Partida Rol por web

Escuchando las órdenes de mi amo, abandono al kobold que quedaba frente a mi y me lanzo contra el recién llegado grupo de asaltantes.

Otra jabalina se clavó en Maximus, que volvió a arrancarse. Estaba cansado y herido, pero veía como los demás seguían atacando. Escuchó a Heironeus ordenar que cargaran contra el otro grupo. Así que Maximus, dando un paso atras para alejarse de su enemigo, se giró y fue a por los otros, pero sus heridas sangraban demasiado y no consiguió golpearles

Nuevamente Bob es el primero en actuar y decide dejar de lado al kóbold contra el que está luchando y sale corriendo para liquidar a uno de los que les están atacando por detrás. Jester, aprovecha la distracción de Bob para disparar también un virote y clavárselo a otra de las criaturas. Nut eliminó al kóbold que estaba más cerca de ellos lanzandole un pequeño rayo de escarcha que se le clavó en pleno corazón. La criatura cayó al suelo en un instante.

Heironeus daba órdenes concretas de actuación tanto a sus aliados como a los esqueletos que estaban de su lado. Los dos esqueletos convocados lograban acabar con dos de las criaturas contra las que se enfrentaban. Maximus no tuvo tanta suerte y tras dirigirse contra uno de ellos éste hizo un giro con su cuerpo y evitó el daño causado por el clérigo.

Revan al ser el último en actuar salió corriendo contra los últimos kóbolds que habían dejado sus compañeros en pie, parecía que la situación había mejorado mucho y éste logró clavar su estoque entre ceja y ceja a aquella criatura.

Aquel último asalto había sido una absoluta victoria, las cosas parecían estar batante complicadas, pero gracias al apoyo de Heironeus lograron acabar con todas las criaturas. El último kóbold que quedaba en pie, tras ver la situación, salió corriendo por el mismo camino que había venido.

El tesoro dejado por aquellas criaturas era el mismo de siempre, lanzas, jabalinas y armaduras de un tamaño que ninguno de vosotros podría utilizar con efectividad.

El kóbold había huido, quizá deberíais seguirles para darle caza y evitar que siguiera avisando a sus aliados, o quizá lo mejor sería dejarle y empezar a moverse por otra parte.

La escena que habíais dejado era un tanto dantesca, más de una docena de cadáveres había en aquella sala, las paredes y vuestras ropas se habían visto salpicadas por los restos de sangre, tanto vuestros como los de vuestros enemigos. 

-¿Vamos hacia el frente?-Pregunto mientras saco mi varita y recargo mi ballesta.-Podría desembocar en una nueva batalla y no se si estamos preparados. ¿Qué decís?

Revan se miró la herida obtenida en el combate con los kobols, le habían acertado bastante bien pero podía mover los brazos casi perfectamente, mientras se olvidara de el pinchazo de dolor al hacerlo. - Mi señor, sólo usted nos llevará a la victoria, pero lo primordial debería ser rescatar a los prisioneros y no gastar recursos contra los kobols. Al fin de cuentas tenemos aún que ganar a vuestro hermano. Darían su vida por su señor pero a veces había que recordarles cual era el objetivo. - Tal vez jester pueda ver algún rastro de otras criaturas no kobols por alguno de los pasillos. Si no dará igual el camino a seguir.

-Sabia sugerencia, amigo mío.-Respondo al pícaro.-Jester, ¿Podéis buscar huellas de kobold anormalmente profundas o algún rastro que no pertenezca a estas criaturas? Yo consideré que los presos se hallarían en lo más profundo de la cueva, pero vuestro sistema es igualmente válido. 

Sin duda alguna puedo intentarlo. - dijo Jester mientras se recuperaba del combate. 

Maximos dio gracias a su dios Heironeus por esa victoria, a pesar de las heridas sufridas.

Mi señor, como clérigo iniciado, poseo pocos conjuros para sanar nuestras heridas. Dos, para ser exactos. Uno de ellos irá para usted, pues es fundamental que siga con vida. El otro conjuro, ¿a quién se lo debo dar?

Yo estaré, vayamos donde vayamos, a su lado señor - le dije a Heironeus.

Mi misión como la del resto de compañeros era clara, y nuestro jefe debía de permanecer a salvo sí o sí.

-Yo apenas si tengo un rasguño.-Digo agradeciendo a máximus su preocupación.-Además, sé cómo cuidarme. Encárgate de Jester, de Revan y de tí. Juzga por tí mismo quién necesita más de tus cuidados. Mi vida no corre peligro por el momento.

Maximus decidió lanzarse el conjuro sobre sí mismo, mientras el resto observaban las opciones disponibles sin llegar a conclusión alguna. Sin duda todos los caminos parecían igual de válidos.

-¿Y bien?-Pregunto.-¿Para donde? ¿Algún rastro de los arqueros, jester?

No he encontrado nada. -dijo Jester resignado.

Maximus se acercó a Jester y le puso una mano en su hombro. Suplicó a Heironeus que curara sus heridas como acababa de hacer con las suyas propias, y acto seguido la magia salió de sus manos y las heridas de Jester empezaron a curarse.

Se acercó hasta Revan y repitió el proceso. Tu curación no será tan buena, pero cerrará varias de tus heridas.

Se puso a pensar sobre cuáles son los pasos que deberían seguir.

Si tomamos el camino por el que huyó el kobold, es posible que nos encontremos con más de ellos y tengamos que combatir. Aunque quizá es por ese lugar dónde están encerrados los arqueros.

Si tuviera que elegir un camino distinto a ese, tomaría el izquierdo.

Revan dió una inclinación de cabeza ante el clérigo- Cualquier cosa será suficiente mientras pueda seguir con la expedición. Creo que lo mejor será coger un camino por el que no haya ido el kobol y no creo que sus prisioneros estén con el grueso de los kobols.

Me gusta el riesgo...asi q voto por ir hacia donde se supone que puede haber peligro..ju ju ju