Partida Rol por web

El viaje del Uthero

Un nuevo rumbo (Escena I)

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03/09/2016, 03:28
Wu Sidao

Sonrió por aquellas palabras. Los que iban a ser condenados a muerte siempre eran muy imaginativos en sus maldiciones y advertencias. Las había escuchado cientos de veces, y su vida siempre había ido a mejor, y no a peor. No creía en lo que pudiera esputar un loco antes de que la soga se ajustara a su cuello.

-Tus últimas palabras. Que lástima que solo sean mentiras.

Hizo un gesto a los guardias y uno de ellos cogió su melena de un puñado y la obligó a agachar la cabeza, mientras el otro se aprestaba a usar su lanza, una suerte de alabarda con una hoja de corte grande, para decapitarla allí mismo.

Entonces, un mensajero sucio tras mucho cabalgar, vistiendo el uniforme del servicio de postas del emperador, irrumpió en la sala con evidente agitación. Él levantó la mirada, extrañado, y el gesto que debía mandar la ejecución de aquella mujer viperina se detuvo en el aire cuando el hombre pronunció éstas alarmantes palabras.

-¡Jinqi ha caído! ¡La ciudad ha sido tomada por el emperador amarillo!

Hubo un creciente murmullo en la sala. Todos sabían lo que aquello significaba: ellos serían los siguientes. ¿Como había cruzado las montañas, eludiendo los cinco fuertes? Aquello era obra de la hechicería, y sin duda se enfrentaban a uno de los mayores magos de su tiempo. Un hombre despiadado con un solo objetivo: tomar el trono de Jade y sumir en la tiranía al imperio dorado.

La Mantícora volvió a reír.

-Vosotros seréis los siguientes.

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03/09/2016, 03:39
Bu Shan

La abuela se levantó de su silla, una suerte de trono desde el que (realmente) se gobernaba. Estaba furiosa, no por la noticia, si no por que aquel santo pabellón hubiera sido profanado por la pestilente presencia de aquella furcia. Aquella pirata sanguinaria que durante tantos años había desafiado a la autoridad imperial y sembrado el terror por el Mar de Jade.

La señaló con su índice, largo y huesudo, y la larguísima y afilada uña en la que terminaba. Su rostro era de furia y asco.

-¡Ella... NO... DEBE... HABLAR!

Cerró el puño. Tenía tanta furia que se clavó una uña y comenzó a sangrar.

-¡Cortadle la cabeza a esa furcia!

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03/09/2016, 03:40
Maestre Drox

El hombre con el hábito salió de la fila justo cuando se alzaba el filo de la lanza de corte. Una vez más, se arriesgaba innecesariamente por lo que creía que era justo. El capitán le miró, paralizado por su atrevimiento, consciente de que no debía moverse. No si no querían terminar todos pasados a lanzadas y morir en aquella lejana corte. Algo que todavía estaba por ver.

-¡Aguardad! -dijo en su idioma, alzando las manos.

La guardia imperial no tenía por costumbre obedecer a los sabios del extranjero, pero aquella sorpresiva reacción provocó un leve gesto en el consejero, un gesto de prudencia con la mano, que detuvo la hoja que iba a decapitar a la piratesa. Había captado su interés. Le dejaría hablar, aunque nadie sabía si eso iba a suponer que salieran de allí con los pies por delante.

-Tú, muchacha -dijo a la pirata, acercándose a unos pasos.

Ella alzó la mirada y clavó sus ojos en él, desafiante.

-Has dicho que tienes una patente de corso. Que trabajas para un rey. ¿Quien es tu señor?
-Mi señor es Lu Wu Wei, el emperador amarillo, el gran mago de Carcosa.

Hubo un murmullo en la sala. El consejero no sabía a donde quería llegar. Entonces, él le miró señalándola.

-¿Véis? Os es mucho más útil viva que muerta. Ella sirve a vuestro enemigo. Ella puede conducirnos hasta él. Lucharéis la batalla por Yin más allá de sus muros, y en esa batalla la armada de Braavos puede ayudaros.

El capitán parpadeó, incrédulo. El consejero se mesó la barbilla con una sonrisa. Los extranjeros habían demostrado ser gente de recursos. Además, nadie sabía allí nada más sobre ellos que el hecho de que tenían prisionera a aquella mujer. Quizá pudieran... fingir que se habían aliado con ella. Era un plan astuto y retorcido. Un plan muy del gusto de un funcionario yitiano.

-¿Que pedís a cambio?
-Un tratado de alianza y amistad. Los derechos sobre la isla de Marahai, que tengo entendido que habéis reclamado al Gran Moraq, y la promesa de que abriréis vuestros puertos al comercio con occidente solo a través de Braavos y sus cónsules.

- Tiradas (1)
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03/09/2016, 03:50
Wu Sidao

Aquellos extranjeros lucharían su guerra. Él no tendría que arriesgar todas sus fuerzas a una batalla incierta. El imperio se había desgastado tras la victoria del último emperador, su antiguo señor, y sus ejércitos estaban en los Cinco Fuertes, Ciudad Mercado y la capital de Yin. Dispersos, vulnerables. Les costaría un tiempo reunir la fuerza suficiente como para plantar cara a Lu Wu Wei y su inmenso ejército con ciertas garantías de éxito. Los extranjeros podrían hacerles ganar tiempo.

Por eso, iba a contrariar a la vieja emperatriz viuda, su amante, y a la voluble regente. Pero la razón de estado era una peligrosa aspid, que puede volverse sobre si misma para dar un mordisco a quien pretende sorprenderle por la espalda.

-Pides mucho, sabio extranjero. Pero gran servicio haréis al imperio si obtenéis la victoria. Solo si Jinqi cae en nuestras manos al término de ésta guerra, y el señor de Carcosa desaparece para siempre, cumpliremos lo que habéis pedido. Así se firmará por ambas partes, de forma solemne y a ojos de los dioses.

Drox asintió, como dando su conformidad.

-Bien. Disfrutad de la fiesta ésta noche, por que mañana seréis oficialmente prófugos del imperio. Así se dirá en todas las plazas públicas y a todos los funcionarios. Unos prófugos que han escapado con la Mantícora, su aliada. Eso os abrirá las puertas de Jinqi. Y una vez allí, ganaos la confianza de nuestro enemigo, dadnos tiempo y, cuando os de la señal, matad al mago. Sin él, sus hordas de demonios quedarán sin líder, y solo tendremos que enfrentarnos a los hombres mortales. Nos abriréis las puertas de la ciudad desde dentro. Y una vez Jinqi sea nuestra, Braavos será el eterno aliado del Trono de Jade.

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03/09/2016, 04:00
Larazys Flaerin

Ahora estaban metidos de lleno en una guerra extranjera. Y todo gracias a aquel chupatintas con el que debía tener más de una conversación, y más de dos. Pero por lo que había entendido, eran libres para marcharse y él pensaría aprovechar esa libertad. Que cumplieran o no su palabra iba a depender en gran medida del curso de los acontecimientos. Él era un braavosi, no podía evitarlo, y en su naturaleza estaba el considerar la traición como un medio de supervivencia. No siempre los danzarines del agua atacaban de frente. A veces, se escondían entre las sombras y apuñalaban con la cara tapada por un embozo.

-Así sea. ¿Donde hay que firmar?

El consejero sonrió, e hizo un gesto para que el improvisado verdugo se detuviera por completo. Se estaban metiendo de cabeza en el abismo y no sabían muy bien por qué.

-Redactaremos el documento para que podáis firmarlo ésta misma noche antes de marcharos. Quedará custodiado en la Cámara de los Mil Ojos, en el Palacio de los Papiros. No hay lugar más seguro en las cuatro esquinas del mundo conocido.

La reina madre se retiró, airada, mientras la regente se sentó de nuevo, parpadeando sin terminar de entender lo que allí había sucedido. El joven dios emperador volvió a su regazo y cogió un puñado de su falda. Lo que allí se estaba diciendo asustaba a su pobre alma infantil.

-Llevaos a la prisionera. Os la entregamos... para que "la custodíeis". ¿No íbamos a ejecutarla en privado, no? -el consejero sonrió- Mejor una ceremonia pública, mañana en la Gran Plaza. Una lástima que ésta víbora vaya a eludir una vez más el cadalso.

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03/09/2016, 04:08
Katsumi Wôn "La Mantícora"

Salvada por la campana. Aquellos extranjeros habían intercedido por ella. Tenían sus planes, pero... ¿Y quién no los tiene? Ella misma distaba mucho de ser la más leal de las leales. Solo apostaba por el caballo ganador, y en ese momento ese caballo era el señor de Carcosa.

La levantaron, y ella miró al tal "maestre". Le había salvado la vida, y ella no lo olvidaría jamás. Ahora su destino estaba atado al de los hombres de occidente, que tan fieramente luchaban y que habían puesto en fuga a sus mejores capitanes y marineros. El futuro pintaba... interesante.

Cuando se retiraba, o más bien, la retiraban, su mirada se cruzó con la de la emperatriz regente, con una sonrisa triunfal y malvada. Luego, sus ojos se cruzaron con los de Dan Rogare, componiendo una sonrisa. Tiraron más de sus cadenas y se la llevaron del salón del trono imperial.

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03/09/2016, 04:12
Zhou Xi

La regente les despidió con un gesto, ahora de desagrado. Valença, al parecer, se iba a quedar sin su recompensa, pues no había cabeza cortada para reclamarla. No le gustaba cuando el consejero y su suegra le "recordaban" que ella solo era una simple marioneta en sus manos. Por eso no veía el día de que su pequeño tuviera edad de gobernar, para poder cortarles la cabeza de aquellas víboras. Pero para que llegara ese día, al menos dentro de diez años, tenían que sobrevivir a Lu Wu Wei y su ejército. Así que aunque le pesara en el alma, debía apoyar el ardid de los extranjeros.

-Id, disfrutad de vuestra cena. Será la última en el imperio dorado, hasta que regreséis victoriosos.

Tuvieron que hacer nuevamente aquel saludo, y más les valía por que los ánimos estaban más caldeados que las catorce llamas de Valiria. Salieron con paso diligente hacia el patio, pasaron el puente en silencio y la puerta roja, que se cerró tras de si. No se abriría más para ellos, no hasta que cumplieran lo prometido.

Los guardias les entregaron las cadenas que ataban a la Mantícora, y las llaves para quitarle los cepos (solo si deseaban hacerlo). Luego, se marcharon. Todos los ojos estaban puestos en el maestre Drox, pero también en el capitán, se que se mesaba la barba y se rascaba los cabellos con evidente nerviosismo. El sabio, por su parte, se mantenía calmado como una balsa de aceite. Todos tenían mil preguntas cruzándoles la mente. Era el momento de hacerlas.

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03/09/2016, 23:09
Valença

Valença estaba que daba saltos de alegría. Le tradujeron lo de los diez taeles de palta, que no tenía ni idea de lo que era un tael, pero en su mente ya imaginaba que sería algo muy grande y muy pesado. Iba a decir su nombre cuando la prisionera eempezó a hablar en su idioma de "chichili" un buen rato. Lo que dijo debía de ser muy fuerte, pues la vieja se puso como una fiera y luego el maestre volvió a meter las narices. Hubo bastante más conversación, y cuando por fin hicieron un resumen para el atónito capitán, Valença se desinfló como un globo. Aún más, empezaba a tenerle tirria a ese maestre.

El muy desgraciado me acaba de dejar sin la plata.

Tan atónito como estaba volvió a hacer la mierda de reverencia servil sin enterarse, totalmente ido, pensando en esa plata que había volado, y el hecho de cambiar un tesoro por una guerra. O cambiar el niño emperador por no se qué de un mago amarillo. Sonaba a joputa de primera división, pero no dejaba de ser el rival del trono ese tal Carcosa. De alguna manera que no entendía, sentía aprecio por el niño rey.

Se quedaron fuera, con la "prisionera".

Deberíais de dejar de practicar esa fea costumbre vuestra de meteros en todas las conversaciones. De momento parece que os va bien, pero no quisiera estar presente el día que os equivoquéis. Eso sí, os he de conceder que tenéis los huevos de un toro, maestre.

Tras hablar así al maestre, prosigue, sin dirigirse a nadie en especial, fijando la vista en el maestre, el capitán y el resto de compañeros.

¿Y ahora? Parece que esta mujer sabe más cosas... Tal y como ha reaccionado la vieja, no es normal. Debe de haber algo más que no ha dicho... ¿Has traducido bien todo lo dicho, maestre? Lo mejor será enterarse de todo lo que nos pueda decir esta... corsaria.

¿Y cómo la llevamos? Encadenada no parecerá que la hemos rescatado, y si la dejamos libre nos va a dejar tirados... Quizás le podríamos decir que queremos pasar al bando de ese emperador amarillo, pero me parece algo arriesgado sin saber con quien tratamos antes. Igual nos envía a la mierda y nos quedamos sin nada.

Tras unos momentos de reflexión mira al capitán.

Si me permite, capitán, quizás de camino a esa ciudad conquistada deberíamos tomar un pueblo, conquistarlo... Convertirlo en nuestro cuartel general, como si fuéramos renegados de verdad que creemos que nos persiguen los hombres del rey niño. Y enviar una delegación a hablar con ese emperador amarillo. El maestre Drox con algunos de los nuestros. Decirle que hemos rescatado a la Mantícora y ofrecerle negociaciones. Nuestro apoyo a cambio de eso de la isla y el comercio. Un lugar donde fuera posible emboscarlo y matarlo... O bien estudiar si no nos interesa más ese Emperador Amarillo, aunque no sé cuanta estima le tienen a la lealtad estas gentes... Teniendo en cuenta como combatían los hombres de la Mantícora por ella, quizás no sea buena cambiar de bando si podemos evitarlo, señor.

En ese momento se dio cuenta que fuera la opción que fuera, era un buen embrollo y que estaban jodidos.

Lo mejor habría sido que ese maestre imbécil se hubiera callado la boca, diez lo que fuera de plata para el buen Valença y un acuerdo comercial decente antes de continuar hacia unas tierras donde no conozcan nuestro idioma...

unas tierras donde no conozcan nuestro idioma...

En ese momento se encendió una lucecita en la mente del mercenario, y se preguntó si no habrían más mercenarios como ellos en esas tierras y si no estarían luchando en el otro bando... Y si no sería una bonita manera de acabar con los extranjeros en sus tierras, esperando que se mataran entre ellos.

 

 

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04/09/2016, 00:09
Maestre Drox

Escuchó aquella impertinencia pero la esperaba. En realidad todo aquello era fruto del desconocimiento. No el suyo, claro, el de ellos. Largos meses llevaba en su compañía pero ellos no sabían cual era su "cometido real". Teóricamente no era más que el cartógrafo y cronista de la expedición. Pero llegados a ese punto convenía ir con la verdad por delante, ya que se aprestaban a embarcarse hacia aguas peligrosas.

-Practico la costumbre que corresponde a mi misión, señor Valença. ¿Acaso creíais que Braavos iba a mandar tres naves cargadas con espadas de alquiler simplemente para explorar costas ignotas? -negó- Poseo cartas credenciales del señor del mar y documentos secretos del Banco de Hierro. Como no quiero pecar de inmodestia, ni de ingratitud, os diré simplemente lo que he venido a hacer aquí, en calidad de embajador y como garante de los intereses de aquellos que financian éstas naves y pagan vuestros sueldos.

Respiró hondo y se metió las manos dentro de las mangas del hábito, que era un gesto que solía hacer mucho.

-Lamento si habéis perdido esa recompensa, pero si los dioses quieren ganaremos muchas más. La exploración de costas lejanas y vacíos en el mapa es, por así decirlo, un recurso del que disponemos para quitarnos de en medio si la cosa se pone fea. Una misión secundaria. Es el deseo del Banco de Hierro forjar un verdadero imperio comercial y colonial en éstas costas, asunto por el cual hemos explorado y reclamado la isla de Marahai, y asunto por el que espero que nuestro capitán, una vez terminado éste asunto, nos embarque hacia otras tierras, como las del continente de Ulthos. Nuestra misión es asegurar la llegada de los que están por venir, especialmente con una alianza de gran calado con una de éstas potencias. Yo no he decidido cúal, si no la suerte o la casualidad. Ésta gente está contra las cuerdas, así que han accedido a concedernos lo que el señor del mar deseaba e incluso más. Si tratamos con el señor de Carcosa, nada dice que no nos vaya a traicionar mañana mismo, por que ahora mismo él es "el ganador" que impone todas las condiciones. Sin embargo, ahora sabemos que si le matamos y abrimos las puertas de Jinqi, el primer paso para que Braavos se convierta en ese imperio estará dado. Es por eso que me he arriesgado a éste pacto.

Miró un momento a la prisionera, que luchaba por tratar de entenderles, pero no podía.

-Ésta gente no nos conoce todavía, no sabe si somos piratas, embajadores o unos meros embaucadores. Solo lo saben unas pocas personas, y de las que más interesan y pueden ayudarnos en nuestros fines, son las que acabamos de dejar en el pabellón imperial. Especialmente la callada regente, que tiene mucho que decir. Si hubiera que asesinar al propio consejero para asegurar nuestro objetivo, tened presente que así lo haremos. No soy un lerdo ni un loco que vaya a apostar solo a una sola carta. ¿Quien nos dice que ese "malvado rey" no pueda hacer con nosotros un pacto mucho mejor? Pero... de momento, es poco lo que sabemos sobre la auténtica diplomacia entre éstos pueblos.

Parpadeó por lo tomar un pueblo o isla. Él no iba a discutir los detalles militares. Para eso estaban ellos, que se suponía que eran los expertos en esas lides.

-Yo no les haría enfurecer más. De momento sabemos que hay una isla desierta, no reclamada por nadie, a una distancia óptima como base para operar en éstas aguas. Y pienso informar al señor del mar de ésto y sobre nuestro pacto con ayuda de la vela de cristal de la sacerdotisa Liv. Él me prometió que una armada braavosi estaría lista para partir en nuestro apoyo si era viable alguna especie de acuerdo con los locales. Tardarán unos meses, como nosotros, pero dispondremos de la fuerza necesaria para no ser unos meros peones en éste conflicto. Y entretanto, jugaremos nuestras cartas con paciencia, aprovechando para esas "exploraciones" que teóricamente son nuestro principal objetivo.

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04/09/2016, 00:25
Larazys Flaerin

Parpadeó, ciertamente incrédulo por lo que allí se estaba diciendo. Una armada braavosi esperando órdenes para zarpar en su ayuda era una buena noticia. De hecho, una excelente. Pero de momento habría que ser prudentes y astutos, por que no quería que representaran el papel de los héroes que se sacrifican para allanar el camino de los que vendrán después.

-Señor Valença, señor Rogare... Quiero que interroguen a la prisionera ésta noche con ayuda de la traductora -no quería al maestre en aquella conversación- Hay que sondearla para saber si está dispuesta a seguirnos en ese "doble juego". Posiblemente pida algo a cambio, claro... Algo monetario. Es un pirata, al fin y al cabo. Tenemos mercancías suficientes en las naves para ganar una fortuna en Asshai, y con ese oro pueden comprarse muchas cosas. Hasta lealtades.

Parpadeó, cruzándose de brazos.

-Técnicamente como parte del trato que acabamos de hacer tenemos que llegar a Jinqi y hacernos pasar por aliados de ésta mujer. Así que concuerdo con el señor Valença, en que hay que crearse una coartada convincente para que nos reciban. Así pues... creo que ésta noche vamos a robar algo de éste palacio. Algo sumamente importante o caro. Y luego crearemos un pequeño caos, en forma de incendio o similar. Si vamos a ser los malos del cuento para ésta gente, más vale que nos odien con motivo. Y así, de paso, podemos conseguir el pago que nos han negado. Solo que lo cobraremos del tesoro del niño emperador y la cabrona de su abuela. ¿Les parece?

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04/09/2016, 17:41
Valença

Las palabras del maestre le dejaron boquiabierto. Misiones secundarias... Una flota a punto de zarpar...

Por fortuna, el capitán habló y le dio tiempo suficiente para ir digiriendo lo que había dicho (y callado) el maestre.

Menudo cabrón... Y yo que me pensaba que estos hombres de las cadenas eran unos aguados... Cuidado con ese, Valença.

Las palabras del capitán eran muy acertadas y lo que había dicho hizo que se le ocurriera un plan.

Mi señor, como habéis dicho, mucho depende de lo dispuesta que esté esta pirata de colaborar, pero se me ha ocurrido una idea, que quizás puede ser útil... Y la clave, en cierta manera, está en esa chuchería que os han dado, capitán.

Dice, señalando con la mirada el lugar donde guarda la placa de oro.

Mirad... El plan es complejo pero sencillo... Y nos ahorramos tomar un pueblo, aunque daremos otras molestias. Hemos de ofrecerle a ese emperador amarillo algo que desea, y lo que más desea debe ser el emperador niño. Mi plan es ir al pueblo más cercano, valernos de eso que tenéis para hacernos con un niño que se parezca al emperador y vestirlo con ropas reales. Tras ello le ordenamos al alcalde o la autoridad que tengan en estos lugares para que denuncie el rapto, por parte de la Mantícora, de alguien de calidad de su familia. El niño. Lo bastante importante como para que se movilicen tropas imperiales para buscarlo. La idea es que todo parezca que hemos raptado al emperador y que se ha generado una pantalla de humo para que se crea que el secuestrado es otro. Esto es importante para que le lleguen los rumores al emperador amarillo en el momento adecuado pues... Pues nosotros, otra vez gracias a la tablilla, nos haremos con un barco en el siguiente puerto, con la dotación adecuada y nos haremos a la mar. Iremos hasta una bahía tranquila y allí, mediante algún ignorante de la zona, haremos llegar un mensaje a Jinqi de parte de la Mantícora, informando que está en una bahía con el emperador niño, pero que está allí inmóvil, pues muchos de sus hombres han huido de miedo al saber que tiene al emperador con ella. Demanda que vengan a buscarlo y así ganar la guerra. Ese emperador amarillo seguro que querrá asegurarse que es así y cuando descubra que hay patrullas buscando a un niño raptado, creerá que es cierto pero que lo han ocultado para que no cunda el pánico. Querrá verlo en persona y no podrá mover a mucha gente a la vez si quiere ser discreto. Eso hará que es muy posible que venga él con un pequeño séquito... Y en la bahía hemos de preparar la trampa para que caiga en ella... Y por si acaso, preparar el barco como un brulote... No sé, señor. Es una idea, quizás un poco loca y absurda, pero quizás puede funcionar.

Tras lo cual mira a los presentes, en busca de su opinión. No deja de ser un mercenario y un bravucón de taberna, y estos planes de emperadores y reyes le vienen grandes.

 

Notas de juego

Y ya me callo...

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05/09/2016, 17:42
Connor

Y de pronto, toda la pomposidad y agradecimiento se tornó en caos. ¿Realmente creía Connor que esto sería fácil? Pues se equivocaba, y ahora tenía toda la información para darse cuenta: una guerra ajena ahora era suya, el Maestre tenía mucha más influencia de la que aparentaba en un principio por lo que seguramente habría que tenerlo más a vista para que no le suceda nada, el espadachín era más astuto de lo que parecía con sus bravuconadas y orgullo propio... ¿qué más había para descubrir?

Mientras los demás hablaban, el guerrero se mantuvo en silencio, escuchando, observando las reacciones de cada uno. Se avecinaba sangre... mucha sangre. Él no era ningún estratega, al menos a largo plazo. Él más bien era un táctico, ya que siempre se había manejado en escaramuzas y afines.

De todas formas, cuando Valença habló de tomar prisionero a un niño inocente, Connor se enderezó. Se daba cuenta que podría no sufrir ningún daño y que en el fondo era un buen plan, pero también corría riesgo. Y eso no le gustaba para nada.

Él obedecería si así le parecía, y hasta ahora estaba de acuerdo. ¿Para qué sumar más palabras a algo que parecía ir viento en popa? Además, con la debida suerte, la flota que parecía estar lista para partir podría llegar a ayudarnos si esto se fuera extendiendo en el tiempo, con riesgos crecientes.

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05/09/2016, 19:49
Dan Rogare

Dan no se había enterado de nada. Todos los acontecimientos sucedieron muy rápido como para captarlos al detalle en otro idioma, pero tenía una cierta idea general. Cuando el maestre, y los braavosi hablaron, lo pilló todo y empezó a reír entre dientes, con una risa perruna y burlesca: era la forma de reir del ponienti.

Ay amigo, fuiste un hombre rico por dos minutos —dijo a Valença. «Eso es, si yo no me hago rico, aquí no se hace rico nadie. Eso es hermandad.» Miró al capitán cuando dijo que necesitaba que interrogaran a la Mantícora y se le encendieron los ojos de una forma maquiavélica, que tuvo buen cuidado de disimular—. Yo puedo encargarme de ella, pero necesito hacerlo solo... con la intérprete, claro. Ahora, pasando a los planes militares... Supongo que ahora mismo no tengo idea, así que me reservo mi opinión para cuando esté claro que la van a cagar, guardándome también el derecho de decirles que les advertí de manera oportuna para evitar el desastre.

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05/09/2016, 23:20
Ben Lucking

Ben se removió en su sitio, había captado todas las sutilezas del plan de maestre. Su madre siempre le dijo que era un niño que "escuchaba todo con las orejas" desde muy pequeño, al principio creyó que lo decía para hacerlo rabiar, pero era una obviedad que se dio cuenta que no todo el mundo usaba.

Eran unos grandes guerreros los que allí estaban, durante esas largas horas de entrenamiento donde sus músculos y sus técnicas se afinaban como un instrumento, Ben había estado corriendo por las calles, con los oídos muy atentos a cualquier cosa que pudiera matarlo o sarvarle la vida. Así que se animó a hablar, ahora tenía un poco más de confianza en sí mismo, y ademas una misión de robar algo, era justo lo que las habilidades de Ben relucirían.

-Valença, tu plan es muy arriesgado y requiere de unos tiempos de ejecución muy difíciles- Ben era un poco maniático en cuanto a los costes en tiempo de las cosas- tiene dos fallos importantes, el primero, que no es descabellado pensar que el emperador "falso" tiene espías en la capital o incluso en el palacio, desmontando cualquier argucia que queramos intentar respecto al rapto. La segunda que se trataría de un engaño a corto plazo, y si queremos cambiarnos de bando si la cosa se pone fea, sería imposible en este modo- pongo las manos a la defensiva- no quiero decir que no sea un plan imaginativo y atrevido, pero el tiempo- como no- jugaría en nuestra contra.

Se guarda el pensamiento que ese niño podría ser ejecutado, y ese niño, en otro momento y otro lugar, podría haber sido él. Ajeno a todo lo que pasa alrededor y llevado por la corriente de unos acontecimientos que no entiende.

- En cuanto a robar algo del palacio imperial, después no habrá marcha atrás, esa tablilla puede que no sirva ni para limpiarnos el culo, si las noticias se mueven más rápido que nosotros- ahí está otra vez el tiempo, como una novia despechada que te vigila, implacable, cuando sales con los amigos- sin embargo, si vamos a hacerlo, tengo bastante experiencia en... hummm... poner a prueba la seguridad de los lugares.

Durante toda la exposición, no puede evitar mirar de vez en cuando al maestre, esa figura tan callada y anodina ha resultado ser el verdadero capitán de esta expedición.

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06/09/2016, 23:31
Liv

La sacerdotisa no podía creer lo que estaba viendo y oyendo, no podía sobre todo, creer que su Dios no le hubiera como mínimo alertado de aquello y que ahora tuvieran que viajar con esa mujer a cuestas como si fuera fácil confiar en ella y en todo lo que estaba sucediendo. Los ojos de Liv se entre cerraban mirando toda la escena tan extraña que estaban viviendo allí, por suerte aún podían hablar a solas y tomar sus propias decisiones.

-Los hombres son tan predecibles y otras tan inocentes como calientes.

Ella negó con la cabeza, mucho podía decir el maestre pero ya nadie le resultaba fiable porque todo aquello bien lo pudo haber dicho antes para que no tuvieran que sufrir ciertas penurias pero no, se lo había callado y ahora ponía todo sobre la mesa. Dudó mucho en ayudarlo en esa empresa, tendría que hacer un buen trabajo de convencimiento con ella.

Se mantuvo en silencio por largo rato, mirando y escuchando, descubriendo algunas cosas y levantando la ceja cuando Rogare dijo que haría el interrogatorio. Ella se encogió de hombros y se dio cuenta que se iban a meter en problemas muy malos, graves y muchos de ellos no saldrían vivos ni con ayuda de R'hllor.

-Os ayudaré pero es en contra de mi voluntad.

Esperó a que le preguntaran la razón y si no lo hacían, se iría a preparar para hacer lo qur seguía. Necesitaba soledad porque estaba harta de las estupideces que ocurrían a su alrededor. Tanto luchar para terminar peleando por otros.

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07/09/2016, 20:31
Valença

A Valença le parece curioso el detalle de dan de querer interrogar a la corsaria él solo, la razón se la puede imaginar, aunque le parece más curioso que quiera tener a la intérprete delante. 

Nos vamos a reír si con esta bruja se pone a pensar con la polla...

Desde luego, le importa bien poco si va a estar presente o no, así que no dice nada. Es cosa del capitán. Se le escapa un resoplido de risa cuando Dan comenta lo de que ya les dirá un "te lo dije..." como si fuera su madre... Luego el polizón dice la suya y Valença calla, escuchando.

El niño no tiene la cabeza llena de pájaros, eso es verdad. Tiempo, tiempo... Bah! Eso pasa por darle voz a un polizón.

Y para rematarlo habla Liz, par decir que los ayudará contra su voluntad. Algo muy enigmático viniendo de la sacerdotisa roja.

¿Qué coño ha querido decir con eso? Que su dios lo aprueba pero ella no? Que se opone al capitán?

Valença se contenta con encogerse de hombros.

Entre eso y lo del ponienti... Son cosas que atañen al capitán... O al maestre al parecer.

Me encantaría saber qué ocultan esas mangas de maestre intrigante... Aunque tenga que saberlo registrando su cadáver... A saber qué otras órdenes tiene ahí... Ninguna agradable para los mercenarios carne de cañón.

Posa unos momentos la mirada en Connor. Su silencio le gusta. Lo toma como que aprueba sus ideas, y al vanidoso Valença le agrada eso.

 

 

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09/09/2016, 21:53
Director

Tocaba disimular. Al menos, de momento. Había un tratado que firmar y una cena a la que asistir. Pero aquel tiempo de ocio y "ajasajos" iba a ser bien aprovechado por los aventureros. Aprovechado para planear su golpe en la Ciudad Inmemorial y su "huida" con la prisionera. Era una huida fingida, pero si obviamente iban a cometer una auténtica tropelía entre aquellos muros, posiblemente no lo fuera del todo.

Las mesas tenían tapetes de seda y estaban llenas de extrañas y deliciosas viandas de sabores muy dispares, aunque algunas de ellas, de hecho la mayoría, se cocinaran con ingredientes bien conocidos en occidente. Se fijaron, por curiosidad, en los platos que usaba la clase alta. Estaban hechos de una cerámica muy fina, en la que solo encontraron parangón en la vajilla de Lys, famosa en el mundo entero, y posiblemente la superara.

Se tocaba música con extraños instrumentos parecidos a un arpa, y otros que en su forma resultaban familiares, tanto de la familia de cuerda como la de viento. Sus melodías eran más metálicas que las occidentales, pero en términos generales eran piezas relajadas que inducían a la paz y la reflexión.

La gente con la que cenaron formaba parte de la corte y su entorno. Había una legión de criados atentos a todos sus deseos, y los traductores no daban a basto, ya que todas las damas, funcionarios y militares de cierto rango deseaban conocer a los misteriosos extranjeros y que les hablaran de sus tierras.

Valença le había echado el ojo a una arpista, concretamente a su generoso escote. Aunque las mujeres del país eran bastante pequeñas, y casi ninguna tenía un trasero digno de mención, si era cierto que algunas de ellas tenían buenos pechos. Y en esa visión se consolaba él. A veces ella le miraba, y él disimulaba sonriendo para hacerse el caballero, mientras pensaba cosas propias de un marinero con furor genital.

El capitán estaba pendiente de las posibles contingentes. Mandó a Connor avisar a los marineros que habían marchado con ellos, armados a modo de escolta. Sus órdenes eran sencillas: tenía que escoltarlos "de vuelta" a la nave. Pero él quedaría con un contigente de los mismos, cerca de la puerta que separaba la ciudad portuaria del resto de Yin, por si fuera necesario que ellos la "abrieran" a su paso, o les ayudaran a saltar la muralla de alguna forma. El antiguo guardián del muro estaba acostumbrado a procastinarse, y perderse aquella "fiesta" no le suponía un gran trauma.

Lucking fue "dejado a su aire", de modo que pudiera explorar la ciudad y colarse en sitios que "no debía". Su tarea era la de buscar cosas de gran valor, el tesoro de la ciudad o algún objeto mágico de gran poder que el emperador tuviera en alta estima... para sustraerlo con el debido sigilo. No obstante, si se topaba con algo parecido al depósito de oro y plata del emperador, tendría que volver a informar a sus compañeros para planear un "golpe" de mayor entidad.

Dan tuvo dificultad para llevar a un aparte a la traductora, ya que estaba muy solicitada, y el maestre se tenía que quedar en el comedor para participar en la firma del "tratado" del que había hablado el consejero. La incomodidad le hizo insultar en valirio, casi para si, cuando se acercó a la prisionera y al marinero que la mantenía vigilada.

Liv no sabía muy bien que estaba haciendo allí, ni que papel podía jugar en todo aquel asunto. Así que como conocía el yitiano bastante bien acompañó al joven Rogare para interrogar a aquella irreductible mujer.

Notas de juego

A vuestro aire. Decidme que queréis hacer y yo os pediré tirada o iremos narrando.

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09/09/2016, 22:21
Katsumi Wôn "La Mantícora"

Estaba en una celda, atada a la pared, con cara de aburrirse como una ostra. No le habían cortado la cabeza, así que no sabía muy bien que demonios iba a pasar con ella. El marinero que había sido confiado con la llave de la celda les abrió cuando se lo solicitaron, y ella alzó el rostro, mirándoles a contraluz. Estaba sentada en el suelo, y la verdad es que después del combate y todo aquello, olía a que le hacía falta lavarse en una tina.

-Bueno, aquí estamos. Entonces... ¿Me cortarán la cabeza mañana?

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09/09/2016, 22:25
Director

Los hombres estaban en una sala del edificio de los cuarteles. Rodeados de soldados yitianos en otras salas y pasillos, que cenaban o se mantenían en el cuerpo de guardia, armados pero perdiendo el tiempo con juegos de mesa y apuestas. Cuando llegó, vió que les habían dejado comida y bebida, y eran bien tratados.

Aquello iba a costar, más que arrancarse una uña. Los hombres se aficionan pronto a la buena vida, y aquellos no esperaban regresar tan pronto. No hasta la mañana siguiente, que era el plan original. Sus armas estaban allí, a mano, aunque los guardias yitianos no les quitaban ojo, por si les daba por cogerlas y comenzar a pelear con ellos.

-Siéntese, señor Connor -dijo uno de los marineros- Beba algo con nosotros.

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09/09/2016, 22:29
Director

Teóricamente eran invitados. Así que podían deambular por las áreas comunes de la ciudad, sin poder acceder a los "edificios críticos", normalmente pabellones privados o lugares donde se custodiaban armas, víveres u otros tesoros. Y tesoros es lo que él estaba buscando.

Así que fue buscando, curioso. Evitó la mirada de los guardias, rumbo a lo que parecía una sección de la ciudad mejor defendida que el resto. Allí es donde debería estar el "premio gordo". Pasar por la puerta era casi imposible sin acabar con los guardias. Pero el muro no era muy alto, aunque si difícil de escalar debido a su remate en forma de techo a dos aguas. Tendría que hacer acopio de toda su destreza e ingenio.

Notas de juego

Tira por Acrobacias. Dificultad 12+