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[ELdG] La Aldea de la Locura

La Aldea de la Locura - día 1.

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04/04/2017, 07:27
Leiath

No abrirías las puertas a una bruja de Hala que ha venido enviada por la mismísima diosa?- respondió la jóven altanera, bien segura de sus palabras.

Notas de juego

Respecto a las tiradas de diplomacia sigo teniendo dudas. Quieres que tire cada vez que hable o espero a que me digas si es necesario hacerla?

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04/04/2017, 10:00
Onfale

- Tranquilo, están bien.- Apaciguó a Tangrem antes de que montara un drama o pusiera más nerviosos a los otros peones.- Han ido al templo a ver qué pueden averiguar de este sitio. Nos reuniremos con ellos en la posada. Hemos hablado con el alcalde de Nueva Lechberg, es un viejo conocido. Por favor, tomad asiento y escuchadme.- El perfumista relató, con su habitual tono neutro y carente de emociones, lo que Hodvic les había contado acerca del aciago destino de la aldea entre las brumas.- Pues en esta situación nos encontramos. Sé que es difícil asumirlo, y hasta que no lo veamos con nuestros propios ojos no llegaremos a creerlo del todo, pero parece que es lo que hay. Todo eso explicaría la locura de la gente y...- Para que contarle a Tangrem los horrores encontrados por las calles de Nueva Lechberg cuando podría verlo con sus propios ojos.- La posaba estaba abandonada así que podemos instalarnos allí. Si  luego pasa lo que nos han dicho poca importancia tiene. Leiath cree que todo esto tiene un sentido. Que Hala quiere que solucionemos este entuerto. - Así trataba de dar esperanzas a Tangrem y el resto aunque lo que él pensaba de verdad era que la vieja vistani, desgraciada ella y su progenie, había tejido de nuevo su destino a su antojo para que ellos le solucionaran otro de sus problemas.

La próxima vez que la veamos habrá que hablar muy seriamente con ella.- La verdad es que estaba enfadado con él mismo por no haberse dado cuenta. ¿Qué hacía Madame Eva con Lovina justo cuando ellos habían salido del Thanathos? Había usado a Perezoso para traerlos de vuelta y seguro que había convencido a la joven para que les pidiera ayuda con la búsqueda de su padre. Manejaba al Aquelarre como si no fueran más que sus títeres. Siempre había sido así.

- ¿Por aquí cómo ha ido todo?- Se esforzó pro ser amable e interesarse por los demás.

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04/04/2017, 21:13
Director

No caeré de nuevo en esa artimaña. Si de verdad eres una Bruja de Hala,
deberás demostrarlo. Recítame la leyenda de la decimocuarta serpiente.
Solo así sabré que eres una verdadera Bruja de Hala, y te abriré las puertas.

Notas de juego

Puedes hacer que te abran la puerta de tres maneras distintas:

-Tirada de diplomacia CD 30, diciéndole cosas para que se apiade de ti y te abra.

-Tirada enfrentada de engañar contra su averiguar intenciones para que te crea cuando dices ser sacerdotisa de Hala.

-Sin tirada. Básicamente, tienes que improvisar una historia de Hala. La temática será la decimocuarta serpiente. Cualquier cosa que inventes, será la verdadera historia de esa supuesta decimocuarta serpiente.

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04/04/2017, 21:30
Tangrem

Algunos más, otros menos, pero en su justa medida, todos los peones palidecieron. Cuando Onfale terminó el relato, el meteorito ya se veía nítidamente en el cielo. Fue Tangrem el primero de ellos en hablar, tratando de cambiar de conversación, y alejar sus pensamientos de cosas negativas.

Aquí todo ha ido bien. En el bolsillo del suicida encontramos esto.

Tangrem sacó un objeto pequeño y lo lanzó al eunuco para que lo cogiese. Era una caja de cerillas. En su tapa podía verse dibujada con letras anchas la palabra: "Esperanza".

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04/04/2017, 21:39
Peón Travis

Pe... peeero... Nosotros podemos alejarnos del pueblo, ¿no? Irnos antes de que el meteorito se estrelle. Onfale llegó a este lugar, y pudo volver para avisarnos de que viniésemos. Seguro que nosotros podemos huir por las Brumas... No quiero morir. Me da igual que a la mañana siguiente vuelva a estar vivo. No quiero morir dolorosamente. No quiero todo ese dolor. No quiero experimentarlo en mis propias carnes.

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04/04/2017, 23:47
Flame

Flame consideró que el peón tenía razón. Onfale había llegado hasta allí y luego había podido ir a avisarles, pero no dijo nada. Las labores diplomáticas eran más un tema que el eunuco debía tratar. Al fin y al cabo, Flame había asesinado al que habían considerado su líder y era absurdo tener que andar metiéndose en medio y dando explicaciones. No era necesario. Así que simplemente se limitó a escoltar a sus compañeros, aunque si pasaba algo o no ya era irrelevante, pues cuando el meteorito cayese, todo volvería a ser como antes.

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05/04/2017, 11:26
Onfale

- Es difícil de explicar...- Sobre todo para mentes como las vuestras.- ...pero lo que nos han contado es que todos los que llegan al pueblo y se internan en las brumas para escapar son devueltos otra vez aquí, si es que no mueren en ellas.- Tener el meteorito ahí, cada vez más cerca, no era nada agradable.- De todas formas no descarto que internarse en ellas pueda ser una buena idea. Quizá encontremos a los otros y a Gloria. O ellos mismos lleguen aquí por inercia. Pero tened en cuenta que el poder del Aquelarre ahora está bajo mínimos, como para internarnos con seguridad en ellas. Ya habéis visto de lo que son capaces. Creo que lo mejor es permanecer juntos pero si quieres probar....-El perfumista cogió al vuelo la caja de cerillas que le lanzó Tangrem.- Esperanza...así es como se llama la taberna.- Elevó la mirada al cielo. ¿Cuánto tiempo tendrían? Antes de que cayera el meteorito deberían encontrar a Leiath y decidir qué hacer. Si internarse en las brumas a la desesperada o tener fe en Hala y soportar la hecatombe.- Yo voy al templo a buscar a Leiath y luego a la taberna. El que quiera acompañarme será bienvenido.

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05/04/2017, 14:36
Leiath

- Bien señor, siempre estoy dispuesta repartir las enseñanzas de Hala, asi que se lo relataré, aunque permitame que sea breve, pues sé de sobra que usted ya la conoce.

Leiath estaba algo nerviosa, una historia como aquella requería de un buen fuego y gente sentada cómodamente alrededor de él; algo de tranquilidad.

Hala creó catorce serpintes, como toda bruja sabe- comenzó la jóven- cada una de ellas representando una de las razas que poblarían el mundo, que compartirían las nuevas tierras, que la diosa había planeado construir. Cuando las hubo dado vida, se dio cuenta que aún no había creado el plano de existencia para ellas así que les habló:

'Hijas mías, si de veras queréis tener una vida próspera y que vuestra raza se multiplique libremente por el mundo, una de vosotras ha de sacrificarse y desaparecer para siempre.'

Puso de esa forma a prueba a las distintas razas. Trece de ellas usaron sus habilidades para escaquearse de tal cometido, pero la catorce, la raza más pura y bondadosa que la diosa jamás hubiese creado, aceptó dicho sacrificio para que sus hermanas pudiesen ser libres.

La diosa entonces, llena de dicha al ver que por lo menos una de sus hijas era merecedora de su amor y afecto, agarró la serpiente por ambas mandíbulas y la despedazó, dividiéndola en dos partes que serían el suelo y el cielo de Ravenloft. Por eso no aparece en el símbolo sagrado pues ya no existe.

Terminado el resumen de la historia de la última serpiente, la bruja quedó expectante. Habría quedado el brujo satisfecho con su relato?

Notas de juego

Seguramente, con más tiempo podría haber alargado la historia, incluso invertarme lo que hicieron las otras 13, pero no quería postear muy tarde.

Espero que te haya gustado la idea.

(lo de partirla por la mitad para hacer el cielo y la tierra, está inspirado en la diosa Tiamat)

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05/04/2017, 21:01
Aire

Aire caminó junto al resto hasta el grupo de Tangrem con la mente echa un nudo. No sacaban nada en claro, y parecía que los que podían aportar alguna idea, estaban ya locos o con la cabeza perdida. La muchacha miró al cielo y pudo ver el meteorito. ¿Tardaría mucho en precipitarse? ¿Cómo sería el dolor que sentirían? Suspiró mientras pensaba que parecía más la burla de un aburrido dios que una maldición, como si a ese pueblo le devolviera algún mal que hubieran provocado.

El rostro de los peones mostraba claramente miedo y horror. Observó a Onfale cómo narraba la situación con una entonación neutra, como si todo aquello careciera de importancia y, en realidad, no pasara nada. ¿Cómo habría conseguido ese nivel de tranquilidad? Aunque había temas más urgentes de los que preocuparse. Resolver ese enigma para poder acabar con ello cuanto antes.

Yo también iré contigo anunció cuando Onfale avisó de su siguiente movimiento. ¿Su magia podría luchar contra un meteorito? Lo dudaba mucho, pero tendría que intentarlo. De momento, se conformaría con hallar algún tipo de pista

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05/04/2017, 21:32
Director

¡Eso no prueba nada! Podrías haber escuchado esa historia en cualquier sitio.

Se escucharon pasos cortos y veloces por el empedrado del suelo del templo. Se acercaban a la puerta.

¡NO! ¡No lo hagas, niño! ¡Te prohibo que abras esa puerta! ¡TE LO PROHIBO!
¡Nos condenarás a todos! Es un truco. Otro truco del hombre misterioso. ¡NO!

La puerta se abrió. Al entrar, Leiath pudo ver al lado a un monaguillo adolescente.

Los bancos del templo estaban casi vacíos, y solo dos ancianas, que miraban hacia los recién llegados y cuchicheaban entre ellas, formaban el púlpito.

La cuarta alma de aquel reducto era sin duda el que daba la misa, ubicado tras el altar.

Todos humanos, aunque eso ya lo sabían, pues los refugiados de Lechberg y Vor Ziyden eran mayoritariamente de esa raza (salvo por algunas excepciones como el enano Hodvic).

El Padre Benancio enmudeció, a la espectativa. El monaguillo se sobresaltó al ver entrar a Jadewo, con sus espadas curvas envainadas al cinto. Jadewo cerró la puerta tras de sí, corriendo el cerrojo.

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05/04/2017, 21:51
Peón Travis

Cogeré un caballo. Puede que no sea tan fuerte como para defenderme de los monstruos, pero con un caballo puedo huir lo suficientemente rápido. Si cambiáis de idea, os quedan dos caballos para tirar de un carro.

Travis escupió al suelo, ahuyentando a los malos espíritus, y se aproximó al carro cebo para desenganchar la montura.

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05/04/2017, 21:56
Alice

Si vayamos al templo. Corroboro con voz cansina la maga, la idea de morir y renacer hasta que perdiera la chaveta no le hacía mucha gracia. Puede que en el templo descubramos si esta maldición es de origen divino o de origen mágico. Aunque yo apostaría por el origen divino, esta clase de juegos de reducción y muerte es más propia de dioses que de magos, un mago habría apostado por una maldición más…. mas…. distinta. dijo finalmente sin saber como expresarlo. 

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05/04/2017, 22:08
Tangrem

¡Qué demonios! ¡Tratemos de romper la maldición antes de que ese pedrusco nos aplaste! Yo voy con Onfale al templo-dijo recobrando nueva fé en el liderazgo de Onfale.

Los otros peones se miraron entre sí, con gesto de preocupación. No se atrevían a internarse en las Brumas sin la protección del Aquelarre, pero si el meteorito caía en lo alto de la colina, como les contó el eunuco, volver al pueblo era una muerte segura. Tal vez pensaron que en las afueras del pueblo, el impacto del meteorito no tendría consecuencias tan mortíferas.

Flame, Aire, Alice, Onfale, Tangrem, Aristóteles, Perezoso y Platón volvieron a la plaza mayor. Uno de los cadáveres de mujer había sido movido, y permanecía con la falda levantada y las enaguas rotas, enseñando sus partes pudientes. Seguramente, el cadáver había sido mancillado en esta breve hora transcurrida. Todo lo demás seguía como lo recordaron.

Se acercaron a la puerta de la iglesia...

Estaba cerrada. No había pomo ni cerradura, así que seguramente se bloquearía por dentro con cerrojo. Buen modo de defenderse y parapetarse de la barbarie. Ningún sonido ni voz salía del interior del templo.

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06/04/2017, 00:29
Flame

Flame dejó que sus compañeros llamasen a la puerta, y sin preguntarles, ni tampoco pedirles opinión, decidió poner un pie en la columna de la iglesia y trepó para mirar por la ventana más cercana. En el fondo pensaba que la iglesia estaría vacía, y sospechaba que algo habría distraído a Leiath y habrían ido a otra parte. Pero a la par que miraba hacia el interior del lugar, también podría mirar a ver si encontraba a sus compañeros, por si estaban en grave peligro, o si por el contrario se habían marchado a algún lugar donde se les requería más.

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06/04/2017, 17:54
Leiath

Fue consciente de inmediato que la pinta que llevaba Jadewo no era muy tranquilizadora, y menos ante gente que a primera vista parecía tan indefensa, así que debería hablar rápido.

Muchas gracias muchacho, has hecho lo correcto- dijo enviando una cálida mirada al monaguillo. Debía de pasarlas canutas con tanto anciano ahí metido.

Cogió el medallón de Hala para que los presentes se fijasen en él.

No se preocupen señores, venimos de buena fé. Hemos llegado hoy a la aldea y el alcalde ya nos ha advertido de la maldición que sobre ella pesa. Creo que la mismísima Hala nos ha enviado aquí para ayudarles- realizó una pequeña pausa dramática-, si así lo desean.

Podrían ponerlos al corriente? Contarnos su versión de la historia, si no es mucha molestia?

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06/04/2017, 18:37
Giralda

Mira, Hermigia... ¡qué pareja más adorable!-cuchicheó desde su banco.

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06/04/2017, 18:38
Hermigia

Para nada, Giralda. Fíjate en los dedos de la chica... no lleva anillo. Esos dos viven como bestias fornicando en pecado. Hala no lo aprobaría.

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06/04/2017, 18:40
Giralda

Ay... pues qué lástima. Esa pobre chiquilla se acabará quedando embarazada, y dará a luz a un bastardo.

Aunque se esforzaban en susurrar, la iglesia estaba tan en silencio que todas las puñaladas se escuchaban perfectamente.

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06/04/2017, 18:43
Padre Benancio

El párroco decidió ignorar los chismes, y llamó a su monaguillo con la mano, para que se acercase.

El templo tenía algunas peculiaridades. Trece bustos de piedra simbolizaban las cabezas de trece serpientes, huecas por detrás. Seis a la izquierda, seis a la derecha, y una séptima sobre una columna baja a modo de podio, detrás del altar, a la derecha.

Del lado izquierdo del altar había una gran fosa cuadrangular. Leiath sabía que algunas corrientes de Hala quemaba los cadáveres en sus tumbas y luego echaban tierra sobre sus cenizas, para que no fuesen profanados por los nigromantes. El pozo en el interior de la iglesia solo era un paso más allá, y es posible que en él se quemasen a los difuntos. Sobre esa fosa, el tejado estaba hecho de cristal, y no sería de extrañar que se pudiese abrir para que las columnas de humo de las cremaciones saliese al exterior sin anegar el templo.

Ve al armarito y ocúpate del incienso-dijo el Padre Benancio cuando el monaguillo terminó de cruzar la iglesia y llegó hasta él.

El niño desapareció por un lado del presbiterio, seguramente para ir a la sacristía. El padre Benancio abandonó el altar y se acercó hasta ellos, sentándose en el banco de las ancianas y mirando hacia la entrada de la iglesia, invitando con un gesto a Jadewo y Leiath para que se sentasen.

¿Por dónde empezar...? Un día apareció en el cielo el meteorito. Confiando en los designios de Hala, me mantuve en la iglesia sabiendo que nada malo iba a pasar. Cayó, y lo destrozó todo. El pueblo se inundó de fuego, y la iglesia se desmoronó sobre mí. Y a la mañana siguiente, todos seguían vivos y volvíamos a empezar de cero. De nuevo un meteorito... luego otro. Siempre lo mismo. Un recuerdo a cada uno de sus propios pecados y errores. Una prueba de fé.

Encontré mi lugar en el nuevo paradigma de la diosa. Es sencillo para mí. Todas las mañanas abrimos esas puertas-dijo, señalando la entrada del templo-. Y las volvemos a cerrar poco después, cuando ya estaban todos los puros de corazón o las turbas y los vándalos intentaban tomar la iglesia. Al principio, la fé era prodigiosa. Dos docenas de personas se levantaban todos los días, una y otra vez, y esquivaban a vecinos más agresivos por las calles con tal de llegar a este suelo sagrado. Con tal de pasar en el templo el final del día.

Pero los fuimos perdiendo...

Algunos dejaron de venir. Preferían esconderse como conejos, o parapetarse en sus casas, o unirse a los tumultos para no ser víctimas de ellos. Otros... cometieron fechorías, y les prohibí el paso. Había quién lo aceptaba, y renegaba de sus intenciones de entrar en la iglesia. Había quién intentaba entrar por la fuerza. Ahora, mi rebaño se reduce a las buenas Hermigia y Giralda. No todos los días son capaces de llegar sanas y salvas desde sus casas hasta el templo. Pero siempre lo intentan.

Una lágrima se escapa del ojo de Giralda. Hermigia agarra la mano del Padre Benancio, tratándole de transmitir fuerza y apoyo.

El monaguillo vuelve de la sacristía con un manojo de varillas de incienso. Se coloca detrás de una de las cabezas de serpiente, manipulando el incienso desde el hueco en la nuca de las estatuas. Cuando el incienso se prende, un humo liviano sale de la boca de la gárgola serpentina, como si fuese el vaho en una mañana de un largo y desolador invierno.

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06/04/2017, 20:35
Director

Tangrem llamó a la puerta, pero nadie respondió desde su interior.

La iglesia era de estilo románico, así que cuando Flame se dió una vuelta por sus muros, solo vió pequeñas ventanas de ojo de buey, con cristales tintados con escenas de serpientes y santos, que filtraban la luz pero no permitían ver el interior.

Flame subió entonces por la torre del campanario, para intentar entrar desde arriba. Según tomaba altura, vió una cúpula de cristal transparente en el techo de la nave, en el extremo opuesto a la entrada. ¡Al fin una oportunidad de ver el interior!

Volviendo a bajar, y colocándose junto a la cúpula de vidrio, se fijó en que no estaba hecha de una sola pieza. Las bandas de hierro discurrían por la cúpula como los meridianos y los paralelos de un globo terráqueo. Lo primero que vió fue un foso cuadrangular en el suelo del presbiterio, justo debajo de la cúpula. El fondo de aquel pozo estaba cubierto de ceniza o algún tipo de arena grisácea, de la que asomaban algunos esqueletos humanos semienterrados.

Rodeando la cúpula de cristal hasta un ángulo adecuado, Flame pudo ver varios cuerpos tendidos entre los bancos del púlpito. Y aún sin distinguir sus rostros, la espadachina reconoció en dos de los cuerpos las ropas de Leiath y la armadura de Jadewo.