Partida Rol por web

La criatura,  ve como Panacea lanza una flecha,  que se clava profundamente en el cráneo. 

Los ojos con llamas de la criatura, tienden a apagarse casi por completo, y sus orejas/alas lo hacen descender un par de pies,  haciendo que la saeta de la Ballesta de Lasar,  falle por completo. 

Viendo como la criatura que se acercaba a nosotros lentamente al parecer apagaba su corta existencia y ademas viendo como el guerrero sucumbia a sus alaridos intimidantes, me pongo firmemente en posición de guardia al costado del guerrero mientras le grito a la criatura 

- Ven aqui si te atreves y enfrenta tu muerte, te advertí sobre nosotros y ahora probaras el sabor de nuestro acero. Cuando llegues al inframundo tu tortura será revivir siempre este momento y como caiste de forma tan estúpida contra nosotros.

La criatura, que ya venía en picada sobre Gael, repentinamente cierra sus ojos, y todos ustedes notan como las alas se mueven frenéticas antes de detenerse para siempre, y con la inercia que lleva, aterrizar justo en el lado del Guerrero.

Mientras Gael se recupera, la cabeza voladora, empieza a emitir un olor a azufre y podrido, que poco se puede aguantar.

Vayamos a la otra sala. -dice Panacea mientras se acerca a revisar las heridas de Aramin para tratarlas antes de que se agraven.  Pero antes, veamos que hay dentro del sarcófago. 

¿Tendrá trampas? -preguntó al aire. 

Hubo de recuperarse de la desagradable sensación que le había embargado. Se alegró de portar yelmo pues le parecía que sudaba profusamente bajo él. Una vez pudo tomar de nuevo el control de sí mismo se lamentó por haber cedido al chillido de esa criatura, él debía de estar al frente demostrando valentía, no cediendo ante una de esas criaturas de pesadilla.

- Veamos si hay alguna trampa, puede haber algo dentro que valga la pena.

El caballero volvió a mostrar su determinación habitual, acercándose para investigar el sarcófago.

La cabeza voladora murió a los pies de Aramin. Gael se recuperó de lo que quiera le pasara y volvió a ser él. Yo me uní a Panacea a registrar el sarcófago y los alrededores.

Argolan no solo es tu compañero, es tu guia en el mundo - sigue hablando impasible la voz, mientras empiezas a pensar en ello.

Como tal, no debe estar separado tanto tiempo de ti...- aunque entiendes lo que dice, las palabras no te hacen entender a que se refiere completamente.

Necesitas entenderlo. Siendo como es un espiritu, a partir de ahora se comunicará mas básicamente contigo, iniciada...

Ves como la mirada de Argolan cambia por un segundo, sus grandes ojos desenfocan por un momento, y cambian de color de amarillo, a café claro.

Necesitas entenderlo, necesitas sentirlo... Buscame, buscame en el templo... a tu tiempo.

Tus compañeros también pueden necesitarte, al norte, iniciada.

La voz se va atenuando, hasta llegar a desaparecer en el bosque.

Despiertas, ya han pasado muchas horas, el fuego humea, pero es temprano en la mañana.

Los rayos amenazan con caer a cada momento, y un aire de humedad ronda el ambiente del claro.

Argolan te mira, con sus ojos café claro, desde la parte mas alta de tu tienda de campaña.

No ves el caballo, aunque se ven sus huellas, ya ha dejado el claro.

- INvestiguemos esta sala para ver si encontramos algo de utilidad - Digo mientras comienzo a revisar tambien en conjunto con los demas - Y si alguien puede patar fuera o tirarle una manta sobre esa cosa apestosa seria genial.

Panacea dispuso del cuerpo de aquel extraño ser, en parte para averiguar más sobre la amenaza que se cernía sobre ellos en el Tor.   

¿Es algo religioso Aramin? 

¿Algo arcano, Lassar?   

Ellos serían los que tendrían las respuestas correctas, la druida sólo podría buscar pistas. 

Luego de fallecer la criatura voladora, empiezan a buscar en el salon.

Mientras Gael y Panacea buscan trampas, se dan cuenta que, aunque no una trampa, algo tintinea cuando se apoyan en el sarcofago. Algo como monedas. Al abrir el sarcófago, con sumo cuidado, cae una cantidad no menor de monedas de plata y oro, probablemente, parte de los oficios de la gente que construyó la tumba.

Junto con las monedas, un olor a podredumbre y encierro los cubre, tanto que los hace toser y casi vomitar.

Sin embargo lo que mas les llama la atención, es que, debajo de las monedas, un esqueleto harapiento y descabezado yace inerte, tiene restos de ropa y restos de lo que parece ser un guerrero.

Lasar inspecciona bien la situación, desde detrás de Gael y Panacea cuando repentinamente grita:

"Cuidado!! todavia sostiene la ..."

Efectivamente, Lasar (y ninguno mas) se da cuenta de que el esqueleto sostiene una espada corta aun en su mano, la que se mueve y ataca a Gael, que no se encontraba completamente preparado para esta subita y esqueletica criatura.

El guerrero sin embargo, facilmente esquiva el espadazo del esqueleto.

Panacea sintió un arqueo como de nausea.  ¿Vomitaría?  Que pena si le pasara, ella era druida y se supone que aguantaba ese tipo de cosas biologicosas.   

No se movió tampoco tan rápido que digamos, pero al reaccionar pensó: ¿En qué me puedo convertir?  ¿Que animales son buenos para quebrar huesos*?

Al abrir el sarcófago vimos que estaba lleno de monedas y, tumbado en él, un esqueleto putrefacto que olía a tochuno y exudaba maldad a raudales. Vi que empuñaba una espada y avisé a mis compañeros... demasiado tarde. Atacó sin previo aviso y falló en su intento de alcanzar a Gael. El olor se intensificaba por momentos, haciendo que me entraran arcadas. Me eché a un lado, apartándome del sarcófago, para tener una buena línea de visión. Apunté con la mano, me concentré en mi magia y solté una descarga de fuego sobre la criatura.

El pútrido olor llegó hasta su nariz, el yelmo no le protegía de algo como eso. El caballero notó la sensación dejando de respirar al instante, impidiendo que hiciera mella en él.

Un esqueleto sin cabeza era su nuevo enemigo lo que además le hacía pensar que la cabeza voladora llevaba muchos años esperando allí. Lo lamentó por aquella persona, que se había transformado no en un monstruo sino en dos.

- Es sólo uno, lo tumbaremos enseguida.

Dijo confiado al enfrentarse a un único ser. Con su espada trató de romper las costillas del enemigo.

Veo como abren el sarcofago y un olor putrido sale desde el mismo y batallo para no vaciar mi estomago no lograndolo satisfactoriamente. 

Gael siente el olor e instintivamente aguanta la respiración lo suficiente para que no le afecte el olor a podredumbre. 

Desenvainando rápido la espada,  asesta un golpe directo al esqueleto,  pero su espada pasa justo entre los huesos de las costillas,  y parece no acertar. 

El esqueleto,  por su parte,  vuelve a intentar golpear al guerrero. 

Su ataque es lento y torpe,  y el guerrero ni siquiera tiene que esquivar el golpe tan alejado de si. 

Lasar,  por su parte,  se concentra en alejarse un poco de la bocanada de olor,  y luego concentra sus fuerzas mágicas en una saeta de fuego que se dirige justo directo a la criatura. 

El fuego viaja directo a la criatura,  pero el golpe sólo pasa rozando sus huesos,  haciendo muy poco daño. 

La voz continuó hablándole, no había llegado hasta aquel plano a contestar sus preguntas sino a guiarla y no podía más que escuchar con atención sus enigmáticas palabras. Sus palabras penetraban en ella, el conocimiento se agolpaba en su mente aturdiéndola y haciéndola perder la concentración en el mensaje que le llegaba. La voz poco a poco iba desapareciendo mientras ella miraba a la figura de Argolan y de pronto con un gran dolor de cabeza despertó. Lo recordaba todo. No parecía que hubiera sido un sueño, sino algo real, lo había sentido de verdad. El caballo ya no estaba a su lado, había partido dejando un rastro claro de hacía adonde había partido.

Argolan si que seguía a su lado, él era su guía en el mundo o eso le había dicho la voz. ¿Que querría decir con esto? Tenía que seguir los consejos que este le diera y como la voz le decía tenerle más cerca de ella, pues Argolan no era un búho normal como ella lo había tomado y le daba siempre la libertad. Era un ente celestial de otro plano, dotada de unas capacidades intelectuales como las de un humano si cabía además de la comprensión sobre lo terrenal. Y no sólo eso, parecía que además estaba conectado al ente que le hablaba. Necesitaba entenderlo, necesitaba sentirlo. Tenía que comprender de dónde venía y su papel en su vida y con el tejido de Mystra, pues él en este plano era un ser de pura magia.

- ¿Estabas tu también en el sueño? Le pregunto al búho sin esperar respuesta y sin dejar de recapacitar sobre todo lo que le habían dicho.

Había mencionado también un templo. Tenía que preguntarle a Argolan por el templo, pero no había prisa por llegar hasta allí. También habló de sus compañeros. ¿Se referiría a la druida que siguió y aquellos que combatieron a los goblins? Seguramente. Tenía que pensar en muchas cosas pero antes de nada, le dio una buena baya a Argolan y ella se comió otra, no había tiempo para el desayuno. Eso de seguro, tenía que estudiar sus conjuros para estar preparada para el día, recoger todo y decidir que hacer. La tormenta volvía a amenazar pero dentro de la tienda estaba refugiada. Avivó las llamas hasta que se consumiera la madera mientras durante una hora estudió los hechizos de su libro de magia. De vez en cuando acariciaba las plumas del búho y miraba la aproximación de la tormenta.

Con su repertorio listo comenzó a desmontar la tienda mientras comenzó a relatarle a Argolan el sueño y pensaba en el camino a seguir.

- Durante el sueño una entidad misteriosa, quiero creer que Mystra, me ha echo una revelación y facilitado dos caminos. Antes te dejaba volar libre hasta que volvieras a mí. Antes de descubrir que tenías voz y voluntad propia. Me había confundido al creer que eras un búho y sentir que necesitabas tu espacio para seguir tus instintos animales. Pero esa voz me ha abierto los ojos. Eres una entidad de otro plano, ¿verdad? Además me dijo que eras mi guía en este mundo, como cuando sentí tu llamado y me alejé del grupo de luchadores. le miró con expresión de cariño mientras terminaba de recoger todo y había decidido su camino. - La voz me ha dado dos caminos, el primero dirigirme al templo de esta deidad, aunque no sé cual es la idead ni dónde puedo encontrar un templo dedicado a ella, creo que con el tiempo lo encontraremos pues estamos destinados llegar a él. Quizá en el propio pueblo de VillaFe lo encontremos antes de lo que pensamos. Con todo recogido y el libro protegido en la mochila comenzó a seguir el rastro del caballo. - El segundo camino es volver con la gente que combatió a los Goblins. Creo que antes deberíamos haber visitado el templo, pero quizá es el camino con ellos el que nos lleve al templo. ¿Tu que crees? Me quedé con un montón de preguntas sin responder. Pero creo que lo primero que debemos hacer es asegurarnos de que el caballo está a buen recaudo y a salvo. ¿No te parece? Ayer estaba muy asustado y puede que necesite ayuda para volver a su lugar de origen.