Os acercáis al castillo sigilosamente y con mucha precaución, pero no la suficiente. Cuando estais ante los muros una puerta se abre estrépitosamente y os da un susto de muerte. De ella aparece un hombre de unos sesenta años , medio calvo, vestido de sacerdote.
El hombre os sonrie y se acerca a vosotros.
Saludos, hombres de armas. Mi nombre es Juan de Ávila, antiguo sacerdote de la parroquia de Campoviejo.
Vivo aquí, en el castillo. Pero basta de cháchara, me imagino que estáis cansados. - Mira a Guillem y a Andrés - y veo que estáis heridos. Dejadme que os ayude, el castillo es muy grande. Porque no pasais unos días , y descánsais? , además conozco yerbas que harán que mejoréis en poco tiempo.
Qué tal si pasais y me contais vuestra historia tranquilamente. Seguro que es apasionante.. EL hombre hace un ademán para que entréis en el castillo
Está vivo. Tal vez esté con el barón. No debemos fiarnos.Padre, comprenderá si nos mostramos algo sorprendidos. Permítame solicitarle que también nos cuente su historia, puesto que ella, es responable de la nuestra. Por otro lado, aceptamos su invitación, la sangre casi no me deja oir por este lado- se señala la inexistente oreja- y me vendría bien un baño. Y a este pobre hombre que le saquen la espada del vientre, puesto que el que le habla tiene algunos conocimientos despues de muchas batallas, pero no tantos como para salvar a este honrado cazador.
Sonrie, y se acerca a Andrés examinando la herida de cerca. Tras examinarla unos segundos alza la vista con cara de preocupación. Estaré encantado de contaros mi historia, pero creo que este hombre necesita de mis manos urgentemente, vengan conmigo por favor metámosle dentro , es cuestión de vida o muerte.
Buenas Padre. Que el Señor esté con vos en este dia tan aciago. Como verá, somo un pequeño grupo, necesitamos curación, reposo y cobijo. Si fuese tan amable de propocionarnos humildemente algo de lo anterior, seguro que Dios le tendría en su gracia eternamente.
Dejadme hablar a mi, que soy el más convincente...
Adelante pues. El soldado se gira y mira a sus compañeros para que estos le sigan.
Al reparar en Serapio, un Goliardo , el sacerdote tuerce el gesto y se limita a indicaros de nuevo que le sigais.
Os internáis en el castillo y os llama la atención de que el interior es mucho más pequeño de lo que habiais imaginado desde fuera.
El castillo consta de una gran sala dividida en dos partes, una parte con una gran chimenea y unos asientos a modo de salón y otra parte con una gran mesa de madera con dos bancos también de madera a los lados de la mesa.
Don Juan os lleva al ala derecha dónde sólo hay una habitación, la suya. Sin nada en especial, un camastro y ropas aquí y allá.
Después os enseña el ala izquierda, dos grandes salas con cuatro camastros y varias mesas en cada una.
Hace tumbarse a Andrés en una de ellas .
Sujetadle por favor, voy a arrancarle la espada del pecho. saca un frasquito de un bolsillo de su túnica. Toma bébete esto, te sentará bien. Es para el dolor.
Sujeto al hombre por lo hombre por los hombros, y digo- Cuando quiera padre, estoy preparado.
-Debes ser fuerte Andres- digo y le agarro las piernas para que no se mueva.
"esperemos que pueda salvarle"
-Estoy listo- le digo a Juan de Ávila.
Guillem mira por un momento la escena, con sus compañeros de aventuras sujetando a Andrés, y decide echar un vistazo rápido por su cuenta a las salas. Le extraña profundamente esta situación.
¡Madre del Amor Hermoso!
Esto te va a doler, Andrés. Vive Dios que sí Me miro la espada, y siento una arcada.
No reparen en mis gritos, podré soportarlo.
juju, esto será divertido xD
Juan pega un tirón seco y la espada sale del cuerpo de Andrés seguida por un chorro de sangre hacia arriba, Andrés grita de dolor. El cura empieza a coser la herida metódicamente , mientraes tararea una canción. Cuando ha acabado da una palmadita a Andrés en la cara.
Saldrás de esta , sólo necesitas reposo y una cena caliente. Dónde está el otro herido??? - Guillem se ha escaqueado- Venid Aquí!!! no tengáis miedo , pues teneis otra oreja sana, venid sólo os coseré la herida.
Mientras el sacerdote cose al cazador, das una vuelta por las dependencias del castillo. Las mismas salas de antes nada especial, excepto en el ala derecha hay un pasillo semioculto en que no os habíais fijado, cuando te vas a acercar para investigar la voz del sacerdote llamándote te sosprende.
Guillem sufre un sobresalto por la voz del sacerdote. Mmm, que interesante, pero... ...debo esperar, todavía no es el momento de hacer nada, cuando el cura duerma...
Ya voy padre! estaba cogiendo fuerzas encomendándome a Nuestro Señor - se santigua; y sonríe casi de manera imperceptible.
Guillem aparece por la puerta y el cura se pone manos a la obra, lava la herida con un poco de agua y empieza a coserle la herida también a Guillem. Cuando acaba, queda una horrible cicatriz donde estaba la oreja.
Voy a traer algo de comer a este hombre- señala a Andres- no debe moverse por lo menos hasta dentro de un par de días. Habéis tenido mucha suerte, ninguna de las dos heridas estaban infectadas , dios os ha bendecido y os protege, sin duda.
Juan desaparece por el corredor hacia uno de los laterales del castillo.