Partida Rol por web

El sendero de la niebla

Escena I, Campoviejo

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07/04/2016, 08:19
Director

                                              

Os quedáis cara a cara frente al Merino de la aldea mientras la gente del pueblo sale en dirección opuesta a este. Algunos van persignándose. Parecen bastante asustados ante lo que ha ocurrido y lo que les propone el Merino.
 

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07/04/2016, 08:22
Antonio

Se le ve alicaido al Merino después de que se hayan ido todos los del pueblo, pero al ver que os quedáis recobra la confianza y empieza a contaros la historia. Hace una semana desapareció mi esclava en extrañas circunstancias; la última vez que la vieron iba a buscar agua al rio. Cuando se la extrañó fueron algunas vecinas a investigar y encontraron un cántaro roto amén de unas huellas que conducían al bosque.

Pero aquí no acaba la cosa, pues hace dos días desapareció un bebé de su cuna, y en los alrrededores de la casa encontraron huellas que también se dirigían al bosque. El padre, sin atender a razones, se ha internado sólo en el bosque.

Creo que se trata de unos bandidos que tienen su guarida en el bosque...el bosque dicen que está maldito, y los bandidos pueden esconderse ahí, sabiendo que nadie iría a por ellos. Entonces...¿estáis dispuestos a ayudarnos? la paga es buena, y en la medida de nuestras posibilidades os darémos víveres y armas para la batida. Intenta poner una sonrrisa amable, pero le cuesta sonrreir. Está con los brazos abiertos y las manos extendidas mientras habla, no hace muchos aspavientos salvo cuando quiere poner énfasis en alguna cosa.
 

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07/04/2016, 14:18
Inés de Fuenfría

Valiente es lo vuestro, señor merino -díjele, dejando ver mis armaduras de la soldadesca y la lanza clavada en el suelo-, que tenéis esclava et que no salís a buscarla. Tampoco vos culpo del todo, pues ningún hombre valiente hay por aquí -dije mirando en derredor-. Aquella mujer y el bebé fueron los que más me conmovieron. Una servidora, Inés de nombre, se ofrece -le dije dando un paso adelante- para tal búsqueda. Sólo una cosa... ¿El bebé y el padre, tendrían madre y esposa, verdad?

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07/04/2016, 22:58
Ebardo Muñoz

A mi no me necesitáis dar más razones, que ya estoy ganado para la causa. Mi nombre es Ebardo Muñoz y, a la de Inés, quisiera sumar más preguntas. Decidme Antonio, porque tal es vuestro nombre si no me equivoco, ¿por qué iban unos bandidos a raptar a un bebé de su cuna? Y ¿qué otros actos de bandidaje han hecho para que estéis tan seguro de lo que son? Por las huellas en torno a la casa ¿de cuantos hombres estamos hablando?¿eran huellas de alpargatas, de botas recias o de pies desnudos? A Ebardo le faltó tiempo para ofrecer su espada, pues veía la causa justa y estaba sediento de aventuras y de probar su valía, pues aunque practicaba con su acero varias horas a diario, nunca se había trabado en un combate real.

Notas de juego

Escrito desde el móvil. No puedo poner negrita.

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08/04/2016, 15:21
Basim ibn Jarami

Encontrábame recorriendo la meseta castellana, yendo de un pueblo a otro buscándome la vida, cuando di con aquella aldea. Quizás allí pudiera encontrarme con alguien que supiera guiar mis siguientes pasos para dar con lo que tanto buscaba.

Mas lo que encontreme fue una reunión de cristianos que, ante las palabras de un hombre, alejábanse de su lado. ¿Acaso había llegado en un mal momento?

No sin cierto recelo, acerqueme a escuchar lo que aquel cristiano decía, pues la simple mención de que habría una recompensa alegráronme los oídos, aunque meterme en a saber qué peligros no me complacía en nada.

Sólo quedábamos tres ante el hombre y aún sopesaba los pros y los contras de aceptar la propuesta, la balanza más inclinada en los contras que otra cosa, cuando una mujer, a la que yo había tomado por un soldado, habló la primera.

Sorprendime que, precisamente ella, fuera la primera en aceptar tal encargo, pues no podía imaginarme como aquellos cristianos pudieran permitir que una mujer vistiera acero y saliera, armada, en busca de aventuras. Mas el jovenzuelo a su lado, bendita y osada juventud, siguiole los pasos a la muchacha avasallando con preguntas al pobre hombre.

Carraspeé, más por darme valor a mí mismo que por hacerme notar, pues dábame cuenta que, si acababa aceptando la propuesta, no sería yo el que guiara los pasos de los otros. Parecían buena gente, y entregados a una buena causa, no podía más que ayudarles en lo que buenamente pudiera.

Si está bien pagado... Me uniré a la búsqueda. —No había demasiada seguridad en mis palabras—.  Aunque, como bien dice aquí el joven, ningún bandido perdería su tiempo en coger a un niño pequeño de su cuna —y eso bien que lo sabía yo, pues sólo supondría una boca más que alimentar— a no ser que su familia tuviera buenos dineros para dar a cambio del niño.

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08/04/2016, 16:45
Antonio

Señora, no me juzguéis tan a la ligera. Pues pienso ir a buscarla...con vuestra ayuda, visto que nadie del pueblo se ha sumado.dice con tono alicaido Tienen madre y esposa...en la última casa del pueblo está, aunque no ha salido desde que desapareció el bebé. Responde a Inés.

No se porqué raptarían al bebé, por dineros no creo que sea ,mira a Basim mientras responde a Ebardo, pues la familia es bastante pobre, apenas tienen un campo de trigo y a su hijo.Termina de responder a Basim y centra de nuevo su atención en Ebardo.  Creo que son bandidos porque ya ha habido otros actos de bandidaje por la zona, atacan a viajeros solitarios o a campesinos que viven en las afueras, por lo que deduzco que no son muchos.

Si no hay más preguntas, dormirémos en mi casa y saldrémos mañana al alba. Prepararé mulas, provisiones...¿alguno necesita algo en concreto? Puedo reunir cuchillos y arcos cortos y flechas. No es mucho, pero puede ser de ayuda. Si queréis podéis pasear por el pueblo hasta la hora de la cena. Acto seguido hace ademán de marcharse, y si no preguntáis nada más así lo hace.

 

 

Notas de juego

Si queréis preguntar algo más adelante.

 Si queréis indagar por el pueblo, el Merino se va y os deja a vuestra bola. Hay una taberna y una pequeña iglesia. EL resto son varias casas. Incluida la de la madre del niño.

Si decidís que ya sabéis suficiente, váis a la casa del Merino.

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09/04/2016, 22:27
Ebardo Muñoz

Hacíale muy poca gracia a Ebardo dejar su alazán al cuidado de otro. Mas tenía grande interés en hablar con las gentes del pueblo. Pues en los pueblos pequeños, al igual que en la corte que Ebardo bien conocía, algunos hombres guardan tras las sonrisas antiguos odios y agravios. Y bien pudiera ser que salieran a buscar fuera un enemigo que se encontraba en el mismo pueblo. Además,  también los bandidos podían tener amigos en el pueblo que les hicieran de ojos y oídos. Y como a Ebardo no se le daba mal leer en los gestos y los ojos de las personas  lo que ocultan con sus palabras, no podía dejar pasar la ocasión de hablar con las gentes que se cruzaran y visitar la taberna, si la hubiera.

Tenía también la esperanza de cruzarse alguna moza de buen ver, que Ebardo no dejaba de pensar en tener romances por inoportuno que fuese el momento.

Resolviose Ebardo a no separarse de su alazán y tuvóse que contentar con la idea de pasear por el pueblo sin entrar en edificio alguno.

-Antonio, yo me quedaré por el pueblo. Que aún quedan unas horas de luz y quisiera indagar más sobre el caso.

Miró enderredor suya para ver mejor a sus compañeros de batida. Curiosos compañeros eran, una mujer y un moro. Más, habiéndose criado en la corte, no hacía de menos a ninguno de los dos. Pues había sido testigo de como algunas mujeres aventajaban en habilidad e ingenio a hombres doctos y hasta en su propia casa había sido su madre cuando enviudó la señora de la casa. Y ahora, tras su muerte, lo era su hermana mayor. En cuanto a los moros, había visto embajadores de Granada y a sus escoltas personales, nobles, exóticos y valerosos. Por lo que no sentia prejuicios hacia Inés ni hacia Basím por ser la una mujer y el otro moro. Aunque tampoco confiaba en ellos, que la confianza hay que ganarla y el valor demostrarlo.

Ebardo les sonrío cordial cuando miró a ambos. Se ajustó una camisa sencilla pero de buena calidad , apropiada para los viajes, pues se le había movido debajo del Gambesón. Y acarició la cabeza a su caballo.

-¿Qué piensan vuestras mercedes? ¿Están de acuerdo conmigo en dar un paseo por la aldea escuchando lo que nos tengan que contar?

Cuando Antonio se hubo alejado y no pudo oírlos, añadió.

  -¿Soy el único que piensa que esto es un poco raro para tratarse de bandidos?

 

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10/04/2016, 17:24
Inés de Fuenfría

¡Menudo espanto! -pensé mientras miraba al tal Ebardo alejarse sobre el caballo-. En unas horas reunirémonos con vos en vuestra casa, merino -le dije a Antonio-. Una servidora va a indagar un poco. Hasta la noche.

Et que en éstas, marchó tras del Ebardo, mirando al moro Basim, sin darle tampoco mucha importancia. Quizá fuera la casualidad el habernos unidos, empero que uno et otro et otra no éramos sino tales y cuáles dispares a la legua. Sin mucho que decir, alzó la voz para que ambos escucharan: nos veremos luego en casa del merino.

Por mi parte, prefería indagar por mi cuenta.

Notas de juego

Lo dicho, por mi parte voy a indagar sola.

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10/04/2016, 17:27
Inés de Fuenfría

Notas de juego

Y para que nadie sepa dónde voy, te lo digo en privado: querría hablar con la mujer y madre de los desaparecidos.

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10/04/2016, 17:36
Ebardo Muñoz

Notas de juego

miraba al tal Ebardo alejarse sobre el caballo

No lo he especificado pero, la intención de Ebardo ir andando. Sujeta al caballo por las bridas y camina junto a él pero no va montado sobre él mientras indaga en la aldea.

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13/04/2016, 08:02
Director

Te separas de tus nuevos compañeros y vas andando por el pueblo hasta que llegas a la casa del matrimonio. Por el camino te has cruzado con un par de hombres que seguro han estado en la plaza en el discurso del merino. Te miran, pero rápidamente apartan la mirada avergonzados.

La casa está cerrada, llamas a la puerta pero nadie contesta. Das un rodeo y ves una ventana abierta, te asomas y ves a una mujer joven sentada en una silla. Se balancea adelante y atrás abrazándose a sí misma con la mirada perdida en el vacío, no parece que esté en este mundo.

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13/04/2016, 08:07
Vecina

Una vecina se acerca a tu lado. Lleva así desde que se llevaron a su hijo. ¡Pobrecita, era todo lo que tenían! La mujer se santigua como intentando espantar algún mal real o imaginario.

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13/04/2016, 08:11
Director

Te separas de tus nuevos compañeros y caminas por el pueblo, te tropiezas con un grupo de mujeres que te miran con curiosidad, cuchichean entre ellas y pasan de largo. Sin saber cómo has llegado hasta la iglesia. Es una iglesia pequeña y no se ve a nadie por los alrrededores, solo a las tres mujeres que se alejan con paso alegre.

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13/04/2016, 08:19
Madre

Te quedas solo en la plaza viendo como el merino y tus nuevos compañeros se van cada uno en direcciones diferentes. Ves aparecer a un niño de tres años que te mira con curiosidad, al poco ves aparecer a la madre corriendo detrás de el. Esta coge al niño, te mira con cierto recelo y dice ¡deja al señor en paz, vamos pa casa!

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13/04/2016, 19:26
Ebardo Muñoz
Sólo para el director

 te tropiezas con un grupo de mujeres que te miran con curiosidad, cuchichean entre ellas y pasan de largo

-Buenos días dulces señoras. Ebardo sonrió a las mujeres con cordialidad y pensó en dirigirse a ellas cuando se dió cuenta que estaba ante la iglesia, lo cual le pareció mejor opción.

Palmeó afectuoso a Brunelo en el cuello.

-Mira o nos han traído los hados amigo mío. Non se me ocurre mejor lugar o trovar información que en la boca de un párroco.

Intentó localizar al cura y si fue posible, conversó con él fuera del edificio por no dejar al caballo solo. Y si no fué posible, amarró al caballo lo más cerca y a la vista que pudo.

-Buenos días padre. ¿Tiene tiempo de confesar a este pobre pecador?

Notas de juego

Bruneo es el nombre del alazán.

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15/04/2016, 09:53
Inés de Fuenfría

¿Sabe vos quién se lo llevó? -la dije, sin dejar de mirar a la mujer que se balanceaba, que seguramente era la madre del bebé-. Et, ¿por dónde se fueron? -le pregunté como si aquella anciana hubiese sido testigo de los horribles hechos-.

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18/04/2016, 19:16
Director

Las mozas se van alegres y risueñas después de que las saludes, pero no dicen nada.

Dejas atado a Brumeo en un poste al lado de la parroquia, te recibe un cura joven y te responde con una sonrisa franca-Claro hijo, vayamos al confesionario. Te invita a pasar al confesionario y cuando entras se pone en su lugar y espera que hables.

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18/04/2016, 19:20
Vecina

¡Quien sabe! el merino dice que bandidos, mira hacia los lados, después baja el tono de voz y susurra ,pero yo creo que se trata de las criaturas del bosque, seres malignos donde los haya, el bosque está encantado ¿sabe? la mujer vuelve a mirar a los lados y se santigua de nuevo.

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18/04/2016, 20:09
Basim ibn Jarami

Encontrábame casi sin comerlo ni beberlo, en medio de un entuerto que nadie en aquel pueblo parecía querer aclarar, mas si daban buena recompensa interesábame bastante, pues podía con el dinero sacado, seguir con mis investigaciones. Quedeme en la plaza solo, indeciso ante la dirección que tomar, viendo como los que serían mis compañeros partían a buscar información por su cuenta. Estando en tierra de cristianos, un moro como yo podía dar lugar a sospechas y, al ver que aquellos dos no parecían muy dispuestos a contar con mi presencia, preferí dejarlos ir.

Hasta la noche pues.

Ahora tocaba pasar el tiempo hasta que llegara el momento de ir a la casa del tal Antonio. Sabía que en las tabernas podía encontrarse buena información, después de que sus parroquianos estuvieran bien cargados una vez tomados unos vasos de esos brebajes fermentados que tanto les gustaba. Era una buena idea, aunque no podía más que sentir temblores de pensar estar en un lugar donde esas bebidas se servían con gran facilidad. Dudaba mucho que tuvieran un buen té, aunque siempre podía pedir un vaso de leche de cabra... si es que la tenían.

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18/04/2016, 20:16
Basim ibn Jarami
Sólo para el director

Aún sin saber muy bien dónde encaminar mis pasos, quedeme contemplando todo a mi alrededor, sumido en mis propios pensamientos de los que sólo fui capaz a salir con la presencia de aquel niño ante mí.

Hola muchacho.

Iba a agacharme para hablar con él cuando su madre apareció dispuesta a llevárselo con ella. Sabía del recelo que un moro como yo despertaba en aquellas gentes, pues lo había vivido en propia carne en más de una ocasión, aún así por mi parte no tenía prejuicio alguno, siempre y cuando no utilizaran la fuerza o los insultos para vejarme.

Disculpe señora. Ayudaré al merino a buscar a los bandidos pero me gustaría saber algo más sobre el tema. ¿Podría vos decirme algo de lo que está pasando? Supongo que tendrá miedo a que puedan llevarse a su hijo... ¿Sabe de alguien que pudiera guardar rencor a las gentes de esta aldea?