Partida Rol por web

El bichito no parece tan pacífico como presuponía.... ups....  - Echo unos pasos hacia atrás, la capa se alza al revuelo del rápido movimiento cuando alzo los codos y frente a mi trazo unas señales mágicas acompañadas de apenas un susurro, la luz violácea sale de mis manos ondeando en el aire a gran velocidad para impactar en el pequeño ser cubierto de pelo

El monstruito lanza un alarido espeluznante cuando el rayo de Habib le impacta, como los niños enanos mueve los brazos a los lados muy enfadado y girando sobre sí mismo -Glek glek glek yaglglh k'l - la rabieta termina cuando la mano de Vorth se posa sobre él en ese momento queda unos momentos parado y mira hacia un lado resoplando para ver venir el hacha de Zulf que le da en plena cara el golpe suena como si golpeara un árbol y unos momentos os quedais observando al enanito que se sujeta la frente y gruñe dolorido.

Grrrrrrrrrrrr- Enseña los dientes, parece adorable, de no ser por su mal genio sería una mascota genial, pero el monstruito tiene otras intenciones y sin que nadie se lo espere gira sobre sí mismo para atacar a Zybax de un garrazo pero éste se aparta... ahora mismo, rodeado y sin escapatoria... parece tremendamente inofensivo, y vosotros mismos no podeis evitar sonreír ante este hecho.

Uhm... - La sonrisa se desvanece de la cara de Zulf cuando ve que su hacha se está quebrando entre sus manos, allá por donde ha golpeado el acero se ha empezado a deshacer y el resto del metal se escarcha a gran velocidad agrietándose y haciendose añicos, la madera que sujeta Zulf empieza a crugir y un hilo de escarcha avanza como una culebra hacia las manos del portador

La madre que lo parió...-dijo por segunda vez.

No solo congeló las flechas, también el hacha. Vorth no se iba a arriesgar a tocarlo de nuevo no fuera a ser que se le congelara la mugre de debajo de las uñas. Dió un par de pasos atrás y lanzó un escupitajo.

¡Maldito seas, peludito del infierno! ¡Así te caigas de culo y se te quede pegado al hielo!

Su lapo empezó a burbujear corrosivamente influído por el mal de ojo, pero apenas se alejó un par de pulgadas antes de caer en el hielo.

 - ¡Maldito!

 No daba crédito a lo que sus ojos veían, su arma se había hecho añicos, eso en un mundotan hostil era poco más que una sentencia. Pero a parte la criatura seguía dando por el culo. Sin dejarse llevar por la angusta de perder su arma, sacó el puñal de hueso que tenía en el cinturón e hizo una seña a Zybax para que el bichejo quedara entre los dos y así darle mejor.

 - ¡Ahora veras, renacuajo!-  Masculló mientras esgrimía el puñal con saña contra la espalda del enegendro, con la intención de destriparlo.

El monstruo se revolvió ante mi ataque mágico, así que sin racanear conjuros decidí repetirlo - Saeta infalible - La energía violácea salió despedida de nuevo desde mis dedos para pasar bajo el brazo de Zulf y impactar en la nuca del peluchito

El puñal de Zulf se clava profundo en el cuello del bichejo y la saeta de Habib hace que hinque las rodillas, tras un gemido nada agradable se encoge como un ovillo y queda inmóvil. El puñal de Zulf empieza a cubrirse de escarcha y el bárbaro solo puede dejarlo en el suelo para contemplar tristemente como se hace añicos y se parte en mil pedacitos.

El duende va cubriéndose de escarcha poco a poco hasta que finalmente queda transformado en una bola de nieve.... ante vosotros, aún quedan tres caminos por escoger, desde el guardián del laberinto que no habeis descansado y aún es temprano para darse un alto.... tal vez sería conveniente escoger cuanto antes el camino a tomar antes que más peligros aparezcan

Zybax estuvo a punto de dejar caer su hacha sobre el pequeñajo, pero la velocidad de su compañero no le permitió hacerlo... y así salvó, probablemente, su hacha.

El enano apoyó su arma en el suelo y miró sorprendido el montón de pelo que había destruido las armas de Zulf y, en un acto de compañerismo le entregó su daga - Trata de no "helarla" - bromeó sabiendo que un compañero armado resultaba más efectivo que uno desarmado - No tengo más que esta -

Durante un par de minutos respiró profundamente,intentando calmarse y abandonar el estado combativo en el que se había sumergido y finalmente miro a los demás - No esperemos aquí, no quiero pensar que este cosa tenga un compañero - comentó antes de asomarse al que el pensaba que era el camino, el "central" - No nos demoremos, las dudas pueden ser tan peligrosas como el hielo... y como mi hacha - explicó en un rapto de cordura

- Y al próximo peluche lo matamos antes de que se acerque - propuso muy seriamente - si nos quedamos sin armas no sobreviviremos demasiado tiempo -

 Por suerte aquel maldito ser no vivió mucho más, el proyectil arcano lanzado por el recién llegado terminó de noquear al despreciable ser que ya nunca más despertó.

 Dejó caer su puñal antes de que el frío de este le quemara la mano y miró con rabia como el puñal se quebraba. Pero por lo menos vivían para contarlo... o mejor dicho, para continuar.

  Zybax le dió su puñal para no dejarle desarmado.

 - Gracias, procuraré no dejar que se hiele. Muño mejor combatir con un puñal en las manos que ver estallar los virotes.- Dice mientras recuperaba la ballesta ligera.

 Luego se giró para mirar los pasos a seguir.

 - Yo votaría para ir por la grieta. Es el paso que queda más a la derecha.- Sice mientras cargaba de nuevo con las pieles.

Vorth le dió con rabia una patada a la bola de nieve que había quedado, como si eso fuera a darle el mérito de haber acabado con el monstruito.

Zybax te ha restituído tu puñal. Yo debo de restituir tu hacha. Como no tengo...-se mira de arriba abajo, buscando un objeto equivalente-Como no tengo te doy mi bastón.

Tiró del palo para que se deslizara entre su barriga y su cinto, hasta dejarlo libre. Luego lo entregó como había dicho. Ahora faltaba decidir el camino a seguir... y cada uno de los enanos fuertes e intimidantes tomaba una ruta distinta. Así que daba igual a quién apoyase, siempre enfadaría a uno.

Sí, por favor. La grieta. Es lo suficientemente grande como para que nos ataque una criatura muy grande, pero la galería es lo suficientemente grande como para que nos ataque un monstruo muy, muy, muy, muy grande. ¿Os imagináis si la bola de pelo llega a ser solo una cría de algo... de algo tan grande?

- Pero debíamos ir por el centro - responde Zybax que empieza a ponerse nervioso y mira a su alrededor, esperandoque no aparezca otro muñequito - No recuerdan... "Central hasta Dragón / Derecha hasta Escarcha que son peces / Y derecha y más derecha y más derecha hasta salir - recita de corrido. Tras pensarlo un momento más añade - Y NO escuchar al Wendigo -

- Uds vayan por donde deseen, pero yo SE por donde debemos ir - insistió dando un para de pasos más en dirección al tunel que el estimaba correcto

No entiendo nada... ¿La pared del dragón no era la fachada de hielo que tiene esta cueva? Pues yo por eso pensé que ya habíamos pasado el dragón...

Vorth miró a Zulf esperando que le sacara de dudas, pero tras el ataque de los tentaculosos, fueron a sobrevivir los más listos... ¡Cómo se echaba de menos a Zarstark!

¿Qué hacemos, Zulf? ¿Le dejamos solo?

 Zulf parecía incómodo.

 - Cietamente la pared del dragón, creo que es cuando entramos en el laberinto. Ahora debemos ir hacia la derecha, la derecha, la derecha... hasta llegar a la escarcha que son peces.- Dudo unos instantes antes de añadir.- Zybax, estás seguro del camino. ¿Completamente seguro?

- Ah! Claro - Finalmente Zybax entendió los planteos de sus compañeros - Esa "podía" ser la central y ahora habría que ir por la derecha - reconoció en un alarde de generosidad - La derecha que... caramba.. habrán sabido de esa pequeña grieta? - preguntó antes de encogerse de hombros

- Uds mandan. Yo solo se usar mi hacha - terminó reconociendo mientras, contradiciendo su propias palabras la enfundaba y recogía el arco que había abandonado durante el combate - Busquemos la escarcha que son peces por donde crean mejor. Yo los sigo. Porque el hielo es peligroso, pero mi hacha lo es aún más - completó sus palabras, sin ningún tipo de necesidad, con su frase favorita.

 Zulf asiente ante la reacción de Zybax, claramente relajado. Eran pocos y era importante que todos fueran a una.

 - Lo desconocemos, desconocemos si la grieta la tenían en consideración o si es reciente. Pero siguiendo sus indicaciones al pie de la letra, deberíamos pasar por ella. Esperamos que los Ancestros nos guarden.

 Dice mientras carga de nuevo la ballesta ligera, lista para descargarla ante más guardianes o moradores del laberinto.

  Rulf, aguarda.

Habib esperaba, de nuevo a oscuras, a que los enanos se pusieran de acuerdo, deseando que acertaran a la primera y se acabara esa pesadilla.

Por lo que decís, la clave está en que la grieta sea una abertura nueva o que una antigua se desmoronara parcialmente y dejase la grieta. Creo que habría que intentar averiguar si el túnel de la grieta es antiguo o nuevo. Vosotros podéis ver. Yo no he tenido tiempo de dilucidarlo. 

Vorth resopla aliviado. Seguir a Zybax significaba morir de hambre y seguir sin él significaba no tener quién les defendieran ante el próximo habitante de la caverna que se encontrasen.

Bien... bien... A partir de ahora las cosas nos irán a mejor. Lo presiento... Vamos, Habib. Seré tu bastón.

Ayudó al "enano alto y sin barba" a levantarse y lo encaminó a la grieta.

Entrais por la grieta, suficiente ancha y alta para blandir las armas en todas direcciones sin obstáculos, el suelo es resbaladizo y en pendiente descendente. El túnel es más estrecho que los enormes galerías por las que habeis andado, tan tranquila y silenciosa como las demás, siempre con cuidado descendeis y descendeis, no hay riesgo de perder el equilibrio mientras vayais despacio y no piseis en mal lugar. A las dos millas el tunel vuelve a ser tan ancho como el resto y cuando sumais distancias podeis ver la magnitud del derrumbe. Caminais durante horas, pendiente abajo. Ya llevábais media jornada, y sería momento de empezar a descansar, aunque el lugar no es el más adecuado, tal vez deberíais seguir adelante.

El enano avanza tras sus compañeros sin dejar de pensar que la elección ha sido errónea, pero sin estar lo suficientemente seguro como para discutirlo con el resto del grupo "Espero que lleguemos a algún lado" pìensa y, por momentos murmura mientras mantiene su arco listo para usarse, si algun peligro se les echase encima

- Supongo que afuera sería hora de dormir - propone Zybax reacio a admitir que un descanso le vendría bien - Aunque recostarse en esta pendiente puede ser tan peligroso como el hielo... o mi hacha - completa dando su parecer