Partida Rol por web

El capitán va flechado a la locomotora, mientras se pone una mano en el corazón. Su cuerpo ya no responde como cuando era joven, y toda la tensión le está matando. 

Al fin logra alcanzar la locomotora, tras lo que mira en su interior. -¿Karl? ¿Estas ... entero? ¿Que demonios ... ha ocurrido?- Dice el capitán, con una respiración entrecortada. 

La sacudida me pilla desprevenido y choco vrias veces con la pared finalmente, un gran dolor...tengo cristales clavados por toda la cara y no veo nada con el ojo derecho, en parte por la sangre, en parte porque no lo abro bien...

Intento incorporarme como puedo pero también mis manos piernas y pecho tienen clavados fragmentos de cristal.

Ayuda...

Es lo único que alcanzo a decir, el dolor se me hace casi insoportable pero no grito, unas lágrimas se escapan por mis ojos, camufladas con la sangre...

El golpe me pilla desprevenido, como a todos. Ruedo por el suelo pero afortunadamente estoy ileso. Me levanto para comprobar como están mis compañeros y veo que Strags está malherido. Corro hacia él y me arrodillo a su lado.

-Tranquilo, tranquilo. No te muevas...

Siento la sacudida y me cubro con ambas manos la cara, me golpeo el brazo y sieno dolor en él, creo que me lo he roto.

¡Dios mío! ¿Qué está pasando?

Cuando todo termina veo el resultado la vajilla se ha roto y mi vestido se ha manchado, pero eso es lo de menos, creo que me he roto el brazo...

¡Socorro! ¡Necesito un médico! ¡Que alguien me ayude!

Confio en que los alemanes sean benevolentes esta vez y nos ayuden, algo de humanidad deben tener, obsrvo a los demás y veo alejarse al capitán gruñón, de repente veo que falta alguien...

¿Dónde está el Conde Aluccio?

Tu asistente está entado apoyándose en la pared, se agarra la muñeca izquierda, que tiene enrojecida, toda la manga de la camisa ha desaparecido a consecuencia del fuego...

¡Y yo que cojones sé! ¡Joder! ¡Me he quemado! ¡Y me he golpeado la cara!

Se queja de dolor mientras se toca la quemadura.

Estaba echando carbón cuando todo se ha movido, he metido todo el brazo de la caldera. ¡Joder! No sé que ha pasado con el subfusil creo que se ha caido...como duele...

Efectivamente, el Conde Aluccio no está en el vagón...

La señora Kassel sujeta la cabeza de su esposo que sangra, está seminconsciente en el suelo, la señora Kassel coge un botiquín, vacía el contenido y pone vendas a su esposo.

El teniente Walter coge el botiquín, rasga el uniforme del teniente Strags...tiene casi media docena de cristales clavados en el cuerpo, además de otras pequeñas heridas, las botelas rotas se le han clavado y todo huele a alcohol. Preocupan especialmente dos heridas una bajo el ojo derecho, hay un cristal de tamaño considerable clavado, también tiene clavado unas tijeras de cocina en el torso, a la altura del estómago...rsulta muy doloroso y en el botiquín no hay morfina.

Tienes que sacarle los cristales, con cuidado...y esa tijera...¡qué horror!

-¡¡Matog, busque a ese perro de Aluccio y traigalo aqui!!

Después miro a la señora Kassel.

-Por favor, guarde silencio. Intento concentrarme... tranquilo amigo. Todo saldrá bien...

Francesco se recompone de la sacudida de una pieza. Por suerte, en el momento en que el tren daba semejante frenazo, se hallaban tanto él como el capitán discutiendo en una estancia más pequeña, así que no ha recibido más que un susto y un golpe contra el suelo.

Entra en el vagón restaurante siguiendo los pasos del capitán. Atónito contempla la escena de caos que se ha formado, en seguida un pensamiento cruza su mente: Sofía.

Cita :

Mis heridas son bastante serias, aunque de momento sieno dolor, sigo vivo...

Cruzas el tren, entras en el vagón restaurante y ves la situación...

A la señora Lorena se le ha doblado el brazo a la altura del codo, el señor Kassel está tumbado en el suelo sangrando por la cabeza, su mujer le atiende. Pero lo peor de todo es el teniente Strags, sangra y se queja de dolor, tiene cristales clavados por todo el pecho y una tijera en el estómago, tiene además otro fragmento de cristal clavado bajo el ojo, muy peligroso.

Alarmado por al situación corres hacia el compartimento de Sofía, la encuentras en el suelo, con una brecha en la frente, inconsciente pero viva...

Cita :

- Entendido. Usted cuide de Strags, ahora ¿Donde pordrá estar ese hijo de una gran...?

Mientras decia esto se dirijia al vagón de lo italianos en busca de Aluccio...

El capitán mira incrédulo todo lo que le rodea. De repente le asalta una duda. Una terrible duda, un temor. -Bien, Karl. Agáchate y ve hasta el vagón restaurante, lo más rápido que puedas. Avisa a todos los que están allí, y ayuda con los heridos. Esa gente puede darnos la amnístia, son gente importante, les queremos vivos.- 

Efectivamente, el capitán teme una emboscada. Sin hacer nada precipitado. Primero hay que asegurar que ha detenido el tren. Aferrando fuerte la MP40, con el dedo acariciando el gatillo. Se dirige hasta el morro de la locomotora, Agachado. Mira a ver si puede ver algo, sin asomarse demasiado. 

Señores, ire junto al Capitan Stein... no me fio de que vaya solo. ¿Y si le estan esperando? dice Senn mientras va a la locomotora.

Cargo el cuerpo de Sofía con cuidado con una mano por detrás de la espalda y otra por los muslos (lo siento por la licencia, guapa ^^U) y la tiendo sobre la cama de su compartimento.

Después intento hacer que recuper la consciencia

Señorita Macinni, señorita Macinni, ¿está usted bien? Soy yo, Francesco.

Senn sal del vagón restaurante mientras Matog se dirige al italiano, camina hacia la locomotora mientras se cruza con el alférez Berger

No tengo ni idea de lo que ha pasado, Stein teme una emboscada, está en la locomotora...

Lleva heridas por todo el rostro y la manga de su brazo derechoa  desaparecido, tiene el brazo enrojecido y la piel levantada, es evidente que se ha quemado, y con gravedad.

Voy al comedor...

Senn continúa hacia la locomotora mientras Berger sube al vagón restaurante. El capitán Stein está de espaldas a él, buscando algo en el horizonte...se gira...

Matog entra en el vagón italiano, pistola en mano, lamenta en este instante no tener un subfusil, pero la Luger bastará...si lo encuentra, porque en el vagón italiano sólo está el señor Alexandro, que cuida de una inconsciente Sofía.

Ni rastro de Aluccio, sin embargo...Matog ha oido algo...un sonido metálico...familiar...como el de una bala entrando en una recámara...

¿Capitan? ¿que ha pasado? dice Senn mientras saca la lugger y mira alrededor buscando enemigos...

-Lo desconozco, teniente- Dice Stein, algo agachado, mirando con cautela alrededor. -Es como si el tren hubiera chocado. Tal vez no sea nada, tal vez solo se haya caído un árbol por una desafortunada casualidad, pero es mejor ser cautos.- Emplea un tono de voz no demasiado alto. -Vigile, teniente, y se ve algo avíseme.- 

El capitán, con precaución, se asoma al morro de la locomotora, para ver qué ha ocurrido, o al menos si la causa de "choque" es evidente.