Partida Rol por web

Habib sintió el pinchazo del arma de uno de los seres que les atacaba. Había retrocedido al menos, por lo que esperaba poder conjurar una luz y atacar con su magia sin problemas. Pero aguantarían sus compañeros el tiempo suficiente? Tenía que ayudarles o morirían antes de que pudiera hacer nada. 

Sognolencia inmediata!

Conjuró a la misma distancia que había estado él. Aguantad, luchad con prudencia!

El hombre pez frente a ti aguanta como un campeón y te mira con una sonrisa piscícola mientras la cortina de polvo brillante cae sobre vosotros

 El maldito bastón se había medio congelado y su superficie se tornó medio resbalazdiza y por ese motivo el maldito ser logró quitárselo al enano antes de que este le atacara de nuveo, no solo eso, sinó que le arreó un bastonazo en el rostro aún quemado por el contacto gélido del maldito ser rollizo.

 Con las ansias de sobrevivir, Zulf, tremendamente herido, lanza un tremendo alarido, sobreponiendose a los efectos de aquella brujería y saca la daga que le diera Habib a la vez que se abalanza contra aquel maldito ser esgrimiendo el filo de aquella arma menuda.

 El filo de la daga, esgrimido con la fuerza de la desesperación, logró abrir una tremenda brecha en el hombre-pez.

Afortunadamente pudo orientarse gracias a que se había acostumbrado ya a moverse durante kilómetros por la oscuridad. 

- Esto no quedará así!! - Zybax, furioso por la situación, decidió que era el momento de explicarle, en los hechos, a esos pescados con piernas que podía hacer un enano cuando alguien conseguia enojarlo

- El hielo es peligroso... pero mi hacha lo es más! - insistió mientras se acercaba y tomando su hacha con ambas manos, la dejaba caer con fuerza contra el cráneo del ser que lo había golpeado - Y ninguna "escarcha" va a conseguir vencer a cuatro enanos bien decididos - insistió, incorporando a Habib a su raza mientras observaba como parte de los sesos del pescado se perdían en el hielo

La puñalada de Vorth es suficiente para que el bichejo se descuide su espalda, el porretazo que recibe de Zybax le deja con los ojos bien abiertos, unos segundos en pie y se desploma como una columna de espaldas dejando que la herida de su cabeza riegue el suelo, aún mueve la boca el muy malnacido sin articular ningún sonido, solo como un pez fuera del agua.

El golpe de Zulf también acierta al hombre pez, la daga se clava profunda en el vientre y surge una cascada de sangre al retirarla del cuerpo, el hombre pez empieza a proferir tremendos alaridos de rabia y con ambas manos trata de clavar a Zulf al suelo. El enano esquiva el golpe y el tridente clava el suelo de hielo rebotando hacia un lado y saliendo disparado de las manos del hombre pez que continua gritando como si aún empuñara su arma.

Graaaak Glukuk

  Al retirar la daga hacia atrás, la sangre emana de la tremenda herida, empapando en parte las manos del enano quien viendo como el temible hombre-pez pierde el arma, se abalanza de forma precipitada esgrimiendo de nuevo la daga.

 Pero el enemigo se guarda bien de dejarse herir de nuevo por el enano enloquecido.

Estoooo... El caso es que solo somos tres enanos, Zybax, así que la cosa está igualada.

Vorth se unió a Zulf en el enfrentamiento con el otro pez y trató de distraerlo. El puñal del hechicero se movía como un... como un cuchillo agitado por un enano.

¡Habib! ¡¿Qué pasa con ese conjuro de luz?

Habib lanzó el conjuro de luz de una vez, confiando en que su anterior magia había dado resultado. Quizá el ruido era de otro enemigo, ya que no estaba seguro de cuantos había. Para su sorpresa, yacía muerto uno de ellos y el que quería haber dormido seguía dando batalla. Dio unos pasos y se preparó para curar a Zulf. Estaba muy herido. El hielo de su alrededor estaba tiznado de rojo por la sangre que le manaba de varias partes. No aguantaría otra herida. 

Proteged a Zulf!

- Tres?... no eramos cuatr... - repentinamente Zybax se interrumpe al darse cuenta que Habib no es, por más que los esté acompañando, un enano

- No importa. Lo importante es que queda un pescado menos... - asevera mientras aferra con fuerza su hacha y avanza decidido hacia el hombre pez sobreviviente. Furioso como está consigo mismo por su error racial, deja caer el arma sin demasiada precisión, permitiéndole sobrevivir al hombre pez por unos segundos más.

El bicho parece más que enfadado, observa a Zybax cuando su tridente araña la ropa de Vorth, el hombre pez parece inmerso en alguna clase de rabia semejante a la de los bárbaros enanos, Vorth abre la boca para mascullar y gira la vista hacia su barriga donde ha recibido el arañazo cuando siente los delgados dientes como aguja cerrarse sobre su cabeza, el hechicero echa un paso hacia atrás y el mordisco resbala dejando unas heridas que comienzan a sangrar profusamente tintando de rojo la faz de Vorth.

El hombre pez ya no habla en su gutural idioma, y está preparado para lanzar golpes y dentelladas a cualquiera de vosotros y quien se acerque para ayudar. Para Habib, el monstruito resulta más extraño aún si cabe, y ver a sus compañeros sangrando y peleando... rodeando al hombre pez.... hacen parecer a éste un experto combatiente capaz de mantener a raya a los enanos una eternidad

¡Aaaaaah! ¡Mi cara! ¡Me está comiendo la cara!

Con la vista manchada del rojo que resbala de su frente, Vorth se apresura en golpear con la daga. Pero la sangre no le deja ver bien... o el pez se escabuye con una agilidad fabulosa... o simplemente Vorth es un inútil, la vergüenza entre los enanos a la hora de manejar un cuchillo.

- NO, no, no. No debes comerle la cara a mis amig... compañeros - asevera Zybax mientras eleva el el hacha y tomandola con fuerza con ambas manos la deja caer nuevamente sobre el cuerpo del pescado andante.

- Tu no eres peligroso - le insiste - El hielo lo es... - asevera mientras ve como el filo de la misma corta escamas y tendones - ... y mi hacha también - asegura al ver, con una sonrisa, el daño que ha producido

La situación seguía siendo desesperada. Su magia no le hacía efecto y combatía con tal ferocidad, que tenía a los enanos a punto de caer. En su posición podía curar tanto a Zulf como a Vorth. Pero Zulf tenía varias heridas y presentía que no duraría  mucho aunque vencieran. 

Soy el canal de tu curación. Rezó mientras una tenue luz emanaba de la mano que se mantenía a un distancia ínfima de la piel descubierta de Zulf.

El monstruo cae bajo la peligrosa hacha de Zybax, y en el túnel solo quedan vuestros resuellos y las palabras mágicas de Habib. Durante un rato esperais que aparezcan más.... pero nada ocurre, de nuevo el silencio se apodera de todo y Habib se refugia de la oscuridad bajo el paraguas de su luz mágica. Un rápido vistazo a los hombres pez para ver que no llevaban gran cosa, aparte de sus tridentes una bolsa con cuatro brillantes monedas de plata.

Al notar como el último de los pescados caía muerto bajo el filo de su hacha Zybax apoyo la misma en el hielo y respiró profundamente, dejando que su corazón volviera a latir a un ritmo más adecuado a su supervivencia

- Central hasta Dragón / Derecha hasta Escarcha que son peces / Y derecha y más derecha y más derecha hasta salir... Y NO escuchar al Wendigo - las palabras, tal como el las recordaba, surgieron de sus labios mientras miraba los cadáveres de quienes los habían atacado - Así que esta es la escarcha que son peces - comentó como al pasar mientras enfundaba su hacha y volvía a buscar su arco de donde lo había dejado caer - Ahora solo nos queda ir a la derecha siempre que debamos elegir... y seguir vivos hasta que no debamos escuchar al Wendigo - completo sin saber QUE era un Wendigo, pero dispuesto a nos escucharlo

Habib empezó las curaciones antes de que terminara la luz. Con luz volvía a sentirse fuerte y seguro.

Ha sido una lucha dura. Dejadme curaros...

¡Una moneda por barba! Va a ser cierto que nos acercamos a la ciudad comercial de los elfos si empezamos a ver dinero.

Vorth repartió las monedas entres sus compañeros. También cogió uno de esos tenedores con los que los peces pinchaban.

Ahahaha... Miradme, soy un enano con un tenedor gigante.

Uhm... ostras, esto es complicado de manejar. ¿Qué tal se te da a ti, Zulf? ¿Te haces a su uso? Yo creo que voy a retomar el clásico bastón.

 Estaba dispuesto a vender cara asu vida al pez mutado aquel, cuando sintió la cálida caricia de Habib llenándole de vigor y esperanza. Estaba a punto de abalanzarse contra el ser que casi arranca de un bocado la cara de Vorth cuando ve el ser cae al suelo, inerte con una tremenda herida causada por el hacha de Zybax.

 Oteó los alrededores, respirando con fuerza esperando más peligros si cabe... pero el tiempo pasa, y otra curación le brinda Habib, pero no aparecen más adversarios... y finalmente la tensión baja y siente como la energía le abandona en parte.

 - Ha ido justo... otra vez...

 Dieron un vistazo a los cuerpos mientras él se guardaba la daga limpia y recogía el bastón del suelo y se lo entregaba a Vorth.

 - Toma, te lo cambió por el tenedor.- Esboza una sonrisa sin demasiado humor.

 Luego se giró hacia Habib y asiente con firmeza.

 - Gracias. Si sigo vivo, es parte gracias a ti. Gracias a ti puedo continuar con mi búsqueda. Gracias.

 Zulf esgrimió un par de veces el tridente en el aire, era muy parecido a una lanza, pero un poco más pesada y menos aerodinámica.

 - Tendrá que servir...- Dice mientras las inspecciona con ojo crítico.

 Finalmente la dejó al suelo para apoyrarse en el mango a modo de cayado y pregunto.

 - Nos tomamos un descanso... yo personalmente continuaría para adelante, no fuera a ser que llegaran más pescaditos buscando a sus amigos.