Partida Rol por web

Les recuerdo que puedo leer sus mentes. Es inútil hablar en voz baja. Pero haré un resumen de lo que están pensando para acelerar en lo que pueda esta reunión. Así podre irme a dormir de nuevo... Estoy cansado...

Primero: no soy un hombre lobo. Tal y como puedo escuchar en la cabeza de Rupert, Bakholis sí lo era. Veneraba al Dios Lobo y salía al bosque a transformarse las noches de luna llena. Hace años conocí la historia, y me fascinó. Pero yo salía a cazar con mi espada y mi ballesta. Sapo ha hecho los cálculos: hace nueve días no había luna llena, solo cuarto decreciente.

Segundo: cuando volvía de mi cacería, nunca traje a ninguna presa, ni trofeo. Si mataba a alguien, su cadáver quedaba en el bosque, para alimentar a los lobos salvajes.

Tercero: no es que haya perdido la memoria de lo que ocurre en las noches de mi cacería. Perdí la memoria una única vez, durante mi última cacería, y no solo de lo ocurrido aquella noche, sino de toda mi vida antes de eso.

Cuarto: soy consciente de que era una mala persona. Quiero cambiar eso. Busco redención. Si me ayudan, estarán ayudando a alguien a ser mejor persona.

Malocchio se tambaleó de nuevo hasta la cama, y se tapó bajo las mantas.

No lo veía demasiado justo. A pesar de sus actuales buenas intenciones, aquél hombre había cometido crímenes imperdonables. Corvino podría creer en la redención del alma de ese hombre, pero solo si asumía sus crímenes y estaba dispuesto a pagar por sus pecados.

Por ejemplo, ¿tal vez si sufriesen un justo castigo, un vía crucis extremo, podría perdonar a los animales que causaron tanto dolor a su hija? Racionalmente, tal vez. Emocionalmente sólo deseaba que esos hombres crueles y malvados murieran de la manera mas terrible posible y que tras eso sus negras almas vagaran por siempre en el Abismo.

Pero... ¿redención así sin más? No. Uno no puede esconderse bajo una manta y pretender olvidar. Uno debe pagar. Y luego... ya veremos.

Corvino bajó la cabeza apesadumbrado. Tan solo deseó que en este mundo hubiera fuerzas superiores, poderes capaces de hacer pagar a estos malvados por sus crímenes. Fuerzas frías y despiadadas, incluso oscuras si fueran necesario, que crearan un infierno personal de eterna tortura para gente así. Ojalá existieran unos Poderes Oscuros semejantes.

Pero no, aquél era un mundo cruel y despiadado en el que los malvados hombres como Malocchio Aderre prosperaban y gente humilde como él y su hija... sufrían las consecuencias de la maldad de esos bastardos. Cuán injusta era la vida.

—No me hace ninguna gracia que usted no pague por sus crímenes. Si estuviese en mi mano, le haría colgar del mismo modo que haría colgar a los... monstruos, pues no merecen llamarse hombres, que le hicieron daño a mi hija....—

—.... pero por otro lado, si su ánimo es convertirse en un humano mejor de lo que era es verdadero, espero que eso redunde en el futuro una vida mejor para las humildes gentes de Invidia a las que usted gobierna. Sólo por eso, por la esperanza de que se convierta en un buen gobernante, estoy dispuesto a aceptar el encargo.—

Una vez dadas sus razones, empezó con las pesquisas.

—Creo que alguien lo ha comentado, no lo sé: Propongo hablar con los dos hombres que trajeron a Lord Malocchio Aderre al castillo la noche que perdió la memoria y que esos hombres procuren guiarnos hasta la zona del bosque en la que le encontraron. Peinémos esa zona. Quizás tengamos suerte y demos con algo. —

Dalabrac había permanecido en silencio todo el trayecto hasta la habitación y mucho más después de entrar a la entrevista con el dueño del castillo, las ideas iban y venían pero al ser un grupo tan grande les costaría lograr ponerse de acuerdo en lo siguiente que debería hacer para llegar al fondo del asunto.

Como lo veo tenemos un par de pistas que seguir,- se dirigió a sus compañeros- una visita al sitio del suceso como lo acaba de indicar Corvino y además la visita a la antigua señora del castillo, si bien no nos dirá directamente si ella es responsable tal vez podamos conseguir alguna información interesante, con algo de diplomacia tal vez no nos corte la cabeza por tomarla como sospechosa de la situación de su hijo.

Hizo una pausa y se rasco la cabeza -Podemos dividirnos para realizar las dos tareas

Inclusive tal vez si analizamos la magia de la piedra de ónice nos pueda eso dar más información, al dar poder a los objetos el conjurador pudo dejar su huella mágica no se, tal vez eso nos sirva de algo mas adelante.

Alanis se sonrojó -Puede leerlos...todos?.- pensó la chica, habia estado pensando en Alarico paseandose sin camisa con una jarra de cerveza, y ropa interior sexy y nada discreta. Luego recapacitó y añadió en un tono de voz severo.-Oiga!!, eso es invación de la privacidad!!- terminó de escuchar las palabras de sus compañeros, prestando especial atención a las del psicomante, y luego a corvino, habia un jovencito guapo de sombrero que no habia dicho ni una sola palabra; Heian, a lo mejor estaba un poco cohíbido, o era de esos chicos que escucha mil veces todo antes de dictaminar su opinión.

Sacudió su mano exasperada.-Yo vivo de esto, la moral no llena mi estómago, si me contrata un asesino o un santo varón, me da bastante igual, lo que la gente haga en su vida privada no son las mías, si hay plata de por medio, joyas o vestidos elegantes, mis hechizos están a su disposición, lord Aderre.- luego se giró para mirar a Dalabrac, sorprendida por lo que acababa de decir.

-Eres muy inteligente pequeñin, tienes razón, quizás el ónice mantenga la huella de su primer manipulador.-

Sapo sabía por la ausencia de algunas facciones típicas del pueblo gitano, que Malocchio solo tenía un octavo de sangre vistana. Es decir, habría que remontarse 3 generaciones en el árbol genealógico de Lord Aderre para encontrar un ancestro 100% gitano (un bisabuelo o bisabuela). Eso significa que Gabrielle Aderre era hija de un semivistana y un humanoide de otra raza. Lamentablemente, no conocía demasiado sobre esa raza como para conocer sus peculiaridades mágicas.

En cuanto a sus conocimientos de historia, Sapo sabía que el primer soberano de Invidia fue el Duque Treholan, que unificó la región en el año 457 (es decir, hace 294 años). Bakholis era descendiente de Treholan. Bakholis era un tirano que imponía altos impuestos y que secuestraba mujeres para divertirse. Según la rumorología, Bakholis se convirtió en licántropo por la maldición de una mujer llamada Marta. Marta fue violada por los soldados de Bakholis mientras era obligada a ver cómo el noble devoraba a su verdadero amor, cuando Bakholis "solo" cometía canibalismo y aún no tenía la furia del hombre lobo en su interior. Bakholis murió en el año 729 (es decir, hace 22 años), asesinado por su última doncella secuestrada: Gabrielle Aderre.

Cof, cof... Comunicaré al señor Gramley que desean entrevistar a sus hombres mañana. En cuanto a lo que hay tras la puerta... la torre tiene dos plantas más por encima de esta. Una de ellas es la Sala de los Halcones, donde viven un par de docenas de estos pájaros amaestrados. La siguiente es la Sala del Tesoro, a la que obviamente no tienen permiso para entrar. Si sirve para descartar sospechas de que allí haya un museo de trofeos de caza humanos, podemos abrir la habitación para que puedan verlo con sus propios ojos, pero una vez sea informado la Garra, y siempre en presencia de numerosos guardias.

Sobre quién es el padre de Lord Aderre, lo desconozco. Gabrielle es una mujer muy hermosa, y no le faltan pretendientes. Pero sé que no es hijo de Bakholis: Malocchio nació dieciocho años después de la muerte de Bakholis. De hecho, Malocchio tiene solo cuatro años. Sin embargo, su crecimiento siempre fue a mayor ritmo de lo de una persona normal. Según me expresó Gabrielle Aderre alguna ocasión, esa madurez prematura formaba parte de la maldición de los Dukkar.

Por alguna extraña razón, la norteña asintió a las palabras del anciano Corvino. Había algo que le recordaba a su viejo tío Torvaldo y con eso bastaba para caerle bien.

- Tinierr rrasón. Quisás poderr prreguntarr a guarrdias y explorrarr sona donde encontrrar... - Dijo, sumandose a la propuesta.

Por otro lado, la guerrera de espadas bastardas no veía con buenos ojos lo que decía Dalabrac sobre ir a visitar a la madre de Malocchio. Después de todo, estaban enfrentados y el noble había intentado matar a su propia madre. Seguramente no fueran bien recibidos, fue por eso por lo que deshechó la idea de golpe.

Lo segundo que le llamaba poderosamente la atención a Fedora fue oír sobre el tema de los hombres lobo. No porque no hubiese oído hablar antes sobre esos seres, sino porque jamás había visto a ninguno. Pero Sapo parecía entender mas del tema y aprovechó para preguntarle.

- ¿Haberr visto hombrres lobos, Sapo? ¿Serr verrdad lo que desirr de que plata serr morrtal parra ellos? En mía patrria, solo haberr conosido hombrres pingüinos. Haberr dos tipos: Los mestizos, como Quiorra, que son el resultado de la Unión de hombrre con pingüino hembrra, generralmente. También haberr otro tipo, que son como maldisión. Gente converrtir en pingüino monstrruoso a las órrdenes del pingüino maestrro, Tux. A veses atacarr poblasiones en bandadas². Yo Tinierr muchios pingüinos en castillo de Tío Torrvaldo. Ser mascota en mia tierra natal, da. - Comentó.

La plática de Lord Aderre no le convencía, para ser mejor persona había que mostrar arrepentimiento, y contaba sus cacerías como quien sale al bosque a merendar, creo que Lord Aderre busca más salvar el pellejo que mejorar interiormente.

- Bien Lord Aderre, si logramos solucionar todo este asunto, desistiréis de vuestras cacerías, o volveréis a vuestro yo anterior? Es una cuestión importante.

Mientras los demás expresaban sus opiniones sobre la situación o se escandalizaban del poder de leer la mente, que a Menon no le importaba, solía decir lo que pensaba, escucho la explicación del mayordomo sobre la paternidad del noble, aclarar que un noble atractiva da para muchos candidatos no es alentador. Pero lo verdaderamente extraño era la edad del Lord, sólo cuatro años! Que locura.

- Así que Lord Aderre sólo tiene cuatro años? No me extraña que no le importen las muertes que causa, puede estar desarrollado físicamente, pero su mente no ha madurado ni en tiempo ni en forma normal, esto es terrible...

Quiora apartó la mano del picaporte cuando el mayordomo explicó lo que encontraría al otro lado. Si el noble hubiese querido saber qué pasaba por la cabeza de la semiorca, la imagen hubiese sido tan clara como la primera luz de la mañana.

Aunque quizás no habría que ser un vidente vistani para leerle la mente a la mestiza.

Se giró y encaró a Malocchio.

- Pero a ver, si el señorito es un brujo, cómo es que no sabe qué pelotas de troll le pasa? No puede coger una bola de cristal y ver en ella qué bruja le ha lanzado esa maldición y cómo quitarla? Sigo pensando que si él no es tan poderoso como una hembra de su especie, tendríamos que ir a visitar a una para pedirle explicaciones...

...Tengo hambre - un rugido de estómago acompañó sus últimas palabras. No se podía apartar la suculenta imagen de los halcones de su cabeza.

Genann, tras su inicial ronda de preguntas, había guardado un discreto segundo plano, meditando tanto las respuestas dadas por Aderre como las nuevas cuestiones planteadas. La situación era cuando menos curiosa y para qué negarlo, incluso excitante. Ante él, un hombre adulto que, sin embargo y haciendo caso de lo dicho por Rupert, apenas contaba con cuatro años. Un mayordomo leal a un castillo y, por extensión, a los dueños del mismo pero que permanecía anclado a aquel lugar, como si estuviera sujeto al mismo por una maldición. Sus compañeros, apegados a diversas morales o carentes de las mismas, juzgando rápidamente y decidiendo con igual presteza cual era la adecuada solución. 

El druida se frotó la mejilla y el sonido rasposo de su mano contra la incipiente y fuerte barba, resonó ásperamente. Malocchio afirmaba ser telépata, capaz de leer los pensamientos ajenos, y de la misma manera aseguraba buscar la redención y necesitar ayuda para ello. Fuera cierto o no, la realidad era que les demandaba una ayuda consistente en averiguar lo ocurrido la noche en la que había perdido su memoria. Haciendo caso de todo lo dicho, su madre no podía ser la causante directa del ataque pues de ser así, quizá su hijo hubiera muerto de acuerdo con la profecía, pero ello no negaba el hecho de que podía estar detrás de todo ello y que si Malocchio no había muerto era sencilla y llanamente porque el ejecutor o ejecutores no eran vistani. 

¿Y de verdad buscaba la redención? ¿Qué necesidad tenía de ello cuando no podía recordar nada de su pasado, por mas que afirmara haber asesinado a humanos sin recordarlo a ciencia cierta, y cuando por mucho que mostrara un desarrollo antinatural, solo contaba con cuatro años? Su moralidad bien podía ser la de un niño, que era bien sabido por todos, podía mostrarse inusitadamente cruel.

Y en medio de todas aquellas disquisiciones mentales, llegaron las palabras de Dalabrac. Dividirse en dos grupos e investigar por separado. No era una mala idea y si bien era cierto que separarse bien podía suponer una mayor debilidad, no podía negarse que era una forma rápida de obtener mayor información. Ahora bien, ¿quiénes integrarían los grupos? No debía ser algo aleatorio.

-Estoy de acuerdo con la idea de formar dos grupos. Y me gustaría ir al lugar en el que el señor Aderre fue encontrado. Quizá pudiera hallar algún rastro o señal que permitiera reconstruir los hechos o incluso deshacer los pasos anteriores. Reconozco que me moveré mejor por la naturaleza que por los pasillos de un castillo -dijo con toda sinceridad-. Señor Aderre, a expensas de lo que nos digan los guardias que lo encontraron, ¿tiene algún recuerdo del lugar donde lo encontraron?

Heian se quedó muy sorprendido al comprobar que efectivamente, Maloccio era capaz de leer la mente de los presentes, pues él en su cabeza no solo sugería que fuera un hombre lobo, sino que podría ser gran multitud de otros licántropoes. El problema es que lo que explicó, efectivamente, disipó toda duda posible. No se trataba de uno de ellos, pues aunque algunos de los síntomas eran similares, realmente eran desmesurados e incluso se alargaban demás en el tiempo.

Suspiró hondo mientras escuchaba al resto de sus compañeros hablar. Las leyes generales indicaban que ese hombre tendría que pagar por sus crímenes, pero Nailo no era un experto en ellas, y aún menos de seguirlas. Si ese hombre quería redención obrando bien, daba por hecho que debía conseguirla, pues pagar por algo de lo que ya te estabas arrepintiendo era algo absurdo, al menos para él. Pero ellos no estaban allí para juzgar los actos del hombre, sino para echar una mano en todo lo que pudieran, por eso las últimas palabras de Corvino le parecieron las más acertadas.

Para mí la situación es muy confusa. Pesan sobre mis hombros crímenes que no recuerdo haber cometido. En el fondo me gustaría creer que cuando perseguía a alguien por el bosque era todo una pantomima. Que dejaba escapar a mi presa y volvía mintiendo, haciendo que los demás creyesen que era un líder cruel y fuerte, pero con la conciencia tranquila por no haber matado a nadie. Pero no tengo recuerdos, solo conozco mi propia monstruosidad a través de los ojos de Rupert, de lo que él pensaba que yo podía estar haciendo en ese bosque.

Y la duda es peor compañía para los remordimientos que la culpa, señor Menon. No más cacerías. Eso es algo que tengo claro.

Por entonces, Quiora había dejado de pensar en un montón de halcones asados... ¡Ahora pensaba en un montón de pingüinos asados!

Malocchio tuvo que hacer esfuerzos para no reír. Era bastante injusto tener una conversación seria mientras se leen las mentes dispersas y alocadas de la gente.

Perdón. No quiero que malinterpreten mi mueca como desprecio a las vidas sesgadas, o que me tomo a broma mi redención. Es solo que vi algo en la mente de otro de ustedes bastante hilarante. Es la primera vez que logro esbozar una sonrisa en mi tragedia, por lo menos desde que puedo recordar... Desde aquella noche, en el bosque...

Son pequeños retazos, no tengo una imagen completa. Recuerdo una cabaña en el bosque, y un río. Y la niebla: brumas por todas partes. Un ruido indescriptible resonó dentro del edificio. Me asusté, y vadeé el río en la dirección contraria para alejarme de allí. El agua no me llegaba más allá de las rodillas. Llegué al otro lado y seguí corriendo. Empecé a trepar por un terraplén de tierra. Llovía. La tierra estaba blanda. Y entonces resbalé. Permanecí inconsciente hasta que dos soldados me encontraron, al amanecer, pero mi falta de memoria no se debió a mi caída en el terraplén, sino horas antes: cuando aparecí sin saber cómo junto a la cabaña en el bosque.

Rupert, acompaña a estas personas al comedor de la planta baja para que puedan entrevistar a los guardias que me encontraron. Y despierta al cocinero. Corvino no ha cenado, y a Quiora se le ha vuelto a despertar el hambre. Que ase un pollo o un par de pichones.

Una hora después, en torno a las dos de la madrugada, el grupo volvía a lo que había sido su dormitorio improvisado. Sobre la mesa del comedor había una bandeja con grandes muslos de pavo especiado, pero ni pollo ni pichón. Los sirvientes habían rellenado los vasos, y quedaban dos jarras sobre la mesa: una con agua y otra con vino.

Sentado a la mesa estaba Ramond, el pupas del ejército de Gramley. En su haber contaba con una derrota frente a Quiora, y un acto de cobardía inconmensurable por el que había sacado a Corvino de su celda para guarecerse él del ataque del necrófago.

El soldado que... que me acompañó durante la batida para encontrar a Lord Malocchio... Ese soldado... Ese soldado murió a manos del nosophoros-dijo, recurriendo de nuevo a la palabra falkovniana para necrófago.

Ramond seguía visiblemente asustado, temblando como un polluelo, pero estaba dispuesto a responder a las preguntas que le hiciesen.

- Me alegra que me preguntes, Fedora.- El gnomo se remangó las mangas de su túnica y se dispuso a lanzar un gran "speech" una vez la norteña acabó el suyo, que no había sido corto, sobre los hombres pingüino.- Pues sí. A los hombres lobo les da miedo la plata por el efecto que ésta produce sobre sus pieles. Les hace daño mientras que otras composiciones alquímicas, más comunes, no logran penetrar su piel. Malocchio resulta que no es licántropo, al menos que él lo sepa. Quizá tenga algo de sangre licántropa diluida en esa mezcla de sangres que contienen por sus venas. El primer soberano de Invidia fue el Duque Treholan, que unificó la región en el año 457 (es decir, hace 294 años).- Clarificó a sus más simples compañeras, pero tan simpáticas, pues a él le gustaban los números y le gustaba que a los demás también les gustasen.- Bakholis era descendiente de Treholan. Bakholis era un tirano que imponía altos impuestos y que secuestraba mujeres para divertirse. - Estaba claro que Sapo no tenía don de gentes y no sabía si lo que decía podía llegar a molestar las sensibilidades de otros.-Según la rumorología, Bakholis se convirtió en licántropo por la maldición de una mujer llamada Marta. Otra mujer Bruja, con altas probabilidades de que fuera vistana. Marta fue violada por los soldados de Bakholis mientras era obligada a ver cómo el noble devoraba a su verdadero amor, cuando Bakholis sólo cometía canibalismo y aún no tenía la furia del hombre lobo en su interior. Bakholis murió en el año 729 (es decir, hace 22 años), asesinado por su última doncella secuestrada: Gabrielle Aderre.- Ese dato era importante, hasta Sapo podía verlo.- Si Bakholis era efectivamente un hombre lobo seguro que hay por el mundo muchos hijos suyos licántropos, ya fueran concebidos por él en las múltiples violaciones de doncellas que parece gustaba de cometer, como "hijo" de la enfermedad contagiosa que portaba.- Puesto que Malocchio leía la mente con gran facilidad y claridad, no había razón para ocultar lo que uno pensaba.- Es muy conveniente que este hombre no recuerde ninguna de sus atrocidades. Puede que sea un mecanismo de defensa. Estoy seguro de que, cuando recupere la memoria de toda su vida, seguirá actuando igual que antes.- Por lo tanto lo que se merecía era la horca. Así lo imaginó en su cabeza.- Con respecto a la pureza de su sangre vistana puedo determinar, por la ausencia de algunas facciones típicas del pueblo gitano, que Malocchio solo tiene un octavo de sangre vistana. Es decir, habría que remontarse 3 generaciones en el árbol genealógico de Lord Aderre para encontrar un ancestro 100% gitano (un bisabuelo o bisabuela). Eso significa que Gabrielle Aderre es hija de un semivistana y un humanoide de otra raza. Lamentablemente, no conozco demasiado sobre esa raza como para conocer sus peculiaridades mágicas, pero hay altas probabilidades, según mi juicio, de que sea un licántropo o mestizo de esa raza. Eso sería peliagudo.

—Bueno, todo eso suena muy interesante. Aunque. Espere un momento, señó... ehhh ¿sapo?— A pesar de que el propio individuo autonombrara así, a Corvino no le agradaba nada llamar "sapo" a alguien, por muy, digamos, estrafalarias, que fueran sus conductas y aspecto. —No es que dude de sus vastos conocimientos, pero me parece que ha cometido un pequeño error en la enumeración de los hechos. Creo recordar que Lord Malocchio Aderre reconoció haber acabado él mismo con el anterior Lord, el tal Bakholis. No que fuera su madre quién acabó con el.— 

Luego, cuando bajaron al comedor y frente a las pechugas Ramond relató que su compañero de armas había caído presa del... nosoqueleches, el engendro no-muerto ese que se había infiltrado en el castillo en forma de cadáver, Corvino no pudo por menos que añadir: —Pues ya es mala pata. Cuánto lo siento por su amigo, señor Ramond.— En realidad no lo sentía demasiado. Aquellos Falkovnianos solían ser una panda de mercenarios saqueadores y sin muchos escrúpulos. Se volvió a dirigir al mercenario.

—Bueno Ramond, entonces me temo que entones tendrá ser usted el que deberá guiarnos hasta la zona donde encontraron a Lord Aderre.— 

—Si no hay alguna otra sugerencia o impedimento, por mi los que deseen adentrarse en el bosque podríamos partir hacia allí ahora mismo.— Miró a sus compañeros, sobre todo al druida, aunque estaba dispuesto a detenerse a escuchar otras opciones antes de adentrarse en el bosque. No era un loco impositivo.

Tomo al druida por el hombro y dijo:

 —El señor Genan y yo estamos dispuestos a entrar en el bosque, guiados por Ramond. ¿Quién mas se apunta?—

Gennan miró a Corvino con cierta pena dibujada en su mirada. Era lo que tenía la edad. La mente ya no trabajaba igual, aunque también era cierto que con la sobredosis de datos caer en la confusión era sencillo. No como el tímido Sapo cuya mente parecía toda una enciclopedia de saberes varios. 

-Corvino -le gustaba aquel nombre. Le recordaba a los cuervos, negros e inteligentes-. El propio mayordomo dijo que Aderre no podía ser hijo de Bakholis porque nació dieciocho años después de su muerte. Así que tampoco es posible que fuera su asesino -concluyó con un sobrio encogimiento de hombros. 

Por lo demás, la iniciativa de Corvino le parecía admirable, aunque dudaba que el soldado pudiera acompañarles sin la autorización expresa de la Garra. Pero prefirió no decir. Nada al respecto. Era bien sabido que cuando se verbalizaban los obstáculos y dificultades, estos pasaban a ser algo real. Así que Gennan dio un mordisco al trozo de carne que sujetaba con su diestra y aguardó a que hubieran mas voluntarios para aquella expedición. 

Poniendo cara de interesante y haciendo como que comprendía todo lo que iba relatando Sapo, la norteña iba asintiendo con la cabeza mientras pensaba en otras cosas, debido a que había perdido el hilo después de la segunda frase.

- Da, da, Sapo. Yo saberr que estarr bien instrruido... Parrece que hombrres lobo... Licántrropos. - Rectificó a tiempo mientras levantaba el dedo, haciéndose aún más la interesante. - Serr rrasa como yo desirr, muy parresida a hombrres pingüinos en mia patrria. También haberr muchos ascendientes en árrbol genealógico pingüinos, aunque con nombrres menos pintorrescos, da. - Aclaró al fin.

En ese momento, tras la explicación del mago gnomo, varios fueron los que pretendían apuntarse a una visita al bosque, cosa que ya había mencionado la buena de Fedora. Viendo que el druida se apuntaba, volvió a asentir mirando en su dirección, no obstante sabía de primera mano la capacidad de un druida en el entorno salvaje. Por otro lado, sonrió cuando Corvino también anunció su deseo de ir al bosque. No sabía explicar el porqué pero sentía cierta nostalgia cuando miraba la cara arrugada del anciano. Puede que por recordarle a su tío Torvaldo, pero había algo más, aunque no sabía explicar que era.

- Quiorra, Menon, Sapo y yo darr paseo porr bosque e inspeccionarr lugarr parra encontrrarr pistas. - Dijo abrazando al gnomo con uno de sus brazos alrededor del pequeño cuello del ilusionista. - Si vamos a separrarrnos, irr con cuidado... Mejorr, Quiorra cuidarr a Menon. Volverr a castillo de Lorrd Aderre cuando acabarr. - Les dijo a sus otros dos compañeros, en el caso de que no les acompañaran al bosque.

Después, la guerrera de espadas bastardas se giró al resto de personas que allí se encontraban y alzó la voz para empezar de una vez con la tarea que se les había encomendado.

- Muy bien, los que irr a bosque seguirr a Rramond. El guiarrnos a lugarr señialado. - Anunció sin más dilación, pues tenía ganas de ponerse en marcha.

Más tarde, cuando los grupos estuvieron por fin formados, Fedora volvió a girarse hacía Sapo. Sabía que el gnomo era muy inteligente y aprovechaba cada ocasión que se presentaba para lanzarle las preguntas que le atormentaban y no podía preguntar a nadie más.

- Sapo, ¿Conoserr hechizo parra cambiarr colorr de pelo? Yo pensarr en cambiarr colorr de mio pelo. Grran mago Knopix tinierr viales con tintes parra pelo, perro desde que salirr de mia patrria, no encontrrar aquí. ¿Tú poderr ayudarr? - Preguntó sin más.

No era lo que se había imaginado pero igualmente estaba suculento y llenaba la panza. Quiora dio parte del piscolabis nocturno que se les había preparado, en un visto y no visto. Ayudó a pasar la comida con agua y se recostó, dispuesta a quedarse dormida a la menor oportunidad.

Ey, qué hay campeón -saludó a Ramond en cuanto se percató de su presencia.

La voz de Sapo, junto a su charla sobre cosas incomprensibles, era como escuchar una nana. Los párpados de la mestiza le pesaban más que dos hachas gemelas en cada mano y le costaba mantenerlos abiertos un horror. Dio una cabezada tras otra hasta que la fuerte voz de la norteña le hizo ponerse en guardia.

- Eh, cómo? Ir al bosque? Por qué? Y no es mejor que atrapemos a una bruja vistani de esas y la interroguemos? Bueno pues si queréis ir al bosque, que así sea. No me vendrá mal dar un paseo y tomar el aire. Con suerte nos encontramos con alguna gitana de esas y matamos dos pájaros de un tiro.

Ah, pero tampoco os olvidéis que tenemos que pasarnos por la posada. Quizás debiéramos ir primero ahí.

No se le había olvidado a la semiorca su primer encargo, el cual, quieras o no, era también un trabajo. No podían quedar mal con aquellos que les habían contratado desde la Ciudad de las Mil Puertas. Y quién sabe, quizás recibieran su recompensa al llevarles la información que tenían.

Sapo dio una buena diatriba sobre los orígenes de Aderre y de la historia local, aunque ahora eso no daba demasiada luz sobre la investigación, pero cada dato con el que daban les servía para hilar el telar del que saldría la imagen final para resolverlo todo.

Sólo nos quedaba un guardia, encima el más cobarde, que puede que ni quiera volver al mismo sitio donde pasaron esas cosas tan raras.

- Bueno de momento ir al bosque, parece el rumbo que hay que tomar, aquí en el castillo parece que no queda nada para rascar, no tengo mucha fe en que encontremos algo en este tipo terreno pero es algo que sencillamente no podemos descartar, por lo que os acompañaré, también necesito salir un rato de este castillo y su mala influencia.

No hay brujas vistani. No en Invidia. Las leyes de Malocchio persiguen a la gente de esa clase. Los gitanos que hay, se han ido debido al hostigamiento a otras regiones dónde son menos perseguidos. Creo que lo más parecido a una bruja vistani que queda en este país es Gabrielle Aderre, y se refugia en su propio castillo. No sé si vais a poder acceder a ella con mucha facilidad.

En cuanto a la pretensión de Quiora de volver a la posada de Karina, a lo mejor no ha avanzado lo suficiente en su investigación como para considerar su primera misión como completada...