Partida Rol por web

“4 dagas y una copa” era una de la tabernas más sórdidas de todo Bree, ubicada en el extremo norte de la ciudad uno creería que su afluencia sería baja (por su reputación, ubicación y servicio), pero increíblemente no es así, este es un lugar en donde acuden bandidos y gente a la que se podría considerar “malvada”; numerosos negocios de sucia talante se cierran aquí y varías gentes terminan empleadas para fines ilegales.

La taberna está pobremente iluminada, su suelo está cubierto de cerveza seca y una que otra rata deambula de aquí para allá.

En un extremo y cerca a una de las ventanas, un joven está removiendo con una cuchara de madera un caldo de gallina humeante, que tiene de todo, menos buen aspecto. El joven ya había comido cosas peores en su dura infancia, pero aun así no se estaba atraviendo a llevar la cuchara en su boca. Estaba aburrido despúes de varios intentos de llevarse el caldo a su boca, consideraba irse dejando el plato intacto y sin pagar, cosa que ya hizo varias veces.

Cosa que estaba por hacer, hasta que un hombre grande y musculoso, con la cabeza calva y llena de cicatrizes se acercaba desafíante a él. El hombre estaba custodiado por un hombre a cada lado, hombres curtidos en batalla que sabían el sabor de la sangre muy bien, y que no dudarían en clavar una de sus cuchillas bien profundo en su pecho si el joven les diese motivo.

—Artamir, viejo amigo —dice el hombre con cicatrizes—, ¿cuánto tiempo? Verás, te tengo una oferta de trabajo, es simple; entras a la casa de August Pittar y me traes los papeles de propiedad de su granja en Entibo, está en su escritorio, en el primer cajón a derecha, según el criado al que sobornamos. Ese canalla violó los limites de su propiedad con su plantación de maíz y mi cliente, el señor Orr, se enojó y decidió avisar al alcalde, este dice que no hay prueba de eso y que únicamente podría hacer algo si se le presenta los papeles de propiedad. Así que ya sabes que hacer Artamir, entras a su casa, robas los papeles y sales de ahí, todo eso sin alertar a nadie. Tú tienes experiencia en esta clase de trabajos —le lanza una sonrisa pícara al joven—. Ah, lo olvidaba, Pittar tiene guardias en su casa, así que nosotros tres y unos cinco compañeros más te cubrimos desde afuera. En fin, creo que con 70 monedas de plata estaría bien pagarte, ¿aceptas?

Artamir se sorprende de ver a aquel viejo conocido. Aunque en su juventud, mas que nada en su niñez se dedico al hurto y engaño, ya de grande cambio su forma de ver y hacer las cosas de una manera distinta... Ya no era un ladronzuelo.
(Acá hago una tirada de averiguar intensiones, con respecto a lo que me esta contando para ver si hay algo detrás que no me esta diciendo)
Ogank.... Quien es el Sr Orr? (Ya que no había sentido hablar de él y estuvo ausente un tiempo de Bree sin saber noticias del lugar) Porque esta con guardias su propiedad? Porque el Sr Orr no fue directamente con el alcalde hasta la casa de August Pittar. (No confiaba mucho en las palabras de aquel viejo conocido, y más sabiendo que clase de hombre era). Acá se huele algo raro. No me fío de este tipo... Nunca lo are...

Ogank es un señor del crimen en Bree, estaba ahí desde que Artamir tenía memoria, contaba con varios bandidos a sus ordenes y sobornaba a hombres de la ley para que lo dejen siempre «limpio». Ofrecía sus servicios al mejor postor, e iban desde falsificaciones, hurtos, extorsiones,  y seguridad hasta incluso secuestros y homicidios.

Artamir intentó averiguar cualquier intención oculta, pero no pudo. Sabía que Ogank era así, y que sólo le ofrecía trabajo.

—Orr es un señor de unos cuarenta y tantos, tiene una granja en Entibo desde el año pasado y parece que no le va muy bien con las cosechas, quizá por eso seatan cascarrabias. Antes era bandido por lo que me contaran, quizá incluso estuvo a mis ordenes —bromea Ogank—. ¿Qué por qué no acudió simplemente al alcalde?, creo que para ahorrarse a burocracia, es lo que haría yo.  ¿Por qué Pittar tiene guardias?, eso ya no lo sé, viejo amigo, seguro sólo es muy celoso de su seguridad, o uno de los míos me sopló a cambio de algunas monedas, suele pasar. En fin, ¿cuento contigo?, te veo dubitatibo, creo que otras moneditas te harán cambiar de opinión —hizo tintinear una pequeña bolsa.

El hálito de Ogank apestaba a cerveza.

Debido a la fama que tenia Ogank, Artamir no iba a confiar en el. Lo observa a Ogank. Yo ya no hago ese estilo de trabajos. Pero conociéndote no creo que te rindas facilmente para convercerme. Toma el cucharón y empieza a jugar con la sopa nuevamente. Luego empieza a hablar de nuevo. Yo haré el trabajo, pero a mi manera y con mis métodos, sin que tus chicos me sigan los pasos. Ya no soy un matón. Me gano la vida de otra manera...

—¿Que ya no eres matón? ¿Que te ganas la vida de otra manera? JAJAJAJAJJAJAJAJ —ríe con fuerzas Ogank—. Ya conoces ese dicho, «Árbol que nace torcido, crece torcido», en serio hombre, que conocí a varios con tu mismo discurso y ya me sé cómo acabará, uff... si me pagaran un moneda de plata por cada vez que oyese eso... ya ni sería matón JAJAJAJAJA. Cómo sea, sé que no es mi problema —dice más traquilo Ogank— pero ya estoy harto de escuchar esto al 2x3. ¿No necesitas de mis hombres? ¿estás seguro? —dice incrédulo—. En fin, me consigues el papel y nos encontramos aquí mismo, que me quedaré aquí hasta el alba bebiendo.

Así es. Ya no soy el de antes. Porque tiene que ser tan rápido el tema. Necesito tiempo para averiguar por mi cuenta. Estoy seguro que no me estas diciendo todo. Voy a tener que seguirle el juego, para ver que averiguo. Esta bien, vos con tus hombres distrae a los guardias y yo me las arreglo para entrar y ver que encuentro. (Hago una tirada de ENGAÑAR, ya que la victima me esta ofreciendo el trabajo sera fácil engañarlo) Acuérdate que vamos a hacer esto bajos mis reglas, no las tuyas.
Otra cosa, nos veremos mañana a la noche acá para finalizar el trabajo. 
 

—Déjame ver si te entendí. Irás por tu propia cuenta a reunir información ahora mismo, tú sólo.. —dice Ogank sin percatarse de la redundancia—. Y mañana nos encontramos allí, yo con mis guaridas... nosotros le distraemos mientras encuentras la manera de entrar, ¿es así? Si quieres información solo pídela, camarada

Cuanto te esta pagando tu jefe por este trabajo? Quien crees que te a traicionado y dicho a August Pittar que ibas a ir. Quien es este Sr August Pittar?

—Cuántas preguntas, Artamir —dice Ogank con desgano—, parece que ni confías en mi. A tu primera pregunta; reciberé unos 20 monedas de oro y unas 40 de plata, la repartición ya es asunto mío y no te incumbe —dice algo receloso—. A tu otra pregunta, ¿qué quién creo que me ha traicionado?, no lo sé: mis hombres tienen más lealtad hacia el oro que hacia mi, los entiendo totalmente. Quizá creas que fue el criado, pero no, ya había guardias donde Pittar cuando lo sobornamos. A tu última pregunta, ¿qué quién  es el señor Pittar?, solo sé de él lo que mis informantes creen importante para saber para este asunto del robo; sé que tiene unos 60 años, que tiene una granja en Entibo que la heredó de su padre, vivió aquí en Bree toda su vida, pese a su granja en Entibo él vive aquí, la granja la administra un sobrino suyo o algo así, no es lo que se diría un hombre muy adinerado, pero sí que tiene lo suficiente para comer y divertirse. Su casa es antigua y de dos pisos y es de madera, está en la parte este de la ciudad, cerca de la plaza de las Rosas, y es fácilmente distinguible por ser la única casa de dos pisos en toda la zona. Eso es lo que sé, si quieres saber algo más lo tendrás que averiguar por tu propia cuenta.

Una última pregunta, antes de tomar mi decisión. Porque vienes a buscarme a mi para este trabajo, siendo que tienes decenas de hombres para poder hacerlo?
Sin confiar mucho de lo que le dice Ogank. Tendré que cuidarme la espalda, sigo con mis dudas con respecto a esto. 
 

—Un pajarito me contó que estabas por aquí, quería pasar a saludar a un viejo amigo y daba la casualidad que tenía el asunto de Orr y Pittar, y pensé: Qué demonios, no hay mejor manera de recordar a los viejos tiempos que hacer lo mismo que hacías en esa época. Es por eso.

Esta bien. Haré este último trabajo... Pero luego nunca más... Te costara 100 monedas de plata... Igual sigo pensando que algo hay que no me estas diciendo. Hagamos el trabajo rápido, porque después tengo un asunto de extrema importancia. Vamos para lo del Sr Pittar... Trae tus hombres...

—¡¿100 monedas de plata?! —dice sorpreso Ogank— Tienes suerte que en esta etapa de mi vida valoro más el tiempo que el dinero; pues me tomaría hasta mañana encontrar a alguien de tus facultades que pueda acabar el trabajo de forma “limpia”, sin matar a nadie de forma innecesaria,  y ya me quiero acabar este asunto esta misma noche. Así que partamos ya.

Ogank, sus custodios y Artamir se levataron de la mesa, indiferentes al resto de la taberna, se dirigian hacia la puerta para salir. Al cruzar por la barra, Ogank arrojó una moneda de plata al cantinero y gruñó con violencia:

— Cuando llegue quiero que me esperes con un plato caliente y una cerveza fría. Si no, te molo a golpes, maldito canalla.

El cantinero estaba acostumbrado a recibir tales amenazas verbales, pero aun así no pudo evitar retorcerse con escalofrío; conocía a Ogank, lastimosamente...

Salieron a una calle apenas iluminada tenuamente por la luna, que estaba en su periodo creciente. Casi toda Bree dormía, casi. Caminaron por unos minutos, hasta que llegaron a una casa, que no tenía nada de particular. El silencio imperaba, y fue Ogank el que se atrevió a romperlo con susurro:

—Cherr, esta es la casa. Poncil y los demás no están esperando aquí.

—Así mismo es.

Cherr, el custodio de cabellos rojos y portentoso físico golpeó tres veces la puerta, luego de un momento, esta se abrió con un chirrido y descubrió a unos cinco bandidos bien armados. Luego de unos saludos, uno de ellos dijo:

—Ogank, Cherr, Kajar y un desconocido; ¿quién es, Ogank? ¿un novato?—dijo un bandido que estaba detras de la puerta, era algo bajo y tenía una barba bien poblada y una cabeza casi totalmente calva.

—Es Artamir, un viejo amigo. No es novato, de hecho tiene mucha experiencia. Hoy estaremos a sus ordenes, confía en él. Dejaré que el mismo se presente.

Artamir observa a los hombres que se encontraban dentro de la casa, mientras los escuchaba hablar cerraba los ojos por unos segundos, inclinaba la cabeza levemente hacia abajo y movía suavemente la cabeza de un lado al otro. Después se dispuso a hablar.. Tranquilo Ogank, no necesito más presentación de la que vos me diste. Si ya esta todo listo partamos a lo del Sr Pittar... Entre mas rápido terminemos esto mejor.