Partida Rol por web

Daños 

Lobacea: 13/37

Aramin:lleno. 

Gael: 6/22

Lasar: 3/16

Enredada como estaba, a la lobacea lo que le importaba era zafarse para poder ir a ayudar a sus compañeros.  Con su fuerza animal, intentó romper la red que la aprisonaba. 

De poderse mover y salir de ahí, buscaría flanquear* a la arácnida gigante con Gael.

No había calculado bien la distancia, puesto que la araña gigante estaba más cerca de lo que hubiera deseado. Sintió por ello los dientes de la criatura en su carne aunque la armadura le tenía que haber protegido parcialmente. Lo siguiente que notó fue que el dolor se extendía más allá de la herida, hubo de contar con resistir el veneno que había entrado en su organismo, queriendo la suerte que Gael fuera un joven capaz de frenarlo gracias a una buena constitución.

Al llegar junto a las otras arañas, había atravesado la primera con facilidad, reduciendo mucho el peligro que corría el mago. Ahora trató de mover la espada a derecha e izquierda, para forzar a la superviviente a que retrocediera unos centímetros y quedara a una distancia adecuada para poder luchar, pensando en realizar un intento de herirla en aquél rostro cubierto de pequeñas esferas negras que correspondían a sus ojos. El caballero había estudiado sobre las criaturas feroces de la naturaleza, como parte de su entrenamiento para enfrentarlas cuando fuera necesario, así que reconocía los mejores lugares donde golpearla.

Veo como mis palabras no hacen efecto en las criaturas, puede que tengan alguna resistencia sobre natural o bien puede no comprendan el poder que expreso en ellas. Dada esta situación intento comprender el por que no veo afectación alguna aun asi intento una vez más.

Empuño mi mano izquierda en en dirección de desafío hacia una de las arañas y grito.

- MIRAME! MIRAME! MIRAME! y enfrenta tu merte.

Con una, no muy hábil, acrobacia saltó por encima de la arañuela que me mordió y caigo al otro lado, junto a Aramin. Nada más darme la vuelta e incorporarme, miro a la araña peluda gigante que hay detrás del valeroso guerrero que había venido en mi ayuda. Con la adrenalina corriéndome por el cuerpo y dándome unas energías extras, empiezo a recitar un conjuro que va a ir dirigido a la arañota grandota.

Tres dardos luminosos cargados de poder se materializan al lado de mi. Con un gesto final de mi mano los dirijo hacia mi objetivo sin dilación.

Gael avanza con seguridad y disposición para eliminar las arañas. 

Luego que el mago huyera, sólo quedaba un arañuelo frente a el,  y Gael supo que era su labor. 

Blandiendo su arma,  cortó fácilmente 5 patas del arañuelo de una sola rebanada, y remató con el filo el cuerpo del bicho. Un olor fétido sale del cuerpo sin vida y restos de arañuelo  , y sólo  entonces el guerrero empieza a moverse hacia la gran araña. 

Panacea mientras,  haciendo un esfuerzo gigante,  los músculos de la Lobacea se hinchan,  y ocupando su destreza lobuna, logra zafarse de la tela de araña, quedado bajo la misma, y debido a que el pasillo es muy delgado para ella,  le cuesta trabajo atacar, y mas aun dejar a algun compañero atacar a su lado. 

 Aramin,  mientras,  lanza una sarta de insultos contra la aracnida que parecen no tener efecto. 

Lasar,  mientras,  y desde su posición,  conjura unos dardos mágicos,  que rodean su silueta,  y en una palabra arcana repentina,  salen disparados contra la araña gigante, impactando de lleno en su vientre. 

Gotas de un líquido espeso caen al piso,  más la araña no sólo se mantiene en la posición arriba del pórtico, sino que haciendo un rápido movimiento intenta atacar a la Lobacea. 

A causa de la dificultad para moverse en un espacio estrecho,  la Lobacea no puede evitar recibir el fuerte mordisco de la araña. 

Siente como si su cabeza se abombara con el veneno de la mordida. 

.

Daños:

Araña: 

12/26

Tu conocimiento te dice lo siguiente:

Como bicho,  algunas criaturas no son afectadas por efectos mentales,  y ya que está araña no mostró ningún efecto visual,  es altamente probable que sea el caso.

Estas criaturas abundan en lugares oscuros o con poca afluencia de público. 

Algunas poseen colmillos con veneno,  que puede dejar paralizado con la mordida. 

Hay de otros tipos que se "desplazan" distancias para atacar por la espada. 

Incluso se sabe de algunas arañas que,  siendo animada por no muertos poderosos,  pueden llegar a emboscar a grupos completos de aventureros cuando se sienten amenazadas. 

No se sabe muy bien el método reproductivo,  pues varía de especie a especie,  pero hay ocasiones donde se les encuentra en su guarida con pequeños arañuelos, que,  en cantidad,  pueden ser igual de letales que su contraparte adulta. 

Su tela es muy pegajosa y puede contener criaturas tan grandes como el tamaño de la araña en su estado adulto. 

A los tipos venenosos,  su veneno se vende a buen precio en el mercado, aunque es difícil de obtener. 

Ahora sí, las dos pequeñas arañas habían caído lo que dejaba la retaguardia a salvo. Para lograr aquello Panacea había tenido que sufrir alguna herida e incluso él mismo. Pero era el momento de avanzar a enfrentar a la criatura más grande, que no debía de tardar en caer ante todo el grupo actuando al unísono. Gael fue hacia la araña y trató de hundir la espada de frente, hacia la cabeza, pero la hoja pasó más bien al lado, inofensiva.

Mis dardos mágicos impactaron de lleno en la arañota, sin grandes resultados. Esta, aunque herida, logró atacar a Lobacea y morderla. Me apoyé en el hombro de Aramin y, mientras que Gael la atacaba con la espada, conjuré un haz de fuego que voló directamente hacia su gran abdomen.

Lobacea sentía el veneno recorrerla, pero su constitución era fuerte y resistiría.  

Desde donde estaba, estorbaba un poco, aunque Gael lograba atacar.  Así que decidió cruzar hacia la cámara, empujando a la araña si fuera necesario.  ¡Ahí tendré más espacio!

Y desde ahí, podría morder, con ventaja, a aquel extraño ser arácnido.  Sus mordidas, aunque bien colocadas, iban un poco débiles y sin encajar bien diente donde debían.    El olor era nauseabundo.

El guerrero Gael avanza e intenta maniobrar para golpear la araña. Sin embargo el estrecho espacio dejado por Panacea le hace estar demasiado incomodo y su golpe falla.

Panacea, mientras, que ya habia roto la red de araña, salta al otro lado del portico para poder darle ventaja al guerrero y a ella misma.

Su mordida parece errar por mucho debido a los nervios de enfrentarse  a un criatura tan peligrosa.

Lasar, mientras, lanza un saeta de fuego contra la araña, que explota en una de sus patas haciendole algo de daño.

Aramin, queda confundido y no sabe que accion realizar.

La Araña, al ver que la Lobacea se mete a la habitacion contigua, intenta escalar por la pared, alejandose de ambos, una vez arriba, intenta lanzar una telaraña al mismo guerrero.

Estaban ante una criatura con recursos, que hacía frente a los cuatro aunque el caballero creía que tan sólo alargaba su final. Al elevarse para lanzar una telaraña hacia él, pensó que trataba de encontrar una posición favorable para tratar de apresar a todos los que pudiera para bajar de nuevo a morderles. El luchador se había visto envuelto en aquellas redes blancas, se adherían a su cuerpo, pegadas a toda la armadura, incluso el escudo y la espada habían quedado unidos por esa sustancia por lo que ahora los tenía que mover al unísono.

Gael no podía sino intentar librarse de aquél estorbo, hizo un esfuerzo, primero separando su equipo entre sí al abrir los brazos venciendo la resistencia del material, luego empujando piernas para ganar movilidad. Al estar la araña en alto esperaba que Lasar pudiera acabar con ella.

El poderoso ataque del guerrero,  cercena un par de patas de apoyo de la gigantesca araña,  haciendo que ésta caiga,  por su peso y la gravedad,  sobre la espada del guerrero,  que,  afilada como está,  termina de rebanar su abdomen,  terminando de caer al suelo muerta.

La lobacea está herida.  Sabe que debe curarse.   Si supiera hacerlo en esta forma animal, lo haría.   Por lo que decide mejor acercarse al clérigo.  Le pone el morro en la mano y hace un lastimero quejido canino, pidiéndole curación.    A la vez, sus lobunos ojos y orejas escudriñan todo.  Busca alguna poción que ayude a su sano sanar, o algún otro objeto mágico o mundano de importancia.  

¿Qué es eso que está en la sala donde acaba de entrar? Si, ahí en el piso... 

El clérigo intenta comprender lo que intenta expresar la druida transformada en un temible lobo que se le acerca y soba su cabeza en él y dado el peso de la misma intenta mantener el equilibrio.

- Lo siento chica pero no eres mi tipo, dime que te sucede.

Acaricio un poco su su cabeza y veo que esta bastante lastimada. asi que procedo a utilizar mis conocimientos tratando de curara y vendar a la loba para estabilizar y contener sus heridas. Luego de terminado el trabajo de limpieza y curación y viendo que su estado no es el más optimo invoco a los dioses para que la sanen mágicamente.

- Ustedes 2 sera mejor que vengan aca tambien para revisar eso. Las heridas de estas cosas pueden traernos problemas mas adelante.

dicho esto me acerco a a Gael y luego a Lasar y curo las heridas provocadas por las arañas.

Nuevas patas saltaron de la araña y finalmente quedó tendida en el suelo tras fracasar su intento de ascender por la pared. Había sido un combate corto pero lo prefería así pues el equipo de Gael era pesado. Ahora enfundó la espada para dejar que Aramin atendiera las heridas.

- Gracias, hay mucho que explorar en este lugar así que tu trabajo es fundamental.

Le dijo reconociendo su labor. El joven esperó a que aplicara los vendajes en las heridas pues esta vez incluso el mago fue herido.

- Quizás las arañas guarden algo, echaré un vistazo.

Les indicó mientras se levantaba para caminar por la zona buscando novedades.

Había sido un combate duro, por el estrecho pasillo y por el ataque sorpresa. Pero habíamos salido vencedores nuevamente, nos habíamos defendido muy bien. Me acerqué a Aramin cuando me llamó, para que me tratara las heridas sufridas por la pequeña araña.

-"Gracias Aramin."

Después me acerqué con cuidado a la nueva habitación, apartando las telarañas que quedaban. Me puse a buscar por la zona junto a Gael.