Partida Rol por web

En ese momento estaba acabando de un sorbo la anterior copa, viendo que se acercaba de nuevo la camarera con otra copa... Y comenzó a toser

COF COF COF, derramándose un poco encima. Parece que se le había ido un poco de jugo por la vía equivocada.

La camarera, rauda con la servilleta, comenzó a secar las cuatro gotas que le habían salpicado. Gracias, está bien, le dijo.

Perdón Milord, espero que no se haya manchado.

Estaba absolutamente desorientado, pues no se esperaba tal propuesta.

Yo... milord... no... no puede ser... si fuera descubierto... qué deshonor... dijo en voz baja

El caballero le había tosido encima y a Venesh no le gustó demasiado esa actitud, necesitaba que fuera más calmado y cerebral. Sin embargo actuó como si no hubiera sucedido nada.

-No temáis Ser. No nos descubrirán. Además creéis sinceramente que los demás no están intrigando para ganar el premio gordo. Debemos ser más listos. Asegurarnos el torneo. ¿No creéis?.

Podría ser una oportunidad para definitivamente ganarme el puesto de mi padre, pensó.

Bueno, quizás deberíamos salir a la balconada, hace un poco de calor ¿no creeis?

(Y así me comentáis que habíais pensado)... dijo como para sí

La verdad es que estaba nervioso, pues aunque le gustaría volver a su hogar como un héroe, o casi, por otra parte pensaba lo que su conciencia le reprendería más adelante...

Pero qué demonios... por hablar, pensó 

Venesh asintió y acompañó en silencio al caballero hasta salir a la fresca noche de Desembarco del Rey, podían escuchar las olas que rompían en la bahía junto al Castillo Rojo y el hedor de la ciudad los embriagó con una fragancia muy apropiada para los temas que iban a tratar. La ciudad apestaba, como todo en Desembarco del Rey.

-Tenemos que eliminar a Ser Jasper del torneo. -Dijo sin rodeos. -Para hacerlo debemos enfrentarlo con el salvaje. Él también es un peligro, los dothraki son hábiles con los caballos, y estaría muy bien ensartar dos pájaros de un flechazo.

Asentía como un niño ante la disertación del maestro.

Hasta aquí no he hecho nada malo... y espero no tener que hacerlo... pensó.

Sería muy... bueno que ambos se enfrentasen, sin duda. ¿Y se puede influir en el sorteo? dijo como un niño antes de hacer una fechoría, aunque justo después se arrepintió, debía ser más cauto con sus palabras y dejar su bisoñez de lado...

-¿Influir en el sorteo? -Soltó una carcajada. -No, por supuesto que no. Vais a ir a decirle a ese salvaje dothraki lo que habéis oído.

La cara de no entender ni jota le debía estar haciendo gracia a Vanesh... y a cualquiera que observase la escena...

¿Que... se lo diga? ¿Qué cosa? dijo sin saber ni que había oido ni qué había dicho.

-Ya sabéis, Ser. Todo lo que dijo Ser Jasper acerca del salvaje. Que no deberían dejar a los perros dothrakis participar... ya sabéis, inventaros algo...

Daphnia, que se había dado la vuelta anteriormente, para responderos, se quedó extrañada cuando os marchasteis tan alegremente, sin esperar la respuesta. Así que, encogiéndose de hombros, siguió con lo que estaba haciendo, que era buscar un buen sitio donde sentarse, y lo hizo. 

-Veo que habéis vuelto - Comentó, en vez de responder directamente a lo que le preguntaba. Se acomodó en la silla, cambiando ligeramente la postura, y prosiguió hablando tranquilamente - ¿Buscáis a Meñique?¿Por qué todo el mundo le busca últimamente? ¡Ah! - Te guiñó el ojo pícaramente, como si te acabara de encontrar en una mentira - ¿Es por una apuesta? ¿Pensáis apostar por vos mismo, ser Dalmau? - Con un leve chasquido y un movimiento de cabeza demostró su decepción - No sabía que fuerais de esa clase de hombres. Aunque puede ser que consigáis ganar - Su mueca se transformó en una sonrisa, lo que demostraba que os estaba tomando el pelo, y que no le importaba quién apostara - Si lo hacéis tan bien como en el último, solo tendréis que preocuparos del dothraki. Ambos sabemos que Jasper no tiene nada que hacer encima de un caballo.  

- Sí, efectivamente buscaba a Lord Baelish, me dijeron que le habían visto con vos, milady. - sonreí ante la pícara dama.

- Y si os soy sincero, no pensaba apostar por mí mismo. No soy tan engreído. - volví a sonreír. - Soy un hombre de honor, pero los estómagos no se llenan con honor, ja ja ja - solté una agradable y sonora carcajada. Estaba siendo totalmente sincero. - Es una simple cuestión de matemáticas. Si gano yo me llevo el dinero del premio, y evidentemente quiero ganar yo. Pero en el caso de que no pueda ganar yo, si tengo algo de dinero apostado por otro caballero, seguiré con posibilidades de llevarme algo de dinero. Es más fácil ganar teniendo dos caballos ganadores. -

Busqué una silla cercana y miré de nuevo a lady Daphnia: - ¿Puedo acompañaros y ofreceros algo de beber? - pregunté indicando con la cabeza para sentarme junto a ella. Miré alrededor en busca de un buen vino y nos acerqué un par de copas y una jarra para servir a la joven, y luego a mí. - El dothraki es un buen jinete pero dudo que haya empuñado alguna lanza de caballería... y ser Jasper... no sé cómo montará... pero en cuerpo a cuerpo es muy bueno. Preferiría verle en acción antes de emitir mi juicio. -

Le pareció bien y así asentía levemente con la cabeza, nada malo hago, pensó.

Por un momento se imaginó hablando con el salvaje ese... glups, hubo de beber largo en ese momento, pues su boca parece que se secó de golpe... tendré que ser muy cauto.

Pero una cosa no comprendía... ¿Y de qué servirá? dijo para sí, pero en voz alta sin darse mucha cuenta... 

...calló unos segundos...

¿Pretendeis que se peleen o algo así? dijo en voz baja

Venesh sonrió complacido. -Efectivamente Ser. Si se pelean antes de la justa los dos acabaran encerrados en una jaula o puede que los descalifiquen simplemente. Pero son dos duros oponentes de los que no tendréis que preocuparos.

-Pero el honor es lo que nos lleva a realizar grandes hazañas. - Parecía algo decepcionada, pero no comentó nada más sobre el tema, excepto... - Y si apostáis a dos caballos ganadores, ¿no puede que os quedéis corto? Hay cierta posibilidad de que no ganéis ni vuestro elegid ni vos, ser. Aunque esperemos que eso no pase, o temo que vuestros bolsillos se verán vacíos.

Aceptó tu invitación con una galante sonrisa, mientras se apartaba el mechón que le colgaba con un gesto.

- Nunca podría rechazar semejante oferta. Es un honor para mí tomar algo con un apuesto competidor, y más si es el que quedó segundo en la feroz contienda.

Al ver que él cogía la jarra, se levantó apresuradamente, para quitársela delicadamente, y se puso a escanciar el vino ella misma. No derramó ni una gota, lo que denotaba que tenía experiencia en aquello. 

- Doblaría vuestro ofrecimiento con algo de comer, pero dudo que a estas horas encontremos algo más que una repugnante anguila - Tras confirmar su suposición, se volvió a sentar, no sin antes acercar la silla levemente, para poder hablar más tranquilamente - No olvidéis que el dothraki lleva cierto tiempo en estas tierras, y no sabemos hasta dónde conoce vuestras costumbres. Y si no es mucha molestia, decidme, ¿cómo pensáis ver a Jasper en acción, antes de apostar?

La comida, la bebida, el caballo, las armas, la armadura.... 

Si algo había conseguido aquel hombre con ese gesto era ponerme en guardia. Quizá fuera lo mejor, quizá no él pero otro podrían intentar sabotearme... 

Pasé hasta la habitación disponiéndome a no volver a probar bocado hasta la justa, al fin y al cabo solo quedaban unas pocas horas. 

- Tenéis razón Milady, no podré ver a Jasper en acción antes de apostar... pero mi apuesta no iba a ir dirigida ni al dothraki ni a ser Jasper... - sonreí con una mezcla de picardía y astucia.

Agradecí la experiencia, rapidez y precisión con que la joven sirvió el vino y después de dar un ligero sorbo expuse mis reflexiones: - Me gustaría ver a Ser Jasper en acción antes de enfrentarme yo a él... no por el tema de la apuesta. Respecto a la apuesta... hay muchos caballeros que empuñan bien la lanza... querría hablar primero con Meñique para ver cómo están las apuestas. -

Descansé mi espalda contra la silla y volví a mirar a la bella joven a los ojos: - No pensaba apostar todo mi dinero, sólo parte, para que en caso de ganar tenga un buen colchón durante un tiempo... y en caso de que no... aún me quedaría para una corta temporada. Soy un hombre reflexivo y poco impetuoso milady. Al menos en los negocios y la guerra. -

-¿Acaso sabéis de alguien que tenga todas las de ganar?¿Un caballero que aparezca de la nada, y los venza a todos? - Los ojos le brillaban de la emoción, deseando con todas sus fuerzas que así fuera. Para Daphnia, que había ido allí a ver un verdadero combate entre caballeros, no había nada que le pudiera apetecer más, que la posibilidad de un combate perfecto - ¿Y no podéis contarme quién es ese caballero, por favor?

La súplica contenida en su tono de voz era sincera, tanto como para hablar sin tapujos delante de alguien que no la conocía.

Me encantaría saber quién es, y verlo. Y si de verdad merece la pena, iría a hablar con él, intentando conocer sus habilidades, para el día de mañana, poder anticipar sus movimientos. ¿Realmente será el vencedor?

-Hacéis bien, ser Dalmau. Nunca sabemos cuándo la suerte se va a volver en nuestra contra. Y siempre se ha dicho que hombre prevenido vale por dos, ¿no?

Mantuvo unos segundos de silencio, y preguntó una última cosa.

-Entonces, ¿estáis aquí, en el torneo, por el dinero?¿Tan grande es vuestra preocupación por él?

- Nadie tiene nunca todas las de ganar, milady. Haríais bien en aprender tal cosa si no lo sabéis ya. - mis ojos no se apartaban de los ojos de la joven... Rebosaban sinceridad, emoción... pero Dalmau no se iba a dejar cautivar fácilmente. - Disculpad mi lenguaje pero esta vida es... muy perra por decirlo de alguna manera. - agaché la cabeza un instante, di un trago y volví a levantar la mirada: - Sí, soy un hombre de honor, pero también soy un hombre práctico. Es una rara combinación. Ha de saber que estoy en el torneo con un objetivo, y no es el dinero mi señora. Pero si no consigo mi objetivo, de algo tendré que comer. Me gustaría agradar lo suficiente al rey como para pedirle que me nombre caballero de su guardia personal. Es un gran honor, y mi... sueño. - era extraño pero me sentía cómodo hablando con la joven, y en un momento, así, sin más... le desvelé mis motivaciones para participar y sobretodo ganar el torneo.

Si Daphnia estaba decepcionada por las palabras de Dalmau, no dio ningún indicio de ello, aunque el que no hubiera un participante "estrella", ciertamente la desilusionaba.

-¿Entonces vuestra misión aquí es que os nombren parte de la guardia real? - Los labios de la joven surcaron una sonrisa alentadora, mientras su mirada divagaba por su rostro - Sinceramente, creo que lo conseguiréis. Y no creo que necesitéis ganar para conseguir tal honor. ¿Sabéis? En ocasiones es mejor el cómo nos comportamos, a si realmente conseguimos el premio. Os vi luchar, y en vez de lanzaros temerariamente, intentando vencerlos a todos, supisteis el momento preciso de actuar. Eso os llevó al segundo puesto. 

Tras reponerse con un largo trago de vino, prosiguió.

-Mañana, todos los ojos se centrarán en vos. Al ser una justa, de uno contra uno, cada movimiento que hagáis será decisivo. Os deseo mucha suerte.

Estando sentada, Daphnia no podía realizar una reverencia, pero en su lugar bajó grácilmente la cabeza, con solemnidad.

- Haré lo que pueda por hacerme con la victoria mañana, milady. Pero siempre con honor. - respondí a la reverencia de la joven con otra igual por mi parte.

- Gracias por vuestros deseos de buena fortuna. Espero salir airoso, y tanto si es así como si no, recordaré vuestras nobles palabras. - sonreí de nuevo. Me agradaba mucho la forma de pensar de la joven dorniense...

- Creo que no queda mucho de banquete, y me encanta disfrutar de vuestra compañía... Pero creo que voy a retirarme, quiero descansar para la justa. - la sonrisa y la conversación de la joven me animaban... pero iba siendo hora de dormir. No quería que el cansancio o la resaca que alguno de mis rivales sufrirían me pasaran factura a mí.

- Que paséis una buena noche, bella Daphne. Si mañana gano mi primera justa, os la dedicaré a vos. - me levanté, hice una profunda reverencia y con esa despedida me retiré a mis aposentos... el banquete se había alargado mucho para mi gusto, pero la aparición de la joven Yronwood me había renovado de energías... incluso me había dado cosas en qué pensar para el torneo...