Partida Rol por web

Zanahoria desapareció rápido como una serpiente al ataque. Aranna, no tanto, pero ella no había pensado moverse, sino quedarse allí, en la escalera, en posición ventajosa desde la que arrojarle un mediano o una bruja a quienquiera que estuviese colándose en la casa —aunque fuese Perico Gamuza con un barril de ron—. Porque, aparentemente, esa era la idea de Hellas. ¿Cómo lo sabía Aranna, si nada había dicho la mujer? Se lo veía en el rostro, en esa sonrisa medio retorcida enmarcada en incipientes bucles del color de los pétalos de la gerbera. Que me tiro sobre su cabeza, estaba diciendo sin decirlo.

Aranna agarró la cuerda de nuevo, con fuerza. No mucha fuerza, porque no la tenía. Oona tampoco, y sospechaba que, si Hellas se tiraba por el agujero, su trasero de mamá iba a arrastrarlas a las dos al piso de abajo. Colibrí no; estaba demasiado delgado, como la propia Aranna. Ambos eran rudas gentes de mar y seguían fielmente la dieta de la botella. Y a pesar de tal convicción, nadie podría decir que la aventi no tiraba de la cuerda.

Hellas lo vio claro. La mejor opción era arrojarse por el agujero aprovechando que estaba atada. Aranna y Oona podrían sin duda alguna ralentizar su caída para no hacerse daño y ella aprovechar la ocasión  para tomar ventaja sobre el misterioso visitante, evitar su huída y quién sabe si incluso asustarlo lo suficiente como para no hacer nada.

La aprendiz de heroína cargó su arcano poder y se dispuso a arrojarse por el hueco que había dejado el mediano.

Dos tipos ataviados con coletos de piel se deslizaron por el pasillo con cautela, tratando de hacer el menor ruido posible. Blandían sendas cachiporras. Cuando el individuo que abría el camino os vio, abrió mucho los ojos y palideció a ojos vista.

—¡Mierda, siguen aquí! ¡Y son un cojón!

Se prepararon para salir corriendo como alma que lleva a Asmodeo.

Vosotros estáis en la planta alta y los dos tipos han aparecido por el pasillo oeste de la planta baja. Tenéis visión sobre el hombre que está en el recibidor, pero no sobre el que está en el pasillo. La casilla roja es el agujero de la pasarela, podríais utilizarla para acceder rápidamente a la planta baja.

Los contrabandistas pasan su tirada de Percepción y son conscientes de vuestra presencia, de modo que pueden actuar en el asalto sorpresa.

¡Turno de Zanahoria, Aranna y Oona! Recordad que solo se pueden realizar acciones parciales en el asalto sorpresa.

(26) Zanahoria: 27/27 (Estremecido 45 minutos)

(20) Colibrí: 22/22 (Isla de Filos, no puede actuar en el asalto sorpresa)

(20) Compadre: 22/22 (Estremecido 45 minutos, no puede actuar en el asalto sorpresa)

(15) Aranna: 21/23 (Estremecida 45 minutos)

(9) Oona: 12/18 (-1 Des, estremecida 45 minutos)

(8) Contrabandista L 14 planta baja: (ileso, desprevenido)

(8) Contrabandista J 14 planta baja: (ileso, desprevenido)

(8) Hellas: 13/15 (-3 Fue, estremecida 45 minutos, desprevenida)

Levantas la piedra y salen los cangrejos, dijo Aranna, acodándose en la barandilla para observar a los recién llegados. Los más valientes y estúpidos de los esclavistas. Se fijó en lo que llevaban en las manos; parecían morcillas, pero probablemente eran cachiporras. Esos dos partían crismas pero no arrebataban vidas si podían evitarlo, que por los muertos no pagaban bien en los mercados de esclavos.

Zanahoria corrió desde los peldaños inferiores de la escalera hacia los matones. El perro, que hasta entonces parecía un chucho adorable e indefenso, debía de resultar aterrador para los pobres diablos que recibían su carga, todo dientes y babas, y musculosas patas. Al menos, para el que estaba delante.

¡Suelta la porra y pide piedad o te va a pesar! advirtió Aranna al tipo que estaba recibiendo las atenciones de Zanahoria.

- Zanahoria carga a M14 (mapa de la planta baja), y ataca al contrabandista adyacente. Ataque 20. Daño 7 / Derribo 19.
- Aranna trata de intimidar al mismo tipo. Intimidar 6.

Edito: para aplicar el -2 de estremecido.

El tipo aulló cuando noventa kilos de perro se le echaron encima. Zanahoria lo tiró al suelo y le dio una tremebunda dentellada que a punto estuvo de arrancarle el cuello de un bocado. No hizo falta que Aranna se lo repitiera dos veces.

—¡Piedad, piedad!

El Contrabandista en L14 falla la enfrentada de derribo y cae el suelo.

¡Turno de Oona! Recordad que solo se pueden realizar acciones parciales en el asalto sorpresa.

(26) Zanahoria: 27/27 (Estremecido 45 minutos)

(20) Colibrí: 22/22 (Isla de Filos, no puede actuar en el asalto sorpresa)

(20) Compadre: 22/22 (Estremecido 45 minutos, no puede actuar en el asalto sorpresa)

(15) Aranna: 21/23 (Estremecida 45 minutos)

(9) Oona: 12/18 (-1 Des, estremecida 45 minutos)

(8) Contrabandista L14 planta baja: 7 daños (al borde de la muerte, derribado, desprevenido)

(8) Contrabandista J14 planta baja: (ileso, desprevenido)

(8) Hellas: 13/15 (-3 Fue, estremecida 45 minutos, desprevenida)

Hellas había cambiado de opinión, ya no parecía interesada en partirse la crisma tirándose por el agujero y Aranna, además, había soltado la cuerda. De modo que Oona soltó la soga también y bajó corriendo por las escaleras mientras desenvainaba el estoque.

—¡Me he rendido, joder! ¡Quítame este chucho de encima! —dijo el tipo tirando la cachiporra, mientras forcejeaba en el suelo con el animal tratando de que no le devorara las entrañas.

Su compañero giró sobre los talones y echó a correr en dirección a la habitación del fondo.

El Contrabandista en L14 hace lo que le pide Aranna y suelta el arma. El Contrabandista en J14 mueve a D13 (planta baja, se entiende).

¡Vuestro turno! Kernie, recuerda que Hellas solo puede hacer una acción parcial.

(26) Zanahoria: 27/27 (Estremecido 45 minutos)

(20) Colibrí: 22/22 (Isla de Filos)

(20) Compadre: 22/22 (Estremecido 45 minutos)

(15) Aranna: 21/23 (Estremecida 45 minutos)

(9) Oona: 12/18 (-1 Des, estremecida 45 minutos)

(8) Contrabandista L14 planta baja: 7 daños (al borde de la muerte, derribado)

(8) Contrabandista J14 planta baja: (ileso)

(8) Hellas: 13/15 (-3 Fue, estremecida 45 minutos)

Tras darse cuenta de que bajo sus pies había algunos tipos que querían acecharles con aviesas intenciones, y que uno de ellos trataba de escapar, Colibrí lo vio claro.

- ¡Voy por el que huye! - Declaró mientras se dejaba caer por el agujero en una perfecta voltereta que le dejaba en pie en el piso inferior y le ponía en rápida carrera hacia el huidizo tipo embozado.

Hellas quería haberse arrojado por el agujero, pero justo cuando fue a dar el primer paso sintió un pinchazo en la espalda que la dejó inmovilizada dos segundos. Era un dolor recurrente y momentáneo. Tata decía que era normal en algunas mujeres después de haber sufrido un parto. Vaya momento para aparecer. La cuestión era que sus compañeros e incluso los rufianes se movieron mucho más rápido que ella. Así que sin una Oona sujetara su cuerda, dejó que Colibrí hiciera las acrobacias. La bruja bajó las escaleras corriendo detrás de la genasí.

—¡A VER SO CAPULLO!—le gritó al contrabandista que huía hacia el cuarto de los monos— ¿CREES QUE ENCERRARTE EN UN SÓTANO TE VA A LIBRAR DE NOSOTROS?

Hellas se mueve a O15

Aranna silbó para llamar la atención de Zanahoria. El perro estaba bastante ocupado dándole dentelladas al pobre matón gimoteante, pero la voz de la aventi le hizo abrir las mandíbulas y soltar al bastardo de inmediato

¡A por el otro! ¡corre! ¡corre! le gritó, haciendo gestos con marcado énfasis.

Zanahoria salió corriendo por el pasillo, gruñendo, en busca de otra presa.

Y tú, gritó desde la balconada, señalando al tipo del coleto de cuero, como te levantes...

Zanahoria va tras el segundo matón, y le ataca, si es posible, intentando derribarle si golpea.

Zanahoria levantó la inmensa cabezota en dirección a Aranna cuando el penetrante silbido recorrió la casa embrujada. El enorme perro lanzó un poderoso salto sobre el contrabandista que había derribado y se internó en el pasillo seguido de Compadre y el menudo Colibrí.

Las mandíbulas de Zanahoria se cerraron en torno a la tibia y el peroné del segundo hombre, provocando un chasquido de huesos. El tipo lanzó un grito de dolor escalofriante e intentó sacudirse al perro de encima como buenamente podía.

—¡Aaaaagh! ¡Los muertos del perro!

He decidido que podéis pasar por la casilla del contrabandista que se ha rendido como si no existiera. De modo que Zanahoria llega exactamente a pegarle al Contrabandista en D13 dejándole Incapacitado. Supera la tirada enfrentada de derribo.

He supuesto que Compadre acompaña a Colibrí hacia la habitación de los monos.

¡Turno de Oona!

(26) Zanahoria: 27/27 (Estremecido 45 minutos)

(20) Colibrí: 22/22 (Isla de Filos)

(20) Compadre: 22/22 (Estremecido 45 minutos)

(15) Aranna: 21/23 (Estremecida 45 minutos)

(9) Oona: 12/18 (-1 Des, Estremecida 45 minutos)

(8) Contrabandista L14 planta baja: 7 daños (al borde de la muerte, Derribado)

(8) Contrabandista D13 planta baja: 8 daños (Incapacitado)

(8) Hellas: 13/15 (-3 Fue, Estremecida 45 minutos)

Oona se acercó hasta el tipo que estaba en el suelo y le apuntó a la cara con el estoque. De hecho, no se lo pensó dos veces y agitó el estoque para atravesarle la garganta. Pero desde luego, lo suyo no era el combate cuerpo a cuerpo y como el tipo se agitó, el estoque fue a parar a la pared.

—¡Zorra traicionera! —gritó el contrabandista del suelo cuando Oona intentó matarle.

El tipo extrajo una daga del cinto y trató de clavársela en el pie a la genasí. Oona apartó la bota y el puñal se clavó en la madera podrida del suelo.

En la habitación de las cabezas de mono chillonas, el otro hombre retrocedió y empezó a patear la trampilla.

—¡Sambalet! ¡Sambalet! ¡Nos han visto, necesitamos ayuda! ¡Nos van a matar!

Contrabandista en L14 vuelve al combate porque Oona ha tratado de matarlo. Desenvaina y ataca a Oona pero falla. El contrabandista de D13 da un paso de 5 pies a D12. Como acción de movimiento aporrea la trampilla (que está en C12) para avisar a sus compinches.

¡Vuestro turno!

(26) Zanahoria: 27/27 (Estremecido 45 minutos)

(20) Colibrí: 22/22 (Isla de Filos)

(20) Compadre: 22/22 (Estremecido 45 minutos)

(15) Aranna: 21/23 (Estremecida 45 minutos)

(9) Oona: 12/18 (-1 Des, Estremecida 45 minutos)

(8) Contrabandista L14 planta baja: 7 daños (al borde de la muerte, Derribado)

(8) Contrabandista D12 planta baja: 8 daños (Incapacitado)

(8) Hellas: 13/15 (-3 Fue, Estremecida 45 minutos)

¡Pero qué haces! Aranna se llevó ambas manos a la cabeza, y se echó a correr hasta la planta baja. ¡Que se ha rendido! 

No lo mates antes de que nos cuente cuántos son y qué hacen aquí, quería decir, pero no lo hizo. Aranna era veleidosa, pero no idiota. Normalmente. No demasiado. 

Zanahoria tampoco era de los que se contenían, y la orden que revoloteaba en su limitada sesera era la de atacar y derribar. El pobre diablo del coleto y la cachiporra había escapado una vez de sus fauces, así que volvió a intentarlo. 

Ember puso los ojos en blanco por un segundo mientras observaba como Oona trataba de rematar al que se había rendido ya. No es que no fuera un peligro, pero lo de rematarle así parecía algo extremo, y más tratándose de la normalmente melindrosa genasi.

Dudó entre esconderse para recibir al tal "Sambalet" como merecía, o tratar de arreglar el estropicio de atrás, pero deshizo sus pasos rápidamente mientras golpeaba con el pomo del sable al tipo del suelo en para dejarle inconsciente y que no causara más revuelo. Por lo menos así podrán hablar luego con él.

- Se había rendido Oona, ahora a saber qué nos viene encima, ponle a cubierto y preparaos... -

—¡PERO OONA!—exclamó Hellas al ver a la genasí atacando al rufián que se había rendido.

Pero no había tiempo que perder, la novata aventurera echó a correr saltando por encima del inconsciente contrabandista y pasó a Colibrí hasta entrar en el cuarto de los monos. Por suerte esta vez no habían gritado. Con sus manos cargadas de energía arcana apuntó al contrabandista que todavía estaba en pie.

—Oh sí—dijo mirandole con cara de mala leche—. Dile a tus amigotes que vayan saliendo con las manos en alto. Se os ha acabado el negocio escoria inmunda.

Hellas usa una acción de asalto completo para moverse el doble y se coloca en E15.

Oona no dijo nada cuando todos la increparon, como si ella fuese la criminal y no el desgraciado que ahora estaba inconsciente en el suelo. De modo que cuando todos corrieron hacia allá, la genasí les siguió, aunque sin ninguna prisa, pasando por encima del bandido inconsciente.

Colibrí golpeó a uno de los tipos con el mango de su arma y lo dejó inconsciente. Su compinche, en la sala de las cabezas de mono intentó un golpe a la desesperada al ver que el perro no iba a cejar su empeño. Alcanzó a Zanahoria en el lomo y cayó al suelo justo después, sangrando profusamente por sus heridas.

Os detuvisteis un instante, con los ojos fijos en la trampilla, pero de momento no había noticias de ese Sambalet o de refuerzos de algún tipo.

Contrabandista ataca a Zanahoria: amenaza de crítico que no confirma. Daño: 3. Tras finalizar su acción, pierde 1 pg y cae inconsciente y moribundo.

Fin del combate.

(26) Zanahoria: 24/27 (Estremecido 42 minutos)

(20) Colibrí: 22/22 (Isla de Filos)

(20) Compadre: 22/22 (Estremecido 42 minutos)

(15) Aranna: 21/23 (Estremecida 42 minutos)

(9) Oona: 12/18 (-1 Des, Estremecida 42 minutos)

(8) Hellas: 13/15 (-3 Fue, Estremecida 42 minutos)

La genasí envainó el estoque y se dirigió hacia las cabezas de monos, pasando por encima del contrabandista inconsciente con la misma indiferencia con la que había pasado por encima del otro, para comprobar que las cabezas no iban a volver a chillar y que el efecto mágico ya se había desvanecido. Una vez hecho eso, se dirigió a la trampilla para buscar algún dispositivo que pudiera saltar. Como no la había, la señaló.

-Si cuando chillaron los monos no salió nadie, ahora tampoco van a salir. Tenemos que bajar. A menos que prefieráis volver arriba a seguir explorando.

Se puso en pie y se cruzó de brazos.

Pero sí han salido, replicó Aranna. Solo que nos han dado tiempo para marcharnos antes de hacerlo.

Zanahoria reposaba sobre el lomo, con las patas encogidas, mientras la druida, arrodillada a su lado, le revisaba el pelaje. El malvado matón le había dado un buen corte, pero Zanahoria tenía las carnes duras y correosas, y no había profundizado. Todavía podía aguantar un rato sin curarle. Solo tenía que evitar mirarle a esos adorables ojos vidriosos con los que la miraba, retorciendo el cuello de manera imposible.

Me preocupa que tengan otra entrada por ahí abajo, túneles o algo parecido, y que la usen para escapar ahora que se saben descubiertos.