Partida Rol por web

Sonja mira al posadero con extrañeza.

—Estás atendiendo a todas estas… personas, si se las puede llamar así, porque yo estoy pagándoles una ronda —sacudió la cabeza con resignación, el viejo ya estaba algo chocho—. Como sea, después hablamos.

Regresó a su grupo de flamantes compañeros de aventura.

—¿Qué tenemos aquí? —preguntó admirando de arriba abajo al hombretón que se había acercado a Kjartan y Balmorda—. ¿Una nueva adquisición? No sé si ya te lo han comentado. La mitad de tu parte en el próximo trabajo, va para Sonja, si quieres formar parte de la compañía de los ganadores.

— ¿Y quién es Sonja si se puede saber? — Inquiere el marinero. Con obvias señas de no saber de quien le habla.

Sonja se echó a reír.

—Hay mucha gente nueva por aquí, hoy. Yo soy Sonja, la Diablesa con espada, la Poderosa guerrera… etc., etc. Si sabes usar una espada y te interesa hacer dinero, puedes tener el honor de formar parte de mi banda.

Balmorda se rie parece que a esta chica le gusta hacer el show de siempre , mientras toma una cerveza...que acaso no conoces a Red Sonja.. es como no conocer a Balmorda....es el terror de todo el mundo civilizado, los pueblos tiemblan ante su paso

Marek sonríe abiertamente.

¿Tu banda? jajaja. Verás, yo tengo mi barco y tripulación, eso si es una banda. Debería ser muy buena tu banda para que yo dejara eso. Jajajaja.

Las carcajadas de Marek se van diluyendo con le vocerio general. En cierta manera esa chica le caía bien.

Me gusta la gente emprendedora... Quiero oír tu propuesta. Comienza, por favor.

¡Oh! —exclamó Sonja con fingida admiración. Miró a Balmorda y a Kjartan y señaló al recién llegado con un movimiento de la cabeza—. Tiene un barco y una tripulación —se cruzó de brazos y observó al sujeto con una sonrisa sarcástica—. Perdona si no me impresionan demasiado los pescadores. Es un oficio respetable, pero no es lo que estoy buscando.

Se echó a reír y se sentó sobre la mesa, con las piernas abiertas y apoyando una mano sobre un muslo.

—Es broma, grandote —miró la espada al costado del hombre—. Ya veo que no eres pescador —lo observó de manera examinadora—. Acabo de hablar con el posadero. Él está enterado de todos los negocios de por aquí. Me ha dicho que pronto me pondrá en contacto con un hombre que tiene un trabajo para VERDADEROS guerreros y ladrones. Cuando estás con Sonja sólo te dedicas a las cosas importantes. Yo sólo voy por tesoros capaces de comprar un reino u objetos de magia poderosa, que pueden poner al mundo a tus pies. Ya sabes… esas cosas. Así que, ¿qué dices? Si estás aquí, sin tus muchachos, supongo que quiere decir que te has cansado de jugar a los piratas.

Cosas importantes, ¡eh! - El pirata se lleva la mano al mentón sopesando la situación. - Estoy de paso mientras hago unas gestiones. Mi idea es zarpar en un par de días, pero veamos ese trabajo tan importante del que hablas... Mi barco puede esperar mientras hago otras cosas.

Se gira sobre su silla y alza la voz.

Posadero más vino para mis amigos y para mí.

- Pues bienvenido seas, capitán. Mi nombre es Kjartan, soy un Aesir, un Nordheimer. - no puedo evitar sonreir ante la evidencia. Por mi tamaño y mis rasgos, parece claro de donde provengo.

Ofrezo mi mano a modo de saludo. En el fondo me alegro de que un hombre se una a nosotros. No me fío demasiado de las mujeres, y menos aún si es necesario luchar.

- Al parecer, la mujer - continúo mientras señalo a Sonja - es bastante conocida en Kordava. Tiene contactos, y es posible que nos consiga algún buen trabajo.

Finalmente examino a Marek de arriba a abajo. Es muy pequeño, más incluso que muchas de las mujeres que he visto desde que tuve que abandonar mi tribu, pero al menos parece lo suficientemente fuerte para pelear si es necesario...

—La mujer se llama Sonja —intervino, Sonja, agresivamente, mientras se sentaba en una silla y ponía ambos pie sobre la mesa—. Que no se te olvide, Kjartan. Estás en la civilización ahora, debes aprender algunas maneras. ¿Qué tal si nos contrata un rey y tenemos que ir a una corte? No puedes referirte a la reina como "La mujer".

Observó al hombre marinero de manera examinadora.

—¿Cuántos hombre te acompañan? Dependiendo del tamaño del botín, también podrían venir con nosotros. Un barco tampoco vendría mal. Quien sabe si nuestro trabajo no nos lleve hasta el otro lado del mundo.

Cuando Marek nota que Kjartan el mira por encima del hombro, observando su corta estatura, no puede por más que mirarle de soslayo desde abajo.

Veo que no me conocéis y eso me tranquiliza. Mi nombre es conocido entre los piratas de todo el mundo. Y "La Mareike" el buque del infierno... Tal vez os suene más mi seudónimo; "Romgüel"

Sonja suelta una estruendosa carcajada.

—Sí, claro, claro, es un placer conocerte, Marek —le dice, sonriéndole con condescendencia y señala a Balmorda—. Aunque no me lo creas ella es Bêlit de Shem* y él… —dice, señalando a Kjartan—. Es el mismísimo Conan de Cimmeria, sólo que no se lo digas a nadie, están de incógnito.

Claro.. los amigos mas cercanos me dicen Belit, La reina de la costa Negra... claro es mentira de mi muerte en la Selva Negra... se rie estrepitosamente todos somos leyendas amigo mio... conocidos por uno... desconocidos por otros

Observo a Marek durante unos segundos, y finalmente sonrío mientras niego con la cabeza.

- Yo sí he oído hablar de Romgüel. De hecho, es muy conocido entre mi gente. Pero disculpa, amigo, es imposible que seas tú. Buen intento - Hago un gesto con la mano, y miro a las mujeres mientras me explico - Romgüel es un Nordheimer. Es uno de los míos. - Me levanto y trato de erguirme lo máximo que puedo, poniéndome al lado de Marek - y como podréis comprobar, él no es de los míos.

La diferencia de altura es notable, y es imposible que ese tal Marek sea el pirata Romgüel. Los Nordheimir somos grandes y muy fuertes. Por ello somos famosos.

No dejo de oir la conversación entre los variopintos personajes que se encuentran cerca mio. Al parecer discuten sobre la identidad de ciertos héroes. Muy típico cuando el alcohol corre por las venas. Sin embargo, parece que habrá aventura en sus días venideros y de paso algunas monedas. Ante la tardanza del posadero, decido acercarme a ellos y presentarme. Sin descuidar mi equipo, paso primero por la barra y cogiendo una jarra de cerveza me acerco hasta su mesa. Los presentes me miran de soslayo, casi con indiferencia. Dejo la jarra en la mesa y digo,

- Hay sitio para uno mas en esta mesa? Mi nombre es Sumotai y me gustaría viajar con vosotros. Siento haberos escuchado, pero hablais muy fuerte. Mi arco os cubrirá las espaldas si aceptais mi compañía en este viaje -

Espero a que alguien me invite a sentarme. Si así ocurre, sonreiré y me sentaré con ellos para hablar del viaje.

Un Hyrkaniano se acerca hasta nosotros para ofrecer sus servicios. Al parecer, ha escuchado nuestra conversación, y no me extraña teniendo en cuenta el tono de voz de Sonja. Observo su arco y sonrío complacido. Nada mejor que un soldado de la estepa para acompañarnos. No es común ver a los de su raza donde yo nací, pero aún así, todos conocemos su increíble destreza con el arco.

- Claro que eres bienvenido, Hyrkaniano. Al menos por mi parte. - Señalo una de las sillas que todavía quedan sin ocupar - Siéntate con nosotros.

Marek algo acostumbrado a las desconfianzas y extraños comentarios, sonríe para sí, agachando la cabeza hacia su jarra.

Muy bien, diré que sí que soy Nordheidmir, fuí desterrado por mi familia por ser extremadamente pequeño y débil, pero que mi aspecto no os engañe. No permitiré que nadie me vuelva a negar mi identidad, con una sola vez me basta. Muchos han cometido ese error.

Se levanta hacia el mostrador de la cantina.

Posadero, ¿qué hay de esas jarras? - Apoyado se gira hacia la mesa que ocupaba. - ¿A caso no sabéis del nombre del barco de Romgüel? ¿La Mareike os es tan desconocida?

Sonja observa cuidadosamente a los dos hombres, de pie, uno junto al otro.

—Creo que tienes razón —le dice a Kjartan, finalmente—. Marek está limpio y afeitado. No puede ser uno de los tuyos.

Sonja vuelve a lanzar una de sus sonoras carcajadas. En ese momento se les acerca un hyrkaniano, que expresa sus intensiones de unírseles y Kjartan lo invita a sentarse. La expresión divertida de Sonja se torna de pronto en una de reconcentrada seriedad. Observa con desconfianza al recién llegado y después mira hacia otro lado, ignorándolo por completo. Parece evidente que algo le molesta.

Marek se pone furioso por la incredulidad que todos han demostrado ante su identidad y se aleja hacia la barra, molesto.

—Parece que has hecho enojar al pequeño, gigante del norte —le comenta Sonja a Kjartan.

Sonrío ante el comentario de Sonja. Aunque me moleste reconocerlo, ha tenido gracia. Regreso a la mesa y vuelvo a sentarme donde estaba.

- Pues sí, eso parece - encojo los hombros mientras una mueca de incredulidad asoma en mi rostro - Creo que es el Aesir más pequeño que he visto en mi vida. Pero claro, eso explicaría por qué abandonó las montañas para dedicarse al mar. Sin duda es un tipo raro...

Observo la reacción de Sonja ante la presencia del Hyrkaniano, y frunzo el ceño algo extrañado. Permanezco en silencio y cruzo los brazos sobre mi pecho. Más tarde intentaré averiguar qué le molesta del arquero.

como vamos podriamos hacer un circo... se rie Balmorda pero bien, ya estamos bien con lo de las presentaciones... es hora de ver el trabajo.. alguien sabe de algun tesoro, de algun reino que necesite mercenarios???

Escucho antento las palabras de aquella que llaman Balmorda. Me ha llamado la atención la reacción de la pelirroja al presentarme. estoy acostumbrado a las miradas recelosas. Doy un trago de la jarra que he traido. Me limpio los labios con la manga y se la ofrezco a Kjartan.

- Cerveza compañero? -