Partida Rol por web

Abridla solo lo justo al principio, si se acercan siempre puedo atacarles con mi lanza por la estrecha abertura.

Dicho esto Tyl se colocó en posición de guardia, escudo por delante y lanza preparada para atacar, esperando que alguno de sus compañeros abriese la puerta.

Esperáis el tiempo suficiente para calcular que Hollis, que se ha marchado en solitario, llegue arriba. Colocado frente a la puerta, Tyl sólo tiene que esperar a que Olyn y Felnir, flanqueándole, abran un poco las jambas.

Cuando lo hacen, Tyl puede ver, en efecto, que la sala hierve de criaturas, seguro que más de una docena, que se mueven alrededor del libro y del cadáver luminosos, sin prestar atención a que la puerta esté abierta, zumbando y susurrando. Parecen más tensos y concentrados en su acción que antes...

¿Cargamos o llamamos su atención?

Tyl miró a sus comapañeros inquisitivo.

Felnir miró a su amigo Tyl con gesto serio. Quería acabar con todo aquello cuanto antes.

-Carguemos pues-. le contesta mientras aprieta con fuerza la empuñadura de su vieja espada

- Vamos allá - asintió Ysval, mejorando el agarre sobre su hacha.

Abrís las puertas de golpe y estas crujen anunciando al interior vuestra llegada. Entráis firmes y unidos, formando un frente irrompible de valor y acero, esperando un choque inmediato con el enemigo. Pero la respuesta de las bestias no es automática. Quizá porque son bestias sin inteligencia no preveían este movimiento y todas están alrededor del libro y del cadáver, nerviosas, cuando hacéis vuestra entrada. Se vuelven hacia vosotros, dispersándose mientras caéis sobre ellos, de frente y desde arriba...

Hollis salta desde su posición elevada, intentando caer todo lo cerca del libro que pueda, para más adelante destruirlo, ya que sospecha que es el origen del mal.

Según cae lanza sus cuchillos hacia la criatura más cerca al punto de aterrizaje, mientras confía en que sus compañeros atraigan al resto de monstruosidades.

- ¡¡A POR ELLOOOOOSSSS!! - Isval irrumpió girando el hacha sobre su cabeza tan rápido que parecía que portara una rueda de madera y metal. La rueda varió su trayectoria hacia la cabeza insectoide de la criatura más cercana, tratando de decapitarla cuando ésta se abalanzó sobre el vikingo.

Desde detrás de Isval, Tyl lanceó a otra de las criaturas para evitar que atacase al bárbaro, ya que sus amplios hachazos dejaban muchos huecos vulnerables.

Felnir se lanza con rabia contra las criaturas intentando causar el caos entre ellas y desviar la atención del descenso de Hollis.

La primera de las criaturas en acercarse queda cercenada por la articulación que une su cabeza al torso, lo cual no impide que otras puedan intentar rodear al feroz Isval. Su acción atrae las miradas de la mayoría de criaturas, permitiendo que Hollis aterrice cerca del libro. Los lanzazos de Tyl logran frenar el avance de las bestias para que no os rodeen en vuestro avancen en cuña con Isval en la punta. Entonces Felnir avanza para formar un frente más amplio y divide a las bestias, que quedan por unos instantes demasiado pendientes de esquivar los alocados golpes que propina el guerrero. 

Así, vuestra estrategia tiene éxito aunque sólo una baja y quedáis de momento en unas tablas inestables que los monstruos no son capaces de romper, sólo formar un bloque blando e ineficaz de fauces y garras.

Olyn es el único que no actúa, petrificado a la entrada de la sala, sin saber muy bien qué hacer...

Maldición. El cadáver humano que hay tirado junto al libro acaba de abrir los ojos. Con un espasmo, cierra los puños.

Hollis observa con horror cómo el cadáver que hace un momento estaba inmóvil se levanta y cierra los puños con fuerza, haciendo ademán de atacar.

Intenta sobreponerse al miedo que le produce ver a un difunto abalanzarse sobre él, pero no puede evitar quedarse completamente inmóvil, paralizado por el terror. Lo único que Hollis acierta a hacer es alzar ligeramente sus cuchillos en un gesto defensivo.

Felnir ve a su amigo Hollis atenazado por el miedo y se lanza rápido entre las hordas de criaturas insectoides a ayudarle repartiendo mortales espadazos y chillando fuera de si.

Viendo que Felnir se avalanzaba contra las criaturas Tyl lo siguió tratando de mantener la formación y evitar que las criaturas tuviesen un ataque fácil.