Partida Rol por web

Ubicada en el Barrio de Caballito de la Ciudad Autonoma de Buenos Aires, la Capilla permanece oculta a la vista de los transeúntes, pasando completamente desapercibida para aquellos que no la estén buscando de manera activa. Posee la fachada de una antigua casona de dos pisos, las ventanas permanecen mayormente cerradas, como casi toda casa con ventanas a la calle y su aspecto viejo la hace perderse en el paisaje del barrio porteño. Ubicada en una calle de poca iluminación a escasos metros de la avenida principal, la vieja casona guarda secretos que solo pocos conocen. Dotada de mas de una decena de habitaciones, un comedor amplio, una biblioteca y sala de estudio que podría rivalizar con la de una escuela en cuanto a cantidad de libros y una cocina amplia recientemente renovada, la Casona es el hogar permanente de 7 magos y oficia de hogar temporal de un puñado mas.

Dada la criticidad de que un mismo edificio sea el hogar de tantas personas, las medidas de seguridad se han ido fortaleciendo con el tiempo. Posee 4 vías de escape rápido, una por el frente, una que conecta el patio trasero con la parte de atrás de otra casa, una que da directo al alcantarillado y una mas que conecta con la Umbra, a un Reino del Horizonte. Las barreras mágicas resultan difíciles de penetrar para aquellos que no conozcan el método de sortear dichas defensas.

La Capilla cuenta con un grupo de Guardianes Espirituales, capaces de interactuar con toda la tecnología de la Casona, manejar las defensas mágicas, cruzar al Reino del Horizonte y mantener las defensas del lugar. Así mismo, también cuenta con tecnología de punta, comunicación interna de la Casona en cada habitación, computadoras de última generación, sistema de alarmas, cámaras y monitoreo interno y externo, entre otras cosas. Mas allá de los Magos que viven allí,hay un grupo de 20 acólitos que mientras estudian de la mano de los Magos y participan de los rituales, se ocupan del mantenimiento y la limpieza de la Capilla, para que los magos puedan abocarse únicamente a sus necesidades. En la Planta Baja se encuentran todas las habitaciones de uso común: Cocina, Comedor, Living y salas de Reuniones. Además de las habitaciones de los acólitos.

En el primer piso se encuentra cada una de las habitaciones de los magos, la biblioteca y estudio, además de habitaciones que se guardan en caso de invitados. En el segundo y último piso, hay varios salones de entrenamientos, con distintas armas y monigotes para todo tipo de prácticas: Cuerpo a Cuerpo, a distancia o Mágicas. El Nodo se encuentra en el subsuelo, al igual que el acceso al Reino del Horizonte. El Nodo es una fuente de Agua circular que genera la quintaesencia suficiente para erguir todas las defensas de la Capilla, los aislamientos mágicos y el puente hacia el Reino del Horizonte. Además, genera quintaesencia en forma de Tas con resonancia Dinamica en forma de Agua. El Acceso al Reino del Horizonte, encontrado en el subsuelo cerca del Nodo, es a través de una puerta mágica pintada en una pared, la cual se abre activando un sello místico invocando el Verdadero Nombre de la puerta. El Camino hacia el Reino del Horizonte es inmediato, el cual posee condiciones climáticas similares a las de la Tierra, posee algunas hectáreas de tamaño y se ve como un frondoso bosque lleno de animales. En el centro del Reino hay una construcción que recuerda a los Santuarios Griegos, donde se celebran las reuniones y las prácticas de los Magos.

Sala de Reuniones

Emiliano entró a la Sala de Reuniones con una bandeja de medialunas de manteca recién sacadas del horno, en la otra llevaba unos panecillos saborizados de cebolla, queso y unos de amapola. Unos acólitos lo acompañaban trayendo jarras de jugo recién hecho, agua purificada, termos de agua caliente, una caja de madera con sacos de té y una jarra de café. Emiliano era conocido por preparar todo el alimento de la Capilla el mismo y procurar que nunca faltara nada en la Casona. Dispuso todo en la mesa, incluyendo las tasas, el café, el jugo y el té en función de los gustos de cada uno de los miembros, difícilmente se equivocaría en su elección para cada uno. Los acólitos se fueron y él terminó de acomodar todo, al tiempo que hablaba, aparentemente, solo.

Kat, ¿Podrías avisarles a los demás que necesitamos de su presencia aquí?

Inmediatamente apareció una figura femenina cerca de él, de rasgos asiáticos y vestida como maid, las clásicas sirvientas Japonesas. Realizó una inclinación de cabeza a modo de contestación a la respuesta de Emiliano e inmediatamente desapareció. Kat era la Inteligencia Artificial de Briar Rose y también era quien controlaba todo lo que sucedía dentro de la Capilla, apareciendosé en cualquier lugar donde fuera llamada con un holograma, todos los micrófonos eran sus oídos y los parlantes su boca. Allí donde alguien le llamase, ella estaba.

2do Piso, Sala de Entrenamiento.

Dishi se encontraba en el 2do piso de la Casona, donde se encontraba el Dojo. Llevaba un arco en sus manos y estaba practicando arquería Zen. Sus ojos se encontraban vendados y a 30 metros un blanco móvil y silencioso intentaba eludir sus flechas. Sus dedos soltaron la cuerda y la flecha surcó la distancia que le separaba con su blanco en un parpadeo, impactando en el centro y desestabilizándolo. En cuanto Dishi se preparaba para lanzar su siguiente flecha, Kat apareció a un lado de él e hizo una reverencia.

Maestro Dingbang, el Señor Emiliano le espera en la sala de Reuniones.

A pesar de ser solo un holograma, su voz sonaba dulce y suave y su cuerpo parecían tan real como el de cualquier persona. Incluso su figuraba resultaba hermosa a la vista de los hombres de la Casona. Luego de sus palabras, volvió a hacer una reverencia y desapareció.

1er Piso, Laboratorio de Gantz

Ileana se encontraba en su laboratorio, las luces de una máquina a sus espaldas a un parpadeaba y algún que otro rayo pasaba de un circuito a otro como resultado de la reciente explosión que había causado su sobrecarga. Stitch, aquella bola de pelos azul que le seguía a todos lados, se encontraba deborando los restos de la máquina que no llegó a cumplir su objetivo. Mientras la Doctora Gantz realizaba anotaciones, Kat apareció a su lado, hizo una reverencia y su voz dulce y delicada llamó la atención de la Dra.

Maestra Gantz, el Señor Emiliano le está esperando en la Sala de Reuniones.

Una vez que el mensaje fue transmitido, volvió a hacer una reverencia y desapareció. A pesar de ser solo un holograma, Kat parecía una jovencita dulce y real, de la cual cientos de hombres se enamorarían.

1er Piso, Biblioteca

Antoine Malrouz se encontraba en la Biblioteca, sentado en un cómodo sillón de cuero curtido, frente a un escritorio de roble repleto de libros y manuscritos, varios del mismísimo Antoine. Sumergido en sus estudios, no se percató del Holograma de Kat que se apareció a su lado. Su voz era dulce y delicada, como la de una pequeña joven en edad escolar.

Maestro Malrouz, el Señor Emiliano le está esperando en la Sala de Reuniones.

Hizo una reverencia cuando Antoine le observó y desapareció de inmediato.

1er Piso, Habitación de Omega

Omega se encontraba en su habitación, sentada en su escritorio frente a un enorme espejo redondo con varios focos de luz a su alrededor, recordando el que tenía en el Circo, donde toda su vida comenzó. Estaba allí sentada revisando algunas anotaciones que había hecho sobre los movimientos de la ciudad. Se levantó y avanzó hacia un mapa que estaba colgando sobre la pared. El mapa estaba lleno de tachas clavadas de distintos colores, cada color significaba algo: El refugio de un vampiro y el color indicaba su poder. O zonas donde se reunían y el color indicaba la cantidad. Conocía bastante bien los movimientos de los Condenados, sin embargo por mucho que intentara acabar con todos ellos se le hacía difícil exterminar a toda la raza. Frustrada en sus pensamientos, planeando su siguiente movimiento, se percató cuando la presencia de Kat inundó la habitación. La joven, que en realidad era un holograma, tenía una voz dulce y delicada y resultaba realmente hermosa.

Maestra Omega, el Señor Emiliano le espera en la Sala de Reuniones.

Realizó una reverencia en cuanto terminó de dar el mensaje y de inmediato desapareció con la misma facilidad que con la que apareció.

Sumido en aquel estado contemplativo, Dishi pudo sentir el movimiento de las fuerzas que conformaban a Kat incluso antes de que esta se pronunciase.  Sin quitare la venda destensó el arco con suavidad.

-No es necesario que me llames por mi segundo nombre Kat.  Puedes decirme Dishi.  Iré hacia allí en cuanto termine de ordenar las cosas- dijo antes de que la "mujer" desapareciera en el aire.

Se quitó el vendaje de los ojos, lo enrolló y lo guardó, hizo lo propio con el arco, luego de quitar la cuerda que lo tensaba para evitar dañar el arma y recogió y acomodó las flechas.  Las armas eran las herramientas del guerrero y debían mantenerse siempre en condiciones, al igual que el cuerpo, la mente y el espíritu.

Una vez hubo terminado descendió las escaleras con su característico paso que no era lento ni rápido o, quizás, ambas coas a la vez.  Su actitud física era la de un guerrero, su rostro no miraba arriba, abajo ni se ladeaba, su mirada era fija, no llegaba a arrugar la frente, pero si se formaba un surco entre sus cejas.  Mantenía los ojos inmóviles y casi no parpadeaba, sus ojos se hallaban ligeramente entrecerrados y su rostro mantenía un expresión serena.

Al llegar a la sala de reuniones observó la mesa dispuesta por Emiliano y sin cambiar su serena apariencia siquiera un ápice adelantó la pierna izquierda, flexionó ligeramente la derecha cargando su peso en ella y adelantó ambas manos, la siniestra con la palma extendida y los dedos apuntando hacia arriba, la diestra cerrada en puño, las unió al frente y con un movimiento grácil abrió ambas mientras subían hasta quedar delante de su rostro y luego, mientras descendían hasta su cintura las cerró en puño para luego volverlas a cruzar a la altura de su ingle.  Así saludaba y rendía respeto al espíritu de aquella casa, al de la comida y al propio Emiliano.

-Buen día Emiliano.  Me ha dicho Kat que me presente aquí.  Supongo esperaremos al resto antes de hablar sobre los motivos de tu llamada.- Miró la mesa y agregó -Sigues sin conseguir Paico por lo que veo.  Bueno, no importa quizás pueda pedirle a algunos conocidos que viven en el norte que nos traigan un poco cuando vengan-  

Tendría que posponer el plan de ataque de esa noche. Luego volveré al mapa.

El Maestro Emiliano siempre preparaba un montón de cosas ricas. Era lo mejor de esa...¿capilla? No me acostumbraré a estas cosas nunca. Añoro la vida en el circo. La fantasía...

También era verdad que pocas de las reuniones del Maestro eran meramente de entretenimiento. Seguro que tendría algo importante que contar.

Echando un último vistazo al mapa me dispongo a salir de mis habitaciones. Pero antes, y sólo por estética, me coloco los calentadores de lana a rayas en los brazos y los tobillos.

Poco antes de llegar, el aroma de los alimentos recién cocinados y las infusiones calientes asaltaron mi nariz. Sí señor, cosas ricas.

Al llegar me alegro de que no haya nadie más en la sala, aunque imagino no tardarán en llegar.

Namaste Maestro Emiliano -saludo haciendo el gesto hindú de saludo. Gracias por estas... viandas.

Tomo asiento  me sirvo café con leche.

Antoine sonrió de lado, y tras un brevísimo instante, sin levantar la mirada de las paginas frente a él, contestó suavemente -Gracias Kat.

Sabía que el holograma no estaba allí para escucharle. O tal vez al contrario, el ingenio de Briar siempre estaba escuchando... Reconoció la incipiente sensación de Paranoia que tenía los primeros días en la capilla, con aquella omnipresente presencia tecno-mística rondando la casa, pero la hizo a un lado como quien aparte una mosca molesta.

Terminó las 3 líneas que le faltaban del tomo recién llegado de Siria, de una colección recientemente rescatada de la guerra que rugía en aquel lejano país. Consideró dejar el libro abierto y un aspecto de su intelecto en estado etéreo leyendo el libro, pero sería de mala educación no dar a otro compañero de Capilla el 100% de su atención cuando se lo solicita. Y además no estarían solos. Conocía bien a Emiliano y sabía que si le había convocado a la sala de reuniones, es porque habría allí todo un cónclave. De lo contrario habría venido a verle a la biblioteca.

Cerró el tomo y se levantó del sillón. Pasó una mirada a los ensayos de los nuevos estudiantes que todavía debía revisar y soltó un pequeño suspiro de hastío. Lo cierto es que su posición como Maestro de una capilla importante, con el acceso a sus ricos recursos místicos, le habían sido invaluables, pero todavía no lograba encontrar placer o paciencia para las pequeñas responsabilidades que la posición había traído consigo.

Cogió su sacó gris del perchero y se lo puso mientras caminaba por la biblioteca hacia el pasillo y se dirigía al salón. No pudo evitar notar, apenas por un instante por el rabillo del ojo, un par de libros en un estante erróneo. De los centenares y centenares de libros, ilustraciones, grabados y demás material de la biblioteca, podía reconocer de un vistazo todos y cada uno de ellos, y su correcto lugar en los estante.

Se giró, arregló los tomos y continuó su camino, hacia la sala de reuniones,

Planta Baja, Sala de Reuniones

El primero en llegar a la Sala de Reuniones fue Dishi Dingbang, el Hermano Akashico, quien luego de saludar a Emiliano y hacer un comentario sobre la ausencia de Paico, tomó su lugar en la sala. La siguiente fue Omega, la acróbata de circo asesina de Vampiros de la Tradición Eutanatos, quien saludó con serenidad a Emiliano y a Dishi con un tradicional Namasté. Por último, llego Antoine, el erudito Hermético que creía que el conocimiento de los Nombres podía regir al Tapiz. Saludó a todos con respecto y ocupó su lugar.

Planta Baja, Sala de Reuniones

Erick entró a la sala de Reuniones segundos después que Antoine. Llevaba pantalones de vestir negros, camisa blanca sin corbata y un saco abierto a juego con el pantalón y sus zapatos perfectamente lustrados. Por la abertura del saco lograba verse la culata de una de sus armas, las llevaba siempre consigo incluso dentro de la casa. No era raro verlo sentado en la mesa del living o en al cocina antes de desayunar desarmando y limpiando sus armas con mucho cuidado y luego volviendo a armarlas. Buscó un lugar libre en la mesa y se sentó, tomó la taza mas grande que encontró y se sirvió de una de las cafeteras que estaba sobre la mesa que era fácilmente reconocible por todos como el café de Erick. Se sirvió la primer taza de aquel líquido completa y profundamente negro como el petroleo, el cual caía de manera pesada y espesa como si de brea se tratase. Olió el café antes de beberlo y dio un largo sorbo antes de mirar a todos los demás.

Nadie se atrevía a beber del café de Erick. Emiliano lo llamaba "Levanta Muertos" de manera cariñosa, para todos los demás era brea en estado puro. El café mas negro y amargo que la Tierra pudiera dar, eso tomaba él.

¿Cuando lleguen las chicas empezamos o esperamos a alguien mas? -Preguntó mirando a Emiliano.

Antoine entró en la sala de reuniones, viendo que ya habñian comenzado a llegar. Con un ligero movimiento de cabeza, comenta -Buenos días a todos.  Mirando apenas la mesa de alimentos, se acerca a su asiento y se sienta, cruzando las manos frente a él. -Parece que esta mañana te has entretenido en la cocina, ¿eh Emiliano? comenta con una media sonrisa.

Observa a Erik servirse su café, y ante la pregunta a Emiliano, vuelve su mirada a este, esperando una respuesta.

Planta Baja, Sala de Reuniones

Respondió al saludo de cada uno del mismo modo en que lo había recibido, era común en Emiliano conocer las costumbres de cada uno y por respeto tratarlos del mismo modo. Cuando Erick preguntó sobre los participantes de la reunión, asintió con la cabeza y contestó.

Solo somos nosotros en la reunión pero preferiría no comenzar hasta que no hayan llegado todos, así no hay que repetir todo lo dicho ya. Mientras hablaba se sirvió una taza de té, empapó su olfato del aroma de la infusión recién hecha y luego bebió. Igualmente imagino que todos ya se han de estar dando una idea de que va el asunto, al fin y al cabo no nos es ajena para nada la situación.

Cuando Antoine hizo referencia al tiempo que él pasaba en la cocina, sonrió amablemente Sabes que me gusta ocuparme de los alimentos de todos. Habría preparado algo mas pero no planeaba esta reunión hasta hoy a la mañana.

Planta Baja, Sala de Reuniones

-Antoine, Erik, Omega- saludó a los recién llegados -¿Han descansado bien? Yo lo hice de maravillas.  Este lugar es un paraíso-

Dishi abrió uno de los recipientes que había en la caja con los té y para su sorpresa encontró Paico.  Sonrió y miró a Emiliano.

-Te lo tenías guardado ¿Eh?- dijo contento –Hacía rato que buscaba esta hierba y no la conseguía.  Deberían probarla, no solamente es rica, sino que además es muy buena para el sistema digestivo-

Sirvió un poco de aquellas pelotitas verdes en una taza, les echó agua caliente y cubrió la infusión con el platillo, de esa forma todo lo bueno de aquella hierba quedaría retenido allí, en la taza.

-Lo dejaré reposar hasta que lleguen todos- agregó mientras observaba las delicias que el muchacho había preparado sin saber

Respondo a Dishi con un simple sí.

Y espero a ver que es lo que nos depara Emiliano. Hasta entonces disfruto de las ricas viandas y por mi curiosidad natural, pruebo de todo. Salvo quizás el café de Erick. No creo que haya azucar suficiente en el mundo para poder beber eso.

Ingreso a la sala con una sonrisa en el rostro, y el anotador en mi mano derecha. Tenia el cabello algo despeinado, las mejillas sucias, y unas antiparras colgaban de mi cuello con una correa. Llevaba puesta la bata de laboratorio, abierta al frente, también algo manchada. Un pantalón de jean de color negro, con las rodillas rasgadas y una musculosa debajo. Calzaba unos borcegos de media caña. Detrás mío, Stitch venía tragando los últimos pedazos del intento fallido.

-¡Buenos días! - Sonrío de manera alegre a pesar de que mi último experimento había fallado - Umm... Emiliano esto huele excelente, te luciste con la comida... ¡No! ¡Stitch! De a una en la boca... - Le saco dos de las tres medialunas de la boca y las apoyo babeadas sobre una servilleta antes de sentarme frente a mi te, y aguardar.

Una reunión de todos los Maestros, no planificada. Por otro lado, no se ha saltado su afición por la cocina. ¿Algo importante pero no demasiado urgente?

Trato de determinar cuán nervioso o extraño está Emiliano, con mis capacidades puramente mundanas. No cometeré la descortesía de empezar con el espionaje mágico tan temprano en la mañana...

Emiliano permanece tranquilo aún ante las adversidades, pocas veces se le ha visto nervioso y siempre cree que hay tiempo para agasajar al paladar. Por el tiempo que ocupó en reunirlos a todos, el asunto no es de suma urgencia, sin embargo no hay un despliegue de comida que demostrase haber poseído demasiado tiempo libre, por lo que no es difícil asumir que el asunto es importancia elevada.

Planta Baja, Sala de Reuniones

Fue la última en entrar a la Sala de Reuniones tras el llamado de Emiliano. Llevaba puestos unos jeans azules que en la botamanga poseía el dibujo de llamas. El pelo suelto, botas y una camisa de color borgoña abierta en el cuello y de manga corta. Llevaba unos lentes de cristal Naranja que, en cuanto entró se quitó y guardó en el bolsillo de su pantalón. Buscó un asiento libre y se sentó, mirando el despliegue del show hecho por Ileana y Stitch, la bola de pelos azul.

He visto muchas cosas en la Telaraña Digital y aún no puedo acostumbrarme a que tu bola de pelos ronde por aquí... Intercambió miradas con Stitch, ambos midiendose y de inmediato giró el rostro para ver a los demás. Hola a todos, espero que no me hayan tenido que esperar demasiado. ¿Empezamos? Dijo mirando a Emiliano, quien asintió con la cabeza.

Planta Baja, Sala de Reuniones

Miró a Dishi con una sonrisa. No deberías desconfiar de mis capacidades para encontrar ingredientes únicos en el mundo. Conozco gente en el puerto que puede conseguir casi cualquier cosa que le pidas.

Con la entrada de Ileana y Stitch, la sala de reuniones comenzó a tener mas movimiento, en especial porque el familiar de Ileana devoraba todo cuanto estuviera a su paso, al menos ella sabía como controlarlo. La última en llegar fue Briar Rose, quien de inmediato sugirió comenzar y él asintió.

Dio un pequeño suspiro antes de empezar a hablar, normalmente era él quien encabezaba las reuniones y aún así no le gustaba ser el que mas hablara, pero no le quedaba otra opción.

Ya hace algunos días que hemos sido advertidos de que esto podía suceder. Las Lineas Ley se están re acomodando en la Tierra y todo parece indicar que va a despertar un nuevo Manantial pronto. He estado hablando con conocidos de otras capillas y me han dicho que el plano Espiritual esta agitado, los espíritus están ansiosos y dicen que algo ocurrirá, probablemente estén hablando del Manantial, pero ninguno ha querido traer claridad al asunto.

El Nodo que nosotros protegemos es uno de los pocos nodos grandes que la Tecnocracia aún no controla. Los otros dos Nodos grandes que aún no controlan son el de Parque Rivadavia y del Cementerio de Chacarita, de los cuales solo 1 pertenece a una Cábala Mística. El nodo del Cementerio de Chacarita, para el que no lo sepa, se encuentra custodiado y protegido por Wraiths. Creemos que el único motivo por el cual la Tecnocracia no ha tomado control del Nodo es por la presencia de un Lord Umbrol, que ni siquiera los nuestros han logrado sacar de allí.

Somos la Capilla mas grande dentro de la Ciudad de Buenos Aires y creería que también en todo el país. La segunda Capilla mas grande es la de Parque Rivadavia, que cuenta con 6 Magos. Somos prácticamente los únicos dos refugios que aún quedan para los Magos que continúan luchando contra la Tecnocracia y su dominio del Paradigma Mundial. Si es verdad que este Manantial va a Despertar pronto, tenemos que tomar cartas en el asunto. Permitir que la Tecnocracia domine un Manantial recién nacido será lapidario para nuestras esperanzas.

Emiliano quedó en silencio unos segundos, observando a sus compañeros de Capilla, esperando sus palabras al respecto.