Partida Rol por web

Déjame probar a mí-digo mientras rezo para no caer rodando del caballo.

Busco si hay alguna taberna o posada (quiza esta misma) que tenga cuadras o establos. Si la encuentro me uno a la persecución.

Andrés encuentra el caballo, aunque no puede decirse que tenga el mismo éxito con los equinos que con las mujeres... afortunadamente para él, su hermano, más cabal, consigue dirigir al animal en pos de la carreta. Parece que recortan distancias, pero aún están lejos de alcanzarle.

En tanto, Sancho hace memoria del camino recorrido y recuerda con exactitud que no había ninguna otra cuadra o establo lo suficientemente cerca como para permitirle unirse a la persecución.

-Prepárate a saltar sobre él cuando estemos cerca!!! -le grito a Andrés mientras cabalgo tras Cascabel.

El caballo recorta distancias con el carromato, que ahora apreciais visiblemente cargado de jamones y licores. El hombre que lo conduce encaja con la descripción de Cascabel, y al ver cómo os acercáis azuza más a sus bestias.

Veis como vuestros compañeros se alejan de vosotros a buen paso...

Amigos! Amigos!... Sigamos a paso ligero por donde veamos, quizás mas adelante tengamos que echar mano de los hierros... Parece bastante futil, pero el caracter indómido de Bill no le puede permitir dejarse rendir!

Mi buen bill, no se muy bien por donde ir, tal vez deberiamos agenciarnos un carro que nos permita ir hasta el barco juntos pues me temo que necesitaremos alas más que pies para huir de la que se esta montando.

En esto me pngo a curiosear por calles hasta encontrar un carro.

Despues de salir apresurada de la taberna sin decir palabra me acerco a Sancho y a Bill,veo como los hermanos Torres se alejan calle abajo.
-¿!que hacemos Sancho,confiamos en que lo atraparán o vamos tras ellos!?-Digo apresurada mientras miro a mi alrededor como buscando algo.-!Joder,si tubiera un caballo aun podría alcanzarlos!-

¡Cascabel!, Para, solo queremos hablar contigo. El capitán Stephen nos ha ordenado reclutarte para una misión. - Le grita mientras salta al carromato.

¡¡Cascabel!! ¡Os juro por mi honor que no queremos haceros daño! ¡Deteneos, os lo ruego!

Con heroicidad, Andrés salta sobre el carromato... con heroicidad y poco éxito. Mientras sus huesos chocan contra el suelo, haciéndose unos rasgusños, Guillermo cierra el paso al carromato azuzando al caballo y poniéndole ante él.

-Pero, pero... ¿Qué queréis? ¡A vosotros no os he hecho nada!

El individuo parece buscar posibles vías de escape.

Danielle mira aquí y allá, pero tampoco encuentra ningún caballo cerca.

No, no nos has hecho daño, y por ello no te buscamos ningún mal. En cambio, lo que queremos es ofrecerte una salida ante tus muchos problemas. Somos la tripulación de un barco cuyo capitán, Stephen, desea contratarte como timonel. Nos mandó a buscarte para ofrecerte el puesto, y voto a tal que lo necesitas.

Hago una pausa y lo miro paternalmente.

No sé por qué te persigue el tal Manuel Guerra, pero sé que estás más seguro con nosotros. De momento, ya le hemos despistado, pero no sé por cuanto tiempo. Además de lo que podrías ganar si te embarcas (y créeme que es mucho), está claro que hacerlo te alejará de tus problemas. Mi hermano y yo te ayudaremos. ¿Verdad, hermano?

De pronto, me doy cuenta de que no le he prestado atención.

¿Andrés? ¿Te encuentras bien?

Andrés se levanta rápidamente, para seguir corriendo tras ellos, aunque ahora cojeando. -Bueno Guillermo, no te preocupes, aunque he hecho saltos mejores. - Le logra sonreir. -Pero tenía que hacerlo-

Ahora le grita a Cascabel, desde donde está.-Lo que dice mi hermano es cierto. Si vienes con nosotros te alejarás de todos los que te persiguen, y como compañero, te protegeremos.-

-¿Tenéis un barco? ¿Entonces a qué esperamos? ¡Vamos vamos vamos!-Dice el hombre haciendo ademán de poner el carruaje en marcha.

Bill, Daniel... aqui hay un caballo perseguir a los torres y aseguraros de que vienen con Cascabel. Yo ire hacia donde esta la barca por si hay que huir de aqui rezando evangelios.

Ayudo a los dos a montar en la yegua que hemos hayado y marcho a buen pie hacia la playa.

La fortuna parece sonreíros cuando Sancho repara en un caballo, algo oculto, que se encuentra amarrado cerca de aquí. Os lo tiende y se aleja de vosotros rumbo a la barca.