Partida Rol por web

A la mañana del dia siguiente se dispuso que fuera el comienzo de la prueba para todos, asi ninguno tendria ventaja sobre los demas.

Era un domingo gris y nubloso, frio. Las nieves del invierno se asomaba por encima de las cimas mas altas a lo lejos, en el horizonte.

Los criados dispusieron tu caballo y cuanto pudieras necesitar. Tu destino era el frio norte, una ciudad llamada Sherar, el hogar del comercio y el puesto avanzado de los mercaderes de esclavos. Algunos comenzaban a llamarla la ciudad sin ley pues, veladamente, se comentaba que hasta los recaudadores del reino se corrompian en aquella ciudad.

Se te dispuso una escolta de dos hombres, dos soldados curtidos y habiles con la espada como seguridad pero nadie dudaba ni por un momento que ante tu presencia cada hombre, mujer y niño de Sherar bajaria la cabeza en sentida reverencia hacia la corona. No se esperaban altercados ni problemas....

Albert fue hasta los caballos que ya estaban preparados, se había vestido con sus ropas de viaje de invierno, hacía ya frio en Asdrom y el viaje hacía el norte iba a ser duro, Mark estaba a su lado sonriente y abrigado para la partida, iba a ser una experiencia para él y estaba entusiasmado con el viaje.

.- esta todo listo? .- preguntó a los criados en tono amistoso .-

se aseguró de que llevaba todo lo necesario y sus armas, llevaba mucho tiempo sin luchar, pero no había dejado de entrenar en algunas ocasiones, y Albert siempre era precavido, y más cuando su hijo estaba con él.

Ayudó a montar a Mark y subió al caballo .- cuando querais.

- Señor, Sherar no es ciudad para un niño... Es un antro de la peor calaña. ¿Estais seguro de querer llevarle?.- pregunto.

El niño te miro suplicante, habia estado toda la noche en vela, nervioso por el viaje, queria ir mas que nada.- Padre, quiero ir... sere bueno, lo prometo.

Lo que decía el soldado había estado dando vueltas por la cabeza toda la noche a Albert, había prometido a Mark que lo llevaria consigo pero realmente el chico aun no estaba preparado para ese viaje, pero no podía arriesgarse en dejarlo en el castillo.

.- Edwar, ya había pensado en eso, pero Mark ya es suficientemente mayor para empezar a aprender a ser un principe, y viajara con nosotros.-

- Como gusteis señor. El tutor su hijo se reunira a la comitiva a la salida de la ciudad.- dijo Edwar subiendo a su corcel.

-Deberiamos ponernos en camino cuanto antes, asi llegaremos antes de la noche.

.- pues que así sea .- espoleo su caballo y salieron por la puerta principal en dirección al norte, muchos pensamientos rondaban por la cabeza de Albert y aun podía oler el olor de Anne en su ropa, era un arma de doble filo y el lo sabía, pero había apostado por esa carta, y en los naipes nunca se sabe quien va a tener la suerte.

Al salir de la ciudad encontrasteis al tutor de Mark y con el grupo ya formado partisteis a la ciudad de Sherar.

Tu hijo se puso a la altura de tu tutor y oiste durante el viaje como le instruia sobre arboles, caminos e historias que tuvieron lugar en los campos que atravesasteis. Era un hombre inteligente mas, por como hablaba, intuiais que en algun momento de su vida porto una espada.

Siguiendo el horario previsto divisasteis la ciudad al fondo, rodeada de una muralla enegrecida salpicada de verde moho. La puerta principal estaba abierta y sin custodia. La gente entraba y salia con completa libertad. Un carro paso en direccion contraria a vuestro lado cargado con tres mujeres semidesnudas dentro de una jaula metalica. Esclavas recien compradas segun parecia.

Al atravesar la puerta, el olor a inmundicias lleno vuestras fosas nasales como una bofetada. Orina y eces se mezclaban con el barro de la entrada mientras por donde quiera que miraseis habia puestos montados de todo tipo de mercancias. En un puesto ofertaban gansos vivos, en otro pegado a este, pescado de dudosa frescura. Justo enfrente frutas y sandalias...

El lugar habia degenerado de un modo que ninguno esperaba...

La gente iba y venia ignorando vuestra presencia, comprando y vendiendo a gritos, en una ensordecedora sinfonia de fondo... En cada callejon una chica ofertaba su propio negocio, en mitad de la calle y sin ningun pudor, atendia a los sus clientes alli mismo.

Albert iba observando a cada paso de su caballo a su alrededor, la ciudad pintaba muy mal, pero al mismo tiempo tenía muchísimo potencial, para convertirse en un mercado como tenía que ser, estaba todo desordenado, sucio, pero las monedas iban y venían de un lado a otro, y eso era mucho.

.- esto esta peor de lo que me temía Edwar... vamos a tener mucho trabajo aquí .- disminuyó el paso y fue pasando entre los puestos de los mercados, observando las mercancías, y como actuaba la gente, miró en busca de alguna guardía que controlara todo el mercado, pero se notaba a años luz que ahí hacía tiempo que no se controlaba nada.

.- donde nos alojamos Edwar?

Al final de esta calle hay una fuente. Justo frente a ella se encuentra nuestra posada, señor. Es la de mejor de la ciudad pero no se cuanto puede ser eso viendo como a caido la ciudad.- comento Edwar

El tutor tapo con su cuerpo, avanzando un par de pasos, el campo de vision del pequeño para que presenciara alguna escena que a su edad no deberia de ver. Curiosamente, los niños de la ciudad, jugaban entre las prostitutas con la mayor normalidad.

Al llegar a la posada viste que los modales de la gente tambien habian caido en picado cuando os lanzaron las llaves al mostrador con un gruñido.

Era una posada limpia y medianamente confortable. No era un antro pero tampoco relucia como antaño y teniais la sensacion de que la nobleza imponia poco en aquella ciudad donde el unico dios al que respetaban era el dinero.

Albert no hizo el mínimo caso de los pocos modales de gente de la ciudad con él, si tenía que apresarlos por no presentarle los respetos tenía que apresarlos a todos y quería normalizar la situación poco a poco, recogieron las llaves y subieron hacía la habitación para dejar sus equipajes.

Así como había visto como  se las gastaba en la ciudad, había decidido que Mark solo se quedaría un día y que volvería con el maestre y uno de sus soldados al día siguiente, para él habría sido una buena experiencia y habría viajado algo por el reino, era suficiente.

Se quitó la ropa de abrigo y se colocó un jubon limpio y se aseo la cara, tenía que empezar cuanto antes, si quería arreglar esa pocilga.

.- Mark tu te quedarás aquí con el maestre, quiero que repaseis la historia de este lugar y a mi regreso me contarás lo que has aprendido.- Miró al maestre y habló con él a un lado de la habitación, para que Mark no lo oyera.- quedaros aquí y enseñarle al chico algo de historia para que este entretenido, uno de mis guardias se quedará para custodiaros y no dejais entrar a nadie, entendido? .-

Se acercó a Edwar y le dijo con tono solvente.- nosotros vamos a ver lo que se cuece en esta ciudad .- agarró su espada y se colocó el cinto, presto para salir.- nuestro primer destino será el hombre que esta al mando de esta ciudad y los que se encargan de la seguridad.-

El niño se quedo con desgana escuchando las historias de su tutor. Ninguno de los hombres que dejaste a su cargo dejaria que le pasara nada al niño, por quien era y por el afecto personal que le procesaban al pequeño.

Edwar salio contigo tenso como la cuerda de un arco.- Se rumorea, señor, que los bandidos usan a menudo estas calles para vender lo robado en sus fechorias pero nunca a sido provado.- te comento mientras te ponia al dia de los pormenores de la ciudad.-Sherar lleva seis meses bajo el mando de un hombre de confianza de vuestro padre, vive en la zona alta. Sus informes distan mucho de lo que pasa realmente, puede que este abusando de la confianza de vuestro padre... en cualquier caso no me gusta como pinta esto, señor.

Albert se ajustó la capa y la vaina cuando salieron a la calle, escuchando atentamente a su soldado .- en la zona alta dices... pues tendremos que hacerle una visita, quiero ver quien es y como se las gasta, y mejor no demos aviso de nuestra llegada, a ver como lo encontramos, esto huele a rata de cloaca y seguro que la corrupción lo corroe por dentro.-

Como pensabas, en la zona alta olia mucho mejor y las casas no eran barracones de piedra sino construcciones solidas, hermosas, dignas de nobles. Por sus calles si se veian soldados en lugar de fulanas, soldados obesos y sonrientes, relajados...una verguenza para cualquier destacamento.

Aun asi nadie os impidio ir hasta la puerta principal.

Al llegar a la puerta principal Albert se colocó ante los guardias ociosos que estaban pululando por ahí .- decidle a Gumus, que Albert de Asdrom esta aquí para realizarle una visita de cortesía, y que espero sea recibido como se merece un principe en su reino .-

Mientras hablaba el principe siguió caminando hacía la puerta, esperando unos segundos por pura cortesía .- si no recibimos respuesta Edwar... entraremos sin el consentimiento de nadie.-  y entró junto con su soldado en el recibidor.-

Los guardias pensaron que era broma por un segundo. Edwar miro tajante, sin sonrisa a uno de ellos y este reacciono como un idiota nervioso.-Si mi señor, por favor... pase... yo... esto.. enseguida.

Te abrio la puerta y encontraste casi tantas riquezas como en el propio palacio, incluso cosas que no habias visto nunca, jarrones de porcelana fina, casi mas altos que tu propio hijo, estatuas de mujeres desnudas y todo tipo de cuadros adornaban las paredes.

Entraste en un salon enorme, con una replica del trono de tu padre pero algo mas burdo y pequeño, con el culo del viejo noble en el. Se levanto a tu encuentro como si fuerais amigos.- ¡Mi buen Albert! Cuanto habeis crecido, la ultima vez que os vi teniais el tamaño de un gato. ¿Que os trae por mis dominios, mi señor.?

Albert se adelantó con cara de pocos amigos, y fijo sus ojos en el noble .- Querido Gumus... .- dijo con cortesía.- no son vuestros dominios, son los dominios del rey... y por lo que veo la vida por aquí os va de maravilla.- sonrió levemente, no quería entrar al trapo con el noble de mala manera, ya habría tiempo para ello.- aunque que creo que la situación allá fuera no es tant prospera como espera de un sitio como Sherar, centro del comercio en nuestras fronteras norteñas .- puso una mano sobre el hombro del Gumus .- contatadme, contadme, ¿que tal os va la vida por estos lares?

-Si os dijera que mal os mentiria. Los diezmos que mando a su magestad son mas abultados cada mes, el comercio florece en cada esquina y de cada trato el gobierno se lleva un minimo porcentaje, todo legal, naturalmente y si quereis puedo llamar a los escribas para que os enseñen las cuentas.- dijo complaciente, demasiado... seguramente tuviera dos cuentas distintas, unas reales y otras preparadas para agradar los ojos del rey.- Cierto es que alguna parte del mercado necesita una reforma, lo he intentando pero ¿Donde trasladar los puestos mientras se empiedran las calles? Ademas, esos animales seguirian cagando en el suelo, no tienen educacion ni modales pero ¡por los dioses! que saben vender.- dijo ofreciendoos con la mano una seleccion de bebidas alcoholicas que reposaba en una mesa.

Albert rechazó las bebidas alcoholicas con amabilidad .- no gracias, prefiero algo más aguado para poder saciar la sed del viaje, vino aguado o hidromiel .- Albert dió una vuelta por la estancia, observando todos los objetos variopintos que allí había y examinadolos .- pues serias muy amable si me podriais traer todos esos libros de cuentas, y cuando dijo todos son todos.- espero a que mandara a algun subordinado a buscarlo y mientras se sentó en lo que era su trono.- querido Gumus tendré que recibir en audiencia a unos cuantos habitantes de la ciudad, por lo que esta sala me parece perfecta para estos menesteres, supongo en que no teneis ningun inconveniente en prestarmela, no?, esta ciudad tiene mucho potencial comercial, mucho más de lo que os imaginais, por lo que habrá que revisar todo el sistema para sacar el máximo provecho de lo que aquí se cuece.-

¡Por eso mismo vuestro padre me dio el mando!.- dijo sintiendose afrentado. Veia que su poder estaba en peligro, mas cuando le robaste su preciado asiento.- No tiene de que preocuparse, los diezmos han subido, estamos recolectando mas dinero para la corona que el resto de ciudades juntas, ¡No comprendo esta falta de confianza tan repentina! Las cosas van bien por aqui...

Recordo con quien hablaba y tomo aire, debia cambiar de estrategia.- Porque no se relaja, le prepare una habitacion y mandare a las chicas mas bellas mientras preparo los libros en mi despacho. Cuando vea que todo esta bien, podra irse.