensarlo, dio un "fuerte", o al menos, todo lo que su cansado y chico cuerpo pudo apretar; abrazo a Resha, incluso tirando un poco de Aenea para que también lo hiciera.

De nuevo, como una pequeña luz en una oscuridad plena o una gota de agua en un desierto, el abrazo de Elohim era sanador para aquellas sensaciones tan intensas. Quizá no fuera ira, quizá no fuera más que desconcierto o tristeza. Pero daba igual, la esperanza, la alegría las ganas de sonreir llegaba poco a poco.

Era algo pequeño, casi imperceptible, pero estaba ahí.

Quizá hiciera incluso más la sonrisa del niño mientras abrazaba a Resha, o incluso el pequeño aleteo de ilusión que mostraba Elohim al abrazarla. No tenía de qué preocuparse. Él iba a estar ahí. Ace estaría también después de la salida.  

Cargando editor
15/12/2012, 01:26
Dóminar

Podemos. Otra cosa es que me guste, y una tercera que sea necesario. Alexander quiere veros separadas. Cree que es malo que no sepáis estar separadas, y no es el único. Todos tenemos fobias, todos, pero ponme las cosas fáciles. No me gustan las medidas disciplinarias. No soy un sádico.

Y entonces, una serie de pensamientos más profundos aparecieron en la mente del chiquillo. Eran el brevísimo resumen de 13 años atrapado en el monasterio, 10 como alumno y tres como Inquisidor. Eran demasiado profundos como para ser leídos con claridad, pero el tono de las palabras era sordo y mortecino, como si fuese desagradable. De haberse podido enviar sentimientos o imágenes, el resultado hubiese sido muy diferente, pero el mentalista no iba a derrochar su capacidad o no podía, ya fuese por orden o por ausencia de talento.

Compórtate y todo saldrá bien. ¿Trato? Trato.

Respondió su propia pregunta, pues no iba a aceptar un no por respuesta. El tenía que tener controlados a esos tres críos, y la más mínima insubordinación le supondría un quebradero de cabeza. Cada uno tenía sus responsabilidades.

Cargando editor
15/12/2012, 01:38
Dóminar

Dóminar no habló, pero entreabrió la boca ligeramente. De esa pequeña boca de piñón, por arte de mente surgieron una serie de letras, tan azules como sus ojos. Se movían a gran velocidad, con un comportamiento serpentil hasta alcanzar los oídos de Charlotte. Indistintamente, los carácteres, confusos pero con algún tipo de patrón, se internaron por el cabello, buscando hacerse oír en la mente de la chica.

Lo curioso era que aquello nunca había pasado hasta ahora. En teoría nadie podía ver aquella clase de poderes, que, a juzgar por su posición como adjunto, debía de ser algún tipo de poder mental, quizá palabras, a juzgar por el efecto visual. Alexander aún no había explicado a los mentalistas cómo hacer ver los poderes mentales, ni el por qué algunas personas podían verlos ya de normal. Para los pocos dotados de esa capacidad no resultaría algo extraño, pero para los demás aquello era tan extraño como los poderes de Dones Divinos, aunque más extravagantes dada su naturaleza y apariencia.

- En marcha- dijo al fin, cuando las palabras dejaron de brotar, mudas, de sus labios-. Tenía algo que contarle a nuestra encantadora pelirroja- respondió con un tono tan irónico como distendido, propio de su fachada bravucona.

Y sin más, giró en redondo, secundado por sus dos compañeros, tanto el hombre castaño como la mujer de verde, que se pusieron a hablar con sus respectivos pequeñajos mientras se separaban progresivamente de los demás grupos, sesgando aquello en grupos independientes y separados. Al fondo, la puerta del monasterio comenzó a abrirse, revelando a un séquito de diez guardias armados hasta los dientes. Pocos, pero eran sólo aquellos encargados de vigilar la puerta de forma inmediata en aquel momento.

Era hora de partir, al fin.

Cargando editor
15/12/2012, 01:48
Dóminar

- Bueno, queridos, ¿dónde queréis ir?- preguntó el chiquillo, pues no era alto ni maduro mentalmente, al parecer, y hablaba como si fuese uno más, sin pelos en la lengua ni vergüenza alguna-. Hay un espectáculo en la plaza mayor. Dicen que hay una bailarina con tacones que lleva nueve semanas ensayando- por el tono de sus palabras, aquello le parecía la mar de atractivo-. Hay una procesión por las calles, que andará por la zona sur, pues es más lenta que un caballo cojo. El Rector y Evangeline me han dicho que tiene que es maravillosa, pero al ciego le parecerá un peñazo, pues no hay ruido más que sus pies, y salvo que os encante ver a gente cargando peso y cruces os parecerá lo mismo. Vamos, a mi me lo parece- cojeaba bastante a nivel mental, desde luego, no por estúpido, sino por incauto, aunque no era el único que aprovechaba a los pequeños para hablar de forma totalmente informal, harto de morderse la lengua y tratar de usted a los de mayor rango que él-. Hay sermón y misa en la catedral, y una celebración en el cementerio, con calabazas vaciadas y rellenas con velas. Hay un montón de gente ahí, pero si no tenéis lápidas en esta ciudad que visitar igual os aburrís.

Sacó una bolsa de monedas, idéntica a la del hombre alto que acompañaba a otros tres chiquillos y enseñó a todos dejándola colgar de forma deliberada.

- Me han dado esto también, para vosotros. De aquí tienen que salir tres regalos, por cierto- dijo con cierta sonrisa altiva, como si aquello fuese algo que llevaba tiempo queriendo decir, pero no quiso dar más datos a propósito, a sabiendas de que se lo decía a niños que llevaban cuarenta y cinco días a entrenamiento, comida, y cama.

Mientras tanto, el hombre caminaba, como todos los tutores y sus respectivos grupos, hacia la puerta del monasterio.

Cargando editor
15/12/2012, 01:59
Santa Bernadette

- Bueno, pequeños, podéis elegir dónde ir- aseguró la santa con tono afable, ligeramente más distendido que hacía unos segundos ahora que, a solas, el cuarteto se encaminaba hacia el portón del monasterio, como tantos otros grupos-. Hay un espectáculo en la plaza mayor. Mi sobrina lleva nueve meses ensayando para el mismo. Es bailarina- por el tono de sus palabras, aquello le ofrecía bastante respeto, y un moderado interés-. Hay una procesión por las calles en la zona este, aunque probablemente se haya retrasado y siga en la zona sur. Acabará en el cementerio, al oeste, dentro de unas horas- lo decía con cierta solemnidad, pero le parecía algo tan atractivo como aburrido, pues una cosa no quitaba la otra, y nada tenía que ver la diversión con la devoción-. Hay misa y sermón en la iglesia. Perdón, en la catedral, y en el cementerio están honrando a los difuntos. Está todo lleno de calabazas.

Sacó una bolsa de monedas, idéntica a la del hombre alto que acompañaba a otros tres chiquillos y enseñó a todos dejándola, balanceándose, al lado de Resha y Aenea.

- Un cardenal me ha dado esto también, para vosotros. De aquí tienen que salir tres regalos, para navidad- dijo con una sonrisa afable, como si aquello fuese lo que más le gustaba de todo. Y así era, pues ella intentaba acercarse al lado más puro y casto de la inquisición.

Poco a poco el grupo se acercaba a la puerta, alejándose más de sus compañeros y aislándose. Estaban solos a partir de ahora. Si la compañía era buena o no era impresión suya.

Cargando editor
15/12/2012, 02:09
Bronn Valiant

- Bueno, chicos, y señorita- dijo mirando a Juliette con cierta sonrisa concesiva, como si fuese una pequeña mujercita- me llamo Bronn, por cierto. Vosotros mandáis, y vosotros decís adónde queréis ir- aseguró, y si bien el aplomo y la seguridad se leían en sus labios, no lo estaba la indiferencia-. Hay un espectáculo en la plaza mayor. Hay una bailarina bellísima, con tacones, pero no me preguntéis cómo lo sé- por el tono de sus palabras, aquello le parecía la mar de atractivo, aunque también parecía presuntuoso, como si quisiese hacerse el interesante-. Hay una procesión por las calles, por la zona sur, pero sé que os gustarán más otras opciones. Me ha dicho Próspero que os lo diga- básicamente, el Rector estaba interesado en eso, pero el tutor no, y era algo aburrido para los pequeños-. Hay charla en la catedral, y veneración a los que nos han dejado en el cementerio. Parece aquello la calle mayor, porque está lleno de calabazas.

Sacó la bolsa de monedas que había tenido escondida hasta el momento, aunque no demasiado bien, y la hizo tintinear ante los chiquillos.

- Me han hecho llegar esto, para vosotros. Regalos para navidad. ¿Qué os parece?- dijo con cierta sonrisa desinteresada, como poder dar, a sabiendas de que los niños llevaban cuarenta y cinco días a entrenamiento, comida, y cama, una noticia maravillosa.

Mientras tanto, el hombre caminaba a paso ligero dada su estatura, hacia la puerta del monasterio, que se abría despacio de par en par, revelando una calle oscura y llena de velas. La red de abadías.

Cargando editor
15/12/2012, 10:48
Kael

Vió como Charlotte y Juliette no querían separarse. En parte lo entendía ya que había visto ese vínculo entre hermanos en alguna ocasión, aunque en parte no tan fuerte- Charlotte, Juliette, yo me encargo de que no la pase nada a Charlotte, os lo prometo -dijo esbozando su sonrisa más amplia.

Al cabo del rato, estaban los tres juntos y Dóminar explicaba lo que podían hacer. Le hacía gracia como se soltaban y cambiaban la forma de hablar de algunos miembros del monasterio cuando no tenían que hablar con un superior o un maestro... ¿o era así siempre? La verdad es que no conocía mucho a Dóminar... alguna vez lo habría visto por el monasterio, pero nada más.

No sabía que podía ver, ya que quería verlo todo un poco. Aunque ver espectáculos con Gilbe iba a ser imposible... pero le vino un momento de lucidez.

-Oye, Charlotte, ¿tú podrías hacer que Gilbe viera algo como me hiciste ver a mí el águila? -preguntó como si pidiera algo muy privado, pues no sabía si eso le molestaría o no, y luego miró a Dóminar, no fuera que eso incumpliera alguna norma... una de esas que veía en ese estúpido libro que aún no había leído mientras lo prestaba atención- A mí mi gustaría ver lo del cementerio y las calabazas, aunque sea un poco.

Mentira

Lo que de verdad quería era comprarse algo, un regalo. Hacía mucho que quería ver que tipo de cosas se vendían en esa ciudad, y saber que podría comprarse algo... era ya lo mejor. Parecía que al final no iba a ser tan malo como empezaba a pensar que era el Monasterio.

Cargando editor
15/12/2012, 14:30
Juliette Bourgeois

Aquel enorme hombre se estaba alejando... y aunque la sonrisa que le había brindado le resultaba como poco reconfortante la niña no tenía fuerzas ni para moverse. Se encontraba allí en el suelo abrazando sus propias piernas y mirando fijamente para la zona por la que estaba desapareciendo Charlotte... No lo podía evitar, era superior a ella, el miedo la dejaba paralizada, el miedo a estar separada de su hermana la anulaba por completo, y era algo difícil de olvidar, si no imposible.

Cargando editor
15/12/2012, 14:34
Juliette Bourgeois

No te vayas, no me dejes sola hermanita.- Oyó charlotte en su cabeza con un hilo de voz casi imperceptible que se repetía una y otra vez.

Si Charlotte fuera capaz de darse la vuelta para mirar a donde estaba su hermana la vería allí, en el mismo sitio donde la había dejado, tirada en el suelo abrazando sus propias piernas y mirando fijamente a la zona donde ella se encontraba.