Partida Rol por web

Resopló al llegar a la habitación y ver que Hextor le ignoraba para pasar de largo hacia el lugar de dónde él venía, pero no dijo nada. Al menos, se estaba dando prisa. Con un gruñido por lo bajo, se limitó a seguirle y ver si Fur se había puesto con la puerta.

La situación se tornaba exasperante, caminar de un lado a otro, abrir esta puerta o aquella y ver que todo es lo mismo. Ya malgeniado solo se limitaba a seguir a Extor con su ballesta cargada y maldiciendo entre susurros a los kobolds malditos insectos y sus estupidas madrigueras...

Que pesado el Khaine, lo que tengo que aguantar con este haciéndose el listo, solo espero que sea tan eficiente en combate como alardea. Piensa, luego con un suspiro y sin prestarle mucha más atención repite el proceso con la siguiente puerta

Krugtan se estaba impacientando. El gnomo tardaba demasiado al momento de desactivar trampas, por muy necesario que fuera. Aburrido, el orco se recostó en una de las camas, esperando a que pudieran seguir. Las piernas le sobresalían, y la madera hizo un crujido horrible cuando le puso sus kilos encima, pero era lo más cómodo que se le ocurría.
 

Khaine dio las órdenes que él consideró pertinentes a Fur y se fue junto a su señor para ver qué es lo que estaba haciendo y justo se encontró con él. Mientras tanto, el pequeño decidió hacerle caso y se puso a trastear con la siguiente puerta. Esta vez estaba libre de trampas, pero sí que estaba cerrada, y tras tardar varios minutos, logró, al fin desentrañar la cerradura. Ver lo que había en la siguiente habitación ya solo estaba a un paso de girar el picaporte.

Hextor sonrió, pensando que por fin algo estaba por suceder. Su mirada insatisfecha se posó sobre el segundo al mando, por haberle dejado a la expectativa de ver mas allá de la puerta. Acaso se van a quedar todos viéndose las caras?! Preparar las armas! dice mientras abrió la puerta de forma abrupta. No confiaba del todo en que esta no tuviese algún mecanismo dañino.

Con un suspiro, dejó que la cadena cayera de su brazo hasta chocar con el suelo, y se preparó mientras la puerta se abría.

El orco se levantó de la cama con un salto, descolgandose el mangual del cinto y poniendose atento a lo que pasaba al final del pasillo.

Al ver que Hextor va con ansias a abrir la puerta que acaba de revisar, le doy espacio para que lo haga y preparo mi ballesta