Partida Rol por web

 Zulf, a pesar de la monotonía y el cansancio que esta producía, hubiera preferido no encontrarse con nadie. Eso de forma habitual, pero ese caso era distinto... serían algunos de los supervivientes... ¿estaría Rulf entre ellos?

 A pesar de ello no permaneció inactivo y tras cargar su ligera ballesta avanzó con esta, a la espera de poder ver mejor de quienes se trataban...

¡Frozy, ven! llamó el druida a su compañera hasta saber más sobre ese grupo que se aproximaba. Mientras, sacó la honda y un puñado de guijarros ya que, aunque apenas iba a hacer nada con ellos, esperaba que el otro grupo no se diese cuenta.

- Y ahora que! - el loco, malhumorado, tomó su arco y una saeta mientras intentaba descubrir quienes ó que era lo que se les acercaba

Enviaron dos expediciones antes de nosotros... por favor, que se trate de ellos...

Vorth silba. Dos silbidos cortos y seguidos, para asegurarse de que Plik estaría a su lado antes de que los extraños llegasen a ellos. Con el pelaje blanco del armiño y toda esta nieve, imposible para la vista poco entrenada de Vorth saber si su familiar ya estaba allí, junto a él.

¿QUIÉN VA?-gritó en el idioma común.

Hacen un acercamiento, preparan sus armas: unos enormes garrotes claveteados con piezas de armadura rota y estacas de madera que empuñan a dos manos, van cubiertos de capas y al acercarse podeis adivinar casi con total seguridad que se trata de enanos ¿Qué otra cosa hay aquí fuera?

Somos las estacas de Mattut, entregad vuestras armas o morid - Responde en común la que ahora sí identificais como la voz de una enana. Suponeis que pueden tratarse de vagabundos o nómadas. Son un grupo de seis, tal vez perdieran casi todo su grupo pasando la última semana de oscuridad a la intemperie, y ahora, tan poco numerosos no tendrán ninguna posibilidad aquí fuera.

Aún así, se acercan con intenciones claramente hostiles, si pretenden negociar, leer los convenios no será el primer paso

El cielo está cubierto por la capa grisácea que no deja de lanzar sobre vosotros la dolorosa y fría llovizna, que se clava sobre vosotros sin producir más efecto que la molestia de la humedad y el viento

Hermanos. se dirigió a ellos con voz calmada Karstark. A las claras se os ve maltrechos y que llevais una temporada larga a la intemperie. Podeis pensar que nos superais en número pero mi amiga dio un par de palmadas en el lomo de Frozy, quien gruñó quedamente puede contar como dos, eso sin contar que nosotros llevamos apenas un par de días de camino, por lo que el frío aún no nos ha entumecido y estamos frescos como el hielo...

Miró alrededor tranquilamente. Antes de pensar en tintar esta nieve de rojo, os aconsejaría daros la vuelta y tomar una dirección contraria a la nuestra durante al menos un par de días pues está claro que, si nos sobrevivierais, sería en unas condiciones que os dejarían pocas posibilidades aquí afuera...

- Si, claro, claro - el enano se gira un momento, para mirar a su compañero - Y entonces, los estás distrayendo para que les pueda disparar o realmente quieres convencerlos? - le preguinta sin analizar quien puede estar oyendo sus palabras

- Porque nos amenazaron, así que están muertos - asegura mientras extiende la cuerda de su arco y apunta al primero de los encapuchados. Sin embargo, pese a sus palabras, retiene, por un momento el disparo

Hermano. respondió a Zybax. La carnicería que montaríais aquí solamente atraería animales en busca de carroña y no creo que a ninguno de nosotros o de ellos, si lograran huír, nos apetezca tratar con un oso de las nieves hambriento o una manada de lobos desesperados...

Karstark sabía que solamente tenían una oportunidad de no entrar en combate pero sus compañeros parecían deseosos...

El hechicero estaba confundido... el druida parecía una persona inteligente, mucho más que Vorth, así que sus palabras debían ser ciertas: matar atraería a depredadores. Eso era malo. Sí, era muuuy malo. Pero tampoco creía que eso detuviera a las estacas de Mattut, fuera lo que fueran las estacas de Mattut.

¿Habéis atacado antes a más enanos como nosotros? ¡Responded!

Era el motivo de que Vorth estuviese aquí y no en el poblado: algo les había tenido que pasar a las otras expediciones, y los Mattut era una buena explicación. Y si habían derramado la sangre del clan... Atraer depredadores tampoco detendría a Vorth.

Hemhia-dijo, mientras se arrodillaba y acariciaba el lomo de su armiño.

Plik sintió la magia recorrer su cuerpo, y gruñía y se agitaba como si estuviese poseído. Y Vorth lo sujetaba para que no saliese disparado a morder a aquellos extraños.

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Los enanos no titubean y continúan avanzando hacia vosotros con esas garrotas que ahora alzan amenazadoramente por encima de su cabeza para realizar esa maniobra de ataque desesperado con la que esperan terminar este combate en poco tiempo, este es un mundo salvaje y aquellos que fueron depredadores hace una semana son ahora la próxima víctima.

¡¡ Hemos matado todo lo que hemos encontrado, y aunque ahora nuestro grupo sea reducido, volveremos a salir victoriosos !!

Hay más pueblos ahí fuera aparte del vuestro, aunque no todos tan civilizados, las tribus vagan por la nieve con el deseo de encontrar un lugar donde poder asentarse, o unificar tribus para poder tomar alguna isla

Fiu-fiu, fiu-fiu.

Y tras silbar dejó suelto a Flik. Vorth salió hacia un lateral de la hilera y siguió silbando para que el armiño le siguiera.

Ah, mucho mejor... no veía nada desde detrás de la nuca de Karstark.

Vorth no tenía mucha experiencia en combate, pero su sentido de la lógica le decía que sus enemigos podrían verse atraídos por los silbidos, como Flik. Así los dividirían y pasarían de ser cinco asaltantes a ser dos y dos, porque el enano que falta tendría que ir hacia Vorth y Zybax a la vez y se partiría en dos. De esa forma, uno ya se iba a morir.

Karstark se colocó discretamente tras su compañera animal, sabedor que estorbaría a Zulf si este decidía saltar a la pelea como un loco.

Colocó una mano sobre el lomo de su compañero y se preparó por si alguien se acercaba lo suficiente para que un hechizo de fuego si Frozy no acababa antes con él.

 Viendo que estos enanos estaban más allá de cualquier capacidad de razonamiento, castigados por el hambre y las inclemencias del destino, pasó directamente a la acción, descargó el cuadrillo que había en la ballesta, acertando al más cercano de los enanos antes de dejar la ballesta y esgrimir el hacha mientras hacía crugir la nieve bajo sus pasos.

Ante la reacción de los enanos vagabundos, Zybax, simplemente suelta la cuerda de su arco y observa como la flecha surca la distancia que los separa, mientras se prepara para el cuerpo a cuerpo. El arco vuelve a colgar de un cinto del morral y el hacha se desengancha con violencia del nudo que la retenía junto al cinto

Los enanos se lanzan furiosos descargando las enormes clavas manufacturadas y claveteadas de piezas varias. Los efectos son demoledores, Vorth esquiva un garrotazo por poco pero la enana que esgrime el arma arruga los morros ante el hechicero y le da un codazo durante la maniobra, parece que por ahora no han reparado en Plik, demasiado pequeño y blanco para verle o prestarle alguna atención por ahora.  Soy Atha, hija de Mattut, su espíritu lucha conmigo y por ello estais condenados, lanzad vuestras posesiones y corred por la nieve hasta que caiga la larga noche.

Por su lado Zybax recibe un golpe directo, su habilidad con el hacha le permite detener y amortiguar el golpe que le obliga a ceder su posición un par de pasos, aunque rápidamente la recupera lanzándose al contra-ataque, el enano era mejor con su hacha que con su arco.

Frosty ladra al ver venir al enano y echa un salto atrás cuando este hace silbar el aire por el fuerte golpe, la loba parece animada y ladra a Karstak instándole a luchar, ella lo tiene claro, ese enano representa una amenaza demasiado cercana.

Nadie os oye, nadie os ve, en medio de la lluvia y el viento vuestra presencia debe ser invisible en muchas millas a la redonda, esta reyerta se olvidará y quedará borrada como vuestras huellas, no hay nada que recordar aquí, y la historia la cuentan siempre los vencedores.

Plik se lanzó fieramente hacia el enano que estaba frente a Vorth y mordió la pantorrilla. Los pequeños dientes no eran lo suficientemente largos como para atravesar la ropa de invierno de aquel extraño, pero el armiño no se rendía.

¡Cansarlo! ¡Tengo que cansarlo!

Ya que su táctica de dividir un enano a la mitad no funcionó, discurrió que como estos enanos llevaban mucho tiempo vagabundeando, si el combate se prolongaba morirían de agotamiento y explotarían en un millón de trozos. Para asegurarse de que aceleraba el proceso, intento concentrar su poder para usar uno de sus toques de fatiga. Lo malo era que el malnacido del nómada no le dejaba ni un respiro para lanzar su conjuro en paz.

 Tras dejar la ballesta a un lado y liberar el hacha de sus ataduras a su espalda, el joven y recio enano avanza sin mostrar temor hacia los enanos vagabundos.

 Pero la escarcha y la llovizna habían endurecido las ataduras que sujetaban el hacha, y a pesar de que la liberó de ellas, perdió parte del equilibrio y el golpe que lanzó salió demasiado desviado...

- Como? - Al sentir el golpe Zybax sacudió su cabeza y perdió el control de sus actos... - El hielo es peligroso, pero yo más - se lo escuchó decir mientras dejaba caer el arco y toma su hacha con ambas manos, intentando desembararzarse de quien lo había golpeado.

Karstark dio un golpe en el suelo mientras gritaba en la lengua de los enanos. Del agua al hielo, del hielo al fuego. y las esquirlas levantadas tornaron de color y se convirtieron en una llama en su mano que, acto seguido, lanzó contra el enano que atacaba a su loba.

Aunque las heridas producidas no eran excesivas, decidió intentar desmoralizar a los enano. ¡El fuego nos acompaña, huid o morir abrasados!