Partida Rol por web

El enano con el que hablé yo más parecía un no muerto que un enano de verdad. Pero traté de expulsarle como mi poder, pero a pesar de que debería haberlo logrado él seguía allí y entonces empezó a hablarme.

Llevaba consigo un símbolo de Ra, y decía que alguien lo había encantado para que pensásemos que era un no muerto. Rezó porque viniera solo y entonces se puso a rezar en voz alta para que no le dijese que efectivamente estaba acompañado.
Exactamente sus palabras fueron las siguientes:

"Oh Harkor, maldito seas mil veces, y tu mujer Alice, que nos engañó a todos, y maldito sea el contratista Garzhal que nos envió a este lugar."

Por eso tenía tanto interés en conocer los nombres que nos podáis dar, para entender lo que quería decir.

Le ofrecí mi ayuda, y me dijo que se llamaba Parche y que era de la religión Shiticus

Dijo mientras comenza a relatar las palabras del enano:

"Acepté un trabajo para un tal Garzhal. Fuimos a un pueblo donde había un hombre, Harkor, que estaba casado con otra zorra Alice. Garzhal lo tenía todo dispuesto, somos su experimento, y Harkor y Alice son sus secuaces. Encontramos una caja negra con runas doradas. Y al encontrar la caja, la caja se abrió sola y ¡nos tragó! Ibamos otro enano, un semilefo y yo y desaparecimos todos. Al principio estabamos solos. Yo me metí en un bosque donde había sombras, pero me resguardé aqui, y aquí sigo".

Mev, continuó con sus explicaciones:

Luego le pregunté si yo estaba fuera y él estaba dentro, y si vosotros habíais entrado también o no:

- Estamos dentro, pero es más complicado de explicar. Son planos diferentes. Tu aún tienes algo que te apega al mundo del que procedes, con lo que el plano de la caja aún no te ha absorbido. Pero si bien es cierto que cuanto más tiempo pases dentro del radio de acción de la caja, más posibilidades tienes de entrar en mi mundo. Por eso no funcionan tus poderes conmigo, ni los mios contigo. Pero has errado en tu juicio. Si que se como escapar. El mismo que nos metió aquí es quien puede sacarnos. Garzhal es quien obró esta caja y Garzhal es quien puede liberarnos.

Verás, la caja sólo te afecta cuanto más creas en ella. Nuestra historia se remonta a muchos años atrás, tantos que ya ni los recuerdo

Falkeborg, Kheros y yo ibamos a una aldea llamada Oboroak, donde un tal Harkor estaba tiranizando a los subditos y habia creado un dispositivo para bloquear todo tipo de magia en varias millas a la redonda de su pueblo. Tras mucho investigar, descubrimos que su mujer era una infernalista, y que el bloqueo de magia era para evitar que siguiera con sus tratos son los demonios. La myor parte de sus subditos, eran muertos vivientes, porque aseguraba que la gente se marchaba de ese pueblo sin futuro, pero la verdad es que eran ilusiones. Nadie vivia en Oboroak, ni siquiera Harkor ni Alice, Y muchas veces tengo serias dudas de que fuera un pueblo real, el caso es que nos metimos en la casa y encontramos la caja, la cual nos trasladó de un mundo a otro. No pasa un dia sin que recuerde a mis dos compañeros, porque es la única manera que tengo de no perder la razón

Pues claro que los ha atrapado la caja. Por alguna razón tu te has librado. No has visto la alucinación, o esta no te ha atrapado del todo, al igual que me hizo a mi. Pero sigo dentro, y sin saber como tu estás fuera. ¿Tendrá la caja una fisura? ¿Estará perdiendo parte de su poder? Es un artefacto muy viejo, pero no se eso valdrá para que se cancele el conjuro. En cualquier caso, si te alejas de su centro de acción no te afecta. Al menos a nosotros nos funcionó, pero al regresar nos atacó con más fuerza y no pudimos escapar. Ten cuidado si regresas en busca de tus compañeros. Podrias tener menos suerte.

Alaster escuchó con la máxima atención a su compañero, pero cuanto más avanzaba el relato, más lío se hacía el mago. Cuando Mevanh contó todo lo que sabía, Alaster trató de poner en orden lo que acababa de escuchar:

-A ver, a ver... A ver, que yo lo entienda bien -dijo frotándose los ojos, algo crispado-: tres aventureros, los enanos Kheros Ironfield y Parche, y el semielfo Fälkeborg, son enviados supuestamente por un tal Garzhal -ejem, ejem- a un pueblo llamado Oboroak para detener a un hombre llamado Harkor que está tiranizando a los aldeanos mediante un artefacto, una caja con runas doradas, que bloquea el uso de la magia, ¿vale? -Pareció tranquilizarse y comenzó a razonar con más calma.- Una vez en Oboroak, los tres compañeros creen destapar el pastel al descubrir que la mujer de Harkor, Alice, es una invocadora de demonios y que la caja estaba siendo usada para impedir que lleve a cabo sus malas artes, ¿aham? Pero en realidad todo era una ilusión y un montaje de un tal Garzhal y sus compinches, Harkor y Alice, para probar con los tres aventureros la caja, que no es otra cosa que una especie de trampa o prisión o portal mágico -Alaster no estaba familiarizado con los términos 'dimensión' o 'plano'-, así que los tres son absorbidos por la caja... Hasta ahí bien, ¿no? Vale, bien, perfecto.

El mago ni esperó a que su compañero enano aprobase este resumen y comenzó con su modus operandi habitual de pensar en voz alta caminando de un lado para otro.

-Además, según aquel enano senil con aspecto de no-muerto -continuó no sin cierto sarcasmo-, la caja funciona de la siguiente manera: aparece y desaparece, actúa autónomamente, puede alterar la realidad de su alrededor, llama a sus víctimas, tiende trampas... -Se detuvo un segundo.- Lo cual, al menos, encaja con nuestra experiencia -murmuró para sí-: nuestras alucinaciones debieron ser cosa de la caja, tratando de capturarnos... -Pero desestimó la idea.- ¿Y qué tenemos para evitar ser tragados? -Se detuvo ante su público y levantó un dedo.- Alejarnos de su área de influencia -levantó otro dedo-, tener algo que nos una al mundo exterior -tercer dedo- y... ¿No creer en la caja? ¡Por todas las Brumas! ¿Qué demonios significa eso?

Por el tono, era obvio que Alaster no le daba mucha credibilidad a toda esa historia.

-Todo esto, por cierto, si hacemos caso a ese tal Parche, que bien podría ser un simple enano loco con aspecto desaliñado... -Negó con la cabeza y al cabo de unos instantes estalló.- ¡Y que, en todo caso, dice haber logrado mantenerse lejos del control de esa malévola caja! De ser así realmente, probablemente nos encontraríamos ante un sucio mentiroso compinchado con nuestros recientemente conocidos Kheros, el supuesto aventurero que dice haber hecho un pacto con "la Sombra", y Alice, la presunta invocadora de demonios, para hacer que nos carguemos al bueno de... -Se interrumpió, carraspeó.- ...a un tal Garzhal, ¡que incluso puede ser el altruista carcelero de estos indeseables!

Abrió mucho los brazos, como interrogando al respetable.

-Una historia improbable de un testigo improbable. Volviendo a la realidad -añadió secamente-, propongo entrar en ese circo de vistani con forma de torre, recoger a mi familiar, encontrar nuestro carro... ¡y seguir con nuestra maldita misión por las sendas de la Bruma!

No creer en la caja es sencillo. Menuda tontería dije mientras me encogía de hombros. Ese enano estaría loco.

Aunque, de suponer su existencia, creo que me parece obvio que esa "caja" estaría dentro de la torre. Al acercarnos a ella nos vimos apresados, así que es posible que volvamos a sufrir esos sueños tan fantásticos según nos adentremos más.

Sabía que lo mejor era irse de allí. ¿Qué más da lo que pasaba en ese lugar? Pero sabía que no huiría. Estaba allí para demostrar algo, no solo a mi raza, si no a mi mismo.

Como veáis, continuemos y dejemos tanta cháchara.

Tan ocupados estabais hablando entre vosotros después de esta agradable y trepidante experiencia interplanaria que, sólo ahora, al volver al camino os percatais de un detalle. ¿Y vuestro carro con la mula y todo el equipo de cartografiar?

Por el camino, detrás de vosotros, como si fuese desde el pueblo hacia el bosque (la misma dirección que vosotros) se acerca un hombre. Va vestido de manera similar a la de Alaster, pero este va debidamente afeitado y es calvo como una rana. 

- Ey amigos, ¿alguien sabe de quien es esto?.- En su mano lleva una pequeña jaula improvisada con juncos y ramas. Dentro va un hurón.- Lo encontré por aqui y me bastó una mirada para saber que no era salvaje, estaba como loco, pero ahora ya está más tranquilo. ¿Es de alguno de vosotros?

Viste una chaqueta de cuero negro y unos pantalones marrones. Las botas se ven manchadas de barro y polvo, señal de que ha caminado mucho. Como arma no lleva más que un simple bastón a la espalda y una simple ballesta de repetición con pintas de tener alguna cualidad mágica. 

La aparición de aquel individuó llenó de sorpresa y extrañeza a Alaster, aunque trató de ocultarlo.

-Saludos... -dijo con suspicacia, más por no parecer hostil que por otra cosa-. ¿Quién sois vos y qué hacéis aquí?

Pero en lo que realmente se fijaba Alaster era en el "hurón" de la jaula. ¿Es posible que sea él...?, se preguntó esperanzado. Si aquel era su buen amigo Vyechislav, a la torre y a las historias de fantasmas les podían dar bien por culo: Alaster Reckihn tenía una Empresa que Llevar A Cabo, y no tenía más tiempo que perder. Habrá que ponerse a buscar a los animales, entonces...

- Mi nombre es Urya, ¿Quienes sois vosotros? No es común ver por aquí a gente, y menos gente como vosotros.- El hombre se fija descaradamente en vosotros, como si estuviera evaluando algo. 

Mi nombre es Mevahn, sacerdote de Rah, eliminador de los impuros, seguidor del Sol y purificador del mal, alla por donde pase.*

- ¿Eliminador del mal y seguidor del Sol?.- Urya se echa a reir con ganas.- Suerte. ¿Y el resto sois...?

-Alaster Reckihn, mago y explorador -contestó secamente el mago, sin prestar mucha atención a "Urya", y emitió una serie de chasquidos y silbidos, aparentemente sin sentido.* No tenía ganas de ponerse a alardear: ver a su compañero en esa jaula y estar perdiendo todo ese precioso tiempo le estaba poniendo realmente de mal humor.- Y os pediría por favor -añadió con cierto mal humor- que soltarais a mi familiar. Si sois tan amable.

- Alaster! ¡Socorro! ¡No es Urya, sino Harkor! ¡Aún no hemos escapado!

La voz de la comadreja sonaba muy distorsionada, como si se le hubiera trabado la lengua a cada sílaba, pero el mensaje estaba claro. 

La comadreja de Urya empieza a chillar de manera frenética y a dar vueltas en la jaula de manera enloquecida. Urya sonrie al verla

- Es muy inquieta, no te haces una idea el trabajo que me ha costado meterla dentro de la jaula. Entonces ¿es tuya?

—Soy Inglanar, y he venido a pelear —digo al tipo extraño—. Así que si no quieres pelea, suelta a la comadreja, y dinos qué estás haciendo aquí.

Poco más digo al hombre, porque poco más le hace falta saber. Desde lo de la taberna hacía mucho que no le pegaba a algo, y estaba empezando a impacientarme.

El hombre parece sopesar las palabras de Inglanar con cierto aire intrigado

- No busco pelea, así que toma.- Abriendo la puerta de la jaula, la comadreja huye rápidamente hacia Alaster, al llegar a él, hábilmente trepa hasta situarse en torno a sus hombros y frotarse con él. No cabe duda de que realmente es su comadreja. 

- Sobre lo que hago por aqui, pues se podría decir muchas cosas, pero la única real es que me he perdido. Iba caminando por el bosque buscando unas raices y unas bayas y de repente perdí el sentido de la orientación. Fui incapaz de volver sobre mis pasos, y ahora estoy aquí, pero este lugar no me suena de nada. ¿Vosotros sabeis donde estais?

Alaster permitió que su familiar le subiera por las ropas y se escondiera en la capucha de su capa. Incluso escuchó atentamente los chillidos del animal durante unos segundos, mientras los demás departían con el desconocido.

-Calma, calma, señor Vyechislav: los mamíferos grandes nos ocuparemos de él ahora... -contestó al mustélido con cariño cuando éste dejó de hacer ruidos-. Señores -continuó para sus compañeros, señalando al recién llegado-: les presento al famoso Harkor, que nos va a explicar lo que está pasando aquí si no quiere que trescientas libras de músculo calibán le revienten la cabeza. -Y luego añadió para "Urya:- A mi pequeño amigo ya no le caéis bien: vais a tener que ser muy convincente.

Urya mira en todas direcciones:

- ¿Quién es Harkor? Siempre es un placer conocer a nuevas gentes. 

-Señor, no seáis ridículo ni oséis reiros de mí: ¿negáis ser Harkor? -Alaster inclinó la cabeza hacia su comadreja y soltó unos ruiditos apenas perceptibles*. A continuación se giró incómodamente hacia sus compañeros y dijo en voz baja:- Grischler, Mevanh: no tendréis uno de esos conjuros para sacarle la verdad a este fulano, ¿verdad? Me temo que mis hechizos sólo sirven que para sacar tripas...

La comadreja ronronea frenetica por tu caperuza. Se sale de ella, corretea por tus hombros y se vuelve a meter. Esta completamente fuera de si, con el miedo por bandera. 

- Es él, lo dijo. Es él. 

- Naturalmente que lo niego. Mi nombre es Urya "Cantorio" viajero, padre de hija asesinada y marido de mujer violada. Vago por estos bosques en busca de unas personas a las cuales... bueno, eso solo me incumbe a mi.- Ahora parece estar molesto, él iba tranquilamente por el campo paseando cuando 5 sonaos le abordan por el camino. Y encima de devolverle la mascota al mago, ni le da las gracias ni nada. Ya no hay gente de bien. 

El mediano miró a ambos lados y observó como sus compañeros estaban apunto de llegar a las manos con el recién llegado...

- Tranquilos chicos tranquilos, comente calmando los animos del grupo. No tenemos por que desconfiar de nadie, si se ha perdido quizá podamos indicarle el camino.

¿Hacia donde se dirige usted señor Urya? pregunte con una sonrisa carismatica al viajero.