Partida Rol por web

Annael miró a la torre y luego a los dos hombres.- Pero ¿hay alguien allí dentro?- preguntó-. No podemos dejarles que se enfrenten solos al peligro que allí se cierne. ¿No les ayudáis?- volvió a preguntar.

El elfo, cada vez miraba más a la torre. Su presentimiento era correcto y algo malo anidaba en aquella torra. Su cuerpo se giraba y sus ojos cada vez se desviaban más hacia la misma. Tenía ganas de entrar y ayudar en lo posible. Pero tampoco quería dejar a aquellos hombres indefensos.

El paladín miró hacia la torre, dudando. Por un momento parecía como si fuera a entrar pero sus ojos cansados te miraron y con una voz monótona y automatizada dijo:-Es mi deber guardar a los débiles del fuerte, no puedo abandonar a Markus a su suerte. Debo acompañarle al pueblo.-Dicho esto, se despidieron.

Ahora que te quedabas solo, la torre parecía mas oscura y tenebrosa que antes. Un grito, como un rugido salió de sus entrañas. 

Subís por las escaleras de la derecha hacia el segundo piso. Las sombras proyectadas por la antorcha en las paredes están quietas, observando vuestro ascenso hasta unpequeño rellano donde hay una puerta de madera, gruesa y vieja. Tanteais el pestillo pero parece estar cerrada. La escalera continúa hacia arriba.

Dench hurga con una daga en la cerradura, con aparente exito.

El elfo miró al humano que sostenía a su compañero y luego miró a la torre. No podía entender que dijera que debía aguardar a los débiles y dejar que ese mal siguiera en la torre. Encogiéndose de hombros, Annael se acercó a la torre dispuesto a eliminar el mal que se cernía en ella... o por lo menos intentarlo.

Abres despacio la puerta mientras la antorcha del humano ilumina la estancia. El chirrido de la puerta delata vuestra posición pero nada sale en vuestro encuentro excepto la luz de una chimenea al otro extremo de la habitación. Justo enfrente hay un baúl bien cuidado, sin signos de tiempo o maltrato. Una mesa dispone de unos mapas y algunos frascos de cristal con líquidos de varios colores y un tubo en espiral de donde sale humo. Una cama grande vacía, domina la habitación junto a una cómoda un armario ropero y enfrente una estantería. 

Accedes al interior de la pequeña torre de guardia donde hay paja y restos de madera donde encender un fuego. Alguien ha hecho una pila de restos para acceder al piso superior por la trampilla. Te deslizas en silencio donde una habitación con una pequeña tronera guarda el puente que comunica las dos torres. 

- Muy bien Dench, veo que tienes mano con las cerraduras. Elmorn entro en la habitación trás Dench. Vió que no había nadie en ella pero que estaba habitada. Allí vivía alguien y al parecer, por los objetos que había encima de la mesa, podría ser un mago. Se dirigió al baul y busó a ver si había alguna trampa como en el del piso inferior. - Vuelve a cerrar la puerta como estaba, no quiero que vean desde la escalera que alguien ha entrado.

Annael se deslizó por la trampilla e las torretas de entrada. Debía tener cuidado con lo que había o habitaba y eso pasaba por estar alerta en todo momento.

Dench cierra la puerta cuidadosamente y después se aproxima a curiosear los mapas.

Cruzas el puente observando la torre cuando algo llama tu atención. Restos de sangre reciente manchan las piedras del puente. Mas abajo, una especie de patio donde las zarzas engullen los escombros, restos de huesos se ven esparcidos por encima de ellas. 
Oyes un grito, no sabrias decir si de dolor o de rabia, lo que es cierto es que provenía de la torre.

Examinas el cofre mientras Dench rebusca entre los mapas de la mesa. Un hilo pegajoso sale por la rendija del baúl, intrigado tocas la sustancia cuando notas algo que intenta golpearte por la espalda, sin tiempo de reaccion ruedas por el suelo viendo con horror como le salen dos brazos al baúl y una sustancia pegajosa de lo que es su boca.

El elfo se detiene ante el grito evaluando qué significa, de quién puede provenir, de dónde proviene y cómo llegar a él. Una vez determinada la ruta a seguir sigue caminando con cuidado de donde pone el pie, pero sin detener la marcha.

Le sorpredió el ataque, no se lo esperaba y menos de un objeto inerte. Menos mal que estubo rápido de reflejos y pudo esquivar su golpe.

Dench giro a gran velocidad su enorme hacha, impactando en la extraña criatura.

- ¿¡Tu Comes a Dench!? ¡¡COME HACHA!!

No le dió tiempo a avisar a Dench, esperaba que la sustancia pegajosa que expulsaba la criautura no fuese lo suficientemente fuerte como para quedarse pegada el arma del semiorco. - ¡Es mejor atacarlo a distancia, si el arma se queda pegada suéltala, es muy peligroso!.

Elmorn retrasó su posición hasta encontrarse entre el armario y la cama y desde allí disparó su ballesta.

El hierro forjado del hacha había calado hondo en la criatura que debatía los brazos alcanzando al semiorco con un golpe.

Los ruidos de lucha provienen del piso de arriba. Subes las escaleras preparado para combatir cuando ves a un semiorco con un hacha enorme clavada en un baúl...pero del baúl salen dos brazos que atacan y golpean al semiorco. Oyes otra voz que habla en común pero desde donde estás no ves de quién se trata.

Instintívamente el elfo desenvaina sus armas y se avanlanzó hacia los brazos que salían del baúl. La verdad es que al ver al semiorco y a los brazos no sabía muy bien qué estaba pasando. Pero al ver que los brazos estaban atacando al mismo, no le cabía duda que el peligro residía en estos.

Apresurándose, Annael se avalanzó sobre los brazos y les golpeó con sus espadas.

Un elfo se avalanzó contra el baúl en ayuda de Dench cometiendo el mismo error. - ¡No le ataquéis cuerpo a  cuerpo u os quedaréis pegados!,¡segrega una sustancia muy pegajosa!. Algo de ayuda les vendría bien pues la criatura era peligrosa. Ya habría tiempo para las presentaciones, ahora lo primero era acabar con ese baúl móvil y disparó de nuevo su ballesta sin mucho éxito.