Partida Rol por web

Exploradores desaparecidos y una posible emboscada... hay algo que podamos hacer a parte de esperar aquí sentados como tontos? 

- Y pronto será de noche y las emboscadas de noche son muy letales - añadió Mara no contribuyendo a calmar los ánimos.

El capitán, de pronto comenzó a dar nuevas órdenes y las carretas comenzaron a abandonar el camino. Podéis observar todas las operaciones mientras aquel increpaba órdenes. Las carretas se dispusieron formando un círculo amplio. Otros soldados comenzaron a traer leña para hacer una gran fogata en el centro. A unos cinco metros de la carreta los soldados formaron un anillo exterior de estacas de metro y metro cuyo extremo aseguraron lámparas de aceite. parecía que se disponían a acampar. Todo sucedió rápidamente, los soldados trabajaban a una velocidad vertiginosa y en media hora estaba el campamento montado. No era todavía de noche, pero al parecer hasta mañana el capitán no pensaba mover la caravana.

No puedo evitar sonreir, tal vez por el nerviosismo, al ver cómo en cuestión de media hora se monta un campamento ante nuestros ojos. Por lo visto tendremos que pasar la noche aquí.

 Miré a mi "criado" molesto, adoptando los aires de un pomposo señor:

 - Eso es obvio, averigua donde debemos de pasar la noche mi esposa y yo, ¿o esperas que mi delicada florecilla duerma a la intemperie?.

 Me estaba encantando eso, sin duda...

-Probablemente su delicada florecilla cogería una pulmonía si durmiera a la intemperie, mi señor. Por contra, la señora ha demostrado ser una mujer fuerte y seguro que a ella no le sucedería nada. No obstante, iré gustoso a ver dónde pueden resguardarse usted, su mujer y su... delicada florecilla. Con las mismas salí del carruaje en busca de alguien que pudiera darme alguna indicación.

- Esa bella florecilla dormirá aquí dentro y nosotros fuera en sacos de dormir - sonrió el mercader al oir la discusión de "amo" y "criado" - es norma que todo el mundo duerma fuera junto a la hoguera, medidas de seguridad, por supuesto.
Hizo un gesto cortés tomando la mano de Mara. tras esto la besó y añadió:
- Pero seguro que al capitán no le importará que su bella esposa pase la noche aquí.

- Oh, es usted muy amable - responde coqueta Mara.

- Por supuesto estaré cerca montando guardia, no querría que tan bella dama sufriera ningún percance.

 - Oh, no será necesario, se cuidar de mi esposa, muchas gracias... - Traté de no parecer tan molesto como me sentía. No entendía porque me incomodaba el coqueteo entre los dos...

- Gracias, Gorzan - replicó con una sonrisa coqueta y extendió la mano para que se la besara - [B]creo que me quedaré fuera con mi esposo junto al fuego.[/B]

El mercader besó la mano con un gesto histriónico y hizo un ademán para que salieran de su caravana.
- Os acompaño, caballeros pues también duermo fuera.

 Mantengo las ganas de lanzarle una maldición al hombre a ralla, bajo una sonrisa cortés:

 - Será un placer, señor Gorzan...

 - Lo ahorco, lo enveneno, lo ahorco, lo enveneno,... - Pensaba en realidad, furioso.

Desde fuera observo cómo Darvin sale del carruaje y su cara es todo un poema. Una sonrisa cortés, si, pero me apuesto 30 piezas de oro a que por dentro se lo llevan los demonios. No puedo hacer otra caso sino reirme. Le está bien empleado.

- Tomad señora - dice con acento cortés tapándole los hombros con una lujosa capa - por la noche baja mucho la temperatura.

- Gracias, Gorzan - responde con una sonrisa - usted si que sabe como tratar a una mujer.

Mara lanza una mirada pícara a su "esposo" y se agarra al brazo del comerciante.

 Mientras trataba de mantener la sonrisa cortés, ya tenía decidido el castigo del hombre:

 - Decidido, lo convertiré en un cerdo...

 Sin embargo respondí, con mucha cortesía:

 - Os lo agradezco, mi florecilla es muy delicada y no quiero que ella y el bebé les pase nada...

 Le dediqué una sonrisa a mi "esposa", mientras le decía, con la mirada: ¡Toma ya, a ver si logras que ahora te toque!.

La expresión de Mara y Gorzan fue divertida para Darvin. La mirada fulminante de la maga se clavó en la de su supuesto esposo.

Observo la escenita que mis "señores" se traen entre manos con el comerciante. Trato de contenerme la risa y me acerco a ellos. Mi señora, he encontrado un lugar idóneo para que puedan descansar los dos... - le digo mirando descaradamente su vientre y luego miro a Darvin - bueno, más bien los tres. Libre de incómodas raíces y cerca de la hoguera. 

 - Gracias, mi fiel sirviente... - Respondí con graciosa pomposidad, mientras le ofrecía mi brazo a la pelirroja, para llevarla de él y guiarla a donde Ander nos indicaba.