Partida Rol por web

Afirmé ante el comentario de mi compañero Bel-Shanaar . Sí , me parece correcto te acompañaré más estos hombres son libres para tomar sus propias decisiones por sí mismos. Aunque mi consejo es seguirte pues tu decisión me parece la más acertada después de los acontecimientos acaecidos en esta orilla mientras decía estas palabras miraba a la horrible bestia que ahora sólo era un amasijo de negrura debido al ennegrecimiento provocado por el fuego, después seguí a Bel- Shanaar al barco , arrinconándome a un lado mientras meditaba las palabras del capitán.

Enmerkar recoge su enorme hacha y saluda con un gesto de su enorme cabeza astada a Burnia-Buriash por su estrategia en la escaramuza contra el enorme arácnido:

- Muchas veces la inteligencia supera a la fuerza bruta en un combate- mientras muestra su enorme hacha al decir sus palabras- Descansad tranquilos, yo haré guardia lo que queda de noche para protegeros.

Yo,.. yo tuve una visión. -dudó el wardu albino antes de hablar más.-

Se reúne a hablar sólo con sus compañeros.  El capitán estaba extraño, mirando al sur todo el tiempo.  No se si nervios de los peligros del desierto o hay algo más.  Tengamos cuidado. 

Ahora, cuando atacábamos, e invoqué a Ishtar, madre de la libertad, me vino a la mente esta visión: Era un recinto cuadrado con enormes calderas de tea ardiendo. En medio había alguien que no era ni humano ni wardu.  No supe bien qué.  En eso señaló con un dedo a nuestro buen Burna-Buriash y de la oscuridad brotaron unos seres demoniacos con cuerpo de escorpión a atacar al joven noble.   Al verlos ir en frenesí, el ser este extraño se puso a reir como loca... y antes de que me volteara a ver, el velo de Ishtar me cubrió...  -el pelo blanco del wardu brillaba con un sudor aperlado, ¿eran los nervios o el fragor de la batalla y el fuego? 

Ibraam se acercó sin decir más a las entrañas quemadas del bicho.  Tomó un caparacho que aun quedaba, un placa.  Caminó hacia una piedra plana.  Callado.En ella dibujó uno de los símbolos de revelación de Ishtar, puso el caparacho en el centro, cuidadoso, ceremoniosamente.  Y en eso levantó su gran marro y ¡lo azotó con toda su fuerza! 

Al quedar los pedazos rotos dispersos, el profeta se agachó con cuidado, su respirar bovino y controlado, y comenzó a leerlos, a descifrar por la forma en que habían sido dispersados, el patrón, las señas de quien había enviado a este emisario de muerte.

La mañana llegó con las brumas flotando enturbiando el alba con un halo de misterio. El ambiente estaba enrarecido y el cielo era gris plomo. el capitán había permitido que el que quisiera pasara la noche en su embarcación. El bravo wardu Enmerkar había estado de guardia toda la noche frente a la nave del capitán Enmebaragisi pero nada más había perturbado el descanso de la expedición y la tripulación. El capitán apremiaba a sus hombres y se le podía oir bramando y maldiciendo, una actitud totalmente distinta a la del día anterior.

- Vamos, vamos - gritaba - maldita sea ya hemos perdido demasiado tiempo y el tiempo está en nuestra contra, espero que no sea demasiado tarde.

La nave partió y avanzó impulsado por las velas pues el viento había tomado fuerza y no era necesario el uso de remos. La nave tomó una velocidad alarmante pero el capitán controlaba el remo-timón como un profesional. Se mostró taciturno y sus ojos se desviaban hacia el sur, de vez en cuando.

Me acerco a mi amigo Kadashman y le digo:

- Iré a descansar ahora mientras viajamos y la cosa parece más segura, o eso espero. Si ocurriese algo avisadme y me levantaré para ayudar en lo que pueda.

Tras esas palabras el enorme wardu se arrincona en algún lugar oscuro y descansa.

La noche había sido incomoda en el interior del barco, pero habríamos estado más inseguros en la arena. Me desperezo y miro los trabajos de los hombres en tanto que el capitán los encrepa de una manera airada, muy alejada del comportamiento que habíamos visto antes en él. Me acercó a él y le pregunta curioso buscando la necesidad de tanta prisa:- Capitán, el lugar donde vamos no se movera de un día para otro ¿A donde vamos con tanta prisa?- Espero que el buen capitán no haya creido que encontraría una fuente de beneficios en vender al señor Burna-Buriash a alguna caterva de canallas...

Bel Sanar parece inquieto, me hago cargo y trato de tomar su ejemplo a mi manera. Quizá se pueda sacar algo en claro indagando sutilmente entre los tripulantes. Una pregunta casual por aquí, un comentario por allá, trato de ayudar voluntariosamente pero sin entorpecer…intento ganarme la confianza de aquel que considere más frágil. A fin de cuentas, tal vez me vean como un colega, más a mí que a los demás miembros de la expedición.

¿Qué hay en el sur que tanto inquieta al capitán? ¿por qué vamos tan mal de tiempo? ¿Qué clase de hombre es?

Sin duda los tripulantes serán una extensión del capitán, pero debe de haber alguna fisura en su unidad. A menudo las cosas no son lo que parecen ser.

- Hemos perdido mucho tiempo y quiero llegar lo antes posible al destino - sus ojos no se cruzan con la de su interlocutor - no quiero pasar una noche más en el desierto.

La media verdad sale de los labios del capitán, pero mi amabilidad es una mascara que no demuestra mis nuevos temores.-Es una buena razón, sin duda se puede estar tranquilo ante alguien que muestra tal denuedo por su trabajo. No le molesto más...- Marcho donde esta Burna-buriash y  haciendo incapie en que me siga cogiendole del brazo en tanto le digo:- Mire señor Burna-Buriash, por ese lado se puede ver una extraña planta que solo crece en la ribera del río, pero que necesita...- Cuando este lejos de los oídos ajenos le digo:- El capitán quiere que lleguemos a nuestro destino... o a otro muy similar, pero no creo que porque usted le pague, sino por alguien ajeno. Ya le dije que no era una buena idea pregonar nuestro proyecto. Deberíamos escapar lo antes posible, prefiero enfrentarme al desierto que a una encerrona segura...-

 - Me levanto de mi postura sentada para acompañar a mi compañero hacia proa donde me enseña ...

Estimado Bel- Shanaar no siempre lo que creemos ver es lo que en verdad vemos. Pero para encajar la piezas del entramado debo de contarle lo que vi aquel día que me visitó.

Miro hacia esa orilla pero mi mirada aunque fijada en esa dirección , no miraba o percibía sino que estaba ensimismada en mi pensamiento, me llevo las manos a la cara para despejarme del estado de conmoción en el que me hallaba.

No sólo fue aire lo que abrió aquel día la ventana, cuando me asomé a ella.  Pude vislumbrar con total certidumbre, como buen observador que soy, acostumbrado a otear el campo de batalla desde la distancia como buen estratega.  Me llevo una mano a la sien pero no nos salgamos del tema, fui capaz de discernir las sombras y vislumbrar una figura algo más alta incluso que un Wardu que parecía acechar desde ella. No tenía rasgos humanos, incluso vi un brillo rojizo en sus ojos. Cuando un jirón de nubes la cubrió perdiéndola de vista. 

Lo que le ha sucedido al capitán no es traición ni embuste ,una mueca de tristeza se deja ver en mi rostro es la reacción de un hombre que ha visto que fuerzas que van más allá de la razón nos siguen, y nos presionan para no poder cumplir nuestro cometido. Acuérdese de las palabras del capitán cuando vio a ese cangrejo gigante atacarnos , ya comentó que no fue una reacción natural del monstruo sino que fue como si estuviese controlado por fuerzas desconocidas. Apoyo una mano en el hombro de mi compañero no tema por el capitán el nos llevará a nuestro destino, y corre porque sabe que el peligro nos acecha en cualquier momento, y como un marinero que lleva una carga peligrosa y está ansioso por soltarla, así el capitán reacciona con nosotros.

¡Por la sangre de Enlil!  Los trozos de carapacho, esparcidos por el martillazo, comenzaron a hacer sentido para Ibraam.  

Aquel ser que buscaba a Burna-Buriash les había dejado claves sin querer, claves que Ishtar le permitía ahora con su luz ver.  

Y saber del enemigo los fortalecía ante lo por venir.  Conocer sus debilidades era ahora aun más importante que nunca. 

Empleo mi capacidad y experiencia como agente sobre la tripulación, con la intención de averiguar sus intenciones hacia nosotros, aspectos del capitán, o cualquier cosa que ellos sepan que nos pueda interesar.

Una gran criatura permanece vigilante ante el campamento pero a una distancia prudencial para no ser visto. Lo ver desde cierta altura como si volaras flotando con el aire. Parece una sombra pero es más grande incluso que una criatura de tu raza. Puedes vislumbrar el brillo rojizo de sus ojos. El cangrejo se levanta de su escondrijo bajo el suelo y la criatura se acerca a la enorme sombra. Las nubes parecen volar a gran velocidad y comienzas a desestabilizarte, el viento te empuja, lo último que llegas a ver es la criatura que señala con el dedo al campamento. Unas inquietantes palabras flotan y se las lleva el viento.
Caes estrepitosamente sobre la cubierta de la nave. Emites un chillido apagado.

Lo único que sacas en claro que parece que el capitán teme algo. De lo que sea éste no ha querido hablar pero se rumorea que está relacionado con algo que vio la noche anterior.

El wardu blanco entra en trance mientras que la embarcación sigue su destino más allá y tras unos minutos se desploma sobre el suelo de la cubierta. El capitán maneja el timón y ya no mira de forma esquiva. La tripulación está algo alterada. Bel-Shanaar y Burna- Buriash se hallan en la borda del estribor, cerca de la popa y sus conversaciones toman una mesura moderada mientras que el sirviente del patrocinador de la expedición da muestras de sus dotes para recabar información. Kadashman parece ajeno a todo esto y su sirviente, el poderoso Enmerkar se levanta tras pasarse la mayor parte del día durmiendo.
Pasado unas horas del mediodía el capitán arriba a la orilla para la comida y un descanso. Se encuentra inquieto y sus hombres no paran de murmurar a sus espaldas.